Caída del bloque comunista

Te explicamos cómo fue la caída del bloque comunista. Además, sus causas y características por países.

La caída del Muro de Berlín fue uno de los eventos más representativos de la caída del bloque comunista.

¿Qué fue la caída del bloque comunista?

La caída del bloque comunista se produjo entre 1989 y 1991. Marcó el fin de la Guerra Fría que había enfrentado durante más de cuarenta años a Estados Unidos y la Unión Soviética (URSS).

La Guerra Fría comenzó luego de la finalización de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y enfrentó a dos bloques de países definidos por proyectos políticos, ideológicos y económicos opuestos: el bloque occidental (integrado por países capitalistas, generalmente organizados en democracias representativas y liderados internacionalmente por Estados Unidos) y el bloque oriental (integrado por países comunistas, organizados en regímenes de partido único y liderados por la Unión Soviética).

El bloque oriental o comunista comenzó a caer cuando, luego de las reformas implementadas por Mijaíl Gorbachov en la URSS, los gobiernos comunistas de Europa oriental no pudieron contener las revoluciones que estallaron en sus países en 1989. 

Las “democracias populares” fueron reemplazadas por regímenes parlamentarios con elecciones libres y economías de mercado. En 1990 se produjo la reunificación de Alemania y, en 1991, la Unión Soviética se disolvió.

Puntos clave

  • El fin del bloque comunista (o bloque oriental liderado por la Unión Soviética) representó la derrota ante el bloque capitalista (u occidental) liderado por Estados Unidos.
  • La caída del bloque comunista puso fin a la Guerra Fría, un proceso que ocurrió entre el fin de la Segunda Guerra Mundial (1945) y la caída de la Unión Soviética (1991).
  • La caída del muro de Berlín en 1989 es uno de los hechos más emblemáticos que representan el fin del bloque comunista, seguido de la disolución de la Unión Soviética en 1991.

Las reformas de Mijaíl Gorbachov

La perestroika y la glasnost

Mijaíl Gorbachov aplicó reformas internas en la URSS y retiró tropas de Europa oriental.

La caída del bloque comunista y la disolución de la Unión Soviética fueron el resultado de un proceso que comenzó con las reformas de Mijaíl Gorbachov, quien se convirtió en el líder de la Unión Soviética en 1985, cuando asumió el cargo de secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).

La Unión Soviética atravesaba en esa época serias dificultades económicas y políticas. Para hacer frente a ellas, Gorbachov propuso una distensión en sus relaciones con Estados Unidos, la reducción del gasto militar y la implementación de políticas exteriores de cooperación y consenso. En política interna, promovió la perestroika (una reestructuración económica, aunque sin abandonar el socialismo) y la glasnost (una reforma para garantizar la transparencia política e informativa).

El proyecto de Mijaíl Gorbachov también señalaba la imposibilidad de seguir manteniendo por la fuerza a las “democracias populares” que se habían establecido en Europa oriental y central tras las intervenciones soviéticas posteriores a la Segunda Guerra Mundial y que funcionaban como estados satélites de la Unión Soviética.

La perestroika y la glasnost tuvieron una inmediata consecuencia en los estados satélites de Europa oriental y central. Sin la intervención soviética, los gobiernos comunistas de estos países fueron removidos por sus propias poblaciones en el corto plazo de unos meses.

El abandono de la Doctrina Breznev

En septiembre de 1988, Gorbachov clausuró el Comité de Enlace del PCUS con los países socialistas, una señal de que abandonaba la Doctrina Breznev (esta doctrina disponía la intervención del Pacto de Varsovia en cualquier país comunista cuyo gobierno fuera amenazado por fuerzas políticas internas).

En diciembre de ese mismo año, Gorbachov anunció en la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) una reducción unilateral de más de medio millón de soldados de las fuerzas armadas soviéticas, de los que la mitad serían retirados (junto con más de cinco mil tanques) de Europa oriental.

Aunque el objetivo de Gorbachov era que estos países aplicaran su propia perestroika y se mantuvieran en el Pacto de Varsovia (la alianza militar controlada por la Unión Soviética), pronto los acontecimientos tomaron otra dirección. En 1989 se produjo una oleada revolucionaria que provocó el derrocamiento de los gobiernos comunistas de Europa oriental y central.

Las revoluciones de 1989

La transición en Polonia

Polonia fue el país que inició el proceso revolucionario. Tras una serie de huelgas a mediados de 1988, el gobierno comunista, dirigido por el general Wojciech Jaruselzski, se vio forzado a negociar con el sindicato opositor Solidaridad.

Los acuerdos de abril de 1989 significaron el reconocimiento legal del sindicato y la apertura de un proceso de transición democrática. Solidaridad se presentó como partido político en las elecciones de junio y el partido comunista fue derrotado. 

