Jefes militares de la Primera Guerra Mundial

Te explicamos quiénes fueron los principales jefes militares de la Primera Guerra Mundial y las decisiones tácticas y estratégicas que tomaron.

Philippe Pétain, Douglas Haig, Ferdinand Foch y John Pershing fueron destacados jefes aliados.

¿Qué fue la Primera Guerra Mundial?

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue un conflicto armado internacional que enfrentó a países de Europa y de otros continentes separados en dos bandos: la Entente o los Aliados (encabezados por Francia, el Reino Unido, Rusia, Italia, Japón y, desde 1917, Estados Unidos) y los Imperios Centrales (el Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro y el Imperio otomano).

Las decisiones tácticas y estratégicas de los jefes militares de ambos bandos fueron de crucial importancia para el desarrollo de la guerra, junto con otros factores como las capacidades económicas y las definiciones políticas. Algunas de las decisiones tomadas por los jefes militares contribuyeron a los éxitos y otras a los fracasos de las naciones involucradas. En unos y otros casos, provocaron enormes bajas y el saldo final de la guerra fue de alrededor de nueve millones de soldados muertos y una cantidad semejante de civiles.

Finalmente, la guerra fue ganada por la Entente y el Imperio alemán se vio obligado a firmar el armisticio el 11 de noviembre de 1918.

Alfred von Schlieffen (1833-1913)

Alfred von Schlieffen fue jefe del Estado Mayor alemán entre 1891 y 1906. Aunque se retiró de sus funciones en 1906 y murió en 1913, un año y medio antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, su plan para la invasión de Francia fue aplicado por Alemania, aunque con importantes modificaciones, en el comienzo de la guerra.

La principal preocupación de Schlieffen era cómo enfrentar una posible guerra en dos frentes contra Rusia y Francia. A fines del siglo XIX, Schileffen comenzó a desarrollar su plan y lo presentó en 1905.

El Plan Schlieffen estaba inspirado en una operación militar implementada por el general cartaginés Aníbal Barca en la batalla de Cannas contra los romanos en el año 216 a. C. Se trataba de atacar de forma rápida y decisiva a Francia por el norte, lo que implicaba la invasión de la neutral Bélgica. El objetivo era derrotar rápidamente al enemigo occidental para poder lanzar luego todo el potencial militar alemán contra Rusia.

Este plan fue modificado y aplicado por el ejército alemán en los primeros días de la guerra, Pese a sus éxitos iniciales, las tropas aliadas frenaron a los alemanes en la batalla del Marne e impidieron que se consiguiera la rápida victoria que se esperaba en el frente occidental. Según muchos especialistas, las modificaciones introducidas en el plan por el entonces jefe del Estado Mayor alemán, Helmuth von Moltke, fueron las responsables del fracaso.

Erich von Falkenhayn (1861-1922)

Erich von Falkenhayn fue ministro de Guerra prusiano entre 1913 y 1915 y sustituyó a Helmuth von Moltke como jefe del Estado Mayor alemán en septiembre de 1914, luego de que las tropas alemanas fueran derrotadas en la primera batalla del Marne.

Se enfrentó con Paul von Hindenburg porque, a diferencia de este, Falkenhayn defendía la necesidad de concentrar todos los esfuerzos bélicos en el frente occidental. Con este objetivo, llevó a la práctica su teoría de la guerra de desgaste en la batalla de Verdún en 1916. Se trataba de concentrar todo el peso de su ejército en esa ciudad para conseguir que los franceses reunieran allí todas sus tropas y la superioridad numérica alemana pudiera derrotarlas.

Falkenhayn consideraba que no había que reparar en ningún coste humano: casi 300.000 soldados de la Entente y alemanes murieron en pocos kilómetros cuadrados a lo largo de diez meses, y muchos más resultaron heridos.

Tras la enorme cantidad de bajas provocada por la decisión militar de Falkenhayn, quien había subestimado a las tropas francesas, este fue destituido y reemplazado por Paul von Hindenburg como jefe del Estado Mayor y Erich Ludendorff como su adjunto.

Erich Ludendorff (1865-1937)

Desde 1916 y hasta casi el final de la guerra, Erich Ludendorff dirigió junto a Paul von Hindenburg el esfuerzo militar alemán y gran parte de la política alemana en una especie de dictadura militar.

Defendió la guerra submarina sin restricciones para hacer frente a la superioridad naval británica y presionó a Guillermo II, emperador de Alemania, para que apartara a los militares más partidarios de una solución negociada. El hundimiento de barcos mercantes estadounidenses provocó el ingreso de Estados Unidos en la guerra en abril de 1917.

