Conflicto árabe-israelí

Te explicamos cuáles son las causas del enfrentamiento entre árabes y judíos por la creación del Estado de Israel. Además, el papel de la ONU.

Desde el período de entreguerras, judíos y árabes se enfrentan por el territorio de Palestina.

¿Qué es el conflicto árabe-israelí?

Se conoce como conflicto árabe-israelí al enfrentamiento entre la nación judía del Estado de Israel y las naciones árabes vecinas. El conflicto tiene sus orígenes en la disputa por el territorio de Palestina, que antiguamente pertenecía al Imperio otomano y, luego, al Mandato Británico de Palestina. Entre los principales enfrentamientos bélicos del conflicto se incluye la Primera Guerra Árabe-israelí (1948-1949), la Guerra de los Seis Días (1967) y la Segunda Guerra Árabe-israelí (1973). 

Durante la segunda mitad del siglo XX, el conflicto entre judíos y árabes afectó las relaciones políticas de todo el Medio Oriente. El origen del conflicto está vinculado con la aparición del sionismo político predicado por Theodor Herlz a finales del siglo XIX, el crecimiento del nacionalismo judío y el nacionalismo árabe, la emigración de la población judía de diferentes partes del mundo hacia Palestina, la intervención extranjera del Reino Unido e influencia de la Organización de las Naciones Unidas

Antecedentes del conflicto árabe-israeli

Origen del sionismo político

Hacia finales del siglo XIX, un escritor austrohúngaro de origen judío llamado Theodor Herzl (1860-1904) comenzó a predicar la idea de que la población de origen judío dispersa en Europa debía retornar a Israel, país al que se considera la patria ancestral judía. 

En el siglo II d. C., luego de una serie de rebeliones, Israel fue derrotado por el Imperio romano y perdió su independencia como reino autónomo. Desde entonces, la población judía se dispersó por diferentes territorios. El exilio de los judíos de Israel es conocido como “la diáspora”. 

Ante la discriminación y la persecusión que algunas comunidades judías sufrían en Europa a finales del siglo XIX, Herlz sostenía que la población judía debía inmigrar a la tierra de Israel, que para ese entonces era parte de la región de Palestina en el Imperio Otomano. Esta región estaba habitada desde hacía siglos por poblaciones de origen árabe de fe cristiana y musulmana. Existía además una pequeña comunidad judía en la ciudad de Jerusalén. 

En 1897, Herlz fundó la Organización Sionista Mundial (OSM) cuyo objetivo era lograr el derecho de los judíos a vivir en Israel. Para ello, la OSM buscó fortalecer el sentimiento nacionalista judío, sentar las bases para el poblamiento judío de la región a través de la inmigración pacífica y lograr el reconocimiento internacional del derecho de la nación judía sobre esas tierras. Este movimiento es conocido como “sionismo político”. 

A comienzos del siglo XX, comunidades de judíos europeos comenzaron a emigrar a la región de Palestina. Durante esta primera etapa, la migración fue pacífica y gradual. 

El Acuerdo de Sykes-Picot

Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el Imperio otomano se alió con el Imperio alemán y el Imperio austrohúngaro (“las Potencias Centrales”), en contra de Francia, el Reino Unido e Italia (“los Aliados”). En 1916, los Aliados firmaron el Acuerdo de Sykes-Picot, a través del cual se acordó el reparto de las posesiones otomanas en caso de ganar la guerra.  

Sin embargo, el futuro del Oriente Medio se hizo aún más complejo pues los aliados hicieron promesas a los árabes a cambio de su levantamiento contra el Imperio turco, promesas que eran a su vez contradictorias con lo ofrecido a los judíos en la Declaración Balfour.

Al concluir la guerra, en la Conferencia de París (1919) las potencias aliadas optaron por repartir los territorios entre británicos y franceses e implementar una organización política de “mandatos”. De esta manera, la antigua región de Palestina pasó a ser oficialmente el Mandato Británico de Palestina. 

La declaración Balfour

En el contexto de la guerra, diferentes agentes británicos alentaron rebeliones internas dentro del Imperio otomano, con el objetivo de desestabilizar la política interna del Estado y debilitar su poderío en los frentes de batalla. El gobierno británico buscó generar alianzas con la población local descontenta para beneficiarse en el transcurso de la guerra. 

