Suelo

Te explicamos qué es el suelo, sus propiedades y sus componentes. Además, por qué es importante y cómo reducir su contaminación.

Suelo - planta
Los suelos se forman por la lenta desintegración de las rocas.

¿Qué es suelo?

El suelo es la capa que cubre la superficie terrestre y que sostiene la vida vegetal y animal. Es el gran motor energético de la naturaleza, ya que en su interior alberga nutrientes y agua de la que se alimentan las plantas y otros organismos. También es un soporte físico para el establecimiento de comunidades humanas y una fuente de recursos naturales que suministra materias primas a muchas actividades económicas fundamentales.

Los suelos están compuestos por diferentes capas que están formadas por agua, minerales, aire, pequeños organismos y materia orgánica (que es producto de la descomposición de los animales y vegetales que habitan en el suelo). El suelo es fundamental para el desarrollo de la vida en el planeta Tierra debido a que funciona como hogar de muchos organismos vivos.

Esta estructura se forma por la lenta desintegración de las rocas, que se produce por una sumatoria de factores, como los movimientos de placas tectónicas, la alternancia de temperaturas, la escorrentía por lluvias, los vientos, la actividad de la micro y mesofauna, entre otros.

Ver además: Lluvia ácida

Propiedades físicas del suelo

Algunas de las propiedades del suelo son:

  • Textura. Los suelos varían entre sí según los elementos que los constituyen y su textura cambia de acuerdo a la cantidad y al tamaño de las partículas que lo formen. Los porcentajes de arena, arcilla y limo que tenga un suelo le darán una textura característica.
  • Fertilidad. Los suelos varían entre sí según su nivel de fertilidad, es decir, según la capacidad que tengan de poder albergar vida vegetal. A mayor fertilidad, mayor desarrollo agrícola de un suelo.
  • PH. Los suelos varían entre sí según su nivel de acidez (pH). El pH se mide en una escala que va de 1 a 14, siendo 7 un pH neutro, menor a 7: ácido y mayor a 7: básico.
  • Mutación. Los suelos cambian con el correr del tiempo y debido a factores como la descomposición de residuos orgánicos, las lluvias excesivas, entre otros. Un suelo puede hacerse, con el tiempo, más fértil o menos fértil.
  • Permeabilidad. Los suelos varían entre sí de acuerdo a su permeabilidad, es decir, a la capacidad de que se filtre agua y aire. Esto va a depender de la estructura del suelo y del tamaño y características de los materiales que lo compongan.
  • Estructura. Los suelos varían entre sí de acuerdo a la forma en la que se agrupan los elementos y materiales que los constituyen.
  • Salinidad. Los suelos varían entre sí de acuerdo al porcentaje de sales solubles acumuladas que tengan. Este proceso se puede dar de forma natural o como consecuencia de fenómenos llevados a cabo por el ser humano.
  • Porosidad. Los suelos varían entre sí de acuerdo a la cantidad y estructura de los poros, que son aquellos espacios del suelo que están vacíos, es decir, que no están formados por materia sólida, sino por agua y aire.

Componentes del suelo

Entre los principales componentes del suelo están:

  • Agua. Es el componente básico del suelo que permite albergar la vida vegetal. Mientras más húmedos son los suelos, mayores especies vegetales podrán desarrollarse en ellos.
  • Aire. Es el componente que permite que las raíces de las plantas y los organismos que habitan en el suelo puedan respirar.
  • Material inorgánico. Está constituido fundamentalmente por minerales, como silicatos, óxidos, micas, calizas o sales.
  • Materia orgánica. Es el componente que proviene de la descomposición de los restos vegetales y animales. Estos restos, tras descomponerse, se transforman en nutrientes que contribuyen a la fertilidad del suelo.
  • Pequeños organismos. Está constituido por organismos como bacterias, hongos, lombrices, insectos, virus, entre muchos otros.
arena - suelo
Las partículas de arena gruesa pueden alcanzar un diámetro de 2 mm.

