Estados Unidos en el siglo XX

Te explicamos cómo fue la historia de Estados Unidos en el siglo XX. Además, el crecimiento económico, la sociedad de consumo y el movimiento por los derechos civiles.

En el siglo XX, Estados Unidos experimentó un impresionante crecimiento económico.

¿Cómo fue la historia de Estados Unidos en el siglo XX?

Durante la década de 1920, la economía capitalista de Estados Unidos vivió un período de prosperidad que se extendió a otros países y fue conocido como “los años locos” o “los felices años veinte”. Esta etapa fue interrumpida por una grave crisis económica conocida como la Gran Depresión, que comenzó en Estados Unidos en 1929 y se extendió a la mayor parte del mundo durante la década de 1930.

En la primera mitad del siglo XX, Estados Unidos intervino decisivamente en los dos grandes conflictos mundiales que habían tenido como epicentro el continente europeo: la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Tras  la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos surgió como la gran potencia económica y militar del mundo occidental.

El esfuerzo bélico y las medidas tomadas en la década del treinta (el New Deal) habían sacado a la economía estadounidense de la depresión al mismo tiempo que las otras potencias de la época (países europeos y Japón) habían quedado devastadas por la guerra.

Solo la Unión Soviética, que también había contribuido al triunfo aliado en la Segunda Guerra Mundial, podía competir con Estados Unidos. El gobierno estadounidense pronto dejó de tener el monopolio nuclear y la rivalidad entre Estados Unidos y la Unión Soviética definió el período de la Guerra Fría que duró hasta la caída del régimen soviético en 1991. En este contexto se produjeron hechos significativos como la participación estadounidense en las guerras de Corea y Vietnam.

Durante la segunda mitad del siglo XX, Estados Unidos atravesó un período de crecimiento económico, consumo de masas y bienestar que, sin embargo, no estuvo exento de conflictos debidos a desigualdades sociales y segregación de la población afroamericana. 

Este clima de tensión generó importantes luchas por los derechos civiles y manifestaciones de rechazo a la guerra de Vietnam. También se destacaron hechos como los asesinatos de John Fitzgerald Kennedy y Martin Luther King o el “Escándalo Watergate”. 

En la década de 1980 triunfó una línea conservadora que llevó a la presidencia a Ronald Reagan y a George Bush hasta que retornó a la Casa Blanca un representante del Partido Demócrata, Bill Clinton, en 1993.

Preguntas frecuentes

¿Cómo fue la economía de Estados Unidos en el siglo XX?

Durante la primera mitad del siglo XX, Estados Unidos experimentó un importante crecimiento económico, especialmente en la industria y las finanzas, pero también atravesó una grave crisis económica en la década de 1930. En la segunda mitad del siglo XX tuvo el mayor producto interno bruto (PIB) de la economía mundial.

¿Cómo fue la participación de Estados Unidos en los conflictos bélicos del siglo XX?

Estados Unidos participó en las dos guerras mundiales, contribuyó decisivamente al triunfo de los Aliados y se convirtió en el principal acreedor de los países endeudados por la guerra, lo que reforzó su posición internacional.

¿Cómo fue su política exterior en la segunda mitad del siglo XX?

A pesar de su tradicional aislacionismo, tras la Segunda Guerra Mundial el gobierno estadounidense se implicó en los asuntos internacionales como principal potencia del mundo capitalista occidental: 

  • financió la reconstrucción económica de Europa occidental,
  • desarrolló el armamento nuclear y la tecnología aeroespacial (en una carrera con la URSS),
  • intervino militar o económicamente en regiones del Tercer Mundo (como Corea, Vietnam o América Latina) como parte de su política contra el comunismo.

¿Cómo fue su relación con la URSS?

Durante la segunda mitad del siglo XX, Estados Unidos se constituyó en una de las dos superpotencias mundiales. Hasta fines de los ochenta disputó con la URSS el dominio económico, político y militar en el marco de la Guerra Fría. Tras la caída de la URSS en 1991 se afianzó como única superpotencia.

¿Cómo fue la política interior?

En política interior, Estados Unidos atravesó diversos conflictos a lo largo del siglo XX, como las manifestaciones contra la guerra de Vietnam y por los derechos civiles en la década de 1960 o el asesinato del presidente John Fitzgerald Kennedy en 1963 y del líder por los derechos civiles Martin Luther King en 1968.

La democracia estadounidense tras la Segunda Guerra Mundial

Hasta los años setenta, el legado de Franklin D. Roosevelt y el New Deal implementado en la década del treinta determinó los grandes rasgos de la política interior estadounidense. 

