Te explicamos qué fue el Holocausto, su contexto histórico y sus causas. Además, sus características y consecuencias.
¿Qué fue el Holocausto?
El Holocausto o Shoá (del hebreo “catástrofe”) fue el genocidio perpetrado por el régimen nazi de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial contra la población judía europea. Las autoridades nazis llamaron a este programa de exterminio la “solución final del problema judío” (Endlösung der Judenfrage, en alemán).
Se trató de un plan sistemático de persecución y exterminio de judíos desplegado en los territorios controlados por el Tercer Reich en Europa. Las fechas exactas de su inicio son difíciles de precisar, ya que las actividades antisemitas en la Alemania liderada por Adolf Hitler empezaron mucho antes del inicio de la guerra.
Los principales antecedentes fueron las leyes raciales de Núremberg de 1935, con las que el gobierno alemán quitó derechos civiles a los judíos alemanes, y la noche de los cristales rotos (Kristallnacht) de 1938, una serie de episodios de violencia antisemita que resultaron en la deportación de alrededor de treinta mil judíos a campos de concentración.
Las matanzas masivas de judíos comenzaron tras la invasión alemana de la Unión Soviética en 1941 y se reorganizaron a partir de la Conferencia de Wannsee de enero de 1942, en la que se planificó la llamada “solución final”. Terminaron en 1945, con la derrota alemana en la guerra y la liberación de los campos de exterminio por parte de los ejércitos aliados.
Se estima que alrededor de seis millones de judíos fueron asesinados por el régimen nazi, que también persiguió y asesinó a otros grupos sociales, como gitanos, eslavos, afrodescendientes, homosexuales, personas con discapacidades, comunistas y otros disidentes políticos.
Preguntas frecuentes
¿Qué fue el Holocausto?
El Holocausto fue el exterminio sistemático de judíos perpetrado por el régimen nazi en Alemania y los territorios ocupados por el Tercer Reich en Europa, a fines del período de entreguerras y durante la Segunda Guerra Mundial.
¿Cuándo comenzó el Holocausto?
Algunos historiadores sitúan el inicio del Holocausto en 1933, cuando Adolf Hitler llegó al poder en Alemania y comenzó a aplicar medidas antijudías. Las Leyes de Núremberg de 1935 afianzaron la ideología racista del nazismo y la noche de los cristales rotos de 1938 inauguró una etapa de mayor violencia. Tras la invasión de Polonia en 1939, se crearon guetos judíos y se multiplicaron los campos de concentración y trabajos forzados.
¿Cuándo comenzó la “solución final”?
Tras la invasión alemana de la Unión Soviética en 1941, los dirigentes nazis comenzaron a idear la llamada “solución final del problema judío”, el plan de aniquilamiento sistemático de los judíos europeos. Este plan llevó a la creación de los campos de exterminio instalados en Polonia.
¿Cuántas personas murieron en el Holocausto?
Se calcula que aproximadamente once millones de civiles murieron a manos de los nazis, entre ellos seis millones de judíos (hombres, mujeres y niños). De estas víctimas, tres millones murieron en los campos de exterminio.
Ver además: Terrorismo de Estado
Origen del término Holocausto
El término “holocausto” fue aplicado al exterminio de judíos por primera vez en la década de 1950 por parte de historiadores judíos. El término proviene del griego antiguo olokaustos, una traducción de la palabra hebrea oláh que hace referencia al sacrificio religioso por fuego. Fue utilizado porque se identificó su sentido con el uso de crematorios en los campos de exterminio nazis.
También es empleada la palabra hebrea shoá (“catástrofe”) y el término yidis hurban, que se traduce como “destrucción”. Sin embargo, todas estas denominaciones son posteriores a los hechos. En el momento en que estos ocurrían, la decisión de las autoridades nazis de aniquilar a la población judía europea recibió el nombre en clave de “solución final del problema judío”.
Contexto histórico del Holocausto
El Holocausto se produjo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la Alemania nazi encabezada por Adolf Hitler se expandió por casi toda Europa y el norte de África.
La guerra había empezado en septiembre de 1939, cuando Hitler decidió invadir Polonia luego de anexionarse Austria y los Sudetes de Checoslovaquia y ocupar militarmente el resto de Checoslovaquia. Tras la invasión de Polonia, las potencias europeas occidentales (Francia y el Reino Unido), que se habían mostrado complacientes con el nazismo mediante la política de apaciguamiento, decidieron declarar la guerra a Alemania.
