Te explicamos quién fue Lenin y cómo se convirtió en el principal líder de la Revolución Rusa. Además, su rol en el Partido Comunista y en la Unión Soviética.
¿Quién fue Vladimir Lenin?
Vladimir Illich Ulianov, popularmente conocido como “Lenin”, fue un militante y político comunista, líder de la Revolución rusa (1917) que abolió la monarquía zarista y principal dirigente de la facción bolchevique que estableció el comunismo y fundó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (también llamada Unión Soviética o URSS). Lenin seguía el pensamiento marxista y aportó una serie de ideas a la filosofía política, vinculadas a la revolución socialista en un país con poco desarrollo industrial como Rusia.
Por su militancia política, Lenin vivió muchos años en el exilio o en la clandestinidad. Fue uno de los principales líderes del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), que luego se convirtió en el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Antes de la Revolución rusa, sus principales actividades estuvieron ligadas al análisis político, la publicación de sus ideas y la organización partidaria.
Lenin vio la oportunidad de convertir la revolución antimonárquica de 1917 en una revolución socialista. Lideró la Revolución de Octubre, en la que los bolcheviques tomaron el poder y sustituyeron al Gobierno Provisional moderado por un gobierno de Comisarios del Pueblo. Durante la guerra civil (1919-1921), logró que el Ejército Rojo comunista derrotara al Movimiento Blanco de la oposición. Como líder del gobierno revolucionario, sentó las bases para el comunismo en Rusia y fundó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
- Ver además: Bolcheviques y mencheviques
La vida privada de Lenin
La infancia y los primeros años de Lenin
Vladimir Illich Ulianov nació el 22 de abril de 1870 en Simbirsk, Imperio ruso, en el seno de una familia de clase media urbana. Su padre, Iliá Uliánov, era inspector de Educación y su madre, María Aleksándrovna, provenía de una familia aristocrática alemana. Creció en un entorno culto y tuvo una buena educación escolar. Su hermano mayor, Aleksandr, logró ingresar en la Universidad de San Petersburgo, algo poco común para la sociedad del imperio zarista.
Su padre murió en 1886 por problemas de salud. Su hermano Aleksandr comenzó a militar en una organización llamada “Voluntad del Pueblo”, de pensamiento revolucionario antimonárquico y en 1887 formó parte de una conspiración contra el zar Alejandro III. Sin embargo, antes de llevar a cabo el atentado, la policía los descubrió y Aleksandr, junto con otros militantes, fue sentenciado a muerte por traición.
Unos meses después, Lenin logró ingresar a la Universidad de Kazán para estudiar Derecho, gracias al apoyo de su director de escuela Fiódor Kerenski (padre de Aleksandr Kerenski, quien sería el primer ministro del Gobierno Provisional que Lenin derrocará durante la revolución bolchevique de Octubre).
Lenin era un excelente estudiante y conseguía las mejores notas. En la Universidad conoció las ideas revolucionarias y comenzó a participar de las manifestaciones de los estudiantes. Fue detenido en una protesta y expulsado, aunque luego se le permitió continuar sus estudios a distancia.
En los siguientes años, se dedicó a profundizar sus lecturas revolucionarias y a conocer la realidad del Imperio ruso. Su pensamiento estuvo influenciado especialmente por las lecturas de ¿Qué hacer? de Nikolai Chernishevski, El Capital de Karl Marx y por el activismo de Gueorgui Plejánov. En 1892 logró conseguir su diploma universitario en derecho.
Sin embargo, su actividad política se fue convirtiendo en prioridad y el ejercicio de la abogacía quedó en segundo plano. Durante la década de 1890, vivió en diferentes ciudades, como Moscú y San Petersburgo, y se vinculó con diferentes líderes y grupos revolucionarios, como Yuri Martov. Comenzó a publicar sus propios escritos y estableció las bases de su pensamiento e ideología política.
En 1894 y 1895, viajó por Europa. Al regresar a Rusia, fundó con Martov una organización de lucha comunista que fue desarticulada al poco tiempo y por la que fue detenido y sentenciado a varios años de prisión. Luego, en 1897 fue desterrado a Siberia donde se dedicó a continuar sus escritos.
