Te explicamos cómo fue la historia de América Latina en el siglo XX. Además, el contexto internacional.
¿Cómo fue la historia de América Latina en el siglo XX?
Los países de América Latina estuvieron fuertemente implicados en la economía internacional a lo largo del siglo XX. La producción de materias primas para la exportación a cambio de manufacturas importadas caracterizó a las primeras décadas del siglo.
La Gran Depresión de los años treinta abrió una etapa de sustitución de importaciones, que en países como Argentina y Brasil estuvo vinculada con golpes de Estado militares que interrumpieron las instituciones democráticas. La industrialización por sustitución de importaciones se profundizó luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
En los primeros años de la Guerra Fría, los regímenes políticos latinoamericanos aplicaron con frecuencia programas populistas o desarrollistas. Luego del triunfo de la Revolución cubana en 1959, el gobierno de Estados Unidos incrementó su intervención en América Latina para evitar la expansión del comunismo. Esto incluyó un programa de ayuda económica y social, conocido como Alianza para el Progreso, y el asesoramiento militar a los gobiernos latinoamericanos que se enfrentaban a organizaciones guerrilleras.
En la década del setenta se produjeron nuevos golpes de Estado que instauraron dictaduras en países como Ecuador, Chile, Uruguay y Argentina (una excepción importante fue México, que desde 1930 hasta 2000 fue gobernado por el Partido Revolucionario Institucional). Estas dictaduras se sumaron a otras que ya existían en países como Paraguay y Brasil. En general, estas dictaduras se caracterizaron por la violación sistemática de los derechos humanos y derivaron en transiciones hacia regímenes democráticos en la década del ochenta.
Los problemas económicos provocados por la recesión internacional y el fuerte endeudamiento externo de muchos países latinoamericanos llevaron a una crisis financiera en la década del ochenta. Esta situación llevó a la aplicación, en la década siguiente, de medidas políticas identificadas como neoliberales (privatizaciones, apertura al comercio, reducción del gasto público), en el contexto del fin de la Guerra Fría.
- Ver además: Estados Unidos en el siglo XX
América Latina a comienzos del siglo XX
A comienzos del siglo XX, los países de América Latina tenían una economía basada en la exportación a Europa de materias primas (cereales, carnes, café, azúcar, cacao, minerales, etc.) y la importación de productos manufacturados europeos (textiles, maquinaria, entre otros). Además, contaban con inversiones de capitales extranjeros, especialmente del Reino Unido pero cada vez más de Estados Unidos.
En el terreno político, muchos de los países latinoamericanos comenzaron a consolidar sus regímenes democráticos, algunos por vías pacíficas (como la ley Sáenz Peña en Argentina en 1912) y otros por vías revolucionarias (como la Revolución mexicana iniciada en 1910).
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la mayoría de los países latinoamericanos se mantuvieron neutrales, con algunas excepciones como Brasil (que se alineó con la Entente). La guerra disminuyó durante algunos años el comercio entre América Latina y Europa, pues los países europeos orientaron su industria a la producción armamentística (y no a las manufacturas de exportación) y redujeron temporalmente la demanda de materias primas (aunque la necesidad de alimentar a las tropas pronto llevó a la recuperación latinoamericana de la exportación de alimentos).
Otro hecho relevante de estos años fue la construcción del canal de Panamá, inaugurado en 1914 y administrado hasta 1979 exclusivamente por Estados Unidos, lo que permitió la navegación entre los océanos Atlántico y Pacífico en Centroamérica y facilitó el comercio estadounidense.
América Latina en el período de entreguerras
Tras la Primera Guerra Mundial, la ciudad estadounidense de Nueva York desplazó a Londres como la capital financiera internacional. Durante la década del veinte, los bancos y empresas de Estados Unidos invirtieron importantes sumas de capital en América Latina, tanto en actividades productivas (como el petróleo en Venezuela) como en préstamos a los gobiernos.
La exportación de materias primas volvió a favorecer el crecimiento económico en América Latina, que participó en gran medida de los “felices años veinte”, especialmente en ciudades como Buenos Aires, México y San Pablo. Cuando cayó la bolsa de Nueva York en 1929 y comenzó la Gran Depresión que afectó a gran parte del mundo en la década del treinta, la reducción del comercio internacional afectó a las economías exportadoras de América Latina.
