Teoría de las Ideas de Platón

Te explicamos qué es la teoría de las Ideas de Platón y en qué consiste su fórmula. Además, las críticas según distintos pensadores y más.

La teoría de las Ideas que formuló Platón fue la base de todo su pensamiento filosófico.

¿Qué es la teoría de las Ideas de Platón?

La teoría de las Ideas o de las formas es una teoría filosófica atribuida a Platón que afirma que hay dos tipos de realidades, el sensible y el inteligible

En estas dos realidades habitan distintas entidades: 

  • Las entidades sensibles, como pueden ser un árbol, un gesto piadoso o una casa.
  • Las entidades inteligibles, llamadas “ideas”, que no se pueden conocer por medio de los sentidos, como la piedad o el bien. Las ideas son inteligibles (comprendidas) solo a través del uso de la razón. 

Platón nunca expuso la teoría de manera sistemática y acabada. Al contrario, esta se introduce en sus diálogos para responder y explicar algún fenómeno en particular. Esto es característico de todos los diálogos de Platón. 

En el Eutifrón, por ejemplo, se responde a qué es la piedad, mientras que en el Laques la pregunta es por el valor. Sin embargo, los tres diálogos que mejor responden y explican la teoría son República, Fedón y Fedro, que son sus obras consideradas “de madurez”.

Como planteo filosófico, la teoría de las Ideas es considerada el núcleo a través del que se articula todo el pensamiento platónico. Distintas teorías, como la del símil o analogía de la línea, propuesta en el libro VI de República, se entrelazan con las Ideas de manera tal que sin ellas pierden toda su fuerza y sustento teórico. 

Por otro lado, la mayoría de los filósofos que siguieron a Platón se remitieron de una manera u otra a la teoría de las Ideas, apoyándose en ella o criticándola arduamente, como es el caso de Aristóteles.

Puntos clave

  • La teoría de las Ideas de Platón afirma que existen dos tipos de realidades según el tipo de entidad: sensible (que se puede sentir a través de los sentidos sensoriales) e inteligible (que no se puede conocer a través de los sentidos, pero se puede inteligir por medio de la razón, como las Ideas), es decir, cada cosa sensible toma la Idea de aquello que lo caracteriza. 
  • Aristóteles, discípulo de Platón, criticó la noción de “separación” de la Idea como causa del ser y del conocimiento de la realidad sensible.
  • Según Aristóteles, las Ideas no podían explicar de forma certera la realidad sensible, ya que ninguna era causa del movimiento, del ser o del conocimiento de las cosas sensibles. 

La fórmula inicial

La fórmula inicial tiene sus orígenes en los diálogos tempranos de Platón, como Laques, Eutifrón y Menón. En ellos se presenta a las Ideas como la respuesta verdadera a cada pedido de una definición solicitado por los participantes del diálogo. 

Estos pedidos responden a la pregunta “¿Qué es X?”, que suele hacer Sócrates, y dan a las Ideas el rasgo de universales (definiciones compartidas por todos los casos concretos), en oposición a los particulares (entidades sensibles).

Cada conjunto de cosas designadas por el mismo nombre y caracterizadas por las mismas propiedades responde a una única idea (que en griego se nombra como eîdos o idéa). Así, todos los actos piadosos, por ejemplo, responden a la idea de piedad. Esto permite que el universal funcione como paradigma a partir del cual se puede caracterizar a un particular.

A partir de los diálogos medios o de madurez (como Fedón, República y Fedro) las Ideas adquieren su estatuto explícitamente caracterizado. La teoría de las formas sostiene que las Ideas son un conjunto de entidades inteligibles que se caracterizan por ser:

  • Únicas
  • Numéricamente unas
  • Eternas
  • Autoidénticas
  • Puras
  • Incompuestas
  • Homogéneas
  • No afectadas por la generación y corrupción de las cosas sensibles
  • Entidades en sí y por sí

Las Ideas son el modelo en el que los particulares, como cosas sensibles, “participan”. La idea de “participación” no resulta del todo clara, pero se supone que cada particular toma de la Idea aquello que lo caracteriza. 

Las Ideas están en un ámbito autónomo y separado del ámbito sensible, en el que habitan los particulares. La noción de participación tiene su origen en la causalidad, ya que las Ideas son “causa” o “modelo” de las copias sensibles y degradadas que son los particulares. Ello se explicita de manera concreta en Fedón.

La República, a su vez, como diálogo de madurez, adquiere un estatuto particular, ya que allí es donde Platón cruza la teoría metafísica con una propuesta política y gnoseológica. Las Ideas cumplen una función epistemológica ya que, en virtud de su inmutabilidad, resultan ser los objetos del verdadero conocimiento, que es el conocimiento filosófico. 

La crítica platónica del Parménides

La teoría de las Ideas recibe su primera crítica temprana de la mano del mismo Platón. Estas críticas se basaron en la relación de las Ideas con las cosas y en las clases de ideas, así como en las relaciones que pueden darse entre ellas. 

Estas relaciones tienen que ver con la participación entre la idea original y la copia sensible degradada o, también, la imitación, que es aquella relación en la que se cree que la copia sensible degradada imita a la Idea original.

En Parménides, por ejemplo, que es un diálogo tardío o “de vejez”, se plantea una serie de problemas que la teoría presenta en su versión clásica. Esto se da en relación a su caracterización de causa, universales, paradigma y objeto de conocimiento. 