En 1898, se casó con Nadia Krúpskaya, una militante marxista a quien había conocido cuatro años antes. Nadia pertenecía al “Grupo para la Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera” que fue informalmente dirigido por Lenin y Martov en 1895. En 1896, Nadia fue detenida por su participación en el grupo y encarcelada. En 1897 se le dio la libertad bajo vigilancia y, al año siguiente, las autoridades resolvieron condenarla al “exilio interior" en el norte de Rusia. Para ese entonces, Lenin ya se encontraba desterrado en Siberia.
Nadia y Lenin dijeron a las autoridades que eran pareja y pidieron pasar el exilio juntos. Las autoridades rusas les concedieron el pedido a condición de que contrajeran matrimonio religioso, lo que hicieron el 10 de julio de 1898 en Krasnoyarsk, Siberia. Desde entonces, trabajaron juntos por la revolución obrera.
Nadia acompañó a Lenin en sus exilios europeos (1901-1905 y 1905-1917) y participó de la Revolución de 1905. En la Revolución de Febrero tuvo una postura más moderada que la de Lenin y decidió abocarse a la promoción de la educación y resignar las tareas de organización. Luego de la Revolución de Octubre, Nadia ocupó diversas funciones dentro del Ministerio de Educación y fue una de las principales creadoras del sistema educativo soviético.
La vida política de Lenin
La creación del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR)
En 1900, luego de pasar varios años de destierro en Siberia, Lenin escapó ilegalmente del exilio junto con Martov y Aleksandr Potresov, con quienes se instaló en Múnich (y luego en Londres y Ginebra). Desde allí, fundaron el periódico Iskra, que introdujeron clandestinamente en Rusia con el objetivo de convertirlo en una herramienta que permitiera la organización de los dispersos grupos revolucionarios que actuaban de manera clandestina.
Por otro lado, trabajaron para unir y congregar a las diferentes organizaciones socialistas que, aunque dos años antes habían celebrado el I Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, se encontraban dispersas y no lograban reunirse en una institución central.
En 1903, veintiséis organizaciones de base obrera se reunieron en el II Congreso del Partido Socialdemócrata de Rusia, en Londres. Durante tres semanas, las diferentes organizaciones debatieron sobre la conformación del nuevo Partido, su organización interna, la relación entre el Partido y el proletariado, y el camino a la revolución. Durante el congreso, Lenin y Martov se diferenciaron por sus posturas sobre la conformación de un partido de masas y la admisión de militantes revolucionarios.
Lenin creía que la revolución debía ser llevada a cabo por militantes revolucionarios profesionales integrados en una organización centralizada. Sostenía que el Partido debía ser una organización centralizada en torno a un pequeño núcleo de revolucionarios experimentados de ideología homogénea, elegidos por el Congreso del Partido. Además, aseguraba que debía administrarse a través de la disciplina y la jerarquización de sus organismos internos.
En cambio, Martov (al igual que León Trotski y otros dirigentes revolucionarios) sostenía que la base de la revolución debía ampliarse y que las masas populares debían tener mayor participación en la toma de decisiones. Creía que una organización del Partido como la que postulaba Lenin llevaría al establecimiento de una “dictadura sobre el proletariado”, en vez de una “dictadura del proletariado”.
La mayoría de los dirigentes revolucionarios defendieron la postura de Martov. Sin embargo, hacia el final de las sesiones, uno de los grupos socialistas se retiró del congreso y, como resultado, las ideas de Lenin quedaron como mayoritarias. Desde entonces, los defensores de las ideas de Lenin fueron llamados “bolcheviques” (que significa “mayoritarios”) y los defensores de las ideas de Martov fueron llamados “mencheviques” (que significa “minoritarios”). Ambas facciones se mantuvieron formalmente dentro del Partido hasta que en 1912, se separaron formalmente.
La ideología de Lenin
Lenin desarrolló sus propias ideas acerca del marxismo y de cómo llevar a cabo una revolución socialista en Rusia. Estas ideas son conocidas como leninismo o marxismo-leninismo.
Lenin postulaba que para transformar la sociedad del Imperio ruso en una sociedad socialista era necesario llevar a cabo una revolución a manos de un grupo de revolucionarios profesionales que guiaran al proletariado (una porción pequeña de la población rusa de ese entonces) y lo convirtieran en la vanguardia del pueblo. Para acabar con la autocracia zarista era necesario crear una institución revolucionaria que inspirara la acción del proletariado, y este, a su vez, inspiraría la acción del resto del pueblo ruso.
