Te explicamos cuáles fueron las etapas de la Segunda Guerra Mundial, las invasiones y las batallas en orden cronológico.
¿Qué fue la Segunda Guerra Mundial?
La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto militar que comenzó en septiembre de 1939, cuando Adolf Hitler (canciller de Alemania) decidió la invasión de Polonia. A continuación, se enfrentaron las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón) con los Aliados (Reino Unido, Francia, la Unión Soviética, Estados Unidos y China).
En los seis años que duró la guerra, se sucedieron diversas etapas, caracterizadas por cambios en las posiciones de fuerza y por modificaciones en las alianzas formadas.
La guerra concluyó tras la rendición incondicional de Alemania (mayo de 1945) y de Japón (septiembre de 1945).
Síntesis: etapas de la Segunda Guerra Mundial
- La guerra europea. Alemania comenzó por invadir Polonia y continuó con su expansión a diversas regiones de Europa y África. Logró ocupar Francia y también atacó a Gran Bretaña pero los británicos rechazaron exitosamente el ataque.
- La guerra mundial. Algunas potencias eligieron no intervenir en el conflicto, hasta que Alemania invadió la Unión Soviética y Japón atacó una base naval de Estados Unidos. Como consecuencia, la URSS y EE. UU. se aliaron con Gran Bretaña y esta alianza cambió el rumbo de la guerra.
- La victoria de los Aliados. La resistencia soviética y británica, y la maquinaria industrial y militar estadounidense lograron derrotar a las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón).
Ver además: Antecedentes de la Segunda Guerra Mundial
Primera etapa: la guerra europea (1939-1941)
El 1 de septiembre de 1939, Hitler comenzó su ataque sobre Polonia y demostró la eficacia de la maquinaria de guerra alemana. A continuación, el régimen nazi dirigió su atención hacia el norte e invadió Dinamarca y Noruega.
El momento más importante llegó en mayo de 1940 cuando la Wehrmacht (las fuerzas armadas alemanas) derrotó con facilidad a Francia. Reino Unido quedó como la única potencia que resistía a la ofensiva nazi. La Luftwaffe (fuerza aérea alemana) fracasó en su batalla aérea contra Inglaterra, por lo que Hitler se concentró en dos nuevos frentes: el norte de África y los Balcanes.
La invasión alemana de Polonia
La invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939 fue prácticamente un paseo militar, pues el ejército alemán era muy superior al polaco. La Wehrmacht desarrolló una nueva táctica, la “guerra relámpago” (Blitzkrieg), que se basaba en el uso de la aviación y los carros de combate para debilitar rápidamente al enemigo.
Mientras tanto, el Ejército Rojo de la Unión Soviética invadió sin resistencia los países bálticos y la zona oriental de Polonia. El 28 de septiembre de 1939, Alemania y la Unión Soviética firmaron un pacto que reconocía sus respectivas áreas de influencia. Poco después, la Unión Soviética invadió Finlandia y, pese a la resistencia del ejército finlandés, consiguió anexionarse diversos territorios fronterizos.
La siguiente agresión alemana fue contra Dinamarca y Noruega. La conquista fue rápida y, en junio de 1940, ambos países quedaron plenamente bajo control alemán.
La conquista alemana de Francia y la entrada de Italia en la guerra
Tras varios meses de inactividad, Alemania atacó a Francia en mayo de 1940. Las divisiones de carros de combate, apoyadas por la aviación, se lanzaron a la conquista de Países Bajos y Bélgica, que se rindieron a los pocos días. Después, el ejército francés se derrumbó. El 22 de junio se firmó el armisticio en Compiègne, en el mismo vagón donde Alemania había firmado su derrota en 1918.
Francia quedó dividida en dos. La zona noroeste quedó bajo la ocupación militar alemana. Al sudeste se estableció un gobierno colaboracionista presidido por el general Philippe Pétain y asentado en la ciudad de Vichy. La Francia de Vichy rompió relaciones con Reino Unido, desarmó su ejército e inició una política pro-nazi.
