Te explicamos qué es el tiempo y cómo puede medirse esta magnitud. Además, cuáles son sus características y aparatos de medición.
¿Qué es el tiempo?
El tiempo es una magnitud física que se utiliza para medir la simultaneidad, duración y separación de todo acontecimiento dado. Gracias al tiempo podemos ordenar y distinguir los hechos entre hechos pasados, presentes y futuros.
Para la ciencia, el tiempo es un continuum, es decir, una entidad física que se da como un medio continuo, ininterrumpido. Esto significa que, por su propia naturaleza, no se puede pensar al tiempo como una línea interrumpida e inconexa.
La palabra “tiempo” deriva del latín tempus y significa “extensión” o “medida”. De ahí que se considere al tiempo como una unidad de medida del transcurso continuo de los cambios y repeticiones de todo lo que existe.
Existen muchas teorías respecto a qué es el tiempo. Las disciplinas que más trabajan al respecto son la física y la filosofía. De hecho, en física el tiempo resulta de particular interés, ya que según a qué teoría se adscriba, se considerará al tiempo como algo absoluto o relativo. Si bien esto no determina la naturaleza fundamental del tiempo, sí aplica a su función operativa, lo cual afecta y modifica la manera en que se utiliza el tiempo en la vida cotidiana.
Respecto al uso cotidiano, no debemos confundir al tiempo como unidad de medida con el tiempo como estado climático o meteorológico. Este, a diferencia de la unidad de medida, habla del estado actual del clima en una región determinada. Por ejemplo, cuando hablamos del tiempo en Nueva York, nos referimos a las condiciones atmosféricas y climáticas de la ciudad en un momento determinado.
Ver además: Relativismo
Origen de las preguntas por el tiempo
Preguntar por el origen del tiempo es preguntar por el origen de todo lo que es. Como pregunta, es solo especulativa. Esto se debe a que teóricamente entendemos «tiempo» como el período que engloba todo lo transcurrido desde el principio del universo.
Sin embargo, que la pregunta sea especulativa no significa que carezca de validez. Muchas teorías científicas tratan de responder cuándo se dio el inicio del universo. La teoría más aceptada hasta la fecha es el “big bang”.
Por otro lado, la pregunta no es exclusiva de la comunidad científica. En la mayoría de las civilizaciones encontramos mitos y leyendas sobre el tiempo. La mayoría de ellas, de manera general, suele asociar al tiempo con alguna forma de dios o potencia primitiva.
Es interesante el caso de la mitología griega, en la que se representa al tiempo a través de Chronos (“Khrónos”, de χρόνος), la personificación del tiempo. Según el mito, Chronos era el dios de las Edades y del zodiaco. De su unión con Ananké, la Inevitabilidad, se formó el universo separado en tierra, mar y cielo. No se lo debe confundir con Cronos (tambien Κρόνος), rey de los Titanes y del tiempo humano, hijo de Urano y Gea, que devoraba a sus hijos para asegurar la perpetuidad de su reino. Para el mundo griego también existió Kairós (καιρός), quien, a diferencia de Chronos, que encarnaba al tiempo cuantitativo, era la representación del tiempo cualitativo, del momento adecuado u oportuno.
Otras culturas y religiones han ensayado distintos mitos y explicaciones del tiempo. Entre aquellas que lo personifican, encontramos a Lakota, del pueblo Teton Sioux, Kali para el hinduismo, Norns para la mitología nórdica y Janos para los romanos.
El tiempo en la física
En el campo de estudio de la física, se puede definir el tiempo como la separación entre los acontecimientos sometidos al cambio, esto es, el flujo de sucesos que determina cuál tuvo lugar antes que otro. El Sistema Internacional de Unidades utiliza al segundo (S) como unidad básica del tiempo.
Más allá de esta definición, y según el enfoque específico que se utilice, podemos comprender el tiempo al menos de dos modos distintos:
- Según la mecánica clásica. La mecánica clásica es la física inspirada en las Leyes de Newton, que se aplican solo a los cuerpos físicos macroscópicos de movimientos a velocidades pequeñas frente a la de la luz. Según esta teoría, el tiempo es una magnitud absoluta, independiente del observador. Esto se llama tiempo absoluto. Se lo clasifica en (1) eventos pasados, (2) el presente como punto de observación, y (3) eventos futuros.
- Según la mecánica relativista. La mecánica relativista es la física inspirada en las Teorías de Einstein. Busca congeniar la mecánica newtoniana con el electromagnetismo. Según esta teoría, el tiempo es una magnitud relativa que depende de la posición del observador, por lo que distintos observadores pueden diferir en torno a cuándo ocurrió un hecho y aun así estar en lo correcto según su posición y sistema de referencia. Esto se llama tiempo relativo.
El tiempo según la religión
Las distintas religiones comprenden el tiempo según una mitología y cosmología determinada. Muchas de ellas, además, cruzan su concepción del tiempo con distintas aproximaciones filosóficas según su historia, contexto y región.
- Según el cristianismo. El tiempo es lineal, único e irrepetible. Aun cuando distintos teólogos, como San Agustín, presentaron una reflexión propia alrededor del tiempo, la mayoría coincide en que el tiempo se origina con la creación y se dirige al día del juicio final: el momento en que no habrá más tiempo y Dios juzgará a la humanidad para separar a los justos de los pecadores.