A diferencia de las sociedades occidentales (en las que gran parte de la población era obrera), en Rusia la mayoría de la población era campesina y solo una pequeña proporción constituía al proletariado obrero. Sin embargo, Lenin sostenía que el camino de la sociedad rusa al socialismo implicaba una revolución que estableciera la dictadura del proletariado.
Una vez establecido el gobierno revolucionario a manos de un grupo profesional, el proletariado debía ocuparse de acelerar el desarrollo industrial de una sociedad capitalista. Esto, según el pensamiento de Lenin, haría que creciera la base proletaria de la sociedad y, en última instancia, se lograría una sociedad sin clases.
La Revolución de 1905
En 1905, estalló una insurrección popular espontánea que se extendió por diversas zonas del Imperio ruso. Se trató de una serie de manifestaciones urbanas, huelgas obreras, motines militares y disturbios campesinos que expresaban su malestar por diferentes causas y de manera distinta.
Fue una expresión popular del descontento por el gobierno del zar Nicolás II, que se generalizó luego del Domingo Sangriento: el día en que la Guardia Imperial Rusa reprimió una manifestación pacífica obrera en San Petersburgo y dejó más de mil muertos que incluían mujeres y niños).
La Revolución de 1905 no fue un movimiento organizado, y en ese entonces, los partidos socialistas y de izquierda tenían muy poca influencia en la población. Cuando comenzaron los disturbios, Lenin se encontraba exiliado en Ginebra, Suiza.
Durante esos años estaba más concentrado en desarrollar la teoría y en las luchas intrapartidarias, que en la acción revolucionaria directa. De hecho, en abril de ese mismo año Lenin convocó a la celebración del III Congreso del POSDR en Londres, con el objetivo de lograr el control del partido. Además, quería lograr el apoyo del Buró Socialista (la principal organización socialista a nivel internacional).
En noviembre, Lenin regresó a Rusia. Se encontraba vigilado por la policía, por lo que en poco tiempo pasó a la clandestinidad. En diciembre, todos los dirigentes mencheviques del Soviet de San Petersburgo (la principal organización obrera de la ciudad) fueron detenidos. En respuesta, los obreros y los bolcheviques de Moscú declararon huelga general y se volcaron a la lucha armada. La represión de la Guardia Imperial llevó al arresto de Trotski, y al escape al exilio de Lenin.
En 1906, el zar Nicolás II decretó el “Manifiesto de Octubre” como respuesta a la oleada revolucionaria. Con este decreto se otorgaron mayores libertades civiles (de religión, de expresión, de reunión y de asociación), el sufragio universal masculino y la participación en el nuevo parlamento, llamado Duma Imperial. Esta maniobra política calmó la situación revolucionaria al atener a los principales reclamos de la población. Sin embargo, durante los años siguientes el zar recuperó su autoridad y limitó cada vez más el accionar del nuevo parlamento.
Durante los años siguientes, Lenin se mantuvo en el exilio y volvió a Rusia en numerosas ocasiones de manera clandestina, para participar de las reuniones del partido.
Lenin durante la Primera Guerra Mundial
El estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 llevó a la ruptura del movimiento socialista a nivel internacional. Las organizaciones socialistas perdieron su unidad nacional: se dividieron entre quienes apoyaban la participación en la guerra y quienes se oponían a ella. Por otro lado, la solidaridad internacional entre movimientos socialistas se vio interrumpida por los sentimientos nacionalistas que enemistaban a los diferentes países.
En ese contexto, Lenin y los bolcheviques del POSDR fueron una de las pocas organizaciones socialistas que se opusieron de manera unánime a la participación de la guerra. Sostenían que se trataba de una guerra imperialista que defendía los intereses de la burguesía y en la que la clase obrera y el campesinado de todos los países serían las principales víctimas. En estos años, diversos militantes mencheviques (como Trotski) se acercaron a la facción bolchevique por su postura en contra de la guerra.
Lenin durante la Revolución rusa
En febrero de 1917, la crítica situación política y económica de Rusia llevó al estallido de una revolución popular y al derrocamiento del zar Nicolás II. El descontento popular se concentraba especialmente en la baja calidad de vida, la pobreza y el hambre que sufría la población, factores que empeoraron con la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial.
La llamada “Revolución de Febrero” estableció un Gobierno Provisional en manos de la Duma, que era el parlamento imperial. Sin embargo, los “soviets”, que eran los consejos de trabajadores obreros que movilizaron a gran parte de la población durante la insurrección, influyeron en el gobierno y controlaron muchas de las milicias revolucionarias.
