Desierto

Te explicamos qué es un desierto, los climas que presenta y cómo se clasifica. Además, cuáles son sus características, flora, fauna y más.

Los desiertos son producto, principalmente, de la falta de lluvia.

¿Qué es un desierto?

El desierto es una ecorregión muy frecuente en la superficie terrestre. Se caracteriza por sus bajísimas precipitaciones y la escasa presencia de fauna y flora. Aunque la imagen tradicional del desierto arenoso está relacionada a climas cálidos y ecuatoriales, existen también zonas desérticas en regiones de clima templado y frío. 

Los desiertos son producto, principalmente, de la falta de lluvia. Esta falta de lluvia puede explicarse por la ubicación del desierto, lejos de fuentes de humedad, por la presencia de aire seco que impide la formación de nubes y precipitaciones, por la presencia de montañas que impidan el paso del aire húmedo o incluso por el cambio climático, que contribuye a la desertización de ciertos ambientes. 

Extensión de los desiertos

Los desiertos cálidos son los más extensos del planeta.

Los desiertos ocupan casi un tercio de la superficie de la Tierra, lo que equivale a unos 50 millones de kilómetros cuadrados. La mayoría de los desiertos se ubican en zonas de clima cálido y el resto en zonas frías y polares.

Hay desiertos en todos los continentes. Las regiones desérticas más extensas son la sahariana en el norte de África, la península arábiga, los desiertos de Asia Central y la Patagonia de Chile y Argentina.

Climas de los desiertos

Es posible identificar tres zonas climáticas alrededor de las cuales se distribuyen los distintos desiertos, en función del promedio de sus precipitaciones anuales:

  • Zonas semiáridas. Con una media de 250 a 500 mm de precipitación al año, abarcan un 15 % de la superficie terrestre. Se sitúan en los bordes de los desiertos y se las denomina “zonas de transición” o “zonas de ecotono”
  • Zonas áridas. Tienen un promedio de precipitaciones anuales de 250 mm como máximo. Abarcan el 16 % de la superficie terrestre y constituyen el tipo de desierto más extenso del mundo. 
  • Zonas hiperáridas. En estas zonas pueden pasar varios años sin que se produzcan precipitaciones. El promedio anual es menor a los 50 mm al año. Representan apenas un 4 % de la superficie terrestre, y se encuentran principalmente en la región de Atacama en Chile, el desierto del Mojave en Estados Unidos y en la región de Danakil en Etiopía. 

Las temperaturas en estas zonas suelen ser extremas, con enormes amplitudes térmicas entre el día y la noche. Los desiertos pueden registrar máximas de 40 ºC durante el día y descender por debajo de cero durante la noche. 

Tipos de desierto

Desierto polar
Los desiertos polares poseen temperaturas inferiores al punto de congelación del agua.

De acuerdo a su localización geográfica y patrón climático imperante, es posible clasificar los desiertos en varios tipos:

  • Desiertos tropicales. Son los desiertos más extensos del mundo. Se ubican entre los trópicos de Cáncer y de Capricornio. Se encuentran bajo efecto de los vientos alisios que impiden la formación de nubes y de lluvias y maximizan la radiación solar recibida por el suelo. Los más importantes son el Sahara y el Kalahari. 
  • Desiertos de latitudes medias. Se los llama también “desiertos continentales”, porque se encuentran en el interior de los continentes, alejados de la influencia húmeda de los océanos. El desierto de Sonora, en México, es de este tipo.
  • Desiertos de barrera al aire húmedo. Son consecuencia de la acción de grandes barreras montañosas que restringen el acceso del viento y, por lo tanto, de la humedad. El desierto de Mojave en Estados Unidos o el de Judea en Israel son un ejemplo de ello.
  • Desiertos costeros. Se ubican en bordes continentales y bajo el efecto de sistemas complejos de vientos que impiden la formación de nubes y precipitaciones. El desierto de Atacama, en Chile, el más seco del mundo, pertenece a esta clasificación.
  • Desiertos de monzón. Son desiertos producidos por la acción de los monzones (sistema de vientos estacionales), que nacen en el océano y pierden su humedad a medida que avanzan hacia el interior del continente. Durante el invierno prácticamente no hay precipitaciones y durante el verano toda la humedad que transportan la descargan cerca de las costas, lo que deja a las zonas interiores con muy pocas precipitaciones totales. El desierto de Thar en Pakistán es un ejemplo de desierto de monzón.
  • Desiertos fríos. Se ubican en zonas de mucha altura. Predominan los suelos áridos y rocosos. La puna altoandina se ubica a más de 4000 metros de altura y es el desierto frío más importante de América del Sur.
  • Desiertos polares. Con temperaturas inferiores al punto de congelación del agua, son extensiones de hielo (y nieve en algunos casos) con muy bajas precipitaciones anuales, que se encuentran en zonas polares y antárticas. Las zonas con menos lluvias de la Antártida y de Groenlandia son consideradas desiertos polares. 

