Adolf Hitler

Te explicamos quién fue Adolf Hitler y cómo fue su vida desde su infancia. Además, sus características generales e ideales que seguía.

Adolf Hitler
A Hitler le decían “el Führer” que significa jefe o caudillo en alemán.

¿Quién fue Adolf Hitler?

Adolf Hitler fue un militar y político de origen austríaco que lideró el nazismo en Alemania, fue nombrado canciller alemán en 1933 y fue uno de los principales protagonistas políticos de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Nació el 20 de abril de 1889 en Braunau am Inn (en ese momento parte del Imperio austrohúngaro). 

Fue un pintor frustrado y dedicó su vida a la política. Aunque nunca tuvo hijos, mantuvo una relación y se casó con Eva Braun, veintitrés años menor que él. Le decían “el Führer”, que significa jefe o caudillo en alemán.

En sus inicios como militar participó en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), donde obtuvo el rango de cabo. Fue muy crítico del Tratado de Versalles (1919), que impuso severas reparaciones de guerra a Alemania, y lideró el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, más conocido como Partido Nazi

Hitler deseaba establecer una hegemonía absoluta de Alemania sobre Europa. Este fue uno de los ejes de su actividad político-militar, que se sostenía en la idea de la superioridad de la “raza aria” y provocó el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la matanza de millones de personas (especialmente judíos europeos) en campos de exterminio.

Adolf Hitler se suicidó junto a Eva Braun el 30 de abril de 1945 en su búnker de Berlín, mientras las tropas soviéticas entraban en la capital y la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial era inminente. Desde entonces, algunos rumores divulgaron la idea de que Hitler no había muerto y había escapado hacia algún destino desconocido. 

Sin embargo, los informes disponibles permiten establecer que los cuerpos de Hitler y Braun fueron incinerados y enterrados y que, en 1970, los soviéticos exhumaron y volvieron a cremar los restos para luego arrojar las cenizas a un río.

Los primeros años de Adolf Hitler

La infancia y adolescencia de Hitler

Adolf Hitler
Hitler intentó ingresar en la Academia de Bellas Artes de Viena pero fue rechazado.

Hitler nació en una aldea de la Alta Austria, muy cerca de la frontera con Alemania. Fue el cuarto hijo de Alois Hitler y Klara Pölzl, quien era a su vez la tercera esposa de Alois. En su adultez, Adolf Hitler comentó que su padre solía azotarlo de niño. Se cree que Alois tenía problemas de alcoholismo.

La familia Hitler solía mudarse periódicamente. Adolf era un buen alumno de la escuela primaria, pero al llegar a sexto grado tuvo que repetir de año. Las ideas pangermánicas de su profesor de historia, Leopold Pötsch, influyeron en su posterior ideología. A los dieciséis años Hitler abandonó la educación secundaria sin obtener el título.

Posteriormente intentó ingresar en la Academia de Bellas Artes de Viena, pues deseaba dedicarse a la pintura, pero fue rechazado por “falta de talento”. Durante su estadía en Viena, sus ideas políticas y militares, así como su antisemitismo, fueron dando forma a la futura personalidad de Hitler.

No realizó el servicio militar a los 21 años puesto que no quería servir en el Imperio austrohúngaro junto a conscriptos judíos. A los 24 años cobró la herencia que le había dejado su padre, muerto en 1903, y se trasladó a Múnich (Alemania). En enero de 1914 las autoridades austríacas lo encontraron y lo obligaron a presentarse para realizar el servicio militar pero finalmente fue declarado no apto.

Hitler en la Primera Guerra Mundial

Fascismo
La inestabilidad social y el temor al avance del comunismo le sumaron apoyos a Hitler.

Hitler participó en la Primera Guerra Mundial como voluntario en el regimiento bávaro del ejército alemán. En 1916 resultó herido en una pierna y obtuvo el rango de cabo. Además, a lo largo de la guerra obtuvo dos veces la Cruz de Hierro, una condecoración concedida por méritos militares. 

En octubre de 1918 sufrió una ceguera temporal a causa de un ataque con gas mostaza y, cuando Alemania perdió la guerra el 11 de noviembre de 1918, Hitler quedó abatido y, según su propio testimonio, tuvo un segundo episodio de ceguera temporal.