Funciones del suelo

Entre las principales funciones de los suelos están:

  • Albergan nutrientes. Los suelos están conformados por nutrientes, como nitrógeno, fósforo, azufre, hierro y magnesio, lo que hace posible que en los suelos fértiles crezcan gran diversidad de especies.
  • Acumulan agua. Los suelos tienen un carácter heterogéneo y son porosos, lo que les permite retener una considerable cantidad de agua a modo de “esponja natural”.
  • Albergan organismos y plantas. Los suelos alojan muchas especies de macro y microorganismos que se alimentan de los nutrientes presentes en él. También son el hogar de plantas y árboles.
  • Regulan las inundaciones. Los suelos absorben agua lo que les permite hacer frente a lluvias intensas o al desborde de cursos de agua.
  • Descomponen sustancias orgánicas. Los suelos están formados por organismos que descomponen los restos de otros animales y vegetales, de este proceso se extraen los nutrientes de los que se alimentan las plantas y otros organismos que habitan en el suelo.
  • Suministran alimentos. Los suelos son la base en la que se practican actividades económicas vitales, como la agricultura y la ganadería, para producir alimento para los animales y el ser humano.
  • Suministran materias primas. Los suelos albergan una gran riqueza de recursos naturales de los que se extraen materias primas para diversas industrias como la alimenticia, la farmacéutica, la textil, entre otras.
  • Suministran materiales para la construcción. Los suelos albergan recursos naturales y materiales que son usados por el ser humano para la construcción de edificaciones.
  • Acumulan carbono. Los suelos albergan el carbono que capturan de la atmósfera las plantas. Esto genera una menor presencia de este gas, que contribuye al efecto invernadero en el aire.
  • Acumulan acervo cultural e histórico. Los suelos conservan dentro de sí restos arqueológicos de culturas y civilizaciones ya extintas.
Suelo - acuífero
El agua es uno de los componentes del suelo.

Tipos de suelos

Los suelos se clasifican de acuerdo a diversos criterios y los distintos países suelen adoptar clasificaciones propias.

La clasificación más extendida a nivel mundial es la Soil Taxonomy de la USDA (United States Department of Agriculture), que clasifica a los suelos en base al concepto de “horizonte diagnóstico” (los horizontes son las capas que componen los suelos) y reconoce 12 órdenes, que cuentan con menores niveles de jerarquía (desde subórdenes hasta series). Estos son:

  • Alfisol. Están en climas húmedos y se caracterizan por su fertilidad, por lo que son suelos con un gran desarrollo de la agricultura y la silvicultura. Tienen horizontes formados por arcilla.
  • Andisol. Se formaron luego de erupciones volcánicas y la característica que los diferencia de otros suelos es que están compuestos por minerales como imogolita y ferrihidrita.
  • Aridisol. Están en climas áridos o semiáridos en ecosistemas como desiertos. Se caracterizan por la baja presencia de materia orgánica y vegetación debido a las pocas precipitaciones que reciben.
  • Entisol. Están en zonas secas y frías y su principal característica es que no tienen horizontes desarrollados.
  • Espodosol. Están en zonas de clima frío y húmedo y se caracterizan por su baja fertilidad, por tener un color rojizo y ser suelos ácidos.
  • Gelisol. Están en climas fríos, por lo que son suelos helados y que contienen permafrost. Se los suele encontrar en zonas de alta montaña o en el Ártico.
  • Histosol. Están en zonas frías y pantanosas y están constituidos principalmente por materia orgánica.
  • Inceptisol. Están presentes en muchas zonas del planeta, ya que son un tipo de suelo muy común. Se caracterizan por ser suelos jóvenes y con poco desarrollo de horizontes.
  • Molisol. Están en zonas semihúmedas de pastizales y se caracterizan por su color oscuro y su fertilidad, lo que los convierte en suelos adecuados para las prácticas agrícolas.
  • Oxisol. Están en zonas tropicales y se caracterizan por su color naranja o rojo y por la presencia de minerales oxidados (de allí su nombre).
  • Ultisol. Están en zonas húmedas y cálidas y se caracterizan por su color rojizo, por tener arcilla en sus horizontes y por un nivel bajo de algunos nutrientes.
  • Vertisol. Están en zonas tropicales o mediterráneas y se caracterizan por una gran presencia de arcilla en su composición y por grietas que dificultan las prácticas agrícolas.