El más famoso de los problemas es el problema de ser causa, que se relaciona con la idea de participación, que termina siendo, según el propio Platón, insostenible. También la idea de que las formas o Ideas son universales supone una regresión al infinito, que es una consecuencia indeseable vinculada a la de ser “paradigma” de las cosas sensibles. 

Sin embargo, el argumento más importante que funciona como crítica a la teoría de las Ideas es el argumento “del tercer hombre”, que supone una duplicación infinita de cada Idea

Platón sostiene, en boca de Parménides, que si entre dos hombres, considerados como sensibles particulares, existe, por medio de la participación, la Idea de “hombre”, necesariamente debería surgir, entre los particulares y la idea, una tercera Idea de hombre, en la que participarán los particulares y la idea misma que de ellos se desprende.

El argumento del tercer hombre

El argumento del tercer hombre ha sido discutido por todos los especialistas en la obra platónica. Incluso los propios discípulos de Platón terminaron por discutirlo, ya que presentaba una serie de dificultades de difícil resolución. 

Ya fueran sus discípulos, contemporáneos o estudiosos de la posteridad, todos coincidieron en extraer la misma conclusión: que de la idea de separación (u homonimia, es decir, repetición e imitación), se desprende una regresión infinita de Ideas.

La crítica más precisa y mejor formulada a la separación fue presentada por Aristóteles. Él sostuvo que si el predicado “hombre” se predicaba de los hombres como particulares sensibles y también de la Idea de hombre, este predicado “hombre”, al permanecer separado de aquello a lo que refería, era un “tercer hombre”. 

El problema estaba no solo en esta segunda duplicación, sino que de este tercer hombre predicado de los dos primeros podía volver a predicarse un cuarto hombre, por lo que podía haber una regresión al infinito. Así, al admitir que las Ideas, como cualidades de las cosas, podían existir en un plano separado, ello daba como resultado una repetición innecesaria e infinita de entidades.

La crítica aristotélica en el libro de la Metafísica

Aristóteles (384-322 a. C.), uno de los filósofos más importantes no solo del mundo griego sino de todos los tiempos, fue discípulo de Platón. Estudió bajo su guía en la Academia, que era la escuela fundada por Platón en Atenas, y comenzó su recorrido filosófico bajo el ala platónica. Esto no le impidió, sin embargo, criticar la obra de su maestro, colocándose en una posición que, algunos consideran, es contraria.

Si bien es cierto que Aristóteles compartía la concepción de la idea o forma (en griego eîdos) como causa del ser y del conocimiento de las cosas, no puede ignorarse su crítica a la noción de “separación” como uno de los ejes problemáticos de la obra platónica

Esto se ve en el libro I de la Metafísica, obra en la que Aristóteles analiza y examina las tesis que precedieron a Platón y, por lo tanto, a su propio pensamiento. Este movimiento, el de criticar lo dicho con anterioridad, fue parte del método filosófico aristotélico.

Entre las críticas a las tesis predecesoras se encuentra incluso la crítica a la misma tesis platónica. El comentario de Aristóteles se puede resumir en cuatro puntos principales. Todos ellos giran alrededor de la función causal que las Ideas pueden ejercer sobre las cosas sensibles.

  • La crítica a la duplicación. Platón, al buscar la esencia de las cosas sensibles y, sobre todo, la causa de su ser, introdujo las ideas como entidades distintas a las cosas materiales. Esto dio como resultado una duplicación que, en lugar de simplificar la realidad, la complejizó.
  • La crítica a los argumentos. Aristóteles sostenía que los argumentos a favor de las ideas eran frágiles, no probaban aquello que se proponían y solo daban con la existencia de los universales socráticos (que eran definiciones generales dadas en el ámbito de la gramática). Al mismo tiempo, en su afán de probar la existencia de las ideas, terminaban por probar demasiado, ya que multiplicaban infinitamente las entidades para dar con una causa primera nunca encontrada.
  • La crítica a la insuficiencia. Las ideas, para Aristóteles, no podían explicar satisfactoriamente la realidad sensible, ya que ninguna de las ideas era causa del movimiento, del ser o incluso del conocimiento de las cosas sensibles.
  • La inconsistencia de los argumentos. Ninguno de los modos de relación que Platón estableció entre el mundo sensible y el mundo inteligible (el de las ideas), es decir, la participación o la imitación, resultó suficiente o consistente para explicar la relación entre uno y otro.

Sigue con: 

Referencias

  • Guthrie, W. (1988). Historia de la filosofía griega, vol. IV. Platón, el hombre y sus diálogos: primera época. Gredos.
  • Guthrie, W. (1988). Historia de la filosofía griega, vol. V. Platón, segunda época y la Academia. Gredos.
  • Guthrie, W. (1953). Los filósofos griegos. De Tales a Aristóteles. FCE.
  • Ross, W. D. (1993). Teoría de las Ideas de Platón. Cátedra.
  • Cordero, N. (2008). La invención de la filosofía. Una introducción a la filosofía antigua. Editorial Biblos.
  • Aristóteles, & Yebra, V. G. (1970). Metafísica. Gredos.

¿Cómo citar?

"Teoría de las Ideas de Platón". Autor: Juan Pablo Segundo Espínola. De: Argentina. Para: Enciclopedia Humanidades. Disponible en: https://humanidades.com/teoria-de-las-ideas-de-platon/. Última edición: 23 febrero, 2023. Consultado: 3 octubre, 2023.

Sobre el autor

Autor: Juan Pablo Segundo Espínola

Licenciatura en Filosofía (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de publicación: 3 febrero, 2023
Última edición: 23 febrero, 2023

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