Industrialismo

Te explicamos qué es el industrialismo y cuáles son sus características. Además, su origen y su relación con el capitalismo, el comunismo y el desarrollismo.

¿Qué es el Industrialismo?

El industrialismo es un modelo económico basado en la producción en masa de bienes y servicios. Este sistema se encuentra vigente en el mundo desde su aparición con la Revolución Industrial en el siglo XVIII. Se caracteriza por el uso extensivo de maquinaria y tecnología en la producción, y la organización del trabajo en grandes fábricas y empresas.

El modelo industrialista se expandió a través del proceso de industrialización, en el que diferentes sociedades fueron adoptando el uso de tecnología, máquinas y métodos de producción para fabricar bienes en grandes cantidades. Este proceso tuvo enormes consecuencias en la organización política y social a nivel mundial.

• Ver además: Mercantilismo

Características del industrialismo

Entre las principales características del industrialismo, se encuentran:

• Industrialización. Se promueve el uso extenso de maquinaria y tecnología en todos los procesos productivos, dejando de lado la producción artesanal de manufacturas.
• Producción en masa. El objetivo es producir grandes cantidades de bienes estandarizados de la manera más simple y eficaz posible.
• División del trabajo. El proceso de producción se divide en diferentes etapas, con distintos niveles de complejidad. Los trabajadores se ocupan de un solo paso de todo el proceso productivo.
• Urbanización. El desarrollo industrial lleva a la concentración de la población en áreas cercanas a la ubicación de las fábricas y otras instalaciones productivas. De esta manera, crecen las ciudades y se forman nuevos centros urbanos industriales.
• Cambio social. El industrialismo cambia la estructura de la sociedad y afecta las posibilidades de ascenso económico, las relaciones laborales, la organización familiar y las asociaciones de clase.
• Desarrollo tecnológico. Se impulsa de manera constante el desarrollo de nuevas tecnologías, inventos e innovaciones destinados a la mejora de la eficiencia y la productividad.

Origen del industrialismo

El industrialismo se originó a partir de la Revolución Industrial, que transformó las sociedades occidentales desde mediados del siglo XVIII. La revolución productiva se inició en Inglaterra hacia 1760 y se extendió por los países de Europa Occidental, Japón y Estados Unidos.

En esta época, la burguesía (clase social de comerciantes) comenzó a invertir en los procesos de producción, la instalación de fábricas con grandes maquinarias y el desarrollo de inventos e innovaciones tecnológicas.

La producción fabril cambió las formas de organización del trabajo y sustituyó la producción de los talleres artesanales. La utilización de máquinas para determinadas tareas generó la baja de los costos y la aceleración del ritmo productivo, lo que mejoró el rendimiento de las empresas.

• Ver también: Causas y consecuencias de la Revolución Industrial

Los avances tecnológicos del industrialismo

Desde la Revolución Industrial, se introdujeron diferentes innovaciones en el proceso de producción con el objetivo de hacerlo más rápido, eficaz y rentable. Las innovaciones incluyeron desde la incorporación de diferentes técnicas de trabajo hasta nuevas maquinarias e inventos.

Entre las innovaciones tecnológicas más importantes del desarrollo del industrialismo, entre los siglos XVIII y XIX, se encuentran:

• Máquina de vapor. Esta máquina se utilizaba para convertir energía térmica (contenida en el vapor de agua) en energía mecánica que podía ser utilizada para mover otra maquinaria. Sus principales usos fueron para la producción fabril, la molienda y el transporte (ferrocarril y barco).
• Telar mecánico. Esta innovación permitió automatizar gran parte del proceso de la industria textil, una de las más importantes del siglo XVIII. La mecanización permitió aumentar la cantidad de bienes producidos y, a la vez, disminuir los tiempos y los costos de producción.
• Ferrocarril. El desarrollo del ferrocarril a vapor y la construcción de redes ferroviarias permitió que el transporte de bienes y personas fuera más rápido, eficiente y seguro. Esto, a su vez, promovió la expansión territorial del industrialismo.
• Acero. En el siglo XIX, la creación de una nueva forma de producir acero de manera más económica y en mayores cantidades permitió que este material sustituyera al hierro en la construcción de grandes infraestructuras (puentes, edificios y maquinaria industrial).
• Energía eléctrica. La creación de sistemas de generación y distribución de energía eléctrica transformó tanto la organización productiva como la vida cotidiana. La invención del bombillo permitió la iluminación nocturna y la introducción de maquinaria eléctrica en fábricas y hogares.
• Telégrafo. El desarrollo del telégrafo habilitó la comunicación inmediata a grandes distancias, inexistente hasta entonces. La comunicación a través de cables eléctricos permitió una mejor organización de las empresas y los gobiernos.
• Motor de combustión interna. En la segunda mitad del siglo XIX, la invención de motores a gasolina revolucionó diferentes áreas de la mecanización y habilitó el desarrollo de la industria automotriz.