En 1919, el gobierno alemán de la República de Weimar se vio obligado a firmar con las potencias vencedoras el Tratado de Versalles, por el que se responsabilizó a Alemania por la guerra y se le impusieron costosas reparaciones de guerra. Hitler compartía la opinión crítica de muchos alemanes sobre el Tratado de Versalles, al que llamaban el “diktat” (la imposición), y durante el período de entreguerras acusó al gobierno y a los políticos socialdemócratas de haber traicionado al pueblo alemán.

Luego de la finalización de la Primera Guerra Mundial, Alemania se encontraba en una situación de gran inestabilidad política y social. A las dificultades económicas se les habían sumado huelgas y levantamientos (como el que protagonizó la Liga Espartaquista en 1919) que alimentaron la idea del peligro comunista entre los sectores nacionalistas.

Los inicios de Hitler en la política

La primera participación política de Hitler fue como espía dentro de su propio ejército, donde debió delatar a los compañeros que habían colaborado con el gobierno soviético cuando se formó la efímera República Soviética de Baviera en 1919.

Posteriormente Hitler se integró en el Partido Obrero Alemán (DAP, por sus siglas en alemán), que tenía una ideología nacionalista y anticomunista. Un año después, en 1920, el partido cambió de nombre por el de Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP), también conocido como Partido Nazi. Hitler pasó a liderar el partido en 1921. 

En noviembre de 1923, Hitler encabezó el “putsch de Múnich”, un golpe de Estado que fracasó y lo llevó a prisión. Allí comenzó la redacción de su libro Mi lucha (1925), en el que organizó sus ideas políticas y manifestó su pensamiento antisemita.

En Mi lucha Hitler también desarrolló su visión sobre la política exterior alemana. La alianza con el Reino Unido, cuyo imperio veía como un símbolo de la superioridad de la raza germánica, y con Italia, donde gobernaba Benito Mussolini, a quien admiraba, serviría para hacer frente al tradicional enemigo de Alemania: Francia. Los grandes territorios de Europa oriental y la Unión Soviética (URSS) servirían como territorio de expansión o Lebensraum (“espacio vital”) al pueblo alemán.

Adolf Hitler y la Alemania nazi

La Gran Depresión y el ascenso al poder de Hitler

Adolf Hitler
Hitler convenció a la mayoría de los alemanes de que era el salvador de la nación.

El auge político de Hitler llegó durante la Gran Depresión que comenzó en 1929 en Estados Unidos y afectó a la mayor parte de las economías del mundo durante la década del treinta. La crisis económica provocó en Alemania problemas para acceder a préstamos estadounidenses y llevó a un aumento del desempleo. 

La difícil situación económica y el temor en algunos sectores de la población al crecimiento del comunismo le permitieron a Hitler ganar adeptos en la sociedad, la política y las fuerzas armadas. También se relacionó con personas de importantes ingresos que financiaron su partido con la expectativa de la recuperación de Alemania.

En 1932 se celebraron elecciones presidenciales en Alemania a las que se presentó Adolf Hitler. Paul von Hindenburg, presidente de Alemania desde 1925, volvió a postularse, a pesar de su avanzada edad, pues se oponía a las ideas del nazismo. 

Hitler quedó en el segundo puesto y Hindenburg fue reelecto, pero en las elecciones legislativas de julio de 1932 el Partido Nazi alcanzó la mayor cantidad de votos, lo que le permitió ocupar 230 escaños en el Reichstag (el Parlamento alemán). El nazismo se convirtió en la principal fuerza política de Alemania y, el 30 de enero de 1933, Hitler fue nombrado canciller de Alemania por el presidente Hindenburg.

El 27 de febrero de 1933 se produjo el incendio intencional del edificio del Reichstag, en Berlín, y el gobierno de Hitler acusó a los comunistas, por lo que convenció a Hindenburg de que firmara un decreto de emergencia que suspendía varias garantías constitucionales con el argumento de la lucha contra el comunismo. 

En 1934 Hindenburg murió y Hitler concentró todo el poder, apoyado por gran parte de la población alemana que lo consideraba un salvador. De este modo se consolidó un régimen totalitario, habitualmente conocido como Alemania nazi o Tercer Reich.

El Tercer Reich y los inicios de la expansión alemana

Desde 1933 Hitler llevó a cabo una política internacional expansionista destinada a destruir el orden impuesto por el Tratado de Versalles. En 1933 abandonó la Sociedad de Naciones e inició el rearme alemán. 