Sin embargo, no todos los franceses aceptaron la derrota. El general Charles de Gaulle organizó desde Londres el movimiento de la Francia Libre que se alineó contra Alemania.
Por otro lado, pese a carecer de un ejército convenientemente preparado, Benito Mussolini, líder de la Italia fascista y aliado de Hitler, entró en la guerra el 10 de junio de 1940, luego de observar que Alemania estaba derrotando a Francia.
La batalla de Inglaterra
Una vez que Francia fue vencida, solo Reino Unido resistía a la ofensiva alemana. La superioridad naval británica motivó que el ataque alemán se realizara desde el aire. La Luftwaffe inició en julio de 1940 un bombardeo sistemático de las instalaciones industriales y las ciudades del sur y el centro de Inglaterra.
Un nuevo gobierno británico, presidido por Winston Churchill, decidió resistir por todos los medios. La aviación británica (Royal Air Force) consiguió dominar el aire y triunfar en la guerra aérea. La resistencia británica forzó a Hitler a volver sus ojos hacia otros frentes, en los que había intervenido militarmente Mussolini: el norte de África y los Balcanes.
La guerra en el norte de África y en los Balcanes
En septiembre de 1940, tropas italianas invadieron Egipto (que estaba bajo control británico) desde la colonia italiana de Libia, pero pronto los británicos recuperaron el control. En febrero de 1941, Alemania envió al norte de África un ejército expedicionario, el Afrika Korps, y se abrió allí un nuevo frente de guerra.
El frente de los Balcanes se abrió con otro intento fallido de invasión del ejército italiano, esta vez sobre Grecia en octubre de 1940. Los griegos se vieron pronto asistidos por un ejército expedicionario británico y expulsaron a los italianos.
Hitler forzó a Hungría, Rumania, Eslovaquia y Bulgaria a unirse al Pacto Tripartito (que habían firmado Alemania, Italia y Japón en septiembre de 1940). En abril de 1941, los alemanes lanzaron una exitosa ofensiva contra Yugoslavia y Grecia.
Hitler dominaba gran parte de Europa, y ansiaba conseguir el “espacio vital” que reclamaba para el pueblo alemán en su libro “Mi lucha”. Ese espacio estaba en el este, en los enormes territorios de la Unión Soviética.
Segunda etapa: la guerra mundial (1941-1943)
En 1941, Hitler dominaba la mayor parte del continente europeo. Solo Inglaterra seguía haciéndole frente. Japón continuaba venciendo en su guerra contra China. Sin embargo, ambas potencias del Eje lanzaron dos ataques que convirtieron el conflicto en una guerra mundial.
Alemania invadió la Unión Soviética en junio de 1941, mientras que Japón atacó la base naval estadounidense de Pearl Harbor en diciembre de 1941. La Unión Soviética y Estados Unidos se unieron a Reino Unido en el bando de los Aliados. Esto cambió el curso de la guerra.
La invasión alemana de la Unión Soviética
En 1939, la Unión Soviética y Alemania habían firmado el pacto de no agresión germano-soviético. Sin embargo, el 22 de junio de 1941, sin declaración previa de guerra, el ejército alemán inició la invasión de la Unión Soviética. La denominada "Operación Barbarroja" fue, en sus primeros momentos, un rotundo éxito. El Ejército Rojo, diezmado por las purgas de lósif Stalin en los años treinta, se mostró incapaz de resistir el ataque alemán y emprendió la retirada.
Por el norte, las tropas alemanas llegaron hasta Leningrado (la actual San Petersburgo). Por el centro, llegaron hasta las puertas de Moscú. Sin embargo, ninguna de las dos ciudades cayó. El avance alemán fue más profundo en el sur y Ucrania fue rápidamente conquistada.
En 1942, el ejército alemán siguió sus operaciones con el objetivo de alcanzar el Cáucaso y acceder a sus yacimientos de petróleo. Llegó a Stalingrado (actual Volgogrado) en agosto. Tras durísimos combates, el ejército alemán quedó cercado. La batalla de Stalingrado marcó un cambio decisivo en la guerra. A fines de enero de 1943 los alemanes se rindieron en Stalingrado y las tropas soviéticas iniciaron un contraataque que les llevó poco a poco hacia el corazón de Alemania.