Las fuerzas políticas estaban generalmente de acuerdo en mantener las transformaciones de los años treinta:

  • Un incremento en el poder y la intervención del Estado.
  • Un papel significativo de los sindicatos en la marcha de la economía.
  • Un compromiso con el Estado de bienestar, aunque en una versión más reducida que la de Europa occidental (por ejemplo, Estados Unidos no adoptó un sistema sanitario universal).
  • La aceptación de la necesidad de resolver los problemas de las minorías.

La influencia de estas políticas se confirmó con la elección de los presidentes demócratas Harry S. Truman (1945-1953), John F. Kennedy (1961-1963) y Lyndon B. Johnson (1963-1969). Incluso durante el gobierno del republicano Dwight Eisenhower (1953-1961) no hubo ningún cambio esencial en la política general.

La segunda mitad del siglo XX fue una época de prosperidad económica y grandes cambios sociales. Se produjo un aumento en el sector terciario (servicios) y, en 1979, el 47 % de la población trabajaba en el sector de servicios. Las ciudades se extendieron y muchos estadounidenses se fueron a vivir a las zonas suburbanas, un mundo de casas con jardín y enormes centros comerciales (malls). El automóvil se convirtió en un bien esencial para las familias que además se rodearon de múltiples electrodomésticos.

La “caza de brujas” del senador Joseph McCarthy

La opulencia económica de gran parte de la población no impidió las tensiones sociales y políticas. El desarrollo de la bomba atómica soviética y la victoria comunista en China a fines de los años cuarenta promovieron una sensación de pánico ante la posibilidad de infiltración comunista en puestos clave de la sociedad estadounidense.

Este miedo fue impulsado por algunos políticos, como el senador Joseph McCarthy, quien dirigió una “caza de brujas” contra cualquier persona sospechosa de tener ideas izquierdistas o comunistas. McCarthy dio finalmente un paso en falso cuando intentó incriminar a altos oficiales del ejército y, en 1954, el Congreso censuró su actividad.

El movimiento por los derechos civiles

En la Marcha sobre Washington de 1963 Martin Luther King pronunció su discurso “Tengo un sueño”.

En los años siguientes, el centro de atención se desplazó a la situación de las minorías y la población más pobre que había quedado excluida del bienestar general. El Partido Demócrata tomó la iniciativa en esta cuestión.

El impulso reformista fue interrumpido por el asesinato del presidente Kennedy en 1963, pero fue reforzado con su sucesor, Johnson, quien lanzó el programa de la Gran Sociedad (Great Society). Johnson declaró la “guerra a la pobreza” y aprobó diversas leyes de apoyo a los sectores más desfavorecidos (asistencia sanitaria para los jubilados, alimentos para los necesitados, viviendas sociales, reformas educativas).

El problema social se había entremezclado con la “cuestión racial” en Estados Unidos. Desde los años cincuenta la población afroamericana protagonizó una serie de protestas para acabar con su marginación legal y con la segregación racial en la educación y la vida cotidiana. En 1954, el Tribunal Supremo dio un paso histórico y falló contra la segregación en el sistema educativo. Hasta ese momento, los niños afroamericanos y “blancos” acudían a diferentes escuelas.

Un año después, un pastor protestante, Martin Luther King, encabezó un boicot contra la segregación racial en los autobuses de Montgomery, Alabama, luego de que Rosa Parks, una activista afroamericana, fuera detenida por negarse a ceder el asiento a una persona “blanca”. En agosto de 1963, King dirigió una masiva manifestación en Washington en la que pronunció su célebre discurso Tengo un sueño ("I have a dream"), en el que hizo un alegato contra la desigualdad racial en su país.

Finalmente, el movimiento por los derechos civiles triunfó cuando el presidente Johnson se decidió a actuar legalmente:

  • En 1964, se aprobó la Ley de Derechos Civiles, que puso fin a la segregación y discriminación en los centros de trabajo y en las instalaciones públicas
  • En 1965, se aprobó la Ley de Derecho de Voto, que eliminó los obstáculos a los que se enfrentaba la población afroamericana para ejercer el voto en los estados del sur.

Sin embargo, las reformas de Johnson no aplacaron el descontento social. Dos líneas de protesta confluyeron en la segunda mitad de los años sesenta:

  • En los “guetos negros” de las grandes ciudades la juventud era más receptiva a los líderes nacionalistas radicales como Malcolm X que a las prédicas pacifistas de Martin Luther King.
  • La escalada militar en Vietnam y el alistamiento obligatorio engendraron un amplio resentimiento en la juventud, que buscaba una nueva forma de vida alejada del modelo de sus padres (música pop, movimiento hippie, libertad sexual).