Ludendorff también forzó la renuncia del canciller alemán, Theobald von Bethmann Hollweg, en 1917, y tuvo un papel decisivo en las negociaciones que llevaron al Tratado de Brest-Litovsk con la Rusia soviética que garantizó la salida de Rusia de la guerra. También impulsó la ofensiva de la primavera de 1918 en el frente occidental que no dio los resultados esperados.

El 28 de septiembre de 1918, ante el avance victorioso de la Entente, Ludendorff comunicó a Guillermo II la imposibilidad de continuar la guerra. El poder se transfirió de manos de Hindenburg y Ludendorff a Max von Baden, nombrado canciller en octubre, y al Reichstag (parlamento alemán), hasta entonces silenciado.

Huyó a Suecia, donde elaboró en artículos y libros la teoría de la puñalada por la espalda como justificación de la derrota alemana. Participó junto a Adolf Hitler en el fracasado golpe de Estado de Múnich en 1923.

Paul Ludwig von Hindenburg (1847-1934)

Hindenburg y Ludendorff concentraron más poder que el emperador Guillermo II en Alemania.

Tras sus grandes éxitos en el frente oriental, especialmente como comandante en jefe del ejército en la batalla de Tannenberg de 1914, Paul von Hindenburg fue nombrado en 1916 jefe del Estado Mayor alemán, acompañado de Erich Ludendorff como su adjunto. En adelante, estuvo al frente de una especie de dictadura militar en Alemania.

Promovió junto a Ludendorff la guerra submarina sin restricciones que precipitó la entrada de Estados Unidos en la guerra y la caída del canciller Theobald Bethmann Hollweg en 1917.

Tras negociar la paz con Rusia mediante el Tratado de Brest-Litovsk de marzo de 1918, lanzó diversas ofensivas en la primavera de 1918 en el frente occidental. Su fracaso y la consiguiente contraofensiva de la Entente llevaron a la firma del armisticio el 11 de noviembre de 1918.

En 1925, Hindenburg volvió a la política y fue elegido presidente de la República de Weimar. En 1933, nombró canciller de Alemania a Adolf Hitler. Murió el 2 de agosto de 1934.

Gavrilo Princip (1894-1918)

Gavrilo Princip no fue un jefe militar pero fue el autor material del atentado que provocó el estallido de la Primera Guerra Mundial. Nacido en una familia serbobosnia, pese a su mala salud se unió muy pronto a la causa del nacionalismo serbio. En 1912, marchó a Belgrado y se unió a la organización secreta nacionalista Mano Negra que lideraban el coronel Dragutin Dimitrijević y el comandante serbio Vojislav Tankosic, quien lo eligió para llevar a cabo el asesinato.

El domingo 28 de junio de 1914, Princip asesinó en Sarajevo al archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero a la corona austro-húngara.

Inmediatamente después del atentado fue detenido por la policía. Durante el juicio se mantuvo firme y no delató a la organización secreta serbia como responsable del atentado. Por ser menor de 20 años de edad, se lo condenó a una pena de veinte años de prisión.

Murió en la cárcel el 28 de abril de 1918, víctima de tuberculosis.

Joseph Joffre (1852-1931)

Joseph Joffre fue jefe de Estado Mayor francés desde 1911. Diseñó con Ferdinand Foch el Plan XVII para el caso de una eventual guerra con Alemania. La esencia del plan era conducir un ataque por Alsacia y Lorena, territorios que habían pasado al Imperio alemán tras el fin de la guerra franco-prusiana en 1871.

Como comandante en jefe de las tropas francesas en 1914, supo reaccionar tras el ataque alemán que inició la Primera Guerra Mundial y consiguió frenar el avance germano en la batalla del Marne de septiembre de 1914. A partir de ese momento, los frentes se estabilizaron durante largos meses pese a los intentos por ambas partes de conseguir la ruptura.

Tras fracasar en el intento por abrirse paso a través de las líneas alemanas en 1915 y ser considerado responsable de las enormes pérdidas sufridas en la batalla de Verdún de 1916, fue sustituido por Robert Nivelle al frente del ejército francés en diciembre de 1916. 

Aunque fue apartado de los cargos de responsabilidad, siguió siendo muy popular hasta su muerte en 1931.

Robert Nivelle (1856-1924)

El militar francés Robert Nivelle fue ascendido a general de brigada en octubre de 1914, poco después de iniciada la Primera Guerra Mundial. En mayo de 1916 reemplazó al general Philippe Pétain como comandante del Segundo Ejército francés que defendía Verdún y logró reconquistar terreno previamente perdido ante los alemanes.