En los países sometidos al nazismo, se imponían regímenes de ocupación o Estados títeres que obedecían las órdenes dictadas desde Berlín. Entre estas órdenes se incluía la política racial nazi, que sostenía la superioridad de la “raza aria” por sobre las supuestas razas mestizas o inferiores, como se caracterizó entre otros a los judíos.
La guerra fue devastadora para todo el continente y terminó en 1945. A medida que los nazis eran derrotados, los campos de concentración eran liberados por los Aliados y se difundían las primeras filmaciones de las víctimas del Holocausto y de algunas de las más de cuarenta mil instalaciones de encarcelamiento, trabajos forzados y exterminio a lo largo de Europa.
Causas del Holocausto
La ideología nazi se guiaba por una especie de darwinismo social que planteaba que la humanidad estaba dividida en razas superiores e inferiores. El pueblo alemán era considerado perteneciente a una raza superior (la “raza aria”), mientras que los judíos europeos (incluidos los judíos alemanes) eran considerados una raza inferior.
El antisemitismo era un fenómeno anterior a los nazis que fue llevado al extremo por Hitler, quien en su libro Mi lucha de 1925 acusó a los judíos de ser responsables de muchos de los males de Alemania, como sus dificultades económicas tras el fin de la Primera Guerra Mundial. Además, Hitler proponía conquistar un espacio vital en el este (Lebensraum, en alemán) para instalar población alemana, lo que suponía desplazar de allí a poblaciones eslavas y judías.
Cuando llegó al poder en 1933, Hitler comenzó a implementar medidas vinculadas con estos objetivos. En abril se promulgó la ley para la restauración del servicio civil, que excluyó a los judíos de los cargos públicos, y se impusieron limitaciones en el acceso de los judíos a la educación y al ejercicio de las actividades profesionales. En los años siguientes, la política racial del nazismo se fue profundizando.
El gobierno alemán justificó la segregación de los judíos y su progresivo internamiento en campos de concentración con el argumento de que eran una raza inferior que había sido responsable de las dificultades económicas que atravesaba Alemania. Esta ideología justificó a ojos de los nazis el sometimiento de millones de judíos a trabajos forzados, experimentaciones médicas y, finalmente, el exterminio.
Antecedentes del Holocausto
En 1935, el régimen nazi de Alemania encabezado por Adolf Hitler promulgó las leyes raciales de Núremberg, que declararon que los judíos alemanes no eran ciudadanos del Reich y, por lo tanto, no tenían los mismos derechos que los ciudadanos considerados de “sangre alemana”. Estas leyes también prohibieron los matrimonios entre personas de “sangre alemana” y de origen judío, pues consideraban que su descendencia contaminaba la pureza racial alemana.
En estas leyes, se consideraba judía a la persona que tenía ascendencia judía, independientemente de que profesara o no la religión. Por esta razón, se suele caracterizar el antisemitismo nazi como una forma de racismo biológico o biologicista.
La violencia antijudía de la noche de los cristales rotos (del 9 al 10 de noviembre de 1938) marcó una nueva etapa orientada a la segregación de la población judía. Treinta mil judíos fueron deportados a campos de concentración y la legislación que imponía límites a la vida profesional y educativa de los judíos de Alemania y Austria fue profundizada.
Simultáneamente, Hitler comenzó a concretar su plan de expansión hacia el este con la anexión de Austria y los Sudetes en 1938, la invasión de Checoslovaquia y Polonia en 1939 y, ya iniciada la Segunda Guerra Mundial, la invasión de la Unión Soviética en 1941.
Deportaciones y guetos
La persecución nazi del pueblo judío fue acompañada de una gigantesca campaña de propaganda que buscó justificar la discriminación y la segregación de los judíos ante los ciudadanos alemanes que no eran judíos.
Luego de las leyes que les quitaron derechos civiles y les prohibieron ejercer profesiones, conducir negocios propios o tener cuentas bancarias, se obligó a las personas de origen judío a llevar tarjetas de identidad que acreditaran esta condición. Tras la invasión alemana de Polonia en 1939, los judíos polacos fueron obligados a llevar un brazalete blanco con una estrella de David azul, idea que luego se extendió a otras regiones del Tercer Reich.
En 1941 se impuso el uso obligatorio de la insignia judía, que consistía en una estrella de David amarilla cosida en la ropa, en el pecho y en la espalda. Uno de los objetivos de esta insignia era identificar fácilmente a las personas que serían deportadas a los guetos o a los campos de exterminio.