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Industria pesada e industria ligera

Desde los siglos XVIII y XIX, los avances en la producción permitieron que las actividades industriales se diversificaran y se especializaran. A medida que la producción industrial se expandía, se fueron delimitando dos sectores distintos, conocidos como la “industria pesada” y la “industria ligera”.

La industria pesada es aquella que se dedica a la creación de bienes de capital, que son bienes que se utilizan como insumos en otras industrias. Los bienes que se producen en la industria pesada son necesarios para desarrollar la industria liviana. Por ejemplo, a esta categoría pertenecen las grandes maquinarias, los materiales como el acero, los equipos de transporte y la producción de químicos.

La industria ligera es aquella que se dedica a la producción de bienes de consumo. Se trata de bienes que están destinados al ciudadano común, como textiles, alimentos procesados, muebles y productos electrónicos de uso cotidiano.

Los productos de la industria pesada suelen ser de gran tamaño y requieren instalaciones fabriles de mayor complejidad. Por lo tanto, el desarrollo de la industria pesada implica una mayor inversión de capital. En cambio, los productos de la industria liviana suelen ser más pequeños y pueden ser producidos con sistemas más simples, lo que requiere una menor inversión para su desarrollo.

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Industrialismo, capitalismo y comunismo

Desde su origen, el industrialismo estuvo vinculado con el desarrollo y la expansión del capitalismo. El capitalismo es un sistema económico y social en el que los medios de producción (fábricas, tierras y maquinaria) son propiedad privada y se operan con el objetivo de obtener beneficios.

En este sistema, los propietarios de las empresas constituyen la clase social de la burguesía. Esta clase social obtiene sus ganancias a partir de la explotación de la clase obrera. En el capitalismo, los trabajadores venden su fuerza de trabajo en las fábricas a cambio de un salario. Los burgueses obtienen un beneficio económico llamado plusvalía, que se genera porque el salario que obtiene el trabajador es menor que el valor de los bienes producidos en su jornada.

En oposición al capitalismo, diferentes pensadores y políticos idearon el socialismo. Este modelo critica las desigualdades e injusticias producidas por el sistema capitalista y promueve la incorporación de medidas que generen una distribución más equitativa de la riqueza y el poder económico.

Por su parte, el comunismo, una de las ramas del socialismo, sostiene que mientras exista la propiedad privada, los medios de producción van a estar en manos de una clase social que va a explotar a otra. Por lo tanto, para los comunistas, la única manera de eliminar la desigualdad social es a partir de la abolición de la propiedad privada y la creación de una sociedad sin clases. Desde este punto de vista, el Estado se debe ocupar de organizar toda la producción industrial y los beneficios se deben repartir de manera equitativa para el bien social.

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Industrialismo y desarrollismo

El desarrollismo es una teoría política que surgió a mediados del siglo XX en América Latina y tuvo influencia en diferentes partes del mundo. Esta teoría sostiene que los gobiernos deben promover de manera activa el industrialismo en sus países, con el objetivo de alcanzar un mejor nivel económico y social.

Esta corriente de pensamiento político está vinculada con la historia específica de América Latina, una región atravesada por la imposición colonial desde el siglo XV y la implementación de sistemas productivos sometidos a los intereses extranjeros. Luego de los procesos de independencia, los países latinoamericanos orientaron sus economías a la producción de materias primas para su exportación a los países con industrias desarrolladas.

En este sentido, durante las décadas de 1960 y 1970, los diferentes movimientos políticos desarrollistas promovieron en sus respectivos países el establecimiento de medidas económicas orientadas al industrialismo. Estos gobiernos invirtieron en la industrialización como motor del desarrollo económico, con el objetivo de reducir la dependencia de las economías latinoamericanas de las exportaciones de materias primas y mejorar la diversificación productiva.

Sigue con:

• Tercera Revolución Industrial
• Revolución científica
• Innovación

Referencias

• Ackermann, M. E., Schroeder, M. J. y otros. (2008). 1750 to 1900; Industrial Revolution. Encyclopedia of World History. Age of Revolution and Empire. Vol IV. Facts on File.
• The Editors of Encyclopaedia Britannica. (2023). Industrialization; Industrial Revolution. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
• Stearns, P. (Ed.). (1994). Industrialization. Encyclopedia of Social History. Garland Publishing.