Alianzas de la Segunda Guerra Mundial

Te explicamos cuáles fueron y cómo se formaron las alianzas de la Segunda Guerra Mundial. Además, su historia y sus consecuencias.

Los Aliados se enfrentaron a las potencias del Eje entre 1939 y 1945.

¿Cuáles fueron las alianzas de la Segunda Guerra Mundial?

La Segunda Guerra Mundial enfrentó durante seis años a dos alianzas de países: por un lado, las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón), y por otro lado, los Aliados (Reino Unido, la Unión Soviética, Francia, Estados Unidos y China). Otros países también se aliaron a uno u otro bando, y el conflicto afectó a la mayor parte del mundo.

La guerra comenzó en septiembre de 1939 con la invasión nazi de Polonia y concluyó en septiembre de 1945 con la rendición incondicional de Japón, luego de la rendición incondicional de Alemania que tuvo lugar en mayo.

No todas las naciones entraron en la guerra en el mismo momento. Además, las coaliciones comenzaron a formarse antes de la guerra pero terminaron de tomar forma durante el conflicto. Este aspecto diplomático determinó el resultado de la guerra pero también condicionó la organización del mundo al terminar el enfrentamiento.

Preguntas frecuentes

¿Qué bandos o alianzas se enfrentaron en la Segunda Guerra Mundial?

Las alianzas enfrentadas fueron:

  • Las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón).
  • Los Aliados (Reino Unido, la Unión Soviética, Francia, Estados Unidos y China).

¿Por qué se desató la Segunda Guerra Mundial?

Luego de la Primera Guerra Mundial, y en un intento de mantener el orden global, los países vencedores que formaban parte de la Entente firmaron diversos acuerdos y tratados. Uno de los más importantes fue el Tratado de Versalles (1919), que impuso castigos y represalias contra Alemania. Esto provocó resentimientos, sentó las bases de un nacionalismo militarista expresado por el nazismo y llevó al expansionismo alemán que desató la Segunda Guerra Mundial. La adhesión al régimen nazi también se explica por el crecimiento de los movimientos socialistas y la gran crisis económica que provocó la Gran Depresión (1929).

¿Quién triunfó en la Segunda Guerra Mundial?

Los Aliados ganaron la guerra cuando en mayo de 1945 entraron en Berlín y Estados Unidos lanzó las primeras bombas atómicas de la historia sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki (en agosto de ese mismo año).

Ver además: Cronología de la Segunda Guerra Mundial

Las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial

Adolf Hitler y Benito Mussolini formaron el Eje Roma-Berlín, al que se incorporó Tokio.

El Pacto Tripartito

En 1936, tres años antes de la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi de Adolf Hitler firmó un pacto de amistad con la Italia fascista de Benito Mussolini que dio nacimiento al Eje Roma-Berlín. Ese mismo año se firmó el Pacto Anti-Komintern entre Alemania y el Imperio del Japón.

Estos pactos respondían a las ambiciones expansionistas de los tres estados, dominados por partidos nacionalistas y militaristas. Poco tiempo después, Italia se sumó al Pacto Anti-Komintern (1937), y Alemania e Italia aseguraron su alianza política y militar mediante el Pacto de Acero (mayo de 1939).

Un año después del inicio de la guerra, el Pacto Tripartito firmado el 27 de septiembre de 1940 constituyó el principal acuerdo diplomático entre las tres grandes potencias del Eje.

Los pactos del Eje en Europa occidental

Tras la victoria alemana sobre Francia en junio de 1940 y el ataque alemán a la Unión Soviética en junio de 1941, diversos países europeos giraron hacia el bando del Eje.

En Europa occidental, la Francia de Vichy (la zona que no fue ocupada por el ejército alemán) se convirtió en un régimen colaborador de la Alemania nazi.

La España de Franco pasó por diversas fases en sus relaciones con Hitler y Mussolini. En 1939 se adhirió al Pacto Anti-Komintern y estuvo a punto de entrar en la guerra junto al Eje. Finalmente, tras una entrevista que mantuvieron Hitler y Franco en octubre de 1940, esa posibilidad no se materializó (aunque Franco envió un cuerpo de voluntarios, la División Azul, a luchar contra el Ejército Rojo luego de que Alemania decidió invadir la Unión Soviética).

Los pactos del Eje en Europa oriental

La extensión de la guerra hacia los Balcanes provocó la adhesión al Pacto Tripartito de Hungría, Rumania y Eslovaquia en noviembre de 1940 y Bulgaria en marzo de 1941. Estas adhesiones fueron en gran medida voluntarias, debido a los intereses territoriales o defensivos de estos países.