Las deportaciones forzosas a guetos comenzaron en Polonia en 1939. Eran barrios separados del resto de la ciudad, frecuentemente amurallados y con accesos controlados por la policía, en los que eran instalados los judíos para mantenerlos separados del resto de la población. En los guetos era común el hacinamiento de familias enteras, forzadas a vivir en edificios precarios y despojadas de todo aquello que no podían llevar consigo.
Algunos de los guetos más importantes fueron los de Varsovia, Lodz y Cracovia. Además de la segregación y las condiciones de insalubridad y maltratos en los guetos, muchas personas eran deportadas desde allí a los campos de concentración o de trabajos forzados. A partir de la implementación de la “solución final” en 1942, la población de los guetos comenzó a ser trasladada a campos de exterminio.
La “solución final”
La llamada “solución final” fue ideada por las cúpulas nazis en 1941. El 31 de julio de 1941, un mes después de la invasión alemana de la Unión Soviética, el dirigente nazi Hermann Göring le escribió una carta a Reinhard Heydrich (director de la Oficina Central de Seguridad del Reich) en la que le ordenó que presentara un plan para la ejecución de la “solución final del problema judío”.
Antes de decidir el exterminio, los nazis planearon una deportación forzosa de los judíos, hacia el este o incluso a la isla de Madagascar, en África. Sin embargo, este plan era demasiado costoso, en un contexto en el que la población judía bajo control alemán había crecido considerablemente tras la invasión de Polonia en 1939.
Cuando el ejército alemán puso en práctica la Operación Barbarroja y comenzó la invasión de la Unión Soviética en junio de 1941, las tropas alemanas fueron acompañadas de escuadrones de ejecución (llamados Einsatzgruppen), que tenían la función de fusilar en masa al personal político soviético y a los civiles judíos y gitanos que se encontraran en su marcha. También emplearon camiones de gas para matar por asfixia. Se calcula que asesinaron a casi un millón y medio de personas, la mayoría de origen judío.
El 20 de enero de 1942, una reunión de altos funcionarios nazis coordinada por Reinhard Heydrich en Wannsee, un suburbio de Berlín, decidió la implementación de la “solución final del problema judío” mediante la “evacuación hacia el este”. En realidad, se trataba del traslado forzado hacia campos de exterminio en Polonia, construidos con el objetivo específico de asesinar en masa a personas de origen judío (hombres, mujeres y niños).
Campos de exterminio
Los primeros campos de exterminio fueron construidos en Polonia como parte de la “Operación Reinhard” de las SS (fuerzas paramilitares y penitenciarias nazis, llamadas Schutzstaffel). Así nacieron los campos de Belzec, Sobibor y Treblinka II, que iniciaron funciones en 1942, mientras que el campo de concentración de Majdanek fue convertido en un campo de exterminio. Anteriormente se había abierto el campo de exterminio de Chelmno, en diciembre de 1941.
Además, se amplió el enorme campo de concentración de prisioneros políticos de Auschwitz con un campo de exterminio, conocido como Auschwitz-Birkenau o Auschwitz II, donde se instalaron cuatro cámaras de gas con capacidad para varios cientos de personas. Junto a cada cámara de gas había un crematorio donde se quemaban los cadáveres.
Auschwitz-Birkenau fue el campo de exterminio más grande y fue donde las SS probaron por primera vez el gas Zyklon B. Allí murieron asesinadas un millón cien mil personas entre 1942 y 1945, de las que 90 % eran judíos (principalmente de Hungría y Polonia). Además, muchos prisioneros de los campos murieron en las “marchas de la muerte”, cuando los nazis los trasladaron lejos del frente a medida que avanzaban los Aliados.
Ver también: Campos nazis
La resistencia judía
Los intentos del régimen nazi por exterminar a toda la población judía europea se enfrentaron en algunos casos con actos de resistencia. El más conocido fue el levantamiento del gueto de Varsovia, que tuvo lugar entre abril y mayo de 1943, durante la segunda oleada de deportaciones masivas hacia los campos de exterminio.
Con tácticas de guerrilla, un grupo de judíos liderados por Mordechai Anielewicz resistieron a las tropas de las SS comandadas por Jürgen Stroop hasta que, el 16 de mayo, fueron definitivamente derrotados. Además de los miles de insurgentes muertos en los enfrentamientos, casi cuarenta mil fueron deportados a campos de exterminio.
