Renacimiento y humanismo

Te explicamos qué fue el Renacimiento, qué es el humanismo, las características de cada uno y la relación entre ambos.

El humanismo fue una forma de pensamiento estrechamente emparentada con el Renacimiento.

¿Qué son el Renacimiento y el humanismo?

Los conceptos de humanismo y Renacimiento están estrechamente emparentados. Algunos historiadores consideran que el segundo fue consecuencia de la difusión de las ideas del primero, es decir, de lo que hoy llamamos humanismo renacentista. Otros ven al humanismo como un modo de pensar integrado en el movimiento renacentista. Pero para distinguir bien qué es cada cosa, debemos dedicarles nuestra atención por separado.

En el siglo XIX fue llamado Renacimiento el movimiento artístico y cultural gestado en Europa occidental durante los siglos XV y XVI y que marcó el tránsito del mundo medieval al mundo moderno. Su epicentro fue la ciudad italiana de Florencia y consistió en una recuperación de la tradición artística e intelectual clásica grecolatina.

Por su parte, el humanismo es una doctrina de pensamiento que abarca un conjunto de corrientes filosóficas y se caracteriza por su énfasis en la existencia humana. Su irrupción a finales de la Edad Media implicó correr el centro de atención de Dios (característico del arte y el pensamiento medieval) hacia el ser humano y promover el uso de la razón y la inteligencia como garantías de autodeterminación. Este humanismo llamado renacentista (para distinguirlo de sus variantes posteriores) sentó las bases del método científico.

Ambos movimientos fueron clave para la construcción del mundo moderno a partir de los siglos XV y XVI.

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Contexto histórico

El Renacimiento y el humanismo surgieron en el norte de Italia a fines de la Edad Media y supusieron un cambio cultural e intelectual que dio origen a lo que solemos llamar Edad Moderna. Sus principios filosóficos y estéticos se extendieron luego hacia el norte de Europa y pusieron las bases de la concepción moderna del mundo y del ser humano.

La época en que surgieron y se expandieron estos dos movimientos coincidió con la creciente descomposición del régimen feudal, la constitución de Estados modernos y el empuje de las ciudades comerciales administradas por sectores burgueses enriquecidos (especialmente en Italia).

También fue un periodo de hechos que cambiaron los conocimientos que se tenían sobre el mundo en Europa o que contribuyeron a difundir ideas novedosas:

  • Los viajes de exploración y la llegada de navegantes europeos a América.
  • La caída de Constantinopla, que motivó la migración a Europa occidental de cristianos del Imperio bizantino que conservaban obras griegas.
  • La invención de la imprenta moderna por Johannes Gutenberg.
  • La fundación de universidades en diversos puntos de Europa.
  • La llegada al papado de Nicolás V y Pío II, importantes promotores del humanismo.

Características del Renacimiento

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El arte del Renacimiento retomaba temas míticos griegos, romanos y bíblicos.

A grandes rasgos, podemos caracterizar al Renacimiento de la siguiente manera:

