Te contamos cómo fue la caída de la Unión Soviética. Además, sus causas y las etapas del proceso que la llevó a su fin.
¿Cómo fue la caída de la Unión Soviética?
La caída de la Unión Soviética (URSS) fue el proceso por el que dejó de existir la Unión Soviética (oficialmente llamada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), que había sido creada por el gobierno bolchevique en 1922.
La Unión Soviética integraba quince repúblicas gobernadas por el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Entre 1990 y 1991, las repúblicas soviéticas proclamaron su independencia y, en su mayoría, se unieron a la Comunidad de Estados Independientes (CEI), creada mediante un acuerdo entre Rusia, Ucrania y Bielorrusia.
El proceso que determinó la caída de la Unión Soviética comenzó con las reformas de Mijaíl Gorbachov, secretario general del PCUS, desde 1985. La perestroika (reestructuración económica) profundizó las dificultades económicas que atravesaba la Unión Soviética, y la glasnost (transparencia) abrió el camino a las expresiones democráticas y los movimientos nacionalistas.
La crítica a la burocracia comunista y los reclamos de mayor libertad (política y económica) se agudizaron debido a acontecimientos como el accidente en la central nuclear de Chernóbil (Ucrania) en 1986, la prolongada invasión soviética de Afganistán (que concluyó con la retirada de tropas en 1989) y la caída de los regímenes comunistas del bloque oriental de Europa en 1989.
Las primeras elecciones pluripartidistas en 1990 favorecieron en general a los partidos nacionalistas. En Rusia, cobró importancia la facción democrática y liberal de Boris Yeltsin, quien encabezó una protesta popular contra un intento de golpe de Estado de marxistas ortodoxos en agosto de 1991.
A raíz de estos hechos, el PCUS fue prohibido. Gorbachov renunció a su cargo de presidente de la URSS el 25 de diciembre y, el 31 de diciembre de 1991, la Unión Soviética dejó oficialmente de existir. Este hecho puso fin a la Guerra Fría.
Ver además: Historia de la Unión Soviética
Los predecesores de Mijaíl Gorbachov
Yuri Andrópov (1983-1984)
Yuti Andrópov (1914-1984) fue el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y líder de la Unión Soviética desde la muerte de Leonid Breznev, en noviembre de 1982, hasta su propio fallecimiento quince meses más tarde.
Ingresó en el PCUS en 1939 y fue ascendiendo en la jerarquía de la burocracia soviética. Como embajador en Hungría (julio de 1954 a marzo de 1957), desempeñó un papel clave en la invasión soviética del país en 1956. Tras volver a Moscú, continuó su carrera y fue nombrado director del KGB (Comité para la Seguridad del Estado), la policía secreta soviética, cargo que desempeñó entre 1967 y 1982. Andrópov adoptó una línea dura basada en la represión de cualquier tipo de disidencia política.
Fue elegido secretario general del PCUS el 12 de noviembre de 1982, dos días después de la muerte de Breznev, pero apenas pudo gobernar por sus problemas de salud. Desapareció de los actos públicos en agosto de 1983 y fue sustituido tras su muerte, ocurrida el 9 de febrero de 1984, por Konstantin Chernenko.
Konstantin Chernenko (1984-1985)
Konstantin Chernenko (1911-1985) fue el líder de la Unión Soviética desde febrero de 1984 hasta su muerte el 10 de marzo de 1985. Se incorporó al PCUS en 1931 y ascendió en los cargos de la burocracia soviética hasta convertirse en jefe de gabinete de Breznev cuando este alcanzó el liderazgo en 1964.
Su estrecha relación con Breznev y sus posturas conservadoras hicieron que para muchos fuera el más probable sucesor tras su muerte. Sin embargo, no fue capaz de unir a las diferentes facciones del partido cuando murió Breznev en 1982 y fue Yuri Andrópov quien accedió al cargo de secretario general del PCUS.
La rápida muerte de Andrópov llevó a Chernenko al poder en febrero de 1984, a sus 72 años de edad. Como su predecesor, Chernenko empezó a mostrar rápidamente signos de deterioro en su salud. Sus enfermedades provocaron que a menudo no pudiera asistir a sus compromisos oficiales. Tras su muerte en marzo de 1985, una figura política más joven llegó al Kremlin: Mijaíl Gorbachov.
La perestroika y la glasnost
El proceso que llevó a la caída de la Unión Soviética comenzó con las reformas implementadas por Mijaíl Gorbachov a partir de 1985. Cuando Gorbachov accedió al cargo de secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) en 1985, la Unión Soviética atravesaba importantes dificultades económicas y políticas. Para hacer frente a esta situación, el líder soviético tomó una serie de medidas de política interna y externa:
- Una reforma económica conocida como perestroika (reestructuración), que suponía la liberalización de algunos aspectos de la economía.
- Una reforma política conocida como glasnost (transparencia), que consistía en democratizar la política y los medios de comunicación.