En 1917, el Ministro de Asuntos Exteriores británico, Arthur Balfour, declaró que el Reino Unido apoyaba la conformación de “un hogar nacional” para el pueblo judío en la región de Palestina. Esta declaración fue un hito importante para el movimiento sionista, ya que una potencia legitimó a nivel internacional sus reclamos ideológicos y políticos. 

El Mandato Británico de Palestina

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, el Imperio otomano se disolvió y las potencias aliadas definieron la creación del Mandato Británico de Palestina. Durante la década de 1920, la población judía en los territorios del Mandato de Palestina se duplicó. 

La OSM promovió la inmigración y logró importantes concesiones del gobierno británico. Por ejemplo, a través de la Agencia Judía para Palestina (una nueva organización local), la comunidad judía obtuvo ciertas prerrogativas de autogobierno que fueron fundamentales para el crecimiento de sus asentamientos (como la construcción de calles, la instalación de servicios, la creación de escuelas y hospitales).

Inicialmente, los colonos judíos y la población árabe local vivieron en paz. Sin embargo, el gobierno británico había hecho promesas contradictorias para ambos grupos durante la guerra. El nacionalismo de la población árabe y su reclamo por la independencia prometida creció de manera paralela al aumento de la población judía. 

Durante la década de 1930, la tensión entre ambos pueblos comenzó a convertirse en un enfrentamiento directo. Entre 1936 y 1939, las revueltas nacionalistas de ambos bandos se intensificaron. La represión de las autoridades británicas llevó al exilio a la mayor parte de los líderes árabes palestinos.

La creación del Estado de Israel

A comienzos de la década de 1940, se generalizaron los conflictos entre la población árabe, la población judía y las autoridades británicas. El Reino Unido fue incapaz de cumplir con sus promesas contradictorias de independencia para árabes y judíos y resolvió en 1947 renunciar a su mandato en Palestina y entregarlo a la Organización de las Naciones Unidas (creada en 1945). Recomendó la creación de dos Estados separados con el acuerdo de ambas naciones.

Esta situación de inestabilidad política propició el aumento de los disturbios y la violencia. Luego de varios meses, el 29 de noviembre de 1947, la ONU resolvió un Plan de Partición de Palestina. Este proyecto dividía el territorio en tres partes: el Estado judío, el Estado árabe y la ciudad de Jerusalén (que quedaría bajo control de la ONU). 

Sin embargo, esta división era conflictiva: el Estado de Israel incluiría el 55 % del territorio con una población de 500.000 judíos y 400.000 árabes palestinos. En cambio, el Estado de Palestina incluiría el 44 % del territorio, con una población de más de 800.000 árabes palestinos y una pequeña minoría de 10.000 judíos. La Liga Árabe (que agrupaba a los principales Estados árabes) rechazó la propuesta. 

David Ben-Gurión (uno de los principales líderes sionistas) proclamó la Declaración de la Independencia de Israel, el 14 de mayo de 1948, un día antes de la retirada de las tropas británicas de Palestina. 

El 15 de mayo, una coalición de ejércitos árabes de los países vecinos de Egipto, Transjordania, Siria, Líbano e Irak atacó al recién creado Estado de Israel. De esta manera, empezó la Guerra árabe-israelí de 1948, la primera de las guerras que marcaron el extenso conflicto árabe-israelí.

La primera guerra árabe-israelí (1948-1949)

El 14 de mayo de 1948, el líder judío David Ben Gurión proclamó la independencia del Estado de Israel en los territorios adjudicados por la ONU. La reacción árabe fue inmediata: cuando los británicos abandonaron Palestina el 15 de mayo, tropas egipcias, transjordanas, sirias, libanesas e iraquíes atacaron al recién creado Estado de Israel.

Pese a la desigualdad numérica, la primera guerra árabe-israelí (de mayo de 1948 a julio de 1949) concluyó con una victoria israelí. El nuevo estado judío pasó a ocupar el 78 % de la antigua Palestina, en lugar del 55 % asignado por el reparto de la ONU.

Los territorios árabes que quedaron fuera de su control fueron anexionados por los estados árabes vecinos: la franja de Gaza pasó a manos de Egipto, y tanto Cisjordania como la ciudad antigua de Jerusalén quedaron en poder del reino de Transjordania.