Es importante tener en cuenta que estas clasificaciones ayudan a ordenar la información, pero a veces hay desiertos que podrían clasificarse en más de una categoría. Por ejemplo, el desierto de Atacama es costero por su ubicación cercana al océano Pacífico, y al mismo tiempo es un desierto de barrera de aire húmedo porque la Cordillera de los Andes no permite que lleguen vientos húmedos provenientes del océano Atlántico. 

Los suelos de los desiertos

Los suelos arenosos se componen de micropartículas que forman la arena.

Los desiertos suelen presentar tres tipos distintos de suelo:

  • Suelos arenosos. Están compuestos principalmente por partículas de arena pequeñas y granuladas. Como estos granos de arena no se adhieren entre sí, el viento los transporta fácilmente y puede formar grandes dunas. 
  • Suelos rocosos o pedregosos. Están compuestos por rocas y piedras de distinto tamaño.  
  • Suelos cubiertos de hielo. En los desiertos polares, la superficie se encuentra cubierta enteramente por hielo, por lo que el suelo suele encontrarse muchos kilómetros por debajo de la capa congelada.

La flora del desierto

En los oasis la presencia del agua permite el crecimiento de cobertura vegetal.

La vegetación de los desiertos es muy escasa debido a la baja disponibilidad de humedad en el suelo y en el aire. La vegetación existente desarrolla adaptaciones para resistir a esas condiciones, como hojas pequeñas y con espinas o raíces largas para aprovechar mejor el poco agua disponible. 

En los oasis, en cambio, la presencia del agua permite sostener una gran variedad de vida vegetal, con presencia de árboles y arbustos de mayor envergadura. Un oasis es una zona de tierra fértil y húmeda en medio de un desierto. En estos lugares, el agua subterránea alcanza la superficie o se encuentra cerca de la superficie, lo que permite la existencia de vegetación y vida animal. La flora en un oasis puede ser muy diversa, y pueden encontrarse palmeras, arbustos espinosos, cactus y una variedad de hierbas y pasturas

La fauna del desierto

Desierto
En el desierto existen numerosos roedores que se refugian en madrigueras para protegerse del sol.

La fauna de los desiertos es variada y ha desarrollado una serie de adaptaciones para sobrevivir con poca agua y temperaturas extremas. Algunos de los animales típicos de los desiertos son: 

  • Reptiles como serpientes, lagartos o iguanas. Tienen escamas o piel gruesa para evitar la pérdida de agua y poder vivir largos períodos sin beber. 
  • Aves como águilas, búhos y halcones. La mayoría son especies migratorias y solo están en el desierto durante ciertas épocas del año. 
  • Mamíferos como camellos, ratones, zorros y coyotes. Suelen estar más activos durante la noche para evitar el calor del día. 
  • Insectos como hormigas, escarabajos, arañas y escorpiones. Suelen tener caparazones duros para evitar la pérdida de agua y almacenarla en su propio cuerpo. 