- Según el budismo. El tiempo se asemeja a una rueda eterna de reencarnaciones, en la que el ser humano nace, vive y muere, y en ese proceso se repite a sí mismo a menos que logre progresar espiritualmente, elevarse y resolver sus trabajos internos, y pueda así escapar de la rueda de la reencarnación (Samsara) y acceder a la paz ulterior (Nirvana).
- Según la mitología griega. El tiempo denota dos personificaciones posibles: Chronos y Kairos. El primero refiere al tiempo cronológico y lineal, mientras que el segundo apunta al momento oportuno cualitativamente. Muchas palabras castellanas tienen su raíz etimológica en Chronos: cronómetro, cronología, anacronismo y crónica, entre otras.
- Según los Incas y Mayas. El tiempo es cíclico: la existencia es la repetición de todo lo que sucede en el universo entre el nacimiento y la extinción.
El tiempo según la filosofía
El tiempo como problema filosófico es motivo de discusión desde el principio griego de la filosofía occidental. Muchos filósofos y pensadores reflexionaron al respecto, dando lugar a distintas teorías. En general, podemos dividir el pensamiento en dos posturas, la real y la estructural.
Según el realismo, el tiempo es una estructura fundamental del universo y funciona como una dimensión independiente de los eventos, en la que estos se suceden secuencialmente. El estructuralismo sostiene que el tiempo no es un contenedor de las cosas sino una estructura fundamental del conocer humano, que da forma a cómo se experimenta la realidad.
Las preguntas sobre el tiempo giran alrededor de distintos puntos. Por ejemplo: ¿existe?, ¿qué es?, ¿es independiente a su percepción?, ¿es lineal o circular?, ¿cuáles son sus dimensiones?, ¿cómo es posible el cambio? Algunas de las consideraciones más conocidas respecto al tiempo son:
- Aristóteles. Vincula el tiempo con el movimiento, como en la física. El tiempo es la medida del cambio de un objeto.
- San Agustín. Vincula el tiempo con el estado del alma, que es el receptáculo de la memoria donde se albergan los recuerdos de un pasado que ya no existe y un futuro que aún no es.
- Immanuel Kant. Vincula el tiempo con las formas de la sensibilidad. Para Kant, generamos experiencia gracias a que percibimos las cosas como espacio-temporales.
Otros filósofos que trabajan y trabajaron el tiempo como problema filosófico son Gottfried Leibniz, Martin Heidegger, Edmund Husserl, Giles Deleuze, Jacques Derrida y Jean-Luc Marion, entre otros.
¿Cómo se mide el tiempo?
Distintas disciplinas, como la geología, la historia, la paleontología y la arqueología, trabajan el concepto de tiempo en torno a ciertos aspectos. La encargada de su medición formal es la cronometría. Esta provee un sistema estandarizado para medir el tiempo, que es el segundo, y sirve como referencia para distintos campos de la ciencia.
Existen distintas formas de medir el tiempo.
Originalmente se utilizaron herramientas acordes a la naturaleza, como los relojes de sol que emplean su luz para indicar la hora, el movimiento de los granos de arena en el interior de un reloj de arena, o el agua en el caso de la clepsidra o reloj de agua.
Con el avance de la técnica, se inventaron aparatos más precisos, cuyo funcionamiento ocurre gracias a la estandarización de las unidades de tiempo (días, horas, segundos, etc.) del Sistema Internacional de Unidades.
El reloj más preciso hasta ahora es el reloj atómico, calibrado a partir de las vibraciones del átomo de Cesio.
Unidades de medición
La estandarización de las unidades de tiempo se lleva a cabo de distintas maneras.
Sin embargo, el calendario gregoriano —llamado así porque fue propuesto por el papa Gregorio XIII— sirve para la composición del Sistema Internacional (SI). Fue creado en 1960 para oficializar y estandarizar las medidas mundiales.
La unidad mínima de medición del tiempo es el segundo, divisible en decisegundos (ds), centisegundos (cs), milisegundos (ms), microsegundos (μs), nanosegundos, etc.
Asimismo, 60 segundos componen un minuto. 60 minutos componen una hora. 24 horas hacen un día. La duración de un año como ciclo solar es de 365 días.
Tiempo-luz como unidad de medición
En astronomía, se habla de tiempo-luz como una medida ya no temporal, sino de longitud: es la distancia recorrida por la luz en un período determinado de tiempo, generalmente de un año.
Un año-luz es equivalente a 9.460.730.472.580,8 kilómetros, calculables con exactitud gracias a que conocemos la velocidad de la luz: 299.792,458 kilómetros por segundo.
Viajes en el tiempo
Una de las grandes fantasías de la humanidad es viajar en el tiempo: poder regresar para enmendar los errores cometidos, alterar el curso del destino o por el contrario, saltar hacia adelante y echar un ojo al porvenir.
Aunque hoy hay algunas teorías que sostienen que es posible viajar en el tiempo, la creencia común es que es físicamente imposible, ya que arroja numerosas interrogantes irresolubles y paradojas temporales. Por ejemplo, ¿qué ocurriría si se viajara al pasado para impedir que el mismo viaje al pasado tenga lugar?
Referencias
- Wilk-Racięska, J. (2012). Sobre el tiempo en filosofía, física y lingüística. Neophilologica, (24), 261-269.
- Berti, E., & Troncoso, H. G. (2017). El tiempo en Aristóteles. Palabra y Razón, (12), 17-31.
- ZaragÜeta, J. (1955). El tiempo en San Agustín como eje de la vida mental. Revista de Filosofía, 14(52), 23.
- “Time” en The Encilopaedia Britannica.
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