Esto provocó la implementación de políticas de sustitución de importaciones y otras medidas de intervención estatal que fueron generalmente de la mano de la interrupción de las instituciones democráticas mediante golpes de Estado militares, como los que tuvieron lugar en Argentina y Brasil en 1930.
En los años treinta también se lanzó la política de buena vecindad estadounidense por la que el presidente Franklin D. Roosevelt alentó las relaciones con América Latina. Esta política se basó en el compromiso de detener las intervenciones de Estados Unidos en suelo latinoamericano (como las que habían tenido lugar en la década de 1910 en México, Panamá, Cuba o Nicaragua) y tenía el objetivo de favorecer la influencia económica estadounidense en la región.
- Ver además: Período de entreguerras
América Latina durante la Segunda Guerra Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), varios países de Centroamérica y el Caribe se alinearon con los Aliados luego del ataque japonés a la base estadounidense de Pearl Harbor en diciembre de 1941. En 1942 se unieron también Brasil y México, que enviaron fuerzas expedicionarias a Italia y el Pacífico, respectivamente.
En adelante, los demás países latinoamericanos fueron rompiendo relaciones con las potencias del Eje y declarando la guerra a Alemania y Japón. Argentina rompió relaciones con el Eje recién en 1944 y declaró la guerra a Alemania y Japón en marzo de 1945, pocas semanas antes de que concluyera la guerra en Europa.
Los efectos internacionales de las dos guerras mundiales y la Gran Depresión, sumados al impulso de los movimientos nacionalistas, promovieron a partir de 1945 una política económica más orientada al desarrollo interno que a la dependencia externa. Esto llevó a profundizar las políticas de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) en países como Argentina, Brasil y México.
- Ver además: Cronología de la Segunda Guerra Mundial
América Latina desde la posguerra hasta la década del setenta
Tras la Segunda Guerra Mundial, en diversos países latinoamericanos se afianzaron regímenes que algunos historiadores identificaron como populistas, es decir, centrados en la figura de un líder carismático y autoritario, con discursos nacionalistas, antiimperialistas y generalmente anticomunistas, y orientados a la industrialización, la nacionalización de empresas y la aplicación de reformas sociales favorables a algunos sectores, como los trabajadores urbanos o rurales.
Un antecedente de estos regímenes fue el de Lázaro Cárdenas en México (1934-1940), seguido en las décadas del cuarenta y cincuenta por gobiernos como el de Juan Domingo Perón en Argentina (1946-1955), Luis Batlle en Uruguay (1947-1951), Getúlio Vargas en Brasil (1951-1954), Víctor Paz Estenssoro en Bolivia (1952-1956 y 1960-1964) y José María Velasco Ibarra en Ecuador (cinco veces presidente entre 1934 y 1972).
En general, estos regímenes dependían del mantenimiento de la demanda exterior de materias primas (como el petróleo de México y los productos agropecuarios de Argentina), por lo que los cambios en las condiciones internacionales condujeron generalmente al estancamiento económico.
En los años cincuenta y sesenta también cobraron importancia los proyectos desarrollistas, que defendieron el impulso estatal de la industrialización sin excluir el uso de capitales extranjeros para favorecer el desarrollo económico de las economías subdesarrolladas.
Este tipo de proyecto fue aplicado por los gobiernos de Juscelino Kubitschek en Brasil (1956-1961), Arturo Frondizi en Argentina (1958-1962) y Marcos Pérez Jiménez en Venezuela (1952-1958). Sin embargo, la inestabilidad política (incluidos los golpes de Estado) y la dependencia de los capitales extranjeros o los precios internacionales de las materias primas (como el petróleo en el caso de Venezuela) pusieron límites a estos programas económicos.
Un hecho clave del siglo XX en América Latina fue la Revolución cubana de 1959, que derrocó a la dictadura de Fulgencio Batista y estableció un régimen antiimperialista que, en 1961, se declaró abiertamente comunista y se alineó con la Unión Soviética (URSS). Este hecho insertó a América Latina en la Guerra Fría, aunque en 1954 la CIA (agencia de inteligencia estadounidense) ya había contribuido con un golpe de Estado contra el presidente de Guatemala, Jacobo Árbenz, quien había implementado una reforma agraria.
