Barroco: qué es, su origen y características

Te explicamos qué es el Barroco, su origen y cómo se manifestó en las diferentes artes. Además, cuáles son sus características y autores.

¿Qué es el Barroco?

El Barroco fue un período de la historia cultural de Occidente que abarcó el siglo XVII y principios del XVIII. Se caracterizó por sus representaciones exageradas y efectistas, su intensidad emocional y sus excesos ornamentales. Se trató de un cambio total de paradigma, con repercusiones en la filosofía, la pintura, la escultura, la arquitectura, la música y la literatura.

Este movimiento surgió en un momento de tensiones religiosas y políticas: las primeras entre países católicos y protestantes, las segundas entre monarquías absolutistas y parlamentarias.

El Barroco tuvo lugar tanto en Europa occidental como en sus colonias americanas. En términos artísticos, constituyó un momento intermedio entre el manierismo y el rococó.

Ver además: Estilo barroco

Origen del barroco

barroco - pintura — Durante mucho tiempo, el Barroco representó lo recargado, engañoso y caprichoso. [Rembrandt, R. (1662). *Los síndicos de los pañeros*].

El Barroco nació en Italia durante el período conocido como Seicento, a modo de reacción contra las formas clásicas del Renacimiento. La teoría más aceptada acerca del nombre sugiere que proviene de la palabra “barocco” (“barrueco”, en español), que se refiere a aquellas perlas que tienen alguna deformidad o irregularidad.

El vocablo Barroco fue empleado originalmente de manera despectiva por quienes defendían la sobriedad, el equilibrio y la racionalidad de los modelos clásicos, para referirse a algo recargado, caprichoso, engañoso, grandilocuente o excesivo.

Luego del siglo XIX, cuando el término fue revalorizado por el Romanticismo y la historiografía, diversos artistas y críticos reconocieron la complejidad, el valor y la influencia de este período fundamental de la historia del arte. Desde entonces, se ha empleado para referirse tanto al movimiento histórico como a ciertas manifestaciones artísticas que desafían los valores del clasicismo.

Entre 1600 y 1750, el arte del Barroco ganó en refinamiento y ornato, aunque también cultivó el gusto por lo anecdótico, la sorpresa, los efectos e ilusiones ópticas, los gestos exagerados y las distorsiones. Estas características suelen relacionarse con una visión más cruda y pesimista del mundo, o bien con un contraste frente a la realidad social de la época, que estuvo marcada por enfrentamientos políticos, guerras, epidemias y situaciones de precariedad económica.

Durante el siglo XVIII, cuando apareció el Neoclasicismo, se asumió el Barroco como una forma “degenerada” del Renacimiento. Hoy en día, es considerado la negación simbólica y artística de lo clásico: donde el Renacimiento era racionalista y apolíneo (equilibrado), el Barroco se propuso ser irracional y dionisíaco (apasionado y salvaje).

Características del barroco

Entre las principales características del Barroco, se encuentran:

Enfatizó la realidad cotidiana. Frente a un clasicismo que idealizaba la realidad, la búsqueda del Barroco atendió a los aspectos más mundanos, cotidianos y efímeros de la vida. Esta tendencia estaba presente incluso en las recreaciones religiosas, que mostraban a los santos y mártires con gran intensidad emotiva y mucho detalle anatómico.
Tenía una visión grandilocuente del arte. El Barroco surgió en un momento de tensiones religiosas y políticas, por lo que el arte se convirtió en un instrumento de propaganda, generalmente a favor de la aristocracia y el clero. Se produjeron obras monumentales, fastuosas, recargadas e impactantes, que buscaban evocar poder y majestuosidad. Se hicieron iglesias, catedrales y grandes palacios, así como piezas repletas de ornamentos y elaborados detalles.
Buscó la belleza en la intensidad de las emociones. A diferencia del clasicismo, que procuraba encontrar la belleza en la bondad, la razón y la perfección, el Barroco se interesó por exaltar el contenido emocional y subjetivo. En este sentido, profundizó en la exageración de los gestos y las expresiones, lo que dio como resultado un arte con mucho dramatismo.
Concebía el arte como un espectáculo. Los artistas barrocos aprovecharon plenamente el poder del arte para crear ilusiones, e hicieron uso del color, la perspectiva, el contraste, el claroscuro y la composición para engañar a los sentidos. Empleaban artificios como el trampantojo (o “engaño del ojo”) para simular la presencia en el mundo físico de objetos pintados en superficies planas.