En diciembre de 1916, Nivelle fue nombrado comandante en jefe del ejército francés en reemplazo de Joseph Joffre. Ocupó dicho cargo durante seis meses y aplicó su método consistente en coordinar ataques frontales con masivos bombardeos de artillería.

Su fracaso en la ofensiva de abril de 1917, que causó una enorme cantidad de bajas francesas y británicas, provocó una serie de motines entre las tropas francesas que fueron reprimidos. Finalmente, Nivelle fue destituido y su cargo pasó momentáneamente a Pétain, partidario, al igual que su sucesor Ferdinand Foch, de conducir ataques limitados hasta que Estados Unidos pudiera enviar grandes cantidades de soldados al frente occidental.

Ferdinand Foch (1851-1929)

Ferdinand Foch fue el comandante supremo de las fuerzas aliadas en 1918.

El comandante francés Ferdinand Foch participó de forma destacada en las batallas del Marne (1914), Ypres (1914) y el Somme (1916).

En 1918 fue nombrado comandante supremo de las fuerzas de la Entente y mariscal de Francia. Dirigió exitosamente la ofensiva final contra Alemania y fue uno de los firmantes del armisticio del 11 de noviembre de 1918. Participó en las negociaciones del Tratado de Versalles, en las que acusó al primer ministro francés, Georges Clemenceau, de ser excesivamente indulgente con los alemanes.

Abogó por la división de Alemania, con la intención de deshacer la reunificación del Reich alemán que se había alcanzado en 1871, y exigió la ocupación completa de Renania por parte de las tropas de la Entente (contra la ocupación parcial y con un plazo de quince años que se acordó en Versalles). Cuando se firmó el Tratado de Versalles, expresó: “Esto no es la paz. Es un armisticio por veinte años”.

Luigi Cadorna (1850-1928)

Luigi Cadorna se graduó como subteniente en 1868 y alcanzó el grado de teniente general en 1898. Fue el responsable de preparar al ejército italiano para su ingreso en la Primera Guerra Mundial. Con el cargo de jefe del Estado Mayor del ejército desde julio de 1914, estuvo al frente de las fuerzas militares desde que Italia entró en la guerra en mayo de 1915.

Comandó una serie de ofensivas en la zona del río Isonzo contra los austríacos pero perdió muchos hombres y ganó muy poco territorio. Se destacó por su victoria en Gorizia (1916), que frenó la ofensiva austríaca, pero el envío de tropas alemanas decidió la derrota italiana en la batalla de Caporetto (1917), que supuso importantes pérdidas humanas y territoriales. Cadorna fue inmediatamente retirado del mando.

John Pershing (1860-1948)

John Pershing dirigió las tropas de Estados Unidos cuando este país entró en la guerra.

Cuando Estados Unidos entró en la guerra en abril de 1917, el general John Pershing fue elegido por el presidente Woodrow Wilson para comandar la Fuerza Expedicionaria Estadounidense. Pershing había servido en Cuba y Filipinas y en 1916 había comandado una fallida expedición punitiva contra Pancho Villa en México que, de todos modos, sirvió para dispersar a las fuerzas de Villa.

Pershing llegó a Francia en junio de 1917. Desde el inicio, se opuso a que las tropas estadounidenses quedaran bajo el mando francés o británico. Cuando, a partir de marzo de 1918, las tropas alemanas iniciaron una nueva ofensiva en el frente occidental, Pershing aceptó disponer sus recursos bajo el mando de Ferdinand Foch, comandante supremo de las fuerzas de la Entente.

Cuando la situación se revirtió y los Aliados pasaron a la ofensiva, Pershing volvió a su política anterior pero en coordinación con las disposiciones de Foch. Dirigió el asalto del saliente de Saint-Mihiel en septiembre de 1918 y la ofensiva de Meuse-Argonne entre septiembre y noviembre. Las operaciones aliadas provocaron la derrota alemana que concluyó con el armisticio de noviembre de 1918.

Douglas Haig (1861-1928)

Cuando se creó la Fuerza Expedicionaria Británica para combatir en el frente occidental al inicio de la Primera Guerra Mundial, Douglas Haig fue nombrado como comandante en jefe el mariscal de campo John French. Luego de las importantes bajas sufridas por los británicos en algunas de las batallas libradas durante 1914 y 1915, French se vio obligado a renunciar y ocupó su lugar el general Douglas Haig.

La estrategia de Haig, que consistía en desgastar a los alemanes a cualquier costo, provocó la mayor cantidad de bajas en las filas británicas en las batallas del Somme (1916) y Passchendaele (1917). La escasa ventaja obtenida a tan alto costo humano lo hizo objeto de críticas.