En varios países se formaron guerrillas rurales y urbanas inspiradas en la Revolución cubana y a veces entrenadas por el gobierno de Cuba. Los gobiernos latinoamericanos en general reforzaron sus fuerzas armadas y contaron con el asesoramiento militar de Estados Unidos, que buscaba evitar la propagación del comunismo en América Latina mediante lo que se llamó Doctrina de Seguridad Nacional.
En Brasil, un golpe de Estado en 1964 instauró una dictadura militar que gobernó hasta 1985. En Chile, un gobierno de izquierda liderado por Salvador Allende llegó a la presidencia democráticamente en 1970 pero fue derrocado por un golpe de Estado en 1973.
Otras dictaduras fueron instauradas mediante golpes de Estado en países como Ecuador (1972), Uruguay (1973) y Argentina (1976). Por otro lado, en Nicaragua el Frente Sandinista de Liberación Nacional derrocó a la dictadura de la familia Somoza en 1979 y estableció un gobierno alineado con la Unión Soviética y Cuba.
- Ver además: Revolución Sandinista
América Latina a finales del siglo XX
La transición de las dictaduras militares a nuevos regímenes democráticos se dio entre fines de la década del setenta y la década del ochenta: Ecuador en 1979, Argentina en 1983, Uruguay y Brasil en 1985, Paraguay en 1989 y Chile en 1990. En Nicaragua, se celebraron elecciones libres en 1990 que dieron la victoria a una coalición opositora al Frente Sandinista.
En la década del ochenta, una recesión mundial que redujo los precios internacionales de las materias primas latinoamericanas se combinó con un fuerte endeudamiento externo, incrementado en la década anterior, lo que provocó una crisis económica en gran parte de América Latina. En países como Argentina y Brasil esto llevó a una hiperinflación.
En la década del noventa se dio un giro hacia políticas de privatización y recorte del gasto público, frecuentemente llamadas neoliberales, que ya habían sido implementadas por la dictadura de Augusto Pinochet en Chile.
Esto incluyó la conformación de bloques económicos para el libre comercio, como el Mercosur (fundado en 1991) y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (en vigor desde 1994). En general, estas políticas favorecieron la estabilidad económica pero aumentaron el desempleo y el endeudamiento externo.
México, Argentina, Chile y Brasil en la segunda mitad del siglo XX
México
México es el único caso en América Latina en el que un mismo partido, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), estuvo en el poder durante setenta años consecutivos (1930-2000).
Surgido de la Revolución mexicana, logró crear un modelo político duradero que evitó la existencia de golpes militares como los que tuvieron lugar en otros países latinoamericanos, aunque se convirtió en algo muy parecido a un régimen autoritario de partido único.
A partir de finales de los años sesenta, los gobiernos del PRI dieron muestras crecientes de no poder integrar las aspiraciones de amplios sectores de la sociedad mexicana. En 1992 el gobierno mexicano firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte junto a Canadá y Estados Unidos, que entró en vigor el 1 de enero de 1994. Ese mismo día se produjo un levantamiento neozapatista en Chiapas.
A fines de 1994 estalló una crisis económica que implicó una fuerte devaluación de la moneda y una recesión de la actividad económica. Su impacto en otros países fue conocido como “efecto tequila”. En las elecciones presidenciales del año 2000 comenzó un período de alternancia política debido a la elección del candidato del Partido Acción Nacional, Vicente Fox.
Argentina
El general Juan Domingo Perón y el movimiento peronista influyeron poderosamente en el escenario político argentino desde el golpe militar dado en 1943 por oficiales de rango medio y su posterior ascenso a la presidencia mediante las elecciones presidenciales de 1946.
El programa nacionalista y populista del gobierno de Perón, apoyado en una buena coyuntura económica internacional, impulsó reformas sociales y laborales que lo hicieron muy popular entre amplios sectores de los trabajadores argentinos. Cuando comenzaron las dificultades económicas a comienzos de los años cincuenta, el gobierno aplicó medidas de recorte del gasto público y fomentó el ingreso de capitales extranjeros.
En 1955, Perón fue depuesto y enviado al exilio por un golpe militar. Luego de una dictadura autodenominada Revolución Libertadora, se sucedieron gobiernos elegidos democráticamente (como los que presidieron el desarrollista Arturo Frondizi y el radical Arturo Illia) y dictaduras militares (como la Revolución Argentina).