  • Fue un movimiento artístico e intelectual europeo que implicó un cambio radical de paradigma en las artes y las ciencias, fruto de un cambio mayor en la forma de pensar. En este sentido, fue también un fenómeno político y cultural que abarcó el continente casi por completo.
  • Tradicionalmente se lo ubica en los siglos XV y XVI, pero es posible rastrear sus antecedentes en los siglos XIII y XIV en la obra de artistas hoy considerados precursores del Renacimiento, como los pintores italianos Cimabue (1240-1302) y Giotto (1267-1337), o el escultor Nicola Pisano (1215 o 1220-1278 o 1284).
  • El epicentro del Renacimiento fue Italia, especialmente la ciudad de Florencia, que era su región más rica. Luego se extendió al norte de Europa, donde impactó tanto en el arte plástico como en la arquitectura, las letras y el pensamiento.
  • El nombre “Renacimiento” (en italiano Rinascita), alude al revivir de la cultura grecorromana clásica luego de la Edad Media. Fue empleado por primera vez por el artista e historiador del arte italiano Giorgio Vasari (1511-1574). De todos modos, ya en el siglo XIV el poeta Petrarca (1304-1374) manifestaba que la recuperación de textos clásicos suponía la apertura de un nuevo período que dejaba atrás la “oscuridad” medieval. En el siglo XIX se extendió el uso del término Renacimiento y su forma francesa Renaissance.
  • Sus temas predominantes provenían de la mitología grecorromana, pero también era importante la presencia de motivos bíblicos y una nueva forma de representar temas cristianos. En ambos casos se le dedicó especial interés a la figura del cuerpo humano y a sus acciones en oposición a la centralidad de lo divino del arte medieval.
  • Aunque sus nexos con el arte medieval son evidentes, el arte renacentista buscó alejarse de la estética y el imaginario del medioevo y volver a lo que se interpretaba como las raíces grecolatinas de Occidente. Para los artistas renacentistas, el arte medieval estaba indignamente sometido a las presiones religiosas de la Iglesia y, como tal, había abandonado su capacidad de representar el mundo. Entre las innovaciones estéticas de este movimiento se cuenta el uso de la perspectiva en la pintura.
  • El éxito artístico del Renacimiento se debió en buena medida al mecenazgo, que disminuyó la dependencia de la Iglesia: las clases altas y adineradas patrocinaron a los artistas y exhibieron sus obras como muestra de refinamiento y buen gusto, por lo que no eran pocos los encargos que se hacían a los artistas. La familia florentina de los Médicis o el propio papado en Roma fueron grandes mecenas del arte renacentista.
  • Los historiadores del arte suelen distinguir dos etapas del Renacimiento italiano: el Quattrocento o Primer Renacimiento, que abarcó el siglo XV y tuvo exponentes como Filippo Brunelleschi (1377-1446) y Donatello (1386-1466), y el Cinquecento, que abarcó el siglo XVI. En este último período surgieron algunos de los nombres más reconocidos del Renacimiento: Leonardo da Vinci (1452-1519), Rafael Sanzio (1483-1520) o Miguel Ángel Buonarotti (1475-1564), entre otros.
  • En cuanto a las ciencias, se produjo en la época del Renacimiento una absoluta revolución influida por el pensamiento humanista, que cambió para siempre la visión del mundo que se tenía durante el medioevo, determinada por concepciones religiosas cristianas. De especial importancia fue el desarrollo de la astronomía y la postulación por parte de Nicolás Copérnico (1473-1543), y su posterior defensa y sistematización por parte de Galileo Galilei (1564-1642), del modelo heliocéntrico, es decir, la observación de que el Sol es el centro en torno al cual gira la Tierra, y no viceversa, como se pensaba hasta entonces.
  • La introducción del novedoso método científico —que consistía en la formulación de hipótesis con la intención de confirmarlas o refutarlas mediante la experimentación y los cálculos matemáticos— influyó en todas las áreas del pensamiento de la época del Renacimiento, como  la filosofía, la física, la astronomía, la geografía, la botánica, la cartografía, la anatomía, la medicina e incluso el arte (como demuestran las técnicas y experimentaciones de Leonardo da Vinci).
  • En la época renacentista destacó la figura del polímata, cuyo mejor ejemplo es el propio Leonardo da Vinci: una persona interesada y proficiente tanto en las artes como en las ciencias, y que cultiva un fervor intenso por el conocimiento de cualquier tipo. El término empleado para esta clase de figura es “hombre del Renacimiento” y está directamente relacionado con el principio humanista del ser humano como medida de todas las cosas.

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Características del humanismo renacentista

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La invención de la imprenta fue uno de los factores que impulsaron el humanismo.

Podemos caracterizar a grandes rasgos el humanismo renacentista de la siguiente manera:

  • Se trató de un movimiento intelectual, filosófico y cultural estrechamente vinculado con el Renacimiento, que gobernó el pensamiento europeo desde sus inicios en la Italia del siglo XV hasta finales del siglo XVI. A partir de ese momento se diversificó y se transformó en una multitud de corrientes humanísticas, muchos de cuyos principios sobreviven hoy en día.
  • Sus antecedentes pueden rastrearse en los siglos previos, a partir de la obra de escritores y pensadores como Dante Alighieri (1265-1321), Francesco Petrarca (1304-1374) o Giovanni Boccaccio (1313-1375). El término “humanismo” (humanismus) fue empleado por primera vez en el siglo XIX por el teólogo alemán Friedrich Immanuel Niethammer (1766-1848), pero derivaba de “humanistas” (umanisti), la palabra con la que se denominaba en Italia desde el siglo XV a quienes estudiaban las humanidades (studia humanitatis), es decir, gramática, poesía, retórica, historia y filosofía moral.
  • Se interesó abiertamente por el estudio filológico, artístico y cultural de la Antigüedad grecorromana. Acudía directamente a los textos clásicos y fomentaba el conocimiento erudito del griego y el latín para no depender de las opiniones o comentarios de las autoridades eclesiásticas. Así, el humanismo habilitó el reemplazo de los métodos escolásticos de lectura de textos antiguos por la observación, la investigación y la evaluación de la realidad empírica.
  • La lectura de obras clásicas de Aristóteles, Cicerón o Tito Livio, entre otros, dio un renovado impulso a la filosofía y conllevó la recuperación de valores clásicos que repercutieron en la política, como la autonomía personal y el deber cívico de los individuos. Ello se enmarcó en el antropocentrismo: el ser humano pasó a ser considerado dueño de sí mismo y de su destino así como el centro de todas las cosas.
  • La filosofía fue uno de los principales ámbitos de reflexión del movimiento humanista. Entre sus exponentes se cuentan Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494), Tomás Moro (1478-1535) y el padre de la teoría política moderna, Nicolás Maquiavelo (1469-1527).
  • Con el humanismo comenzó el proceso de separación entre religión y política, que sentó las bases del republicanismo mediante la distinción entre las autoridades “eternas” (religiosas) y “temporales” (políticas). Además, persiguió una espiritualidad más personal e íntima, que fomentó la traducción de obras clásicas y de la Biblia a lenguas vernáculas. Este proceso incidió en la construcción de identidades nacionales y en la separación entre Iglesia y Estado.
  • El humanismo promovió un clima de optimismo ante el destino de la humanidad que rompía con el pesimismo y la espera del juicio final que caracterizaban al medioevo. Dado que algunos principios del humanismo eran la racionalidad, el libre albedrío, la capacidad autónoma del individuo, la educación, la tolerancia y la curiosidad, la filosofía humanista proponía una ética y una moral seculares que entendían al ser humano como un ser capaz de procurarse su propio bienestar. De este modo, el humanismo sentó las bases de la revolución científica de los siglos XVI y XVII y de la Ilustración de mediados del siglo XVIII.
  • El humanismo se preocupó especialmente por la educación y la valoración del mundo popular. Muchas obras en latín fueron traducidas a las lenguas vernáculas y se compusieron obras artísticas con temas vinculados a lo popular, como los romances y las novelas pastoriles. Uno de los humanistas más importantes, Erasmo de Rotterdam (1469-1536), se preocupó por publicar y difundir las obras clásicas y una nueva traducción del Nuevo Testamento con el afán puesto en la educación (lo que incluía la instrucción de los gobernantes).