Esto generó una situación de poder dual entre el Gobierno Provisional (que contaba con el poder del Estado y el apoyo de las clases medias y la burguesía) y la red de soviets, liderada por el Soviet de Petrogrado (que contaba con el apoyo de las clases bajas y nucleaba al socialismo y a las diversas agrupaciones de izquierda).
Lenin identificó el vacío de poder y la inestabilidad política como una oportunidad para la revolución socialista. En abril, regresó a Rusia y se concentró en la acción revolucionaria. Publicó las “tesis de abril”, en las que criticó al nuevo gobierno provisional y llamó al proletariado y al campesinado de los soviets a conquistar el poder. En los meses siguientes, logró imponer sus ideas en las reuniones del POSDR y obtener mayor autoridad.
Por su iniciativa, se comenzó a organizar una nueva revolución en contra del Gobierno Provisional, se rechazó la cooperación con los partidos no socialistas y se tensó la relación con la facción menchevique. Además, Lenin fue logrando el apoyo de los soviets de San Petersburgo y consolidando su autoridad sobre los de Moscú.
En los meses siguientes a febrero, el Gobierno Provisional no pudo controlar la situación política y el descontento popular siguió creciendo. Una de las principales demandas de la población era la salida de Rusia de la Primera Guerra Mundial, pero los enfrentamientos dentro de la Duma y el costo político internacional fueron relegando la decisión.
En julio, cuando Lenin estaba fuera de Moscú, se desató otra insurrección popular armada (con participación de bolcheviques y otras organizaciones socialistas), que reclamaba el traspaso del poder del Gobierno Provisional a los soviets. Estos sucesos fueron conocidos como las “Jornadas de Julio”. En consecuencia, el gobierno de Duma comenzó a perseguir a los dirigentes bolcheviques y Lenin retornó a la clandestinidad y el exilio.
En septiembre, Lavr Kornilov, un comandante contrarrevolucionario, intentó un fallido golpe de Estado contra el gobierno provisional. Esto favoreció a los bolcheviques, ya que la población temió el retorno de la autocracia zarista y vio la debilidad de las políticas moderadas del Gobierno Provisional.
En ese contexto, al mes siguiente, Lenin volvió a Moscú y lideró una insurrección armada. Bajo el eslogan “todo el poder a los soviets”, se desató la “Revolución de Octubre” y el golpe de Estado bolchevique contra el Gobierno Provisional. La noche del 24 de octubre (la fecha corresponde al calendario juliano que se utilizaba en el momento en Rusia; en el calendario gregoriano corresponde al 6 de noviembre) los obreros armados ocuparon el Palacio de Invierno y otros edificios de gobierno, con escasa resistencia del debilitado Gobierno Provisional. De esta manera, los soviets tomaron el poder y Lenin quedó al mando de Rusia.
El gobierno de Lenin
Al día siguiente de la toma de poder, los soviets se reunieron en el Segundo Congreso Panruso de los Soviets, que duró tres días. Allí, Lenin presentó la proclama del derrocamiento del Gobierno Provisional, el establecimiento de un nuevo gobierno surgido de este congreso y los dos principales decretos que serían las bases del nuevo gobierno: el decreto sobre la paz (la salida de Rusia de la Primera Guerra Mundial) y el decreto sobre la tierra (que abolía la propiedad de la tierra y la entregaba a los soviets de campesinos para su producción).
El nuevo gobierno quedó organizado en base a una nueva institución, el Consejo de Comisarios del Pueblo (también llamado Sovnarkom), presidida por Lenin y constituida por ministros bolcheviques.
Si bien en principio el gobierno quedó comprometido a celebrar elecciones para la conformación de una Asamblea Constituyente, al poco tiempo la Asamblea fue disuelta. El poder quedó efectivamente en mano de los soviets controlados por los bolcheviques y a los partidos de la oposición se les negó la participación política.
En marzo de 1918, el nuevo gobierno firmó el Tratado de Brest-Litovsk para lograr la salida de Rusia de la Primera Guerra Mundial. Para ello, el gobierno cedió a los imperios centrales una gran cantidad de territorios que pertenecían a la Rusia imperial. La firma del tratado fue vista por muchos rusos como una paz vergonzosa y un acuerdo que perjudicaba a la nación rusa.