La población palestina fue expulsada en masa de los territorios israelíes y debió refugiarse en los países vecinos. Por otro lado, el Estado de Israel se consolidó con la continua llegada de inmigrantes judíos y el afianzamiento de las Fuerzas de Defensa de Israel, que se modernizaron durante los años siguientes.

La crisis de Suez (1956)

Cuando Gamal Abdel Nasser llegó a la presidencia de Egipto en 1954, impulsó una política nacionalista que llevó en 1956 a nacionalizar la Compañía del canal de Suez (que controlaba el tráfico entre el mar Mediterráneo y el mar Rojo), previamente en manos de accionistas británicos y franceses. Este episodio provocó una crisis internacional, y los gobiernos británico y francés obtuvieron el apoyo del Estado de Israel para invadir la península del Sinaí.

El gobierno estadounidense condenó la invasión del Sinaí y las tropas invasoras se retiraron, mientras que un cuerpo de pacificación de la ONU ocupó la península para evitar futuros conflictos entre egipcios e israelíes. La figura de Nasser creció en popularidad en el mundo árabe, pues la retirada de los aliados fue percibida como una victoria diplomática egipcia.

Tras la crisis de Suez, el gobierno egipcio y otros países árabes reforzaron sus lazos con la Unión Soviética (URSS), mientras que Israel se convertía en el aliado estratégico de Estados Unidos en la región. La dinámica política del Medio Oriente pasó a formar parte del enfrentamiento global de la Guerra Fría.

La guerra de los Seis Días (1967)

En seis días, el ejército israelí venció a las tropas de la coalición árabe.

Luego del éxito diplomático de 1956, y con el apoyo militar soviético, Nasser multiplicó sus acciones amenazantes contra Israel. En mayo de 1967, barcos egipcios bloquearon el golfo de Áqaba, al sudeste de la península del Sinaí, lo que impedía el tráfico del puerto israelí de Eilat con el mar Rojo y el océano Índico.

La respuesta militar israelí fue, el 5 de junio de 1967, un ataque simultáneo contra los países árabes que rodeaban al Estado de Israel, lo que desencadenó la guerra de los Seis Días. En seis días, el ejército israelí ocupó los Altos del Golán en Siria, la península del Sinaí en Egipto y la franja de Gaza, Cisjordania y la ciudad vieja de Jerusalén en los territorios palestinos.

Aliado con Estados Unidos, que temía la alianza de Egipto y Siria con la Unión Soviética, Israel se negó esta vez a devolver los territorios ocupados. También proclamó unilateralmente la reunificación de Jerusalén, al anexionarse Jerusalén Este. Todo esto provocó que una nueva oleada de palestinos se refugiara en los países vecinos.

La Organización para la Liberación de Palestina

En creada en 1964 se creó la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Tras la derrota árabe de 1967, la OLP se convirtió, bajo la dirección de Yasser Arafat, en la principal organización del pueblo palestino que vivía bajo la ocupación israelí o en los campos de refugiados de los países vecinos. Fracasado el objetivo de Nasser de conseguir una victoria militar convencional sobre el estado israelí, la OLP inició una guerra de guerrillas contra Israel.

Desde Jordania, los guerrilleros de Fatah (Conquista), organización dirigida por Arafat y mayoritaria en la OLP, emprendieron ataques contra Israel. El ejército israelí respondió con duras represalias. A la vez, dentro de Jordania, el creciente poder de las organizaciones palestinas amenazaba la estabilidad de la monarquía jordana, por lo que el rey Hussein empleó a su ejército para expulsar, en septiembre de 1970, a gran parte de los refugiados y a los guerrilleros de la OLP, que huyeron hacia el Líbano.

Desde el Líbano, la OLP continuó sus ataques contra Israel. La llegada masiva de palestinos rompió además el equilibrio que existía entre cristianos, drusos, musulmanes chiítas y musulmanes sunnitas, lo que dio inicio en 1975 a una guerra civil. Posteriormente se involucraron también las fuerzas armadas israelíes y sirias.