De este modo, se formó el primer gobierno no comunista en Europa oriental desde fines de la década de 1940, presidido por Tadeusz Mazowiecki (dirigente de Solidaridad) como primer ministro.

La rápida descomposición del régimen comunista permitió que la República Popular de Polonia cambiara su nombre a República de Polonia y que se convocara a elecciones presidenciales en 1990. Lech Walesa, principal líder de Solidaridad, fue elegido presidente y comenzó su mandato en diciembre de 1990.

La transición en Hungría

En Hungría fueron los propios reformadores comunistas, como Imre Pozsgay, los que desmontaron el sistema comunista. Tras desplazar a János Kadar del cargo de secretario general del partido en 1988 (posición que ocupaba desde 1956), comenzó la transición en Hungría: en la primavera europea de 1989 se estableció el multipartidismo y en octubre de ese mismo año el Partido Socialista Obrero Húngaro (nombre oficial del partido comunista del país) se disolvió.

Al mismo tiempo se aprobó una constitución democrática y se proclamó la República de Hungría (en sustitución de la República Popular de Hungría). Las elecciones de marzo y abril de 1990 llevaron al poder a fuerzas democráticas anticomunistas.

La “revolución pacífica” en la República Democrática Alemana

El cambio en Hungría tuvo una enorme repercusión en el resto de los países de la región. La decisión de las autoridades húngaras de abrir su frontera con Austria en septiembre de 1989 abrió una “brecha” en el telón de acero por la que decenas de miles de habitantes de la República Democrática Alemana (o Alemania Oriental) huyeron hacia la República Federal de Alemania (o Alemania Occidental), atravesando Checoslovaquia, Hungría y Austria. Al éxodo de la población se le unió pronto una oleada de manifestaciones a lo largo de toda Alemania Oriental.

El líder de la República Democrática Alemana, Erich Honecker, creía que la solución era la represión, pero no contaba con el apoyo de Gorbachov. Las autoridades soviéticas hicieron tres declaraciones a fines de octubre de 1989, que tuvieron enorme importancia política:

  • El 23 de octubre, ante la proclamación de Hungría como república soberana independiente, el ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, Eduard Shevardnadze manifestó que la URSS no debía interferir de ningún modo en los asuntos de Europa oriental.
  • Ese mismo día, Gennadi Gerasimov, portavoz de Gorbachov en asuntos de política exterior, anunció que la Doctrina Breznev había sido sustituida por la Doctrina Sinatra. Gerasimov se refería a una canción del cantante estadounidense Frank Sinatra que usaba para proclamar que la Unión Soviética permitía que los países de Europa oriental hicieran las cosas “a su manera”. Esto significaba que el Kremlin ratificaba los cambios en Polonia y Hungría, y animaba a los demás países a seguir ese camino.
  • Finalmente, el 25 de octubre el propio Gorbachov, en un viaje por Finlandia, condenó abiertamente la Doctrina Breznev.

Unos días antes, el 18 de octubre, Honecker fue sustituido por un comunista reformista, Egon Krenz, quien tomó la histórica decisión de abrir el Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.

El rápido derrumbamiento de la República Democrática Alemana abrió un proceso de negociación entre las cuatro potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial (Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética) y la República Federal de Alemania (cuyo canciller, Helmut Kohl, aspiraba a la reunificación de Alemania).

Finalmente el denominado Acuerdo 2 + 4 (la República Federal de Alemania y la República Democrática Alemana más Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética) posibilitó la reunificación de Alemania el 3 de octubre de 1990. 

A cambio de un compromiso de limitación del poder militar alemán, del no estacionamiento de tropas de la OTAN en el territorio de la antigua República Democrática Alemana y de importantes ayudas económicas, la Alemania reunificada siguió siendo miembro de la OTAN y de la Comunidad Económica Europea.

La “revolución de terciopelo” en Checoslovaquia

La caída del Muro de Berlín precipitó los acontecimientos en los demás países del este europeo. El régimen de Gustáv Husák, líder de la República Socialista de Checoslovaquia y defensor de la ortodoxia soviética y la Doctrina Breznev desde 1968, reprimió el 17 de noviembre de 1989 una manifestación estudiantil que reclamaba libertades políticas. A continuación, las manifestaciones y huelgas se multiplicaron y, en poco tiempo, el régimen se derrumbó.

Este proceso, denominado “Revolución de Terciopelo”, llevó a la dimisión de Husák el 10 de diciembre de 1989. También llevó a la presidencia de la Asamblea Federal al héroe de la Primavera de Praga, Alexander Dubček, y a la presidencia de Checoslovaquia a Vaclav Havel, uno de los principales opositores del régimen comunista.

