Te contamos qué es el hombre, el significado de este concepto y su historia. Además, su relación con la antropología filosófica.
¿Qué es el hombre para la filosofía?
El hombre es un ser biológico que pertenece a la subespecie Homo sapiens sapiens y forma parte de la especie Homo sapiens, del género homo. Su definición clásica es, desde Aristóteles, la de un “animal racional”.
Sin embargo, definir qué es un hombre es motivo de debate en la filosofía desde sus inicios. El problema de la definición del hombre es objeto de estudio de la antropología filosófica, y supone una reflexión sobre su esencia y un análisis de los fundamentos de la idea de humano.
Distintos filósofos y pensadores se ocuparon del problema del hombre. Entre ellos se encuentran Sócrates, Platón y Aristóteles, en la Antigüedad, los teólogos de la Edad Media y los filósofos modernos, como René Descartes (1596-1650) e Immanuel Kant (1724-1804).
La palabra “hombre” viene del latín homo, que deriva del indoeuropeo gjum y significa tierra. También se la relaciona con el griego anthropos, que significa humano u hombre.
Puntos clave
- El hombre es considerado un “animal racional” y pertenece a la especie Homo sapiens.
- La antropología filosófica se encarga de estudiar qué es el hombre a través del análisis sobre su esencia y sobre la idea de lo humano.
- Definir al hombre es un problema filosófico que todavía no tiene una respuesta definitiva, ya que la forma en que se lo piensa cambia con el paso del tiempo.
- Ver además: Filosofía
Historia del concepto “hombre” en filosofía
La pregunta acerca de qué es el hombre tiene su origen en la filosofía griega. Si bien, desde la antropología filosófica, se considera que tanto Sócrates como Platón se preguntaron por la esencia del ser humano, el primero en dar una definición fue Aristóteles.
La pregunta de estos tres filósofos radicaba en la dualidad o unidad del cuerpo y el alma. Así, Platón entendía que el alma era el hombre y que esta habitaba el cuerpo como si fuera un piloto en un navío. Para Aristóteles, en cambio, el alma era la esencia del hombre y estaba unida al cuerpo del mismo modo en que la forma se une a la materia.
La definición aristotélica del ser humano como un animal racional dotado de lenguaje puso la lupa en su carácter racional. Este le era dado a través del entendimiento, que Aristóteles llamó nous y que relacionó al alma.
En la Edad Media, filósofos como Boecio (480-524) tomaron la idea aristotélica y sostuvieron que el hombre era un compuesto único sustancial de alma y cuerpo, a la vez que una criatura racional. A ello le agregaron la finalidad última del hombre, que en ese momento se creía que era Dios.
A pesar del predominio de la definición aristotélica en las discusiones escolásticas medievales, la idea platónica de la dualidad de cuerpo y alma sobrevivió a su época y se instaló como una problemática aceptada. Todavía en el siglo XVII, con René Descartes, la idea de una dualidad tenía fuerza filosófica.
Puede servirte: Aportaciones de Platón
Descartes definió al alma como una sustancia pensante y al hombre como dos sustancias a la vez. A él se atribuye el mito de definir al hombre como un “fantasma en la máquina”, entendiendo al cuerpo como una máquina y al alma como un fantasma que lo habita.
Immanuel Kant, por su parte, sustituyó la dualidad sustancia por la dualidad de mundo. Para él, el hombre era el que pertenecía a dos mundos, uno fenoménico (de los objetos accesibles a los sentidos) y uno nouménico (de las cosas en sí, incognoscibles). En tanto fenoménico, el hombre podía ser estudiado por la antropología filosófica. En tanto nouménico, el hombre era incognoscible, solo comprensible desde la moral como sujeto autónomo y libre.
La distinción kantiana del doble aspecto del hombre fue retomada por la antropología filosófica para resaltar la realidad biológica y la especificidad espiritual del hombre. Esto fue muy trabajado en Alemania a principios del siglo XX.
Desde entonces, distintos filósofos retomaron la cuestión, como Max Scheler (1874-1927), Michel Foucault (1926-1984) o Martin Heidegger (1889-1976).
La antropología filosófica
La antropología filosófica es una rama de la filosofía que tiene como objeto de estudio al hombre tomado desde una perspectiva filosófica. La pregunta que inaugura esta disciplina es “¿qué es el hombre?”.
En un sentido amplio, muchos filósofos han realizado aportes a la antropología filosófica. Sin embargo, se considera que esta disciplina surgió en Alemania a partir de la década de 1920, gracias a los trabajos de varios filósofos, antropólogos y sociólogos que se preocuparon por definir al hombre.
Algunos de los principales representantes de la antropología filosófica son Max Scheler, Helmuth Plessner (1892-1985) y Arnold Gehlen (1904-1976). En especial, se considera que el trabajo de Scheler, El puesto del hombre en el cosmos, es la obra que inauguró la disciplina.
Sin embargo, muchos otros filósofos han realizado aportes a la antropología filosófica. Pensadores como Martin Heidegger, a partir de su libro Ser y tiempo, o Michel Foucault, con Las palabras y las cosas, son constantemente citados como elementos indispensables de la disciplina.
Sigue con:
Referencias
- Emmanuel, K. (1981). Crítica de la razón pura. Estética trascendental y Analítica trascendental. Buenos Aires: Losada.
- Foucault, M. (1982). Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas. Siglo xxi.
- Ibrahim, A. P. (2022). La antropología filosófica en busca de su definición. Aciertos y desaciertos. Dialektika: Revista de Investigación Filosófica y Teoría Social, 4(11), 60-76.
- Sala, J. S. M. (2013). Antropología filosófica I. De la antropología científica a la filosófica. Editorial UNED.
- Scheler, M. (1938). El puesto del hombre en el cosmos. Losada.
¿Te fue útil esta información?
Sí No¡Genial! Muchas gracias por visitarnos :)