Israel ocupó el sur del Líbano en 1978 y bombardeó Beirut (capital del Líbano) en 1982, y esto originó la guerra del Líbano (1982-1985). Durante este conflicto nació la organización islámica chiíta Hezbolá, influida también por la Revolución islámica en Irán de 1979. Finalmente, el ejército israelí consiguió que los guerrilleros de la OLP abandonaran el Líbano. Sin embargo, la guerra civil continuó hasta 1990 y acabó con un país arruinado bajo la hegemonía de Siria.

La segunda guerra árabe-israelí (1973)

Tras la muerte de Nasser en 1970, lo sucedió en la presidencia de Egipto Anuar el-Sadat, quien comenzó a preparar junto al gobierno de Siria una nueva guerra para recuperar los territorios perdidos por los países árabes en la guerra de los Seis Días.

El 6 de octubre de 1973, tropas egipcias y sirias aprovecharon que se estaba celebrando la festividad religiosa judía de Yom Kippur y atacaron por sorpresa a Israel en la península del Sinaí y los Altos del Golán. Se inició así la segunda guerra árabe-israelí (también conocida como guerra de Yom Kipur o guerra del Ramadán), en la que los primeros avances árabes fueron luego contrarrestados por las fuerzas armadas israelíes.

Luego de 16 días de combate, las dos superpotencias de la Guerra Fría, que habían apoyado con armamento a sus respectivos aliados (Estados Unidos a Israel, y la Unión Soviética a Egipto y Siria), buscaron una solución al conflicto. El 25 de octubre de 1973 cesaron las hostilidades.

La guerra de Yom Kippur tuvo repercusiones en la economía mundial, pues los países árabes de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) restringieron entre 1973 y 1974 las exportaciones de petróleo a los países occidentales que habían apoyado a Israel, lo que provocó un aumento del precio del petróleo y redujo la actividad económica de las naciones industriales (este fenómeno se conoció como “crisis del petróleo”).

La "crisis del petróleo" de 1973

Una consecuencia importante del conflicto árabe-ísraelí a nivel internacional fue la crisis económica que se desencadenó en 1973, luego de la segunda guerra árabe-israelí, conocida como la “crisis del petróleo”. Ese año, la Organización de Países Árabes Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió no exportar petróleo a los países que habían apoyado al Estado de Israel durante la segunda guerra árabe-israelí. 

Esta decisión afectó profundamente a los países occidentales más industrializados ya que generó un aumento del precio del petróleo, lo que llevó a un aumento de la inflación y la reducción de su actividad económica. A su vez, esto desestabilizó profundamente la economía internacional y generó que estos países encararan políticas permanentes de largo plazo para depender cada vez menos del petróleo árabe. 

La paz entre Egipto e Israel (1979)

Los acuerdos de Camp David permitieron que Egipto e Israel firmaran la paz.

Una de las consecuencias de la guerra de Yom Kippur fue la apertura de un proceso de paz entre Anuar el-Sadat (presidente de Egipto) y Menájem Beguín (presidente de Israel), mediado por el gobierno de Estados Unidos, que se concretó con la firma de los Acuerdos de Camp David (1978) y el tratado de paz entre Israel y Egipto (1979).

El tratado de paz estableció relaciones diplomáticas entre ambos países y devolvió el control del Sinaí a Egipto. Los territorios palestinos continuaron bajo ocupación israelí. Estos acuerdos provocaron que el gobierno egipcio fuera cuestionado por los otros países árabes y musulmanes, y luego fuera suspendido de la Liga Árabe hasta 1989.

En 1981, Sadat, que además de firmar el tratado de paz con Israel había roto la alianza de Egipto con la Unión Soviética y se había acercado a Estados Unidos, fue asesinado por el grupo Yihad Islámica Egipcia, opuesto a los acuerdos con Israel. 

Por otro lado, grupos palestinos de la franja de Gaza y Cisjordania comenzaron en 1987 la primera Intifada (una sublevación contra Israel debido a la creciente ocupación de tierras de Cisjordania por parte de colonos judíos).

En 1993 se firmaron los acuerdos de paz de Oslo entre el Estado de Israel y la OLP, que supusieron reconocer la legitimidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como gobierno de Cisjordania y la franja de Gaza (desde 2013 la ANP adoptó el nombre de Estado de Palestina). De todos modos, el conflicto israelí-palestino continuó en los años siguientes con episodios como la segunda Intifada o los conflictos entre el Estado de Israel y el gobierno de la franja de Gaza que pasó a estar en manos del grupo islámico Hamás.