¿Quién fue Václav Havel?

Václav Havel (1936-2011) fue un dramaturgo y disidente político checo que, tras la caída del régimen comunista, fue presidente de Checoslovaquia de diciembre de 1989 a julio de 1992. Luego, tras la división del país en dos Estados, fue presidente de la República Checa de febrero de 1993 a febrero de 2003.

Tras una carrera brillante en el teatro, participó activamente en la Primavera de Praga (1968) y, luego de la invasión soviética, sus obras fueron prohibidas y su pasaporte confiscado. Fue varias veces arrestado y fue uno de los principales firmantes de la Carta 77, una declaración que reclamaba el respeto de los derechos humanos, por lo que pasó cuatro años en la cárcel (1979-1983).

Cuando se iniciaron las masivas manifestaciones de noviembre de 1989 en Praga, Havel se convirtió en el líder del Foro Cívico, una coalición de fuerzas democráticas no comunistas. En diciembre de 1989 el gobierno comunista se derrumbó por la presión popular. La falta de violencia del cambio político en Checoslovaquia provocó que se lo llamara “revolución de terciopelo”. Nombrado interinamente presidente de Checoslovaquia el 29 de diciembre de 1989, fue reelegido democráticamente para el cargo en julio de 1990. Opuesto a la división de Checoslovaquia e incapaz de evitarla, renunció en 1992. En 1993 fue elegido presidente de la recién nacida República Checa, cargo que desempeñó hasta 2003. Murió en 2011 a la edad de 75 años.

La transición en Bulgaria

Al día siguiente de la caída del Muro de Berlín, y ante el temor de que se repitieran en Bulgaria las protestas que habían tenido lugar en Alemania Oriental, se produjo un golpe dentro de la dirección del Partido Comunista Búlgaro, alentado por Gorbachov. Este golpe derrocó al líder Todor Zhivkov (que gobernaba desde 1954) y llevó al poder a Petar Mladenov, un comunista reformista que inició el camino hacia la democratización del régimen.

A fines de 1989 se establecieron libertades políticas y se pudo formar un partido político opositor que participó en las elecciones libres que se celebraron en junio de 1990. El Partido Socialista Búlgaro, una continuación moderada del disuelto Partido Comunista Búlgaro, ganó en esas elecciones.

La revolución en Rumania

Las movilizaciones en Rumania condujeron a la ejecución del dictador Nicolae Ceaucescu.

En Rumania tuvo lugar la revolución más violenta de 1989. Luego de algunos días de protestas y disturbios, el 21 de diciembre el secretario general del Partido Comunista Rumano y presidente de la República Socialista de Rumania, Nicolae Ceaucescu, se encontró con que una manifestación para apoyar al régimen se convirtió en una  protesta popular.

En ese momento estalló una insurrección preparada por diversos cargos del partido comunista y apoyada por el ejército y sectores de la población civil. Tras vencer la resistencia de la Securitate (la policía secreta del régimen), Nicolae Ceaucescu y su esposa, Elena Ceaucescu, fueron apresados en su intento de huida, juzgados sumariamente por un tribunal militar y ejecutados el 25 de diciembre.

La revolución rumana, que causó más de mil víctimas y provocó la disolución de la República Socialista de Rumania, puso fin al ciclo revolucionario de 1989 en Europa oriental.

En la República Popular de Albania, que se había alejado de la Unión Soviética en 1968 y había establecido durante un tiempo relaciones con la China comunista, la transición del régimen comunista a una república multipartidista se produjo en 1991.

La frustrada revolución en China: la matanza de Tiananmén

La muerte de Mao Zedong, líder de la República Popular China, en 1976 abrió una profunda crisis política en la China comunista que concluyó en 1980 con el ascenso al poder de Deng Xiaoping.

China ya se había alejado diplomáticamente de la Unión Soviética en los años de Mao, y con la nueva dirección se abrió a Occidente: Deng viajó a Washington (donde se entrevistó con el presidente estadounidense, Jimmy Carter), firmó un acuerdo comercial con Japón y llegó a un arreglo amistoso con el Reino Unido para la transferencia de Hong Kong a la soberanía china.

En paralelo, se emprendió una profunda reforma económica que introdujo elementos capitalistas como la limitación del control estatal, los incentivos a la producción y al consumo y la apertura a las inversiones extranjeras.

El éxito económico permitió que, a fines de los ochenta, la economía china creciera a tasas superiores al 10 % interanual del PIB. Sin embargo, en China no se aplicaron reformas políticas como las que se implementaron en Europa oriental. Las libertades civiles y políticas siguieron ausentes y el Partido Comunista Chino mantuvo el control del estado.