Yugoslavia adhirió al pacto en marzo de 1941, pero luego de un golpe de estado interno fue invadida por los alemanes y desmembrada. De la fragmentada Yugoslavia nació la dictadura pro-nazi de Ante Pavelić en Croacia, uno de los regímenes más criminales de la región, que se adhirió al pacto en junio de 1941.

La llegada de las tropas soviéticas a los Balcanes y sus avances hacia Alemania en 1944 precipitaron la derrota de estos estados satélites de Alemania. Rumania y Finlandia (país nórdico que colaboró con Alemania en su lucha contra la Unión Soviética) firmaron el armisticio con los Aliados en septiembre de 1944, Bulgaria lo hizo en octubre y, tras un largo asedio a Budapest, Hungría lo hizo el 20 de enero de 1945.

El 18 de octubre de 1944, las tropas guerrilleras del mariscal Tito entraron en Belgrado con la ayuda de tropas soviéticas y Yugoslavia volvió a reconstituirse tras la expulsión de las potencias del Eje.

La esfera de coprosperidad de Asia oriental

El Imperio del Japón tenía un proyecto expansionista en Asia oriental y el Pacífico.

El gobierno imperial japonés proclamó en agosto de 1940 un objetivo: la creación de lo que definió como “esfera de coprosperidad de Asia oriental”. Se trataba de crear una asociación de estados de Asia y del Pacífico bajo la hegemonía japonesa.

Este proyecto expansionista recurrió a un discurso anticolonialista (bajo el eslogan “Asia para los asiáticos”) para conseguir el apoyo de las poblaciones sometidas al colonialismo europeo. La respuesta fue bastante débil, ya que a menudo la opresión japonesa fue aún más brutal que la de franceses, británicos u holandeses.

El único país que apoyó a Japón fue Tailandia (la antigua Siam), cuyo gobierno dictatorial firmó un tratado de no agresión con Japón en junio de 1940. Sin embargo, tropas japonesas invadieron posteriormente Tailandia y forzaron la firma de un tratado de alianza con Japón en diciembre de 1941, que llevó al gobierno tailandés a declarar la guerra a Reino Unido y Estados Unidos.

El resto de los territorios asiáticos y del Pacífico que en algún momento de la guerra colaboraron con el gobierno de Japón lo hicieron porque estuvieron bajo el dominio militar nipón.

Los Aliados en la Segunda Guerra Mundial

La Unión Soviética, Estados Unidos y Reino Unido formaron la “Gran Alianza”.

El contexto histórico

Las agresiones de las potencias del Eje terminaron por configurar lo que se denominó la “Gran Alianza” entre Reino Unido, la Unión Soviética y Estados Unidos. Esta alianza se personificó durante gran parte de la guerra en tres figuras: el primer ministro británico Winston Churchill, el dictador soviético lósif Stalin y el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt (conocidos como los “Tres Grandes”).

Esta alianza entre países que representaban sistemas políticos y económicos diferentes fue determinada por los avatares del conflicto. Anteriormente, Stalin había firmado un pacto de no agresión con la Alemania nazi, y al comienzo del conflicto intentó aprovechar ese pacto para obtener ganancias territoriales: en septiembre de 1939 la Unión Soviética ocupó el este de Polonia, y en agosto de 1940 anexionó las repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) y las regiones de Besarabia y Bukovina del norte (que pertenecían a Rumania).

Tras la derrota de Francia en junio de 1940 y hasta la invasión alemana de la Unión Soviética en junio de 1941, Reino Unido fue la única potencia que resistió al expansionismo alemán.

Ver también: Antecedentes de la Segunda Guerra Mundial

La alianza anglo-estadounidense

Churchill fue consciente desde un principio de la necesidad de la ayuda de Estados Unidos para hacer frente a la amenaza alemana. Tras ser nombrado primer ministro británico en mayo de 1940, envió un telegrama a Roosevelt solicitando el préstamo de 40 o 50 viejos destructores estadounidenses.

A fines de julio de 1940, Roosevelt aceptó, impresionado por la creciente amenaza japonesa en el Pacífico y la derrota de Francia. Como afirmó Churchill, en ese momento Estados Unidos pasó de “la neutralidad a la no beligerancia”.