Perón retornó a la presidencia de Argentina en 1973, pero murió en 1974 sin que se alcanzara la estabilidad en un país que tenía un alto grado de conflictividad social, incluido el accionar de organizaciones armadas peronistas (como Montoneros) y marxistas (como el Ejército Revolucionario del Pueblo) y la represión ilegal de la organización parapolicial conocida como Triple A. A ello se sumó una profunda crisis económica que llevó en 1975 a un plan de ajuste conocido como Rodrigazo.
Un nuevo golpe militar en marzo de 1976 dio paso a una dictadura que ejerció una severa represión sobre amplios sectores de la sociedad argentina, lo que incluyó torturas, asesinatos y la desaparición forzada de personas. Las dificultades económicas y la derrota argentina en la guerra de Malvinas contra el Reino Unido (1982) aceleraron el desgaste de la dictadura militar y abrieron las puertas a la reinstauración de la democracia en 1983.
El gobierno democrático del radical Raúl Alfonsín concluyó antes de tiempo debido a una crisis económica que llevó a una hiperinflación en 1989. El nuevo presidente, Carlos Menem, perteneciente a una coalición peronista, aplicó medidas de corte neoliberal, como privatizaciones, apertura al comercio y flexibilidad laboral, y fue reelecto en 1995 para un segundo mandato que concluyó en 1999.
Chile
En Chile, las tradiciones democráticas estaban muy arraigadas a mediados del siglo XX, por lo que hasta 1973 se alternaron gobiernos de uno y otro signo elegidos democráticamente. Durante los dos mandatos del demócrata cristiano Eduardo Frei (1964-1970) se pusieron en práctica proyectos como la reforma agraria, planes de vivienda, leyes de seguridad social y una reforma educativa.
Esto iba en sintonía con las propuestas de la Alianza para el Progreso, un programa de ayuda económica y social para América Latina impulsado en 1961 por el gobierno de Estados Unidos para evitar la difusión al resto de América Latina del comunismo (que había triunfado en Cuba tras la revolución de 1959).
La victoria de la Unidad Popular, una coalición de partidos de izquierda liderada por Salvador Allende, en las elecciones de 1970 estuvo acompañada de una profunda polarización de la sociedad chilena. El golpe de Estado encabezado por el general de brigada Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973 instauró una dictadura militar y puso fin a décadas de política parlamentaria.
La transición a la democracia se inició recién en 1988, cuando Pinochet fue derrotado en un plebiscito convocado por él mismo para asegurarse su reelección. En las elecciones presidenciales de 1989 resultó electo el candidato de la Concertación de Partidos por la Democracia (encabezada por el Partido Demócrata Cristiano), Patricio Aylwin, quien ejerció la presidencia entre 1990 y 1994. Aylwin fue sucedido por Eduardo Frei Ruiz-Tagle, de la misma coalición, entre 1994 y 2000.
Brasil
En Brasil, la personalidad política más influyente del siglo XX fue Getúlio Vargas. Tras acceder al poder con un golpe de Estado en 1930, ideó el Estado Novo (1937-1945), un proyecto dirigista de modernización de la sociedad brasileña. Retornó como presidente electo entre 1950 y 1954. En plena crisis política, su muerte por suicidio no borró la profunda huella que dejó en la política brasileña.
Entre 1956 y 1961 gobernó Juscelino Kubitschek, de tendencia desarrollista, quien gestionó la construcción de una nueva capital (Brasilia) e impulsó la industrialización con el apoyo de capitales extranjeros.
En 1964, un nuevo golpe de Estado instauró una dictadura militar hasta 1985, cuando la presión popular y los problemas económicos forzaron la caída de la dictadura y el inicio de la transición democrática.
Desde entonces, se sucedieron gobiernos elegidos democráticamente. El primer presidente de la república tras la dictadura fue José Sarney (1985-1990), sucedido por Fernando Collor de Mello (1990-1992), Itamar Franco (1992-1994) y Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
Sigue con:
Referencias
- AA.VV. (1996). Historia del siglo XX. Salvat.
- Bushnell, D. et al. (2023). history of Latin America. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Zanatta, L. (2012). Historia de América Latina. De la Colonia al siglo XXI. Siglo XXI.
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