Ontología

Te explicamos qué es la ontología, su origen y sus principales autores. Además, su relación con la metafísica, sus objetivos y sus problemas.

La ontología es parte de la metafísica y estudia el ser en general.

¿Qué es la ontología?

La ontología es la disciplina que estudia el ser, comprendido como una característica común a todas las cosas. Conocida también como metafísica general, se enmarca dentro de la filosofía y se pregunta por el sentido del ser, por las formas de clasificarlo y por distintos problemas ontológicos, que son discusiones que surgen al pensar la existencia de entidades tales como la universalidad, la necesidad y la posibilidad.

A lo largo de la historia de la filosofía, diversos autores, como Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, han hecho de la ontología su preocupación filosófica principal. Sin embargo, fue Christian Wolff, durante el siglo XVIII, el primero en popularizar el término, al definirla como la ciencia del ente en general. Él fue, además, quien dio la definición del ser como “lo general del ente”, es decir, como la característica común a todas las cosas en un sentido general.

Etimología: La palabra ontología tiene su origen en el griego tou ontos logos, cuya traducción literal es “estudio del ente” o “estudio de lo que existe”.

Puntos clave

  • La ontología es parte de la metafísica y estudia la naturaleza del ser en cuanto tal. Es considerada una ciencia de esencias.
  • Aborda los principios y las causas fundamentales del ser como ente supremo y las relaciones entre las cosas.
  • Los problemas ontológicos tienen que ver con qué es el ser, cuál es la relación entre el alma y la materia, qué significa que las cosas “sean”, la relación entre el ser y el ente, entre otros.

Origen de la ontología

Muchos pensadores se han dedicado a teorizar acerca de la ontología y su campo de estudio.

Ontología según Aristóteles

En su libro titulado Metafísica, Aristóteles (384-322 a. C.) se refirió a la ontología como la filosofía primera. Entendiéndola como una forma de metafísica, caracterizó su objeto de estudio como el “ente en tanto ente”. Lo que hacía que el ente fuera precisamente un ente era su esencia, es decir, el ser. Por eso, se considera que Aristóteles fue quien sistematizó por primera vez la problemática del ser.

Aristóteles afirmó, además, que la forma era el ser de cada cosa y su realidad primera, y así unificó “ser” con “esencia”. Para él, la esencia era lo que hacía que las cosas fueran lo que son. Por ejemplo, la esencia de un perro es lo que hace que el perro sea perro. De este modo, la forma de las cosas, como su ser, era lo que permitía distinguirlas unas de otras: un perro no puede tener la forma (y por lo tanto la esencia) de un caballo, de lo contrario no sería un perro.

La definición de esencia como forma permitió a la ontología separar el ser del ente, lo que facilitó que se identificara el ente con la materia y el ser con la forma. Así, se distinguieron estos conceptos de una manera tan clara que la definición aristotélica se mantuvo, con matices, hasta la filosofía contemporánea.

La ontología en otros autores

  • Parménides (530-460 a. C.). Fue el primer filósofo en abrir el camino de la reflexión acerca del ser a través de su obra Sobre la naturaleza, un poema que trata acerca del ser y el ente como “lo que es”.
  • Heráclito (540-480 a. C.). Fue quien introdujo la temporalidad y el devenir a la cuestión del ser en su libro Sobre la naturaleza, nombre que comparte con el de Parménides.
  • Avicena (980-1037). Fue uno de los primeros lectores de la obra de Aristóteles durante la Edad Media, la tradujo al árabe clásico y la incorporó a la teología islámica.
  • Tomás de Aquino (1225-1274). Tomando el trabajo de Avicena como antecedente, introdujo la obra aristotélica a la teología cristiana. En su obra Suma teológica, caracterizó al Dios cristiano a través de los rasgos del ser aristotélico.
  • René Descartes (1596-1650). Revolucionó la metafísica, la ontología y la filosofía modernas a través de su recuperación del concepto de “sustancia”, palabra que tomó para definir las cosas reales que no requerían más que de sí mismas para existir.
  • Baruch Spinoza (1632-1677). A través de su obra Ética, analizó la ontología divina, haciendo coincidir metafísica y teología. Este trabajo, en su momento, le valió la excomunión, y su pensamiento fue revalorado mucho tiempo después.
  • Gottfried Leibniz (1646-1716). Explicó el universo ontológico a través del concepto de “mónadas”, que según él eran pequeñas partículas metafísicas equivalentes a los átomos. Además, reflexionó en torno a la contingencia y la necesidad, es decir, el hecho de que algo pudiera existir o no.
  • Christian Wolff (1679-1754). A partir de los trabajos de Aristóteles y también los de Leibniz, Wolff retomó y popularizó el término ontología para hablar de la filosofía primera o metafísica general. Fue el primero en definir formalmente la ontología, al pensarla como la ciencia de los entes en general.
  • Immanuel Kant (1724-1804). Definió la metafísica como una ontología ocupada del conocimiento sintético a priori de las cosas, es decir, lo que puede conocerse de manera independiente a la experiencia. Así, volcó la ontología al estudio de los principios del entendimiento que hacían posible el conocimiento de las cosas.