Por otro lado, Lenin estableció las bases para crear la llamada “dictadura del proletariado”. Buscó crear un sistema de gobierno en el que el poder estuviese monopolizado por el POSDR que, a partir de 1919, comenzó a llamarse Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). La organización estatal quedó organizada en torno a la centralidad del partido en la toma de decisiones y la representación política popular a través de los soviets de obreros, campesinos y soldados, controlados a su vez por el partido.
Para establecer un régimen comunista, decretó la confiscación de tierras, el monopolio estatal de la producción y de la distribución de los principales productos agrícolas, la nacionalización de los principales servicios, de los bancos y de los medios de transporte, y la estatización de la industria.
La inexistencia de instituciones y formas de participación política de la oposición llevó a que se desencadenara la guerra civil rusa. Las diferentes organizaciones de la oposición se aliaron y unieron sus fuerzas en el Ejército Blanco, que buscó recuperar el control y derrotar al Ejército Rojo de los bolcheviques.
La guerra duró dos años y consumió muchos de los recursos del nuevo gobierno. Se estableció un régimen económico conocido como “comunismo de guerra”, que llevó a la confiscación de la producción agrícola al campesinado, la racionalización de alimentos y la intervención total del Estado en la economía.
En ese contexto, los soviets populares fueron perdiendo participación y el PCUS consolidó su poder estatal. Además, el mismo PCUS comenzó a suprimir a la disidencia interna del partido. Se censuró la prensa y se creó un organismo policial propio, conocido como la Checa.
Una vez derrotado el Ejército Blanco y acabada la guerra civil, Lenin propuso el desarrollo de la Nueva Política Económica, basada en una economía mixta que combinaba elementos de planificación central estatal con elementos de mercado.
Las nuevas medidas implicaban la sustitución de la apropiación del excedente agrario por el pago de un impuesto por parte de los campesinos, la implementación de una reforma monetaria, la consolidación de un mercado controlado y la existencia de diversas formas de propiedad.
En 1922, se fundó formalmente la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el nuevo gobierno ruso. Por otro lado, se creó la Komintern (también conocida como Tercera Internacional o Internacional Comunista) para aglutinar a los diferentes partidos socialistas del mundo. Lenin creía que la Revolución comunsita en Rusia podía y debía extenderse al resto de Europa.
La enfermedad y muerte de Lenin
Lenin padecía de problemas de salud vinculados al nerviosismo, el estrés, el insomnio y la cefalea. Antes de asumir el gobierno, combinaba periodos de trabajo intenso con vacaciones de descanso para equilibrar su malestar físico. Sin embargo, al asumir el gobierno ruso su salud se deterioró.
En 1921, debió alejarse unas semanas de la capital para descansar de los asuntos de gobierno y recuperar su estado de salud. Al año siguiente, los síntomas empeoraron y en mayo sufrió un ataque cerebral, que le dejó una parálisis parcial. En diciembre tuvo un segundo ataque, que lo dejó en silla de ruedas.
En ese contexto, Lenin escribió una carta para ser leída en el Congreso del PCUS y es conocida como su “testamento político”. En ella, Lenin sostenía que se debía reorientar la organización política del gobierno y disminuir la influencia del PCUS en el aparato de Estado a través de la incorporación de más miembros al Comité Central.
Además, criticaba las acciones de Trotsky en contra del Comité Central y denunciaba la concentración del poder que Iósif Stalin estaba logrando como Secretario General del partido (luego de la muerte de Lenin, Stalin siguió consolidando su poder y creó una dictadura en unipersonal en la Unión Soviética).
Un tercer ataque cerebral lo alejó definitivamente de la política, y fue oficialmente relegado de sus funciones. Finalmente, Lenin falleció el 21 de enero de 1924.
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Referencias
- Carr, E. H. (1981). La revolución rusa. De Lenin a Stalin, 1917 a 1929. Alianza Editorial.
- Fitzpatrick, S. (2005). La revolución rusa. Siglo XXI Editores.
- Miéville, C. (2017). Octubre: La historia de la Revolución Rusa. Akal.
- Resis, Albert. "Vladimir Lenin". (2023). Encyclopedia Britannica
https://www.britannica.com/. - Palmowski, J. (2000). "Lenin, Vladimir Illich". A dictionary of twentieth-century world history. Oxford University Press.
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