El paso definitivo en esa dirección fue la ley de Préstamo y Arriendo aprobada por el Congreso estadounidense en marzo de 1941. Al poner al servicio de los Aliados su capacidad industrial, Estados Unidos se convirtió en lo que se llamó “el arsenal de la democracia”.

La “Gran Alianza” entre Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Soviética

La invasión alemana de la Unión Soviética cambió radicalmente la situación. Las potencias anglosajonas no dudaron en apoyar a Stalin frente a Hitler. Después del inicio de la Operación Barbarroja en junio de 1941, se firmó un acuerdo anglosoviético. A fines de septiembre, una conferencia en Moscú con enviados de los gobiernos de Washington y Londres concretó la ayuda a la Unión Soviética. Se empezaba a forjar la “Gran Alianza”.

Pocos días antes tuvo lugar un encuentro entre Churchill y Roosevelt, que llevó a la redacción de la Carta del Atlántico, un programa ideológico dirigido a las potencias democráticas que se enfrentaban al Eje, favorable a las relaciones de cooperación y opuesto a las ambiciones territoriales.

Era evidente que, incluso antes del ataque japonés a Pearl Harbor, Estados Unidos se había implicado en el conflicto. La entrada de Estados Unidos en la guerra en diciembre de 1941 llevó a una nueva conferencia en Washington entre Churchill y Roosevelt. Fruto de esa conferencia fue la Declaración de las Naciones Unidas aprobada el 1 de enero de 1942.

Los “Tres Grandes” en 1942

Los principios de la Carta del Atlántico no coincidían con los planteamientos de Stalin de conservar, en caso de victoria, los territorios anexionados en virtud del pacto de no agresión con Alemania. Sin embargo, el 26 de mayo de 1942 el ministro británico de asuntos exteriores, Anthony Eden, firmó con el ministro de asuntos exteriores soviético, Vyacheslav Molotov, la alianza anglo-soviética.

Stalin demandaba la apertura de un “segundo frente” en Europa occidental que aliviara la presión que debía soportar el ejército soviético en el frente oriental. Los estadounidenses eran proclives a seguir las demandas de Moscú, pero Churchill recomendó un desembarco en el norte de África que llevara a un ataque posterior a Italia.

Churchill consiguió convencer a la administración estadounidense y en noviembre de 1942 se realizó el desembarco en el norte de África. Stalin debió aceptar las dilaciones a su demanda de un “segundo frente” en Europa. La tensión entre los Aliados sobre esta cuestión duró hasta el desembarco de Normandía en junio de 1944.

Las conferencias de Moscú y Teherán (1943)

En 1943, Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt se reunieron en varias conferencias.

Tras el éxito de la invasión del norte de África, Churchill y Roosevelt celebraron una conferencia en Casablanca (Marruecos) en enero de 1943. En ella se acordó el desembarco en Sicilia y se adoptó la idea de Roosevelt de exigir la “rendición incondicional” de Alemania, Italia y Japón.

A lo largo de 1943 se celebraron otras conferencias, en las que se trataron asuntos como la fecha del desembarco en Normandía o la invasión de Italia, y en octubre, por primera vez en la guerra, tuvo lugar en Moscú una conferencia de ministros de asuntos exteriores de los “Tres Grandes”. En esta conferencia la principal preocupación soviética fue garantizar que el desembarco en Francia, programado para la primavera europea de 1944, no se retrasara.

Además, los tres países representados y China firmaron una declaración sobre una futura organización internacional que garantizara la seguridad colectiva tras la guerra. La Unión Soviética se comprometió a declarar la guerra a Japón tras la derrota alemana, y se comenzó a debatir sobre la futura ocupación y división de Alemania.

En noviembre de 1943, Churchill y Roosevelt se reunieron con Chiang Kai-shek en la Conferencia del Cairo, donde se decidió que el objetivo de la guerra en Asia era “castigar la agresión de Japón”, que debería abandonar todas sus conquistas adquiridas desde 1914.

Finalmente, los “Tres Grandes” se reunieron por primera vez en la Conferencia de Teherán (Irán) del 28 de noviembre al 1 de diciembre de 1943. Este encuentro se desarrolló en un ambiente de cordialidad que reforzó la alianza. La irritación de Stalin ante la tardanza en la apertura del “segundo frente” parecía calmada luego de la firme promesa de Roosevelt y Churchill de lanzar la invasión de Francia en los próximos meses.