Otros incidentes importantes tuvieron lugar en Treblinka II, donde una insurrección en agosto de 1943 permitió que trescientos prisioneros escaparan (la mayoría posteriormente recapturados o asesinados), y en Auschwitz, donde dos unidades de Sonderkommando (prisioneros judíos forzados a trabajar en los crematorios) se organizaron para hacer explotar una cámara de gas y su crematorio. Aunque iniciaron un ataque y algunos lograron escapar, luego fueron capturados y ejecutados.
Consecuencias del Holocausto
Tras la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial en 1945, un grupo de jerarcas nazis fue juzgado en los juicios de Núremberg por cargos como el de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Sin embargo, algunos líderes implicados en los hechos del Holocausto lograron escapar. Tal fue el caso de Josef Mengele, que experimentaba con prisioneros en los campos de concentración y exterminio y huyó a Sudamérica, y Adolf Eichmann, uno de los principales responsables de la “solución final”. Eichmann vivió en Argentina hasta que en 1960 fue encontrado por el Mossad (servicio de inteligencia israelí), fue juzgado en Israel y ejecutado por ahorcamiento en 1962. El juicio de Eichmann motivó el libro de Hannah Arendt, Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal (1963).
El Holocausto dejó una marca profunda en la sociedad alemana. El nazismo quedó desde entonces prohibido en Alemania, así como cualquier pronunciamiento racista o xenófobo en público, con penas de multa y prisión.
Por otro lado, el movimiento sionista nacido en Europa a fines del siglo XIX, que proponía el establecimiento de un Estado nacional judío en los territorios palestinos, cobró fuerza luego del Holocausto. Miles de sobrevivientes viajaron clandestinamente a dichos territorios. Finalmente, con el apoyo de los países vencedores en la guerra, integrados en la ONU (Organización de las Naciones Unidas), los dirigentes sionistas lograron crear el Estado de Israel el 14 de mayo de 1948.
Presencia del Holocausto en el cine y la literatura
Numerosas obras artísticas, especialmente literarias y cinematográficas, tratan sobre el Holocausto. Se lo considera una de las peores tragedias de la historia moderna.
El Holocausto demostró hasta qué punto la capacidad organizativa del ser humano puede aplicarse para la crueldad y cómo muchos individuos pueden estar dispuestos a cumplir órdenes incluso si estas suponen poner en marcha métodos de aniquilamiento masivo.
Algunas obras que tratan sobre el Holocausto son:
- El diario de Ana Frank (libro, 1942-1944) de Ana Frank.
- La trilogía de Auschwitz (libros, 1947, 1963 y 1986) de Primo Levi.
- Sin destino (libro, 1975) de Imre Kertész.
- Shoah (filme, 1985) de Claude Lanzmann.
- Maus (novela gráfica, 1991) de Art Spiegelman.
- La lista de Schindler (filme, 1993) de Steven Spielberg.
- La vida es bella (filme, 1997) de Roberto Benigni.
- La solución final (filme, 2001) de Frank Pierson.
- El pianista (filme, 2002) de Roman Polanski.
- El niño con el pijama de rayas (libro, 2006) de John Boyne.
- El niño con el pijama de rayas (filme, 2008) de Mark Herman.
Negacionismo
El término “negacionismo” hace referencia a una teoría conspirativa que niega la existencia del genocidio judío provocado por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Según esta teoría, se trataría de un engaño propagandístico, o a lo sumo de una exageración, elaborada por intereses judíos que buscaban beneficiarse mediante la victimización.
Esta teoría conspirativa suele ser defendida por grupos antisemitas. Sus argumentos han sido desacreditados por la evidencia existente, incluidos testimonios de sobrevivientes, registro fílmico y fotográfico y documentos de la época.
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Referencias
- Berenbaum, M. (2023). Holocaust. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Evans, R. J. (2007). El Tercer Reich en el poder. Península.
- Evans, R. J. (2011). El Tercer Reich en guerra. Península.
- Rees, L. (2023). Auschwitz. Los nazis y la “solución final”. Crítica.
- United States Holocaust Memorial Museum (s.f.). Introducción al Holocausto. Enciclopedia del Holocausto. https://encyclopedia.ushmm.org/
- Yad Vashem (s.f.). El Holocausto. Yad Vashem. Centro Mundial de Conmemoración de la Shoá. https://www.yadvashem.org/
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