Te explicamos qué es el existencialismo y cuáles son sus representantes y autores. Además, sus características generales e impacto en el arte.
¿Qué es el existencialismo?
El existencialismo es una corriente filosófica del siglo XX a la que se inscriben distintos pensadores contemporáneos como Jean-Paul Sartre, Karl Jaspers, Martin Heidegger y Gabriel Marcel. Todos ellos, a pesar de sus divergencias, apuntan a entender la existencia como aquello que hace a la esencia del hombre en su propia singularidad. Esto significa (y es una de las máximas más famosas del existencialismo) que la existencia precede a la esencia, no al revés.
Las bases del existencialismo se pueden rastrear a los trabajos de Kierkegaard —considerado el padre del movimiento— sobre la angustia, y también (aunque en menor medida) a la ruptura nietzscheana para con la metafísica tradicional. Desde su aparición, el existencialismo influenció notablemente a muchas disciplinas. Esta influencia puede observarse en la literatura, principalmente en autores como Albert Camus, Emil Cioran, Miguel de Unamuno, Thomas Mann y Franz Kafka, entre otros.
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Origen e historia del existencialismo
La mayoría de los filósofos coinciden en poner a Søren Kierkegaard (1813-1855) como punto de partida del existencialismo. Si bien es cierto que el primero en utilizar el término fue Jean-Paul Sartre, Kierkegaard se opuso al idealismo hegeliano y profundizó sobre distintos elementos retomados por la corriente existencialista como la angustia y la soledad. También hay puntos en común con el pesimismo de Schopenhauer (1788-1860) y algunas novelas de Fiódor Dostoyevski (1821-1881).
Sin embargo, el existencialismo como corriente filosófica nació estrictamente en el siglo XX. Luego de la Primera Guerra Mundial, y a medio camino a la segunda, Europa se vio atravesada por una profunda crisis ética y religiosa. La violencia y la muerte observadas a principio de siglo dejaron a la mayoría de la sociedad en un estado de escepticismo y desconfianza respecto a los valores dominantes hasta entonces. De este descontento, y como reacción a distintas tradiciones filosóficas vigentes, nació el existencialismo entendido como un conjunto de trabajos teóricos que buscaba popularizar y desentrañar preguntas orientadas al sentido de la libertad, la nada, la responsabilidad y el absurdo.
Después de la Segunda Guerra Mundial el existencialismo se volvió un movimiento filosófico y cultural muy importante. Las obras de Sartre y Albert Camus, como los trabajos de Gabriel Marcel, pasaron a experimentar un éxito de ventas, así como también se popularizó la lectura de Ser y tiempo, de Martin Heidegger, por fuera de Alemania. Libros como La náusea, El muro y El ser y la nada, de Sartre, y El extranjero y La peste, de Camus, circularon por gran parte del mundo occidental.
La conferencia de Sartre, “El existencialismo es un humanismo”, marcó un precedente en la historia filosófica y cultural europea: Jean-Paul Sartre, padre y cara del movimiento existencialista, definió y defendió las ideas que lo caracterizaban en una conferencia pública en el club Maintenant.
De la época son importantes los trabajos de Simone de Beauvoir, más allá de Sartre y Camus (quien rechazaba el mote de “existencialista”). El segundo sexo es una obra monumental que integra cuestiones existencialistas con inquietudes y problemáticas de otras formas de pensamiento, como por ejemplo, la lucha feminista y el rol de la mujer. También amerita mención el trabajo de Maurice Merleau-Ponty, fenomenólogo y, por un breve periodo de tiempo, amigo de Sartre. Su libro más conocido, y considerado como fenomenología existencialista, se tituló Fenomenología de la percepción.
Conceptos existencialistas
La existencia precede a la esencia
La idea de que la existencia precede a la esencia es uno de los puntos más importantes del existencialismo. En su conferencia El existencialismo es un humanismo, Jean-Paul Sartre explica esta idea con la imagen de un abrecartas. Mientras que un artesano produce un abrecartas ya sabiendo para qué lo va a utilizar, y por ello, sabiendo que su esencia precede a su existencia, el ser humano se origina de manera distinta.
Sartre sostiene que si hubiera un Dios creador, este contendría en su mente divina la esencia del hombre incluso antes de que existiera, tal como sucedía con el artesano y el abrecartas. Sin embargo, al declarar que Dios no existe, necesariamente el ser humano es aquel ser en el que la existencia precede a su esencia, ya que existe antes de poder ser definido por ningún concepto.
Sartre sostiene que el hombre comienza por existir, surge en el mundo, y después se define. El hombre empieza por no ser nada y solo siendo, a posteriori, es que se construye como un proyecto cuya esencia debe definir por sí mismo. Para el existencialismo ateo no hay naturaleza humana porque no hay Dios que la defina.
Elección, libertad, responsabilidad
En tanto ser libre, cada ser humano es responsable de sus actos. Cuando el existencialismo habla de la subjetividad, lo hace refiriendo a un sentido profundo de la decisión. Que el ser humano pueda elegirse implica que al elegirse elige a toda la hombres. Como proyecto que ya es ex-sistiendo (es decir, como proyecto ya lanzado al mundo), el hombre se define a sí mismo con cada una de sus decisiones. Esto implica que en cada decisión, está eligiendo lo que él considera que debe ser el hombre. En ese sentido, cuando se elige, cuando opta por una forma de conducirse frente a los demás, está eligiendo cómo cree que deberían comportarse todos los hombres.