La guerra del Pacífico
En Asia oriental y el Pacífico, la expansión imperial japonesa iniciada en China iba también dirigida contra las posesiones europeas en Asia y contra las islas Filipinas que estaban en manos de Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, había cambiado su inicial postura aislacionista por una creciente implicación en la guerra. La Ley de Préstamo y Arriendo, aprobada por el Congreso estadounidense en marzo de 1941, permitió proveer de ayuda en armamentos y otros bienes a las potencias aliadas.
El ataque japonés a la base estadounidense de Pearl Harbor en Hawái el 7 de diciembre de 1941 determinó la entrada de Estados Unidos en la guerra.
Inicialmente, la expansión japonesa por Asia y el Pacífico había sido exitosa. Sin embargo, el despliegue de la maquinaria industrial y bélica estadounidense inclinó la balanza del conflicto en favor de los Aliados, como quedó demostrado a partir del triunfo estadounidense en la batalla de Midway en junio de 1942.
La victoria aliada en el norte de África
El momento decisivo de la guerra en el norte de África llegó en octubre y noviembre de 1942, cuando el general británico Bernard Montgomery derrotó en El Alamein (norte de Egipto) a las tropas del general alemán Erwin Rommel. En adelante, el Afrika Korps alemán sufrió derrota tras derrota.
Pocos días después de la batalla de El Alamein, tropas estadounidense y británicas desembarcaron en Marruecos y Argelia (8 de noviembre de 1942). Algunos meses más tarde, cuando las tropas alemanas se rindieron en Túnez el 12 de mayo de 1943, el Eje fue definitivamente expulsado del norte de África.
Tercera etapa: la victoria de los Aliados (1943-1945)
La entrada en la guerra de Estados Unidos y la Unión Soviética cambió definitivamente el curso del conflicto. La resistencia soviética y la maquinaria industrial y militar estadounidense inclinaron la balanza a favor de los Aliados.
Luego de las batallas de Stalingrado en el frente oriental, Midway en el Pacífico y El Alamein en el norte de África, la guerra se encaminó hacia la derrota de las potencias del Eje.
La invasión aliada de Italia y la caída de Mussolini
La expulsión del Eje del norte de África planteó a los Aliados la posibilidad de abrir un nuevo frente en Europa, en línea con el reclamo que venía haciendo Stalin para aligerar la presión que sufría el Ejército Rojo en el frente oriental.
En julio de 1943, tropas inglesas y estadounidenses desembarcaron en Sicilia. La proximidad de la amenaza aliada y los continuos fracasos del ejército italiano provocaron la destitución y arresto de Mussolini en Italia.
A principios de septiembre, los Aliados desembarcaron en el sur de Italia y el gobierno italiano firmó el armisticio el 8 de septiembre. La reacción alemana fue inmediata: tropas del Tercer Reich ocuparon el norte y el centro de Italia, establecieron una línea de defensa al norte de Nápoles, liberaron a Mussolini y permitieron la instauración, en la zona ocupada, de la República Social Italiana, gobernada por Mussolini bajo estricto control alemán.
A partir de entonces, las tropas aliadas iniciaron una lenta conquista del país desde el sur, mientras en el norte y el centro las tropas alemanas y fascistas tenían que hacer frente a una creciente resistencia interior protagonizada por partisanos comunistas.
Luego de episodios como la batalla de Montecassino, los ejércitos aliados entraron en Roma el 4 de junio de 1944. Sin embargo, la última línea de defensa en el norte de Italia, la “Línea Gótica”, resistió hasta abril de 1945.
El 27 de abril de 1945, Mussolini fue capturado por un grupo de partisanos cuando intentaba huir y fue fusilado al día siguiente.
El avance soviético en el frente oriental
Tras la batalla de Stalingrado, la batalla de Kursk librada entre julio y agosto de 1943 entregó definitivamente la iniciativa estratégica a las tropas soviéticas.
