Te explicamos qué es el trotskismo y cuáles son las características de esta corriente política. Además, las obras y la muerte de Trotski.
¿Qué es el trotskismo?
El trotskismo es una corriente política dentro del marxismo que surgió a partir de las ideas de León Trotski (de allí su nombre), un político revolucionario ruso de origen judío que tuvo un rol destacado en la Revolución bolchevique de 1917 y que, a la muerte de Lenin, se opuso a la doctrina de Iósif Stalin del “socialismo en un solo país”.
En su formulación original, el trotskismo acusaba al estalinismo de proceder en contra de los intereses de la revolución socialista mundial, y proponía en cambio la doctrina de “la revolución permanente”. Esta doctrina planteaba que el éxito de la revolución dependía de la extensión del comunismo a toda Europa mediante similares procesos revolucionarios.
El trotskismo como doctrina ideológica sobrevivió a la muerte de Trotski, primero a través de la Cuarta Internacional (que había sido fundada por Trotski en 1938), y hasta el día de hoy por la formación de movimientos de izquierda en diversas partes del mundo que valoran positivamente la Revolución bolchevique pero no se identifican con la experiencia histórica de la Rusia estalinista.
- Ver además: Comunismo
Los orígenes del trotskismo
León Trotski (1879-1940) se interesó desde su juventud por el socialismo y se vinculó brevemente con la facción menchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (los mencheviques representaban el ala minoritaria y moderada del partido, frente a los bolcheviques que seguían a Lenin).
Posteriormente, adoptó una posición que proponía que el éxito de una revolución socialista en el Imperio ruso, que derrocara a la autocracia zarista y otorgara el poder al proletariado, dependía de la extensión revolucionaria al resto de Europa, especialmente a los países más industrializados y con una clase obrera más organizada.
Luego de la Revolución de Febrero (1917) que derrocó al zar, Trotski se unió al partido bolchevique y participó junto a Lenin en la Revolución de Octubre (1917), que instaló en el gobierno a los bolcheviques y permitió la implantación progresiva del comunismo en Rusia. Trotski se hizo cargo de la conducción militar del gobierno bolchevique y de la creación del Ejército Rojo que reprimió revueltas obreras y permitió el triunfo en la guerra civil contra los opositores al nuevo régimen.
Diferencias del trotskismo con el estalinismo
A la muerte de Lenin en 1924, el partido y el gobierno quedaron en manos de Stalin. A partir de este momento se hicieron más patentes las diferencias que separaban al trotskismo del estalinismo, que finalmente llevaron a Trotski al exilio en 1929.
La principal diferencia entre ambas corrientes era la que oponía la doctrina de la “revolución permanente” de Trotski (que había formulado antes de la revolución y sintetizó luego en el libro La revolución permanente de 1930) y la política de “socialismo en un solo país” adoptada en 1925 por el Partido Comunista soviético (que era el partido gobernante) a instancias de Stalin.
El “socialismo en un solo país” partía de reconocer que las naciones eran entidades políticas separadas y que era necesario que el comunismo se construyera desde el interior de cada país para poder competir con las potencias capitalistas occidentales. En la Unión Soviética (URSS), este programa suponía promover la autosuficiencia interna, mediante la centralización estatal de la economía y una política de industrialización intensiva y colectivización agraria forzada.
La “revolución permanente” del trotskismo se sostenía en la idea de que la revolución en un país mayormente campesino y poco industrializado como Rusia solo podía triunfar si se extendía el comunismo al resto de Europa, especialmente a los países más industrializados y con un proletariado mejor organizado. Además, la extensión mundial de la revolución era considerada un requisito para evitar el aislamiento internacional.
- Más en: Estalinismo
Textos fundamentales del trotskismo
El trotskismo como ideología política se fundamenta mayormente en dos textos teóricos o programáticos:
- La revolución permanente (1930). Esta obra escrita por Trotski postulaba los fundamentos de su doctrina de la “revolución permanente” y los lineamientos para la internacionalización del comunismo. En ella se sugería que la burguesía de los países considerados económicamente atrasados (como Rusia) era incapaz de promover una revolución democrático-burguesa que condujera luego al socialismo (según planteaban las tesis de Marx), por lo que el proletariado dirigido por una vanguardia revolucionaria debía encabezar el proceso. Para ello, era necesario internacionalizar sus esfuerzos.
- La revolución traicionada (1937). En esta obra, Trotski reivindicaba el proceso revolucionario de 1917 y denunciaba lo que interpretaba como una desviación autoritaria y burocrática emprendida por Stalin en la Unión Soviética, a la que caracterizaba como una traición a la revolución.
- Programa de transición o La agonía del capitalismo (1938). Escrito principalmente por Trotski, este programa se aprobó en el primer congreso de la Cuarta Internacional, convocado por los partidarios del trotskismo en septiembre de 1938. El programa defendía la necesidad de una transición, es decir, la realización de cambios paulatinos que permitieran al proletariado adquirir conciencia de su poder y conectar progresivamente sus reivindicaciones transitorias con un programa de acción orientado a la revolución socialista.
La Cuarta Internacional
Cuando el trotskismo se empezó a distanciar del estalinismo, lo hizo en parte por la apuesta de Stalin al “socialismo en un solo país” pero también por el burocratismo que se estaba instaurando en el estado soviético debido a la primacía de la nomenklatura (la élite soviética integrada por miembros del Partido Comunista).
Esto llevó a Trotski y a sus seguidores —que habían conformado una “Oposición de izquierda” inicialmente integrada en la Internacional Comunista (también conocida como Tercera Internacional o Komintern)— a denunciar que esta organización se había convertido en un instrumento político de Stalin.