En 1935 restableció el servicio militar obligatorio y en 1936, tras remilitarizar Renania, intervino junto a Mussolini en la guerra civil española (1936-1939). Esta colaboración llevó a la formación del Eje Roma-Berlín en octubre de 1936, y en noviembre de 1936 Alemania firmó el pacto Antikomintern con el Imperio del Japón.

Hitler aprovechó la política de apaciguamiento aplicada por las democracias de Europa occidental (principalmente el Reino Unido y Francia) y desde 1937 se lanzó a una política expansionista. En 1938, consiguió el ansiado “Anschluss” (la anexión alemana de Austria) y, tras la firma del Pacto de Múnich, la ocupación de los Sudetes en Checoslovaquia.

La posterior invasión de Checoslovaquia mostró sus intenciones expansionistas e hizo abandonar al Reino Unido y a Francia la política de apaciguamiento.

Ante la inminencia de la guerra, la Alemania nazi firmó en agosto de 1939 el Pacto de no agresión germano-soviético (también llamado Pacto Ribbentrop-Molotov). Días después, el 1 de septiembre de 1939, Alemania atacó Polonia, lo que precipitó la declaración de guerra a Alemania por parte del Reino Unido y Francia y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

La propaganda política y la educación bajo el nazismo

Adolf Hitler
Hitler fue uno de los primeros dirigentes en utilizar los nuevos medios de comunicación para la propaganda.

Durante el régimen nazi de Adolf Hitler en Alemania, los medios de comunicación fueron intervenidos desde el Estado. Todo lo que se publicaba debía pasar por el control de los órganos de censura, por lo que no existían la libertad de prensa y de opinión.

Además de realizar grandes actos y manifestaciones, Hitler fue uno de los primeros en utilizar los nuevos medios de comunicación de masas (la radio y el cine) para fines políticos. De esta tarea se ocupó el Ministerio de Propaganda dirigido por Joseph Goebbels, uno de los dirigentes nazis de mayor confianza de Hitler. 

La propaganda política del nazismo tenía el objetivo de comunicar a la población alemana las obras que realizaba Hitler y presentarlo como el responsable de las mejoras que experimentaba el país. También se utilizaban los medios para difundir propaganda antisemita y justificar los actos de discriminación y violencia contra la población judía.

La ideología nazi también fue difundida en el ámbito educativo, en particular, desde la escuela primaria. Hitler consideraba que esta edad era fundamental para inculcar las ideas y conseguir la fidelidad de los niños una vez que alcanzaran la edad adulta.

La ideología nazi y el racismo de Hitler

adolf hitler
La ideología de Hitler se orientaba a concentrar el poder del Estado y alcanzar la hegemonía alemana.

Se cree que el sentimiento de odio de Hitler hacia los judíos y comunistas comenzó cuando vivía en Viena. Luego de la Primera Guerra Mundial y tras la conformación del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, el discurso de Hitler apuntaba contra los judíos, los comunistas y los socialdemócratas como responsables de la derrota en la guerra y la humillación del Tratado de Versalles (lo que suele conocerse como el mito de la “puñalada por la espalda”).

Estas ideas se vincularon con lo que veía como un objetivo histórico: obtener espacio vital del este de Europa (Lebensraum) para asentar a población alemana (identificada como de “raza aria”), a través de la expulsión de las poblaciones consideradas “no arias”, para solucionar los problemas económicos de Alemania.

La idea de Hitler de reconstruir el Reich alemán y establecer la hegemonía alemana en Europa fue dando forma a su programa político:

  • Llegar al gobierno de Alemania y concentrar el poder del Estado en su persona y en el Partido Nazi.
  • Nacionalizar a las masas y homogeneizar a la población mediante la idea de Volksgemeinschaft (“comunidad nacional”), la unión armónica de todos los alemanes (con la exclusión de quienes eran considerados pertenecientes a “razas inferiores”).
  • Derrocar al enemigo interno (principalmente comunistas y judíos).

Según algunos historiadores, estas ideas de Hitler tuvieron inicialmente éxito y encontraron el apoyo de amplias capas de la población porque expresaban el pensamiento y los prejuicios de muchos alemanes de la posguerra.

El antisemisitmo de Hitler fue uno de los aspectos más característicos de su ideología. Durante su mandato se crearon campos de concentración en los que se encerró a personas identificadas por su pertenencia étnica, religiosa o política (gitanos, eslavos, comunistas, socialistas, anarquistas y, sobre todo, judíos).