La declaración de independencia israelí

La causa principal del conflicto árabe-israelí es la declaración de la independencia del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948. Esta declaración fue hecha por las fuerzas de la población israelí el día anterior a que las tropas británicas se retiraran de Palestina. El objetivo era que la comunidad internacional reconociera el territorio de Palestina como propiedad del pueblo judío. Con esta declaración se inició la primera guerra árabe-israelí de 1948. El texto de la declaración ilustra la justificación ideológica que el pueblo judío da para la ocupación de las tierras palestinas.

Declaración de la Independencia del Estado de Israel

14 de mayo de 1948

"Eretz-Israel (Tierra de Israel) fue el lugar de nacimiento del pueblo judío. Aquí toma forma su identidad espiritual, religiosa y política. Aquí obtuvieron por vez primera un Estado, crearon valores culturales de importancia nacional y universal y aportaron al mundo el Libro de los Libros.

Después del exilio forzoso de su tierra, el pueblo mantuvo su fe a través de su dispersión y no cesó de rezar y de esperar la vuelta a su tierra y la restauración en ella de su libertad política.

Empujados por estos lazos históricos y tradicionales, los judíos se esforzaron a través de las generaciones en establecerse de nuevo en su antigua tierra. En las últimas décadas volvieron en masa. Pioneros «mapilim» (inmigrantes que van a Eretz-Israel desafiando la legislación restictiva) y defensores hicieron florecer el desierto, re vivir la lengua hebrea, construyeron pueblos y ciudades, y crearon una comunidad próspera controladora de su propia economía y cultura, amante de la paz pero sabiendo defenderse, aportando los bienes del progreso a los habitantes de todos los países, y aspirando a una nación independiente.

En el año 5657 (1897), en el requerimiento del padre espiritual del Estado Judío Theodor Herzl, el Primer Congreso Sionista convino y proclamó el derecho del pueblo judío a su renacimiento nacional en su propio país

Este derecho fue reconocido en la Declaración de Balfour de 2 de noviembre de 1917, y reafirmado en el Mandato de la Liga de las Naciones que en concreto sancionó la conexión histórica entre el pueblo judío y Eretz-lsrael y el derecho del pueblo Judío a rehacer su Casa Nacional.

La catástrofe que recientemente padeció el pueblo judío —la masacre de millones de judíos en Europa— fue otra demostración clara de la urgencia de la resolución de este problema de falta de hogar mediante el restablecimiento de Eretz-lsrael como Estado judío, que abriría ampliamente las puertas de su tierra a cada judío y daría al pueblo judío el status de pleno reconocimiento con miembro de la Comunidad de naciones.

Los supervivientes del holocausto Nazi en Europa, así como los judíos de otras partes del mundo, continuaron emigrando a Erezt-lsrael superando las dificultades, restricciones y peligros, y nunca cesaron de afirmar su derecho a una vida digna, libre y honrada en su tierra nacional. Durante la Segunda Guerra Mundial, la comunidad judía de este país participó plenamente en la lucha entre las naciones que defendían la libertad, paz y amor contra la maldad de las fuerzas nazis, y con la sangre de sus soldados y su esfuerzo militar ganó el derecho a figurar entre los pueblos fundadores de las Naciones Unidas.

El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución proclamando el establecimiento del Estado judío en Erezt-Israel; la Asamblea General solicitaba la adopción por los habitantes de Eretz-Israel de todas las medidas necesarias para la ejecución de esta resolución. El reconocimiento del derecho del pueblo judío a establecerse en su Estado, hecho por las Naciones Unidas, es irrevocable.

El derecho es el derecho natural del pueblo judío de ser dueños de su propio destino, como todas las naciones, en su propio Estado soberano.

En conformidad, nosotros miembros del Consejo del Pueblo, representantes de la comunidad judía de Eretz-Israel y del Movimiento Sionista estamos aquí reunidos en el día del final del mandato británico sobre Eretz-Israel y, en virtud de nuestro derecho natural e histórico y la fuerza legal de la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas por la presente declaramos el establecimiento del Estado Judío en Eretz-Israel, que será conocido como Estado de Israel.