La Soil Taxonomy se utilizó como base para la Base Referencial Mundial (WRB) que es un estándar internacional de clasificación y nomenclatura de suelos que incluye 32 grupos de suelos de referencia.

Importancia del suelo

El suelo es la base sobre la que se desarrollan muchas de las relaciones clave dentro de los ecosistemas. Es allí donde las plantas y animales viven y se alimentan.

Esta superficie, además, es imprescindible para llevar a cabo muchas actividades económicas, como la agricultura y la ganadería, que permiten alimentar a gran parte de la población mundial. Además, muchas otras industrias como la forestal, minera, petrolera y farmacéutica se valen de las materias primas que se obtienen al explotar los recursos naturales del suelo.

El suelo es un recurso limitado, por lo que es fundamental su cuidado y conservación ya que brinda el hábitat propicio para el correcto desarrollo de la vida en la Tierra.

Contaminación del suelo

Contaminación del suelo
El suelo puede contaminarse por derrames de desechos en las costas.

Los suelos se contaminan cuando se vierte sobre él desechos con sustancias tóxicas que alteran de una u otra manera las propiedades del suelo. Esto trae consecuencias negativas para todos los organismos vivos que habitan o se alimentan del suelo.

Debido a que el suelo es la capa sobre la que se asienta toda la vida humana, los suelos pueden ser el destino final o transitorio de contaminantes procedentes de las diferentes actividades que lleva adelante el ser humano, como la actividad industrial y la actividad minera. Además, la contaminación del suelo puede acarrear la contaminación de aguas subterráneas o cursos de agua cercanos al suelo contaminado.

Existen muchas sustancias que contaminan el suelo, que pueden ser orgánicas o inorgánicas, por ejemplo: los metales pesados, los hidrocarburos, los ácidos y los pesticidas.

Algunas de las fuentes que generan contaminación en el suelo son:

  • Los desechos de la minería.
  • Los desechos industriales.
  • Los desechos urbanos y domésticos.
  • Los desechos radioactivos.
  • El uso de plaguicidas.
  • Los derrames de petróleo.
  • La filtración de vertederos de basura.

Algunas prácticas agronómicas, como las labranzas continuas, las fertilizaciones excesivas o el pastoreo con muy alta carga animal, también pueden afectar la calidad de los suelos al generar erosión o desertificación.

Sigue en: Contaminación del suelo

Conservación y cuidado del suelo

Suelo - bacterias
Es importante el cuidado del suelo ya que en él habitan micro y macroorganismos.

El suelo es el lugar en el que se llevan a cabo muchos de los ciclos naturales más importantes para el desarrollo de los organismos vivos. Además, es la fuente de la que se extraen recursos que posibilitan la vida del ser humano en la Tierra. Por eso, cuidar el suelo es imprescindible para cuidar la vida y es fundamental llevar adelante prácticas que cuiden sus propiedades.

Algunas son:

  • No contaminar los suelos con residuos domésticos ni industriales.
  • No verter productos tóxicos en los suelos.
  • No verter agua contaminada en los suelos.
  • Desarrollar una ganadería y una agricultura consciente y que preserve y cuide los suelos.
  • Reciclar materiales como el plástico, el vidrio y el papel.
  • No deforestar las zonas de bosque.
  • Reforestar las zonas taladas.

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Equipo editorial, Etecé (23 de octubre de 2024). Suelo. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 24 de octubre de 2024 de https://humanidades.com/suelo/.

Sobre el autor

Fecha de actualización: 23 de octubre de 2024
Fecha de publicación: 9 de junio de 2016

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