Los “Tres Grandes” luego del desembarco de Normandía (1944)

La liberación de Roma y el desembarco de Normandía se produjeron en junio de 1944, y la liberación de París el 25 de agosto. Simultáneamente, se producía el avance de las tropas soviéticas en el este. Gran parte de los Balcanes y la región del Danubio quedaron en manos del Ejército Rojo, que había llegado hasta Prusia oriental.

En octubre de 1944, Churchill viajó a Moscú y llegó a un acuerdo verbal con Stalin sobre el reparto de influencias en los Balcanes: Grecia estaría en la órbita británica, mientras que Bulgaria y Rumania quedarían bajo la influencia soviética. En Hungría y Yugoslavia se acordó un reparto del 50 % de la influencia.

Este acuerdo, que contradecía los ideales de la Carta del Atlántico, fue pronto desmentido por la realidad de las armas. Los últimos meses de 1944 se caracterizaron por una creciente desconfianza entre los aliados.

La Conferencia de Yalta (1945)

El desencuentro entre los aliados occidentales y la Unión Soviética se hizo más notorio. En enero de 1945, la Unión Soviética concedió al Comité Nacional Polaco, controlado por los comunistas, el estatuto de gobierno provisional de Polonia; en Rumania, las autoridades soviéticas impusieron su criterio de forma arbitraria; en Hungría, ante las protestas que reclamaban igualdad en el control del territorio, se afirmó el control del Ejército Rojo.

Para apaciguar estas diferencias se convocó una nueva conferencia de los “Tres Grandes”. Del 4 al 11 de febrero de 1945 tuvo lugar la Conferencia de Yalta. En ella se abordaron temas como la Organización de las Naciones Unidas, la ocupación y partición de Alemania, las nuevas fronteras polacas o la intervención de la Unión Soviética contra Japón.

En marzo de 1945, los soviéticos impusieron por la fuerza un gobierno presidido por un comunista en Rumania, un acto que iba en contra de los principios defendidos en la Conferencia de Yalta. Además, se negaron a integrar a representantes no controlados por los comunistas en el gobierno provisional polaco con sede en Lublin. Churchill y Roosevelt enviaron telegramas de protesta a Moscú.

La Conferencia de Potsdam (1945)

En la Conferencia de Potsdam el ambiente era tenso pero se llegó a algunos acuerdos.

El 7 y 8 de mayo, Alemania firmó la rendición incondicional ante los Aliados. Dos meses después, entre el 17 de julio y el 2 de agosto de 1945, se celebró en las afueras de Berlín la Conferencia de Potsdam, la última reunión de los líderes de la “Gran Alianza”: Stalin, Harry S. Truman (presidente de Estados Unidos tras la muerte de Roosevelt) y Churchill (reemplazado en el cargo de primer ministro británico por Clement Attlee durante la conferencia).

El ambiente se había deteriorado y los Aliados se cruzaron mutuamente acusaciones: los anglosajones acusaron a los soviéticos de implantar dictaduras en Bulgaria o Rumania, y los soviéticos denunciaron la ocupación británica en Grecia. No obstante, se hizo un esfuerzo de entendimiento y se acordó, entre otras cosas, la reorganización de Alemania, dividida en cuatro zonas de ocupación.

Quedaba, sin embargo, concluir la guerra en el Extremo Oriente. La Unión Soviética, tal como se había comprometido en Yalta, declaró la guerra a Japón el 8 de agosto, dos días después del lanzamiento estadounidense de la bomba atómica sobre Hiroshima. En ese momento, las tropas soviéticas ocuparon Manchuria, Corea y las islas Kuriles.

Tras sufrir un nuevo ataque atómico en Nagasaki, Japón comunicó su disposición a capitular. El 2 de septiembre de 1945, a bordo del buque Missouri fondeado en la bahía de Tokio, los delegados japoneses firmaron la rendición incondicional ante el general estadounidense Douglas MacArthur. La Segunda Guerra Mundial había terminado.

Sigue con:

Referencias

  • Beevor, A. (2012). La Segunda Guerra Mundial. Pasado y presente.
  • Britannica, Encyclopaedia (2019). Allied powers. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
  • Hughes, T. A. & Royde-Smith, J. G. (2022). World War II. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/ 
  • Stone, N. (2013). Breve historia de la Segunda Guerra Mundial. Ariel.

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Gayubas, Augusto (12 de noviembre de 2024). Alianzas de la Segunda Guerra Mundial. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 12 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/alianzas-de-la-segunda-guerra-mundial/.

Sobre el autor

Autor: Augusto Gayubas

Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 12 de noviembre de 2024
Fecha de publicación: 28 de septiembre de 2023

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