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Relación entre el humanismo y el Renacimiento

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El clima de renovación del Renacimiento fomentó la expansión del humanismo.

El humanismo y el Renacimiento formaron parte de un momento histórico de profundos cambios para Occidente y, por lo tanto, pueden considerarse como caras distintas de una misma moneda: las ideas novedosas del humanismo fraguaron el Renacimiento en las artes y ciencias, y el clima de renovación del Renacimiento impulsó el humanismo hacia todos los rincones de Europa y el mundo.

Sin embargo, no hay que confundir uno con otro, y sus diferencias se pueden resumir de la siguiente manera:

Humanismo Renacimiento
Es una doctrina filosófica y política que ha sobrevivido a los siglos, aunque diversificándose y abriendo un abanico de posibles vertientes modernas y contemporáneas. Fue un movimiento artístico y cultural propio de los siglos XV y XVI, que remodeló para siempre el concepto estético occidental y luego pasó el testigo al manierismo, el barroco, el rococó, el neoclasicismo, el romanticismo, etc.
Fue en sus inicios un movimiento intelectual cuyos principios e ideas influyeron en las artes, las ciencias, la filosofía, la educación, la política y la vida en general. Fue un movimiento principalmente artístico y científico que se desplegó en la pintura, la escultura, la arquitectura, las letras, la música, la geografía, la medicina, las matemáticas, las ciencias naturales y la ingeniería.
Se lo considera un paradigma propio del mundo moderno, que rompió con la cosmovisión medieval del universo y la sociedad. Tuvo lugar entre el fin de la Edad Media y comienzos de la Edad Moderna, por lo que a menudo se lo considera una etapa de tránsito entre una y otra.

Consecuencias del humanismo renacentista

Las consecuencias del humanismo fueron de una inmensa importancia para la cultura occidental. Debido al proceso de mundialización que tuvo lugar desde la Edad Moderna en adelante, también lo fueron para gran parte del mundo. A grandes rasgos, las podemos resumir del siguiente modo:

  • Se materializó la ruptura con el modelo medieval de sociedad y su concepción del mundo, en línea con la descomposición del régimen feudal, la reducción del poder de la nobleza a favor de la burguesía comercial y el cuestionamiento del poder terrenal de la Iglesia católica. Esto se tradujo con el tiempo en una sociedad más libre y tolerante, con valores republicanos y una separación entre la Iglesia y el Estado.
  • Se originó una nueva idea de educación, que promovía el saber y la razón humana como instrumentos para alcanzar la verdad y la felicidad y, por lo tanto, para mejorar las condiciones de vida del ser humano y alejarlo de las tinieblas de la superstición y la ignorancia que se consideraba que habían dominado en el medioevo.
  • Se sentaron las bases para diferentes corrientes filosóficas, políticas y sociales como la Ilustración y el racionalismo que, en algunos casos, influyeron a su vez en episodios históricos como la Revolución francesa de 1789 y la caída del Antiguo Régimen.
  • Se inició el pensamiento científico mediante la llamada Revolución científica de los siglos XVI y XVII, que cambió para siempre el paradigma para la comprensión y el estudio del mundo natural y el ser humano. Fue la base de la ciencia moderna.
  • Se renovó el interés por el mundo grecolatino y otras variantes consideradas paganas por la Iglesia, lo que permitió superar las limitaciones impuestas por la autoridad religiosa y motivó un relativo debilitamiento del poder de la Iglesia católica (que además debió hacer frente a los embates de la Reforma protestante a partir del  siglo XVI).

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    Gayubas, Augusto (20 de noviembre de 2024). Renacimiento y humanismo. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 20 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/renacimiento-y-humanismo/.

    Sobre el autor

    Autor: Augusto Gayubas

    Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

    Fecha de actualización: 20 de noviembre de 2024
    Fecha de publicación: 7 de septiembre de 2021

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