En el verano de 1965, estallaron disturbios sociales en el distrito de Watts, de mayoría afroamericana, en Los Ángeles. En los años siguientes, los disturbios se extendieron a otras grandes ciudades y llegaron a su apogeo en 1968, tras el asesinato de Martin Luther King

Por otro lado, aunque las grandes manifestaciones contra la guerra de Vietnam buscaron su inspiración en la ideología pacifista, en 1970 cuatro estudiantes murieron en la Universidad de Kent a manos de la Guardia Nacional del estado de Ohio.

La presidencia de Richard Nixon

Los “años de protesta” cambiaron aspectos esenciales de la sociedad estadounidense pero, a la vez, desencadenaron una reacción que llevó a que una parte importante de la población que tradicionalmente había votado al Partido Demócrata, cambiara su opinión política a favor de “la ley y el orden” y se identificara con el conservador Partido Republicano.

Con el presidente Richard Nixon (1969-1974), los republicanos pusieron freno a las reformas de Johnson. Sin embargo, el Tribunal Supremo tomó importantes decisiones contrarias a los objetivos del presidente, como la legalización del aborto en 1973.

Los demócratas habían llevado adelante una política reformista en el interior del país que había contrastado con una agresiva política exterior (como demuestran la crisis de los misiles en Cuba o la guerra de Vietnam). 

Nixon hizo lo contrario: tuvo una actitud conservadora en asuntos internos pero, en política exterior, adoptó una posición pragmática. En 1972 viajó a Beijing e inició la normalización de relaciones con la China comunista. Al año siguiente, inició negociaciones con Vietnam del Norte que llevaron a la retirada de las tropas estadounidenses de Vietnam.

Pese a ser reelegido en 1972, la carrera política de Nixon acabó de forma abrupta dos años después. Tras demostrarse que agentes de su administración habían espiado a la Convención Demócrata en el hotel Watergate en Washington, Nixon se vio forzado a renunciar en agosto de 1974. Fue el “Escándalo Watergate”.

Las presidencias de Ronald Reagan y George Bush

Entre 1980 y 1993 gobernaron sucesivamente los republicanos Ronald Reagan y George Bush.

Estados Unidos se hallaba en uno de los momentos más complejos del siglo XX. A la crisis política y al descontento social se les unió una profunda crisis económica agravada por el alza del precio del petróleo acordado por la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) en 1973. El estancamiento económico, la inflación y el desempleo marcaron el gobierno del republicano Gerald Ford (1974-1977) y del demócrata Jimmy Carter (1976-1980).

La sensación de malestar aumentó con los fracasos de la política exterior de Estados Unidos: desde la precipitada salida de Vietnam en 1975 hasta el asalto y la toma de rehenes en la embajada estadounidense en Teherán, tras el triunfo de la revolución del ayatolá Jomeini en Irán en 1979.

El malestar favoreció un fuerte giro político a la derecha. Ronald Reagan (1981-1989), representante del ala más derechista del Partido Republicano, ganó de forma abrumadora en las elecciones de 1980. Inició una nueva política económica que ponía en cuestión el consenso en torno al Estado del bienestar nacido con el New Deal y lanzó una política de rearme militar.

Reagan fue sustituido por otro republicano, George Bush padre (1989-1993), quien tuvo que hacer frente a una fuerte recesión económica, agravada por el enorme déficit que había dejado Reagan. Las dificultades económicas explican que, pese a que Bush contempló como presidente de Estados Unidos el fin de la Unión Soviética, el gran adversario de Estados Unidos durante la Guerra Fría, fracasara en su intento de ser reelegido en 1992. Los demócratas, con Bill Clinton (1993-2001), retornaron a la Casa Blanca.

La sociedad estadounidense

La sociedad de consumo

Muchas familias accedían a automóviles y se mudaban a casas con jardín en los suburbios.

La sociedad estadounidense sufrió cambios radicales en las décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. Nuevos aparatos tecnológicos como la televisión, los reactores, los avances médicos o los ordenadores alteraron totalmente la vida social en Estados Unidos.

La prosperidad económica llevó al crecimiento de la clase media, la expansión de la educación superior y el rápido incremento del consumo de masas. La construcción de la red de autopistas, la gasolina barata y la generalización del automóvil llevaron a Estados Unidos a convertirse en la sociedad más móvil del mundo desarrollado.