De todos modos, los ecos de la perestroika llegaron hasta China y, en 1989, una oleada de protestas, principalmente protagonizadas por estudiantes, recorrió el país. El 20 de mayo de 1989 la situación estaba fuera del control de las autoridades comunistas: más de un millón de manifestantes llenaron las calles. El 29 de mayo, los estudiantes demócratas erigieron una estatua de la “Diosa de la Democracia” en la plaza de Tiananmén, en Beijing.

En el interior del gobierno comunista se produjo un debate entre partidarios de la negociación y defensores de la represión. Finalmente, se impuso el ala represiva y, el 3 de junio de 1989, unidades militares del Ejército Popular Chino reprimieron y sofocaron la revuelta. Pese al secretismo de las autoridades chinas, se calcula que fueron cientos los muertos y miles los detenidos durante la represión en la plaza de Tiananmén.

Slobodan Milosevic y la disolución de Yugoslavia

Yugoslavia fue un país comunista no alineado con la Unión Soviética que experimentó un proceso de disolución a partir de comienzos de la década del noventa. Uno de los principales protagonistas de este proceso fue Slobodan Milosevic. 

Nacido en Serbia de padres montenegrinos en 1941, Milosevic ingresó en la Liga de los Comunistas de Yugoslavia (LCY) con 18 años de edad. Tras casarse con Mirjana Markovic, una convencida comunista, inició su carrera política en la Liga de los Comunistas de Serbia, una de las organizaciones federadas en la Liga de los Comunistas de Yugoslavia.

En 1986 asumió como jefe del comité central de la organización serbia y en 1987 se consolidó como líder. En pleno proceso de transición, con el sistema comunista fuertemente cuestionado y con reformas liberales en marcha, Milosevic centró sus demandas en la abolición de la autonomía que tenían Kosovo y Voivodina en el seno de la República Socialista de Serbia (que a la vez formaba parte de la República Federativa Socialista de Yugoslavia) y se manifestó a favor de un control total del gobierno serbio sobre dichos territorios. 

También se centró en la defensa de la intervención estatal en la economía en contra de las reformas económicas liberales. Estas demandas fueron acompañadas por protestas populares que recibieron el nombre de “revolución antiburocrática”.

En 1989, Milosevic alcanzó la presidencia de Serbia. A partir de 1990, restringió los poderes de las regiones autónomas de Serbia y se convirtió en el líder de quienes se oponían al separatismo de Croacia y Eslovenia. Su actitud terminó provocando la desmembración del país. La Liga de los Comunistas de Yugoslavia se dividió en partidos propios de cada república. Milosevic decidió adaptarse a los nuevos tiempos, convirtió la Liga de los Comunistas de Serbia en el Partido Socialista de Serbia y fue elegido presidente de Serbia por una amplia mayoría.

El choque entre los nacionalismos dentro de Yugoslavia dio lugar a una ruptura del Estado yugoslavo. En 1991 Croacia y Eslovenia declararon su independencia y se inició una guerra entre Croacia y Serbia. En 1992 la guerra enfrentó también a Serbia con Bosnia.

La postura ultranacionalista de Milosevic llevó a Serbia al aislamiento internacional y a sucesivas derrotas: en 1995 ante Croacia y Bosnia con la firma de los Acuerdos de Dayton y en 1999 ante el Ejército de Liberación de Kosovo apoyado por la OTAN. La política de “limpieza étnica” que aplicó el gobierno de Milosevic contra la población musulmana albanesa, mayoritaria en Kosovo, le valió la condena internacional y fue acusado de crímenes de guerra. En el año 2001, Milosevic fue arrestado por el gobierno yugoslavo y entregado al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia de La Haya, formado por la ONU en 1993, para ser juzgado por crímenes de guerra. Murió en prisión el 11 de marzo de 2006, antes de que concluyera el proceso legal.

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Referencias

  • Britannica, Encyclopaedia (2022). Collapse of the Soviet Union. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/ 
  • Britannica, Encyclopaedia (2022). Tiananmen Square incident. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/ 
  • Britannica, Encyclopaedia (2023). Václav Havel. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/ 
  • Cabrera, M. & Juliá, S. (coords.) (1992). Europa 1945-1990. Fundación Pablo Iglesias.
  • Kulik, R. M. (2022). Eastern bloc. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/ 
  • Powaski, R. E. (2000). La Guerra Fría: Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991. Crítica.

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Gayubas, Augusto (24 de octubre de 2024). Caída del bloque comunista. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 5 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/caida-del-bloque-comunista/.

Sobre el autor

Autor: Augusto Gayubas

Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 24 de octubre de 2024
Fecha de publicación: 28 de septiembre de 2023

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