Los recursos naturales en los desiertos

Los desiertos tienen una gran variedad de recursos minerales. Esto varía según la ubicación y el origen geológico de cada desierto. Algunos de los recursos más comunes son los minerales como el oro, el zinc, el potasio, la sal o la plata, y los hidrocarburos, como el petróleo y el gas natural.  

También pueden obtenerse recursos energéticos, ya que los desiertos son ideales para la producción de energías renovables, como la eólica o la solar. 

Los oasis y las zonas cercanas a los ríos son aprovechados por las comunidades cercanas para la práctica de la agricultura. 

Algunos desiertos son aprovechados también para la explotación de la actividad turística debido a su belleza natural y la posibilidad de realizar actividades, como senderismo.  

Los desiertos más extensos del mundo

El desierto del Sahara tiene 9.065.253 kilómetros cuadrados de extensión.

Las mayores extensiones desérticas del mundo son:

  • Desierto Polar Antártico con 14 millones de kilómetros cuadrados. 
  • Desierto Polar Ártico, con 13 millones de kilómetros cuadrados. 
  • Desierto del Sahara en África del Norte, con 9.065.253 kilómetros cuadrados.
  • Desierto de Australia, con 2.330.000 kilómetros cuadrados.
  • Desierto de Arabia, con 2.300.000 kilómetros cuadrados.
  • Desierto del Kalahari en África meridional, con 930.000 kilómetros cuadrados.
  • Desierto patagónico en América del Sur, con 670.000 kilómetros cuadrados.

Los desiertos en el planeta Marte

En Marte hay varios desiertos. El más extenso es el “desierto de Marte” o “región de Tharsis”, que cubre una gran parte del planeta y tiene ocho millones de kilómetros cuadrados. En este desierto se encuentra el Monte Olimpo, el volcán más grande del sistema solar. Además, hay otros desiertos como el “desierto de Arabia” y el “desierto de Elysium”. 

Dichos desiertos presentan altos márgenes de abrasión eólica, dado que el viento marciano arrastra una gran cantidad de partículas en suspensión a muy altas velocidades, lo que provoca importantes efectos erosivos en la superficie del planeta. 

Los paleodesiertos

Los paleodesiertos son desiertos que existieron en el pasado geológico de la Tierra, pero que actualmente en esas zonas ya no hay desiertos debido a los cambios climáticos que ha experimentado el planeta. 

En los paleodesiertos se encuentran rocas y sedimentos que pueden contener fósiles de organismos que habitaron el área en las épocas en las que el desierto tenía características de aridez. La falta de humedad de estos ambientes contribuye a la conservación de los fósiles.

El estudio de los paleodesiertos es importante para comprender cómo ha evolucionado el clima de la Tierra y cómo han afectado los distintos cambios climáticos a los ecosistemas y la biodiversidad a lo largo del tiempo. 

Entre los principales ejemplos de paleodesiertos se destacan los siguientes:

  • El Ischigualasto (Valle de la Luna) en Argentina.
  • El desierto del Kalahari en el sur de África.
  • Los Sand Hills de Nebraska en Estados Unidos, también son considerados paleodesiertos. 

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Referencias

  • Maidana, G. (2017). Los desiertos. El planeta Tierra como sistema. Contribuciones Científicas GAEA, 29. GAEA
  • National Geographic España (2014) Una noche en el desierto del Thar. NationalGeographic
  • Pino, M. (2018). Los desiertos de Marte. Investigación y Ciencia, 495.

¿Cómo citar?

"Desierto". Autor: Gustavo Sposob. De: Argentina. Para: Enciclopedia Humanidades. Disponible en: https://humanidades.com/desierto/. Última edición: 5 abril, 2024. Consultado: 10 mayo, 2024.

Sobre el autor

Autor: Gustavo Sposob

Profesor de Enseñanza Media y Superior en Geografía (UBA).

Fecha de actualización: 5 abril, 2024
Fecha de publicación: 23 febrero, 2017

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