Pintura barroca

La pintura fue una de las expresiones artísticas más ricas y diversas del Barroco. Sus estilos pueden clasificarse según la zona geográfica en la que se desarrollaron:

Pintura barroca italiana. Tuvo dos grandes tendencias: el tenebrismo (uso dramático de luces y sombras) de Caravaggio y su escuela, y el clasicismo de formas idealizadas de los hermanos Ludovico, Agostino y Annibale Caracci.
Pintura barroca flamenca. Se caracterizó por el uso de colores intensos, el dinamismo y la exuberancia de las formas. Su principal representante fue Peter Paul Rubens.
Pintura barroca española. Coincidió con el llamado Siglo de Oro y fue de gran relevancia. Combinó magistralmente elementos de la pintura barroca italiana, como el tenebrismo, con el dinamismo y la complejidad de la pintura flamenca. Tuvo como principales representantes a Diego Velázquez y Bartolomé Esteban Murillo.
Pintura barroca francesa. A diferencia del resto de Europa, donde fue recargada y dramática, la pintura francesa de este período fue de líneas sobrias, simétricas y proporcionadas, en lo que se llamó el clasicismo francés. Nicolas Poussin fue uno de sus principales representantes.
Pintura barroca holandesa. Se enfocó en temáticas de la vida cotidiana, retratos y paisajes. Sus principales representantes fueron Frans Hals, Johannes Vermeer y Rembrandt.

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Literatura barroca

teatro barroco — El teatro y la dramaturgia alcanzaron un punto muy alto en el Barroco.

La literatura barroca surgió como respuesta a los cambios culturales que se gestaron en Europa entre los siglos XVI y XVII, como la Reforma y la Contrarreforma católica, los gobiernos monárquicos y la crisis de los valores que había encumbrado el Renacimiento.

Todas estas circunstancias históricas generaron un clima de incertidumbre, que se tradujo en una visión deprimida y pesimista del mundo, en la que todo se veía vano o ilusorio. Las actitudes vitales que refleja la literatura barroca son la duda, el desengaño y la prudencia.

Los géneros que se cultivaron en el Barroco son:

Novela. La novela barroca introdujo nuevas formas narrativas, que revolucionaron el género con elementos como la polifonía narrativa, la sátira social y un lenguaje rico en figuras retóricas y alusiones mitológicas. La picaresca se popularizó ampliamente en este período. Una de las más grandes creaciones del barroco literario es Don Quijote de la Mancha (1605), de Miguel de Cervantes, considerada la primera novela moderna.
Poesía. En el ámbito de la poesía barroca surgieron el culteranismo, con su lenguaje recargado, y el conceptismo, centrado en la agudeza intelectual. En medio de estas dos formas, se continuó desarrollando el soneto renacentista. Por otra parte, volvió la poesía bucólica o pastoril, que había sido cultivada en la antigua Roma, y se popularizaron las representaciones de la vida rural.
Teatro. El teatro y la dramaturgia, sobre todo en la España del Siglo de Oro, alcanzaron en el Barroco uno de sus puntos más altos. Las comedias satíricas y de capa y espada alternaron con los autos sacramentales o las dramatizaciones de pasajes bíblicos.

Arquitectura barroca

Durante el Barroco, la arquitectura adoptó formas mucho más dinámicas. Se cultivó un profundo sentido de la teatralidad y la escenificación, así como una ornamentación exuberante y profusa.

De este modo, se abandonó la rigidez y la linealidad del clasicismo en favor de las formas sinuosas y curvas y los juegos ópticos. Los urbanistas, al servicio de la monarquía y el clero, diseñaron ciudades que proyectaban imágenes de poder y esplendor.

Escultura barroca

escultura - barroco — La escultura barroca se vinculó fuertemente con la religión. [Ferrata, E. (c.1669). *Ángel con la cruz*].

La escultura en el Barroco estuvo en buena medida al servicio de la arquitectura y el urbanismo, por lo que se destacó en espacios públicos, palacios y edificios religiosos. Se emplearon materiales como mármol, yeso, madera y bronce, y técnicas como el dorado y la policromía. Las figuras representadas eran de poses dinámicas, con gestos exagerados y actitudes dramáticas.

Aunque cada región tuvo sus formas escultóricas propias con características distintivas, las dos variantes principales fueron la romana, de composiciones teatralizadas, y la española, de estilos particulares y diversos en cada lugar, pero con el énfasis en la expresividad y el realismo como rasgo común.

Música barroca

Johann Sebastian Bach - barroco — La música barroca termina con la muerte de Johann Sebastian Bach en 1750.

La música fue una importante expresión del Barroco, a tal punto que se convirtió en el estilo por excelencia de música académica de Europa. Este estilo musical abarca desde la creación de la ópera, alrededor del 1600, hasta la muerte de Johann Sebastian Bach, en 1750.

La música barroca se caracterizó por el uso de las tonalidades y del bajo continuo, así como por la creación de formas musicales como la sonata, el concierto y la ópera, junto con composiciones religiosas como la misa o el réquiem. En muchas de ellas, la improvisación tenía reservado un espacio importante, que servía para enriquecer la pieza con las creaciones del intérprete.

Barroco latinoamericano

El Barroco latinoamericano, una herencia llevada a América por los conquistadores y colonizadores españoles, tuvo su auge en el siglo XVIII. A diferencia de su raíz europea, en Latinoamérica se fusionó con las influencias indígenas y africanas del entorno. El resultado fue una tendencia cultural que, si bien respondía a la abundancia y el desborde típicos del Barroco, generó un imaginario mestizo único en el mundo. Entre sus representantes se destacan el pintor Sebastián López de Arteaga y la escritora sor Juana Inés de la Cruz.