Así, la elección es uno de los puntos clave en que se define al pensamiento existencialista. Ser enteramente libre para elegirse implica ser enteramente responsable para con todos los demás. Cada decisión conlleva un grado de responsabilidad tan grande que, como explica Sartre, la libertad y la responsabilidad siguen y son acompañadas por el peso de la angustia. Sin embargo, no debe entenderse a la angustia en un sentido pesimista, sino como la comprensión de la gravedad y la responsabilidad que implica tomar una decisión.
Quien opta por una forma de vida similar a la del existencialismo, quien se elige con autenticidad y responsabilidad, está obligado, cada vez que toma una decisión, a preguntarse ¿qué sucedería si todo el mundo hiciera lo mismo? No es, entonces, una angustia que conduzca a la inacción, sino una angustia simple que experimenta todo aquel que se enfrenta al dilema cotidiano de tener que decidir por una u otra forma de actuar.
Escuelas existencialistas
Resulta difícil definir con precisión qué autores o pensadores pertenecen estrictamente al existencialismo. Se considera que existieron dos grandes escuelas o corrientes del existencialismo, y su clasificación se da según la postura que hayan adoptado respecto a la idea de Dios: el existencialismo ateo y el cristiano. Sin embargo, y en relación a este mismo punto, algunos autores contemporáneos sostienen que hay una tercera escuela existencialista: el existencialismo agnóstico, representado por Albert Camus.
- El existencialismo ateo. Propone la inexistencia de Dios y utiliza esta afirmación como base para fundamentar que la existencia precede a la esencia. Jean-Paul Sartre es su máximo representante.
- El existencialismo cristiano. Propone que Dios existe y se apoya en las ideas postuladas por Kierkegaard. Sus máximos representantes son Gabriel Marcel, Miguel de Unamuno y Karl Jaspers.
- El existencialismo agnóstico. Propone que la existencia o no de Dios es irrelevante para el desarrollo del existencialismo. Albert Camus es uno de sus representantes más conocidos.
Representantes y autores del existencialismo
Algunos de los representantes más importantes del existencialismo son:
- Jean-Paul Sartre (1905-1980). Filósofo, escritor y novelista francés. Rechazó el Premio Nobel de Literatura en 1964 oponiéndose a las instituciones que buscaran mediar entre el hombre y la cultura. Sus trabajos más importantes son El ser y la nada, La náusea y La peste, entre otros.
- Karl Jaspers (1883-1969). Psiquiatra y filósofo alemán. Fue un referente de la reconstrucción alemana. En Filosofía da cuenta de la historia de la filosofía desde su punto de vista. Su libro que más se acerca a una filosofía sistemática es De la verdad. También se destaca Filosofía y existencia.
- Martin Heidegger (1889-1976). Filósofo alemán. Es uno de los pensadores más importantes del siglo XX y de toda la historia de la filosofía occidental. Su obra Ser y tiempo marcó un precedente y punto de quiebre ineludible para toda la historia de la filosofía que le siguió y sigue hasta el día de hoy.
- Gabriel Marcel (1889-1973). Dramaturgo y filósofo francés. Su pensamiento fue calificado como existencialismo cristiano o personalismo. Entre sus libros se destacan Ser y tener, Diario metafísico y Del rechazo a la invocación.
- Simone de Beauvoir (1908-1986). Filósofa, profesora y escritora francesa. Fue una activista feminista que escribió novelas y ensayos sobre feminismo, existencialismo y distintos problemas políticos, sociales y filosóficos. Su obra más conocida es El segundo sexo.
- Albert Camus (1913-1960). Novelista, dramaturgo, ensayista, filósofo y periodista francés. Es considerado como cercano al existencialismo, aunque en realidad su pensamiento se ubica dentro del absurdismo. Esto se puede ver en muchos de sus libros como El hombre rebelde, El mito de Sisifo, El extranjero, Calígula y La peste.
Impacto del existencialismo en el arte
El existencialismo se originó como movimiento filosófico a fines del siglo XIX y principios del XX. Sin embargo, su relación con el arte y la literatura siempre fue la de un vínculo estrecho. Tanto La Náusea, de Jean-Paul Sartre, como las obras de Albert Camus, son claros ejemplos de esto. Sin embargo, no son los únicos que han escrito novelas u obras de teatro existencialistas o cercanas al movimiento.
Tanto las novelas de Franz Kafka como las de Fiódor Dostoyevski son consideradas como existencialistas, aun cuando hayan precedido al movimiento. También el trabajo de Miguel de Unamuno es considerado existencialista. Otros autores considerados existencialistas son Hermann Hesse, Thomas Mann, Stanislaw Lem y Emil Cioran. Las películas de Ingmar Bergman, como El séptimo sello o Fanny y Alexander también son consideradas obras artísticas existencialistas. Lo mismo sucede con Solaris, de Andrei Tarkovsky, y El espejo o El sacrificio, del mismo director.
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Referencias
- Sartre, J. P. (2006). El existencialismo es un humanismo (Vol. 37). UNAM.
- Prini, P. (1975). Historia del existencialismo. El Ateneo.
- Marino, G. (Ed.). (2007). Basic writings of existentialism. Modern Library.
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