Haig tuvo desacuerdos tácticos con las autoridades militares francesas, especialmente con Robert Nivelle. Cuando el francés Ferdinand Foch se hizo cargo de la comandancia suprema de las fuerzas aliadas, Haig mantuvo el mando táctico de las fuerzas británicas y ambos trabajaron coordinadamente. Promovido a mariscal de campo en 1917, Haig tuvo un rol destacado en la ofensiva aliada de mediados a fines de 1918 que condujo a la victoria.

Horatio Kitchener (1850-1916)

El mariscal de campo Horatio Kitchener ejerció como secretario de guerra del Reino Unido durante los primeros años de la Primera Guerra Mundial. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, predijo que la guerra sería larga y que sería necesario reclutar un gran ejército.

Se destacó por incrementar y organizar las fuerzas británicas mediante una campaña de reclutamiento y entrenamiento profesional. Los carteles convocando a voluntarios a alistarse llevaban su rostro y el ejército británico alcanzó la cifra de más de un millón de soldados en 1915. Murió el 6 de junio de 1916 cuando el barco en el que viajaba chocó contra una mina marina alemana.

Thomas Edward Lawrence (1888-1935)

El estudioso y arqueólogo británico Thomas Edward Lawrence, también conocido como Lawrence de Arabia, se involucró en la Primera Guerra Mundial como espía en el Medio Oriente, donde los británicos buscaban provocar una revuelta árabe frente al Imperio otomano.

Lawrence convenció a las autoridades británicas de apoyar con armas y dinero a los árabes y se convirtió en uno de los líderes de las fuerzas rebeldes. Condujo operaciones de guerrilla contra los turcos y fue uno de los comandantes que vencieron en la batalla de Áqaba (actual Jordania) en julio de 1917.

Las tropas del líder árabe Faysal entraron junto a Lawrence en Damasco en octubre de 1918. Antes de que terminara la guerra, el Reino Unido y Francia acordaron no reconocer la independencia árabe y, en cambio, repartirse los territorios conquistados a los otomanos (acuerdo Sykes-Picot). Desilusionado, Lawrence regresó al Reino Unido incluso antes de que se firmara el armisticio.

Aleksei Brusilov (1853-1926)

Aleksei Brusilov comandó los ejércitos rusos hasta que estalló la Revolución rusa en 1917.

Aleksei Brusilov se educó en el Cuerpo de Pajes del Imperio ruso y ascendió al rango de general en 1906. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, comandó el Octavo Ejército ruso y contribuyó al éxito en Galitzia contra las tropas austrohúngaras en agosto y septiembre de 1914.

En 1916, Brusilov fue puesto al frente de los cuatro ejércitos que combatían en el extremo sudoccidental del frente oriental. A partir de junio de 1916, condujo la llamada “ofensiva Brusilov” en Galitzia que provocó muchas bajas propias pero permitió capturar casi 400.000 prisioneros austríacos.

Esto llevó a los alemanes a enviar tropas al frente oriental que, de otro modo, hubieran contribuido a fortalecer la posición alemana en Verdún. La ofensiva Brusilov también redujo la presión austríaca sobre el norte de Italia y motivó el ingreso de Rumania en la guerra como parte de la Entente. Por lo tanto, si bien la ofensiva no cambió la situación del frente oriental, tuvo efectos beneficiosos para los Aliados.

Brusilov se convirtió en comandante en jefe de los ejércitos rusos en 1917 pero, debido a los hechos revolucionarios, perdió el cargo en agosto. En 1920, cuando el gobierno bolchevique ya estaba consolidado, se integró en el Ejército Rojo y ejerció como consultor militar e inspector de caballería hasta su retiro en 1924.

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Referencias

  • Hart, P. (2014). La Gran Guerra 1914-1918. Historia militar de la Primera Guerra Mundial. Crítica.
  • Showalter, D. E. & Royde-Smith, J. G. (2023). World War I. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/ 
  • Stevenson, D. (2013). 1914-1918. Historia de la Primera Guerra Mundial. Debate.Stone, N. (2013). Breve historia de la Primera Guerra Mundial. Ariel.

¿Cómo citar?

"Jefes militares de la Primera Guerra Mundial". Autor: Augusto Gayubas. De: Argentina. Para: Enciclopedia Humanidades. Disponible en: https://humanidades.com/jefes-militares-de-la-primera-guerra-mundial/. Última edición: 19 marzo, 2024. Consultado: 4 mayo, 2024.

Sobre el autor

Autor: Augusto Gayubas

Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 19 marzo, 2024
Fecha de publicación: 28 septiembre, 2023

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