La ontología en el siglo XX

La filosofía contemporánea debe su concepción de la ontología fundamentalmente a la filosofía del siglo XX. Diferentes autores trabajaron con distintas aproximaciones a la idea de ontología, que fueron el sustento para llegar a la concepción actual. Estas son las más destacadas:

  • La ontología según Edmund Husserl (1859-1939). Husserl presentó la ontología como una ciencia de esencias. En ese sentido, distinguió entre dos formas de ontología:
    • La ontología formal. Se ocupa de esencias formales y abarca a la ontología material. Por ende, implica todas las ontologías posibles y es el fundamento de todas las ciencias.
    • La ontología material. Se ocupa de esencias materiales, es decir, de ontologías regionales. Está dentro de la formal y es el fundamento de las ciencias fácticas.
  • La ontología según Martin Heidegger (1889-1976). Heidegger presentó la ontología como una ontología fundamental. De este modo, la plantea como una metafísica de la existencia, cuya tarea es descubrir la constitución del ser. Se la llama fundamental porque permite revelar lo que constituye el fundamento de la existencia, es decir, su finitud. La tarea de la ontología fundamental, entonces, es la investigación del ser en cuanto ser, y no como mera entidad formal. Esto significa que piensa al ser en sí mismo y separado del resto de los entes, aun cuando es el fundamento de estos.
  • La ontología según Nicolai Hartmann (1882-1950). Hartmann presentó la ontología como una disciplina que busca reconocer lo que es metafísicamente insoluble (es decir, lo que no puede ser solucionado por la metafísica). Además, trató de pensar una teoría del ser y de la realidad que no fuera idealista o trascendente, es decir, por fuera de las explicaciones metafísicas clásicas.
  • La ontología según Jamés Feibleman (1904-1987), Stanislaw Leśniewski (1886-1939) y W. V. O. Quine (1908-2000). Estos autores pensaron la ontología por fuera de los grupos tradicionales de la filosofía, como el racionalismo, la fenomenología o el existencialismo. Feibleman presentó una ontología “finita” (una serie de postulados formales) que debía mediar entre la actitud metafísica y la positivista. Leśniewski planteó una ontología de la teoría y el cálculo de clases y relaciones, oponiéndola al cálculo proposicional. Quine, por su parte, al dividir la semántica en teoría de la referencia y teoría de la significación, y limitar la ontología a la primera, la concibió como una ontología de una teoría, y no como una ontología general.

Problemas ontológicos

Los problemas ontológicos tienen que ver con la pregunta por el ser o el sentido de lo que es. Se trata de discusiones que surgen al pensar la existencia de distintas entidades.

Algunos de los problemas ontológicos más conocidos son:

  • El problema de los universales y los particulares. Se pregunta qué clase de entidades son los universales y qué tienen en común los entes como particulares sensibles, es decir, como objetos perceptibles por los sentidos.
  • El problema de las entidades abstractas. Se pregunta por la diferencia entre las entidades concretas (existentes en el mundo físico) y las entidades abstractas (que se obtienen por un proceso mental de abstracción).
  • El problema de la identidad y la persistencia. Se pregunta por el modo en que un objeto puede seguir siendo el mismo a lo largo del tiempo.
  • El problema del dualismo mente-cuerpo. Se pregunta por la relación entre la mente o el alma y la materia.
  • El problema o dilema de los agujeros. Se pregunta por la esencia de los agujeros (entendidos como un vacío en la materia) y la posibilidad de decirlos a través del lenguaje.

Ontología y metafísica

La ontología es parte de la metafísica y, en ocasiones, se las piensa como si fueran una misma ciencia. Sin embargo, aunque se parecen, la ontología se distingue de la metafísica porque piensa al ser de una manera más específica que esta última y lo coloca como objeto de estudio primario. En este sentido, la ontología no es la metafísica, pero sí forma parte de ella.

La confusión entre ambas se debe a que la mayoría de los filósofos que se ocuparon de la ontología la llamaron “metafísica general” (en contraposición a la “metafísica especial”). De este modo, si bien la ontología es parte de la metafísica, se distingue por el carácter primario que tiene ella frente a cualquier otra forma especial de metafísica.

La ontología como metafísica general fue la primera ciencia racional por excelencia. Se utilizó para designar el estudio de todos los problemas que afectan al conocimiento de los géneros “supremos” de las cosas, es decir, aquellos que van más allá de los rasgos accidentales o temporales.

Se puede decir, entonces, que existen dos maneras de entender la ontología:

  • La ontología como ciencia del ser en sí, del cual dependen todos los demás entes. Este es el sentido verdaderamente metafísico de la ontología, como ciencia de existencias.
  • La ontología como ciencia que determina en qué coinciden los entes y en qué consiste el ser. Este es el sentido de la ontología pura, como ciencia de esencias.

Sigue con:

Referencias

  • Aristóteles. (2018). Metafísica. Gredos.
  • Carpio, A. (1977). El sentido de la historia de la filosofía. Eudeba.
  • Chateaubriand, O. (2020). Quine y la ontología. Elenkhos, 3(2).
  • Dieguez Lucena, A. J. (1987). Las relaciones entre la lógica pura y la ontología-formal en la filosofía de Husserl. Thémata. Revista de Filosofía, 4, 27-38.
  • Heidegger, M. (1980). Ser y tiempo. Fondo de Cultura Económica.
  • Paredes Martín, M. del C. (2009). Fenomenología y ontología. Azafea. Revista de Filosofía, 6(1).

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Espínola, Juan Pablo (24 de octubre de 2024). Ontología. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 5 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/ontologia/.

Sobre el autor

Autor: Juan Pablo Espínola

Licenciado en Filosofía (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 24 de octubre de 2024
Fecha de publicación: 9 de febrero de 2023

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