Hitler adhería a un mito preexistente que sugería que los judíos tramaban una conspiración secreta orientada a la conquista mundial. Además, responsabilizaba a los judíos alemanes de muchos de los problemas que afrontaba Alemania. Sus ideas raciales planteaban que los judíos eran una “raza inferior” y que los arios eran una “raza superior” que tenía la misión de dominar al resto, por lo que también se oponía a la “mezcla de sangre”.

El antisemitismo de Hitler promovió hechos de discriminación y violencia, como la ley para la recuperación del servicio civil de 1933 (que excluía a los judíos de los cargos públicos), la noche de los cristales rotos (ataques contra judíos de Alemania y Austria en 1938).

Se llamó “holocausto o shoá” a las deportaciones y el confinamiento en campos de concentración o de exterminio, donde los secuestrados trabajaban en condiciones infrahumanas hasta que eran exterminados y arrojados a fosas comunes o eran simplemente conducidos allí para su aniquilación (según el plan llamado “la solución final del problema judío” de 1942).

Hitler en la Segunda Guerra Mundial

Hitler consideraba la política exterior como algo de su exclusiva competencia. Su desconfianza llevó a que prescindiera progresivamente de los servicios de los diplomáticos profesionales alemanes.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial entre las potencias del Eje y los Aliados, Hitler acaparó las grandes decisiones estratégicas de la guerra, a menudo en contra de la opinión de sus generales. Las victorias de los primeros años lo llevaron a tomar medidas muchas veces motivadas más por planteamientos ideológicos que por cálculos estratégicos. 

Por ejemplo, el ataque a la Unión Soviética iniciado en 1941 formaba parte del plan para conseguir el Lebensraum (espacio vital) en el este para asentar a la población alemana. El ataque a Leningrado y Stalingrado formaba parte de objetivos ideológicos: conquistar ciudades que eran símbolos del bolchevismo (especialmente Stalingrado, que llevaba el nombre del líder soviético, Iósif Stalin). Esto llevó a una catastrófica derrota en la batalla de Stalingrado que cambió el curso de la guerra.

Otro hecho que cambió el curso de la guerra fue el ingreso de Estados Unidos en 1941 en el enfrentamiento. Luego del ataque japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre y la declaración de guerra de Estados Unidos a Japón, Hitler declaró la guerra a Estados Unidos el 11 de diciembre de 1941.

La política de exterminio contra la población judía y la violencia desplegada por el ejército alemán en el frente oriental también fueron impulsadas por Hitler, quien veía en la guerra la oportunidad de llevar a cabo sus objetivos racistas expuestos en Mi lucha.

La muerte de Adolf Hitler

Adolf Hitler
Hitler se suicidó en su búnker de Berlín en 1945 junto a su esposa, Eva Braun.

Tras varios desaciertos militares, en julio de 1944 Hitler sobrevivió a un atentado contra su vida organizado por oficiales alemanes en su cuartel general de Prusia oriental. El coronel Claus von Stauffenberg y otros militares fueron inmediatamente ajusticiados y el general Erwin Rommel, presuntamente implicado en la conspiración, se vio forzado al suicidio.

A raíz del atentado, Hitler sufrió ciertos problemas de salud. Mientras la derrota alemana en la guerra se volvía inminente, Hitler se encerró en enero de 1945 en su búnker en la cancillería del Reich en Berlín.

Cuando las tropas soviéticas comenzaron a entrar en Berlín, Hitler reconoció la inevitabilidad de la derrota. El 29 de abril se casó con su amante, Eva Braun, y dictó su testamento político: nombró al almirante Karl Dönitz jefe del Estado y a Joseph Goebbels canciller. Finalmente, se suicidó el 30 de abril de 1945. Pocos días más tarde, el 7 y 8 de mayo de 1945, las autoridades militares del Tercer Reich alemán aceptaron la rendición incondicional ante los Aliados.

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Referencias

  • Kellerhoff, S. F. (2016). Mi lucha. La historia del libro que marcó el siglo XX. Crítica.
  • Kershaw, I. (2019). Hitler. La biografía definitiva. Península.
  • Lukacs, J. et al. (2023). Adolf Hitler. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/

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Gayubas, Augusto (12 de noviembre de 2024). Adolf Hitler. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 12 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/adolf-hitler/.

Sobre el autor

Autor: Augusto Gayubas

Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 12 de noviembre de 2024
Fecha de publicación: 3 de mayo de 2017

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