Objetividad

Te contamos qué es la objetividad, su relación con los objetos y con las ciencias. Además, la noción kantiana de objetividad y la objetividad absoluta.

Karl Popper
Karl Popper propuso una forma de objetividad como intersubjetividad.

¿Qué es la objetividad?

La objetividad es el carácter de lo objetivo. En filosofía, lo objetivo se dice en dos sentidos: respecto a los objetos y respecto a la capacidad objetiva de las ciencias.

En su relación con los objetos, y también en su relación con las ciencias, la objetividad está atravesada por el problema del objeto y el sujeto. Sujeto y objeto son dos palabras que, en el vocabulario filosófico, tienen mucho peso. El vínculo entre ambas encierra una serie de problemas metafísicos, epistémicos y gnoseológicos.

La capacidad objetiva de las ciencias, por su parte, es la posibilidad que estas tienen de trabajar sin permitir que interfiera la subjetividad. A la objetividad de las ciencias se la conoce como cientificidad: es la forma en que las ciencias operan sin dejar que sus trabajos se vean afectados por prejuicios o ideas previas, así como por intereses, pasiones o valores personales.

Objeto y sujeto

La relación de la objetividad con los objetos tiene que ver con el problema de la relación entre el objeto y el sujeto. En toda teoría del conocimiento intervienen estos dos polos o elementos y la relación entre ellos varía según la óptica filosófica con la que se la mire.

Algunas tradiciones, como el empirismo de David Hume (1711-1776), dan prioridad al objeto. Los empiristas sostienen que, a la hora de conocer algo, el objeto es el que determina qué puede conocer el sujeto. Otras tradiciones, como el racionalismo de René Descartes (1596-1650), dan prioridad al sujeto. Para el racionalismo, el sujeto determina qué se conoce del objeto, no al revés.

La objetividad, sin embargo, es la forma en que se conoce al objeto independientemente del polo de la relación al que se le dé prioridad (si al objeto o al sujeto). La objetividad será la forma en que se conozca al objeto y, en todo caso, la manera en que se construya el conocimiento de ese objeto a conocer.

Puntos clave

  • Toda relación de conocimiento es una relación dada entre un sujeto y un objeto.
  • El sujeto es el polo cognoscente: que quiere conocer algo.
  • El objeto es el polo cognoscible: aquello que se quiere conocer.
  • En esta relación, la objetividad es la forma en que se conoce un objeto.

Objetividad para Kant

Dentro de las posiciones más tradicionales de la filosofía, la posición de Immanuel Kant (1724-1804) funciona como un puente entre el empirismo y el racionalismo. Para Kant, todo conocimiento empieza por los objetos de la experiencia, pero no se agota en ellos, sino que termina y es modificado por las operaciones que realiza el sujeto.

La teoría del conocimiento kantiana es una teoría mixta. Esto significa que el conocimiento se construye gracias al aporte que realizan los objetos y a las operaciones que lleva a cabo el sujeto.

Kant sostiene que todo conocimiento lleva una referencia inmediata (directa) a un objeto. Esto significa que todo conocimiento es, en principio, intuitivo, y también que todo objeto se presenta como dado a la intuición. Cuando un objeto se da a la intuición, lo hace a través de las sensaciones empíricas. A esto Kant lo llama fenómeno. Estas sensaciones brindan al sujeto una multiplicidad de datos dispersos que tiene que unificar. La “forma” del fenómeno es lo que permite que lo múltiple se pueda ordenar en relaciones (por ejemplo, de cantidad, de calidad, entre otras).

Algunas formas son llamadas formas “puras”. Estas formas “puras” son representaciones vacías, previas a la sensación. Todas las intuiciones empíricas en general tienen formas puras que funcionan como condiciones de posibilidad para percibir sensaciones. Estas formas puras de la sensibilidad son el tiempo y el espacio.