Declaramos que, con efecto desde el momento de la terminación del Mandato que será esta noche, vísperas del Sabat, el 6 Iyas 5708 (15 de mayo de 1948), antes del establecimiento de las autoridades del Estado regularmente elegidas de acuerdo con la Constitución que deberá adoptarse por la Asamblea Constituyente elegida no más tarde del 1 de octubre de 1948, el Consejo del Pueblo actuará como Consejo Provisional del Estado, y su órgano ejecutivo, la Administración del Pueblo, será el Gobierno Provisional del Estado judío, llamado Israel.

El Estado de Israel estará abierto a la inmigración judía y a la recogida de los exiliados, fomentará el desarrollo del país para el beneficio de todos sus habitantes, estará basado en la libertad, justicia y paz como lo preveían los profetas de Israel, asegurará la total igualdad de derechos sociales y políticos a todos sus habitantes, sin consideración de religión, raza o sexo; garantizará la libertad de religión, conciencia, lengua, educación y cultura, protegerá los lugares sagrados de todas las religiones y será fiel a los principios de la Carta de las Naciones Unidas.

El Estado de Israel está dispuesto a cooperar con las agencias y representaciones de las Naciones Unidas para ejecutar la resolución de la Asamblea General de 29 de noviembre de 1947, y adoptará todas las medidas necesarias para la unión económica de todo Eretz-Israel

Apelamos a las Naciones Unidas para que ayuden al pueblo judío en la construcción de su Estado y para que reciban al Estado de Israel en el comité de Naciones.

Apelamos en medio del ataque emprendido contra nosotros desde hace meses a los habitantes árabes del pueblo de Israel para que conserven la paz y participen en la construcción del Estado, en las bases de ciudadanía plena e igual y representación correspondiente en todas sus instituciones provisionales y permanentes.

Extendemos nuestra mano a todos los Estados vecinos y a sus gentes y ofrecemos paz y buenas relaciones, y apelamos a ellos para el establecimiento de puntos de cooperación y ayuda mutua con el pueblo judío establecido en su propia tierra. El Estado de Israel está dispuesto a hacer todo lo posible en un esfuerzo común para el progreso de Oriente Próximo.

Apelamos a todo el pueblo judío de la Diáspora para que colabore junta con los judíos de Eretz-Israel en la labor de inmigración y de construcción y para que estén unidos a ellos en la gran lucha por la realización del sueño de los tiempos la redención de Israel.

Poniendo nuestra confianza en el Todopoderoso firmamos esta declaración en esta sesión del Consejo de Estado provisional en la tierra de nuestro hogar, en la ciudad de Tel-Aviv, en vísperas del Sabat del día 5 de Iyar, 5708 (14 de mayo de 1948)."

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Referencias

  • Black, I. (2017). Enemies and neighbors: Arabs and Jews in Palestine and Israel, 1917-2017. Atlantic Monthly Press.
  • Estado de Israel (1948). Declaración de Independencia de Israel. Disponible en:
    https://embassies.gov.il/ 
  • Palmowski, J. (2000). "Balfour Declaration", “Israel” y “Palestina”. En A dictionary of twentieth-century world history. Oxford University Press.
  • Van Dijk, R., Gray, W. G., Savranskaya, S., Suri, J., & Zhai, Q. (Eds.). (2013). “Israel”. Encyclopedia of the Cold War. Routledge.
  • Britannica, Encyclopaedia (2022). Arab-Israeli wars. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/ 
  • Derghougassian, K. (2017). Todo lo que necesitás saber sobre el conflicto en Medio Oriente. Paidós.
  • ONU (s.f.). Historia de la Cuestión de Palestina. Naciones Unidas. La cuestión palestina. https://www.un.org/ 

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Kiss, Teresa (24 de octubre de 2024). Conflicto árabe-israelí. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 5 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/conflicto-arabe-israeli/.

Sobre el autor

Autor: Teresa Kiss

Profesorado de Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Revisado por: Augusto Gayubas

Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

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Fecha de actualización: 24 de octubre de 2024
Fecha de publicación: 28 de septiembre de 2023

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