Por tal razón, y para reunir a socialistas y sindicalistas de distintos países en un frente común separado del estalinismo y dirigido contra el fascismo (que estaba creciendo en Europa), los trotskistas decidieron convocar en 1938 a una Cuarta Internacional.
Esta organización adoptó los principios de la revolución permanente y contó con el apoyo de algunos partidos de izquierda internacionales, pero quedó muy debilitada tras la muerte de Trotski y fue disuelta en 1953. En las décadas siguientes, diversas organizaciones se reconocieron herederas de la Cuarta Internacional, y los partidos trotskistas de la actualidad suelen estar afiliados a alguna de estas organizaciones.
El entrismo y otras características del trotskismo
El entrismo fue una táctica ideada por el trotskismo para infiltrar partidos de izquierda, especialmente aquellos adheridos a la Segunda Internacional (de tendencia socialdemócrata), con el objetivo de ganar adeptos para el movimiento revolucionario mediante la radicalización de militantes de partidos reformistas que, en general, tenían mayor convocatoria entre los trabajadores. De este modo, se buscaba aumentar las fuerzas de la Cuarta Internacional. Esta táctica fue continuada por algunos partidos trotskistas surgidos con posterioridad, pero luego fue mayormente abandonada.
El trotskismo acusó a la Tercera Internacional de ser contrarrevolucionaria y se opuso a numerosas medidas implementadas por el régimen estalinista en la Unión Soviética, sobre todo a su burocratismo, que había clausurado la vía a una democracia asamblearia en el partido y en los consejos. En países como España durante la Guerra Civil (1936-1939), los trotskistas locales también cuestionaron la subordinación de los partidos comunistas, dependientes de la Tercera Internacional, a los intereses de la dirigencia de la Unión Soviética.
Trotski también reflexionó sobre el arte y su relación con la revolución y el socialismo, lo que influyó en el posterior pensamiento trotskista. A su vez, formuló la llamada “ley del desarrollo desigual y combinado”, mediante la cual sostenía que la desigual evolución del capitalismo en diferentes naciones no impedía la combinación de economías “avanzadas” y “atrasadas”, lo que garantizaba que el proletariado fuera una fuerza revolucionaria aun en países mayoritariamente campesinos, como Rusia. Hoy algunas de estas ideas son recuperadas por movimientos trotskistas contemporáneos, junto con su posicionamiento anticapitalista y antiimperialista.
Trotskismo vs. leninismo
En muchos aspectos, el trotskismo como pensamiento y acción se vinculó con el leninismo. Trotski aceptó buena parte de los fundamentos teóricos y prácticos formulados por Lenin. Sin embargo, en distintas etapas de sus vidas, Lenin y Trotski tuvieron algunas diferencias ideológicas y programáticas. Un ejemplo es la inicial insistencia de Lenin en la necesidad de construir en Rusia una dictadura del proletariado y el campesinado, por tratarse de un país mayormente rural, en contraposición con la tesis de Trotski de que la fuerza motriz debía ser el proletariado (idea que terminó adoptando Lenin).
En general, los trotskistas reconocen en el pensamiento de Trotski una continuidad o un perfeccionamiento de las tesis leninistas, mientras que conciben al estalinismo como una desviación reaccionaria de las ideas de Lenin. En cambio, los sectores afines al comunismo soviético consideran al trotskismo como una interpretación divergente del leninismo, que dividió y pretendió debilitar la fortaleza del bloque revolucionario que, en la época de Stalin, supuestamente representaba al verdadero marxismo-leninismo.
La muerte de Trotski
Cuando Stalin pasó a liderar el partido bolchevique y el gobierno soviético tras la muerte de Lenin, la corriente representada por Trotski y la llamada “Oposición de izquierda” fue perseguida por el estalinismo en la Unión Soviética y dentro de la Internacional Comunista. Trotski fue expulsado de la Unión Soviética en 1929, acusado de traidor.
Luego de pasar por Turquía, Francia y Noruega, se instaló en México en 1937 y vivió un tiempo en una casa de Frida Kahlo y Diego Rivera. Durante este tiempo, creó la Cuarta Internacional, continuó escribiendo e intentó difundir sus ideas, contrarias al estalinismo imperante en la Unión Soviética y en los partidos comunistas que integraban la Tercera Internacional.
En 1940, luego de sobrevivir a un atentado en el que dispararon a su habitación con ametralladoras, Trotski fue asesinado por Ramón Mercader, un comunista español que operaba como espía soviético de la NKVD (organismo de asuntos internos de la Unión Soviética). Se cree que su asesinato fue ordenado por Stalin.
El trotskismo hoy
El trotskismo tiene actualmente presencia en numerosos países, sobre todo de América Latina: México , Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay, Chile y Venezuela son un buen ejemplo, pero también Reino Unido, Irlanda, España, Portugal, Francia o Argelia.
En general, se trata de movimientos sociales, asociaciones sindicales, agrupaciones estudiantiles o partidos políticos minoritarios afiliados a alguna de las organizaciones que se reclaman herederas de la Cuarta Internacional.
- Sigue con: Revolución Rusa
Referencias
- Britannica, Encyclopaedia (2015). Trotskyism. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com
- Daniels, R. V. (2022). Leon Trotsky. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com
- Fitzpatrick, S. (2005). La revolución rusa. Siglo XXI.
- Marie, J.-J. (2009). Trotski. Un revolucionario sin fronteras. Fondo de Cultura Económica.
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