Kant sostiene que todos los objetos nos son dados según las formas de nuestra sensibilidad. Esto significa que nos son dados como objetos espacio-temporales. Que algo aparezca como fenómeno, y por lo tanto se aparezca como objeto, significa que siempre aparece en el tiempo y en el espacio.

Así, los fenómenos son objetos espacio-temporales: construidos en el espacio y el tiempo. La síntesis que unifica los datos de los fenómenos es la síntesis que produce un determinado espacio o tiempo. Para Kant, la objetividad es la forma en que se construye la síntesis de los objetos. Esto es, la forma en que se da la estructura que permite construir el carácter objetivo del fenómeno.

La teoría kantiana de la objetividad se basa en un modo de construcción del objeto. Lo que está detrás de la constitución del objeto es un proceso de construcción en el tiempo y en el espacio. En ese proceso interviene el objeto, que brinda el material sensible, y el sujeto, que da la forma que ese material adquiere.

Objetividad científica y el método positivo

La objetividad científica o cientificidad es el carácter absoluto que tiene la ciencia frente a la relatividad de lo subjetivo.

En las disciplinas científicas, algo es “objetivo” cuando está en los objetos, independiente de cualquier sujeto. Lo subjetivo, en cambio, depende del sujeto, y por eso es relativo. La ciencia se pretende objetiva porque intenta reflejar a los objetos como son en sí mismos.

Los científicos trabajan de manera tal que intentan dejar de lado sus prejuicios, intereses y demás aspectos subjetivos. Su tarea es no permitir que algo distorsione su visión imparcial de realidad.

El método positivista

La concepción científica de la objetividad deja de lado a las ciencias sociales. En ellas, el sujeto de conocimiento está inmerso en el objeto de estudio. Algunas escuelas, como el positivismo, sostienen que las ciencias sociales tienen que seguir el método positivo de las ciencias naturales.

El método positivo o positivista es el que se basa en hechos reales, independientes de todo sujeto, rechaza cualquier especulación y todo lo que no esté en las cosas mismas. Este método parte de la observación, extrae consecuencias generales y formula una teoría que luego confirma de manera empírica según un número elevado de casos.

El problema del método positivista es que trabaja con una idea absolutista de la objetividad. Ni el ideal de las ciencias ni la pretensión positivista toman en cuenta las condiciones reales de trabajo de los científicos, sean estos de las ciencias naturales o sociales. La filosofía de la ciencia contemporánea sostiene que hay otras formas de pensar la objetividad, distintas a la concepción absolutista tradicional.

Algunos pensadores, como Ludwig Wittgenstein (1889-1951), Jürgen Habermas (1929-.), y principalmente Karl Popper (1902-1994), sostienen que la objetividad debe ser pensada como intersubjetividad. Es decir, como el común acuerdo de un conjunto de sujetos.

También hay teorías intermedias, como sucede en la antropología cultural, donde se trabaja con la objetividad como ideal científico sin dejar de lado el relativismo cultural.

Referencias

  • Kant, I. (1977). Crítica de la razón pura. Porrúa.
  • Blanco, J. J. (1974). Sobre la disputa del positivismo en la sociología alemana. Revista española de la opinión pública, (36), 105-121.
  • Hume, D. (2004). Investigación sobre el entendimiento humano (Vol. 216). Ediciones AKAL.
  • Descartes, R. (1904). Meditaciones metafísicas (Vol. 22). Dirección y Administración.
  • Otero, S. (1992). El problema de la objetividad y la posición filosófica trascendental kantiana. Signos Universitarios, 11(21).

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¿Cómo citar?

"Objetividad". Autor: Juan Pablo Segundo Espínola. De: Argentina. Para: Enciclopedia Humanidades. Disponible en: https://humanidades.com/objetividad/. Última edición: 11 diciembre, 2023. Consultado: 27 abril, 2024.

Sobre el autor

Autor: Juan Pablo Segundo Espínola

Licenciado en Filosofía (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 11 diciembre, 2023
Fecha de publicación: 1 diciembre, 2023

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