Durante el año 1944, el Ejército Rojo cosechó continuos éxitos: llegó a las antiguas fronteras de la Unión Soviética, ocupó el territorio de los antiguos aliados del Eje (Finlandia, Rumanía, Bulgaria y Hungría) y expulsó a las potencias del Eje de los Balcanes por la propia intervención militar soviética o por la acción de las guerrillas comunistas.
En Grecia, la retirada alemana en agosto de 1944 abrió un período de guerra civil entre guerrilleros comunistas y tropas monárquicas apoyadas por la intervención militar británica. Esta situación ejemplificó el enfrentamiento dentro del bando de los Aliados que llegaría tras la derrota del Eje.
Mientras tanto, las tropas soviéticas se preparaban para lanzar el ataque definitivo contra Alemania.
El desembarco de Normandía y el frente occidental
A lo largo de 1943 representantes de la “Gran Alianza" (Estados Unidos, la Unión Soviética y Reino Unido) se reunieron en diversas conferencias en las que definieron la estrategia a seguir. Fruto de estas conversaciones fue el desembarco aliado en la región francesa de Normandía, largamente demandado por la Unión Soviética para aligerar la presión alemana en el frente oriental.
El 6 de junio de 1944 (conocido como el “día D”), tropas estadounidenses, británicas y canadienses desembarcaron en las playas de Normandía y superaron la férrea resistencia alemana. Rápidamente las tropas aliadas, bajo la dirección del general estadounidense Dwight Eisenhower, se dirigieron a París, que fue liberada el 25 de agosto. Diez días antes, tropas británicas, estadounidenses y francesas habían desembarcado en Marsella, en el sur de Francia. Tras reconquistar Francia, las tropas aliadas se dirigieron hacia Alemania.
Más en: Desembarco de Normandía
La batalla de Alemania
En febrero de 1945, Roosevelt, Stalin y Churchill se reunieron en Yalta, donde decidieron los pormenores del ataque final sobre Alemania y su posterior reparto en zonas de ocupación.
El ataque conjunto angloestadounidense y soviético, dirigido sobre Alemania desde el este, el sur y el oeste, derrotó con facilidad la resistencia alemana. El 25 de abril tropas soviéticas (provenientes del este) y estadounidenses (provenientes del oeste) se encontraron en la ciudad de Torgau, junto el río Elba.
El 30 de abril, con las tropas soviéticas en los barrios de Berlín, Hitler se suicidó en su búnker. El 7 y el 8 de mayo los alemanes firmaron la rendición incondicional.
El frente del Pacífico y el fin de la Segunda Guerra Mundial
Mientras se luchaba en los frentes europeos, Estados Unidos continuaba avanzando en el frente del Pacífico. La conquista estadounidense de Filipinas en febrero de 1945 y la reconquista británica de Birmania en mayo marcaron momentos clave de ese avance. Además, el 19 de febrero de 1945 las tropas estadounidenses ocuparon por primera vez territorio japonés, la pequeña isla de Iwo Jima.
Mientras tanto, se sucedían continuos ataques aéreos sobre las ciudades y los centros industriales de Japón. Tras la derrota alemana en mayo de 1945, Estados Unidos se decidió a usar un arma que había estado desarrollando secretamente.
El 6 de agosto de 1945, el avión Enola Gay lanzó una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. El resultado fueron 100.000 muertos y miles de heridos.
Dos días más tarde, la Unión Soviética declaró la guerra a Japón y ocupó Manchuria y parte de Corea. Al día siguiente, Estados Unidos lanzó una segunda bomba atómica, esta vez sobre la ciudad de Nagasaki.
El horror nuclear precipitó la rendición de Japón. El 2 de septiembre de 1945, los representantes del emperador japonés, Hirohito, firmaron en el buque de guerra Missouri, fondeado en aguas de la bahía de Tokio, la rendición incondicional que dio por finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Sigue con:
Referencias
- Beevor, A. (2012). La Segunda Guerra Mundial. Pasado y presente.
- Hughes, T. A. & Royde-Smith, J. G. (2022). World War II. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Stone, N. (2013). Breve historia de la Segunda Guerra Mundial. Ariel.
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