La nueva sociedad consumista creó el prototipo de la familia de clase media con una casa con jardín en las afueras de la ciudad, dos automóviles y una gran capacidad de gasto. Aunque en los “guetos negros” de las ciudades la realidad era muy diferente, un creciente número de estadounidenses alcanzó un alto nivel de vida.

En esta época, la sociedad de Estados Unidos también se hizo más permisiva. La extensión de los anticonceptivos, especialmente la píldora en los años sesenta, llevó a que el sexo prematrimonial se convirtiera en la regla. Esta mayor libertad sexual llevó al aumento de la tasa de divorcios y a una actitud crecientemente menos represiva hacia la homosexualidad, el sexo extramatrimonial o los hijos nacidos fuera del matrimonio.

Esta actitud fue adoptada en las grandes urbes mientras que en el campo y las pequeñas ciudades pervivió una mentalidad tradicional ligada a los mandatos religiosos.

La nueva ley de inmigración

Estados Unidos consolidó en este período su condición de país de inmigrantes. Tras la restrictiva ley de 1924, que dificultaba la inmigración de países que no fueran de Europa septentrional, la nueva ley de inmigración de 1965 abrió el país a nuevas corrientes migratorias procedentes de Latinoamérica (especialmente México) y Asia.

La nueva oleada de inmigrantes cambió la composición étnica de la población y en 2003 la población de origen hispano superó a la población de origen africano como mayor minoría del país. Por otro lado, el fenómeno de inmigración ilegal creció de forma considerable y dio lugar a un amplio debate nacional.

La lucha feminista y la conciencia ecologista

Al igual que en Europa, el cambio en la situación de las mujeres fue la gran transformación de la segunda mitad del siglo XX. Pionera en el movimiento sufragista del siglo XIX, la sociedad estadounidense dio origen a un poderoso movimiento feminista

Figuras como Betty Friedan (autora del libro La mística de la feminidad, publicado en 1963) y organizaciones como NOW (National Organization for Women) alentaron la consecución de una posición cada vez más igualitaria en el terreno social y laboral. La legalización del aborto en 1973 fue una de sus grandes conquistas, aunque siguió encontrando un poderoso movimiento de oposición en las organizaciones “pro-vida”.

También en los años sesenta nació una nueva sensibilidad ecologista. El libro de Rachel Carson Primavera silenciosa (1962) tuvo una gran repercusión en el país y se lo suele señalar como la principal inspiración del movimiento ecologista en Estados Unidos.

Muy pronto, las diversas administraciones adoptaron medidas de protección del medio ambiente que, ya en la década del ochenta, encontraron la oposición de grupos de presión que consideraban que estas medidas iban en contra del desarrollo económico y el empleo en el país. Pese a ello, la conciencia medioambiental se extendió por la sociedad estadounidense.

La economía de Estados Unidos

La prosperidad económica tras la Segunda Guerra Mundial

Tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se convirtió en la principal potencia económica.

La Segunda Guerra Mundial tuvo para Estados Unidos un coste económico diez veces superior al de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, la economía estadounidense salió reforzada del conflicto:

  • Puso fin a la recesión de la década del treinta.
  • Revitalizó la industria y estimuló el progreso técnico-científico en campos innovadores (aeronáutica, electrónica y energía atómica).
  • Debido a que otras economías (europea occidental, japonesa y soviética) sufrieron grandes daños que crearon necesidades de reconstrucción, la expansión de la economía estadounidense orientada a la reconstrucción motivó la emigración masiva hacia los grandes centros industriales del norte y el oeste del país. En esos movimientos migratorios tomó parte la población afroamericana del sur agrícola.

Mientras que en 1913 el PIB estadounidense no llegaba al 9 % del mundial, en 1950 equivalía a más del 27%. El PIB per cápita de Estados Unidos era bastante más alto que el de los otros países que habían combatido en la guerra. 

Estados Unidos salió de la Segunda Guerra Mundial convertido en el líder económico mundial. El resto del mundo capitalista desarrollado pronto logró recuperarse y acortar distancias respecto a Estados Unidos. Las décadas del cincuenta, sesenta y comienzos del setenta constituyen la “Edad de oro” de la economía capitalista.

Los años 1950 a 1973 contrastan con el período de entreguerras: la economía mundial creció a una tasa tres veces superior y ningún continente quedó al margen del crecimiento. En Europa occidental y Japón el crecimiento fue especialmente intenso. 

En comparación, Estados Unidos creció poco, pero partía de un nivel mucho más alto en 1950 y a comienzos de la década de 1970 tenía un PIB per cápita casi un 50 % mayor al de Europa occidental y Japón.

El papel de Estados Unidos en la reconstrucción europea y, algo más tarde, en la reconstrucción japonesa, resultó decisivo. En la devastada Europa de posguerra, el Plan Marshall fue uno de los instrumentos de la ayuda estadounidense que contribuyeron a resolver problemas urgentes y crear las condiciones para el despegue económico posterior.

El sistema de Bretton Woods

Especialmente importante para el crecimiento económico generalizado de la “Edad de oro” fue el papel líder de Estados Unidos en la creación de un marco de cooperación económica internacional. El conjunto de instituciones y reglas conocido como “sistema de Bretton Woods” se diseñó en una conferencia internacional celebrada en 1944 en la localidad estadounidense del mismo nombre a la que asistieron representantes de más de cuarenta países.

De los acuerdos de Bretton Woods surgieron el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT). Estas instituciones carecían de precedentes y reflejaban la preocupación por la cooperación económica internacional:

  • El BIRF concedió préstamos a largo plazo para la reconstrucción posbélica y el desarrollo económico de los países más pobres.
  • El FMI se ocupó de sostener un sistema monetario internacional.
  • El GATT impulsó el comercio internacional mediante la reducción del proteccionismo.

La política económica de la “Edad de oro” tuvo también una fuerte influencia keynesiana. El objetivo de la estabilidad de precios se combinó con el del pleno empleo. El Estado creció en tamaño como respuesta al aumento de sus funciones: regulación de la economía, servicios públicos y protección frente a la adversidad (seguro de desempleo, pensiones). Aunque esto fue más notorio en Europa occidental, en Estados Unidos su proporción respecto al PIB pasó del 21,4 % en 1950 al 31,1 % en 1973.

Los sindicatos de Estados Unidos aceptaron un pacto implícito: mejoras en los niveles de vida de los trabajadores a cambio de subidas salariales moderadas y de reinversión de beneficios por parte de los empresarios para asegurar que el crecimiento no fuera interrumpido.

La crisis del petróleo y la época Reagan

La “Edad de oro” de la economía capitalista finalizó abruptamente a comienzos de los años setenta. En 1973, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) incrementó el precio del petróleo, que había permanecido estable por décadas (2 a 3 dólares por barril), como represalia por el apoyo occidental a Israel en la guerra de Yom Kippur (1973). 

De todos modos, Estados Unidos no fue uno de los grandes perjudicados, pues contaba con un cierto grado de independencia energética, a diferencia de Europa occidental, Japón y los países menos desarrollados.

A la crisis energética se sumó la crisis del sistema de Bretton Woods. El déficit comercial estadounidense y el abandono de la convertibilidad en oro del dólar introdujeron inestabilidad en el sistema monetario internacional. El desempleo y la inflación se instalaron permanentemente en el escenario económico.

Un aumento adicional del precio del petróleo en 1979 agudizó los problemas. Un nuevo término económico se hizo popular: estanflación (estancamiento con inflación). En 1979-1981, los incrementos del IPC (Índice de Precios de Consumo) superaron el 10 %. 

Para combatir la inflación, se adoptó una política monetaria restrictiva que acabó venciéndola pero provocó un aumento del desempleo (casi el 10 % en 1982-1983) y un crecimiento del PIB per cápita negativo (-1 % en 1980-1982).

A partir de 1983, la economía de Estados Unidos recuperó el crecimiento. Para entonces, el keynesianismo había sido desplazado por el “reaganismo”, la política económica aplicada por el presidente Ronald Reagan: una combinación de recortes en los impuestos (especialmente para las rentas más altas), desregulación de los mercados y aumento del gasto en defensa junto al control de otras partidas de gasto público.

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Referencias

  • Bender, T. (2023). Historia de los Estados Unidos. Una nación entre naciones. Siglo XXI.
  • Gopnik, A. et al. (2023). United States. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/ 
  • Jenkins, P. (2019). Breve historia de Estados Unidos. 5ta. edición. Alianza.

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Gayubas, Augusto (24 de octubre de 2024). Estados Unidos en el siglo XX. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 5 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/estados-unidos-en-el-siglo-xx/.

Sobre el autor

Autor: Augusto Gayubas

Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 24 de octubre de 2024
Fecha de publicación: 28 de septiembre de 2023

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