- Una distensión de las relaciones con Estados Unidos y una reducción del gasto militar (lo que implicó el abandono de la Doctrina Breznev, que permitía intervenir militarmente en los estados satélites de la Unión Soviética en Europa central y oriental).
La perestroika exacerbó los problemas económicos mientras que la glasnost permitió que la información circulara y la población se expresara con mayor libertad. Esto provocó manifestaciones de descontento hacia la burocracia soviética.
La crisis política de la Unión Soviética y el descontento hacia sus autoridades se profundizaron debido al accidente en una central nuclear de Chernóbil (Ucrania) en 1986, que fue tratada con secretismo por las autoridades soviéticas, y a raíz de los miles de muertos provocados por la invasión soviética de Afganistán, que había comenzado en 1979 y recién en 1988 llevó al compromiso de Gorbachov de retirar las tropas (la retirada soviética concluyó en febrero de 1989).
Las revoluciones de 1989 en Europa central y oriental
El abandono de la Doctrina Breznev por parte de Gorbachov en 1988 favoreció la rápida caída de los regímenes comunistas de Europa central y oriental, que ya no podían recurrir a la fuerza militar de los países del Pacto de Varsovia (y especialmente de la Unión Soviética) para sostenerse.
Las revoluciones de 1989 provocaron el establecimiento de democracias pluripartidistas y economías de mercado en Europa central y oriental, y generaron la caída del Muro de Berlín (1989) y la posterior reunificación de Alemania (1990). Esta situación decidió el final del bloque soviético y contribuyó a acelerar el proceso de disgregación que estaba teniendo lugar en la propia Unión Soviética.
Ver también: Caída del bloque comunista
Los movimientos nacionalistas y la independencia de las repúblicas soviéticas
En medio de una profunda crisis económica y con una población que, gracias a la glasnost, manifestaba cada vez más su descontento con el régimen soviético, el nacionalismo vino a actuar como factor de disgregación del estado soviético (heredero del Imperio zarista).
Las repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) habían sido anexadas a la Unión Soviética a través del Pacto de no agresión germano-soviético que firmaron Viacheslav Molotov y Joachim von Ribbentrop en 1939. Durante el otoño europeo de 1989 dejaron en claro su intención de romper los lazos con la Unión Soviética. En paralelo, el nacionalismo comenzó a expresarse en las repúblicas caucásicas, incitado por el enfrentamiento entre armenios y azeríes en Nagorno-Karabaj en 1988.
Cuando, en febrero de 1990, Gorbachov renunció al monopolio político del PCUS y convocó elecciones legislativas parcialmente pluralistas (en las que podían participar candidatos no comunistas) en las quince repúblicas que conformaban la Unión Soviética, en Lituania, Letonia, Estonia y Moldavia ganaron las fuerzas políticas independentistas.
Lituania declaró inmediatamente su independencia el 11 de marzo de 1990, lo que sentó un precedente para las demás repúblicas que constituían la Unión Soviética, que siguieron su ejemplo en los meses siguientes.
El ascenso de Boris Yeltsin
Las reivindicaciones de los pequeños países bálticos no fueron el factor que provocó la desintegración final de la Unión Soviética. El movimiento que ocasionó la caída definitiva de la URSS provino de Rusia.
En mayo de 1990, Borís Yeltsin, quien había sido expulsado de su cargo en el PCUS en 1987 por criticar la lentitud de las reformas de Gorbachov, fue elegido presidente del Parlamento ruso. Desde esa posición de poder, Yeltsin apoyó la búsqueda de autonomía de las repúblicas soviéticas e impulsó otras medidas que precipitaron el fin de la Unión Soviética.
En julio de 1990, el XXVIII Congreso del PCUS estuvo marcado por la confrontación entre las facciones que defendían el centrismo de Gorbachov, las que proponían un retorno al marxismo ortodoxo y las que apostaban por un cambio radical hacia la democracia y la economía de mercado.
Yeltsin, que representaba la facción del cambio radical, decidió abandonar el PCUS. En diciembre de 1990, el ministro de Asuntos Exteriores, Eduard Shevarnadze, renunció a su cargo en protesta por lo que veía como un inminente golpe de Estado de los marxistas ortodoxos que devolvería al país a la época de Breznev.
El fallido golpe de Estado contra Gorbachov
Acorralado entre, por un lado, las fuerzas comunistas conservadoras que buscaban una vuelta atrás en el proceso de reformas, y por otro lado, las fuerzas reformistas y nacionalistas, Gorbachov trató de negociar un nuevo Tratado de la Unión que reconstruyera la Unión Soviética sobre nuevas bases de mayor libertad nacional.
Sin embargo, los comunistas ortodoxos trataron de imponer una solución de fuerza y, el 19 de agosto de 1991, Gorbachov fue secuestrado en su residencia de veraneo en el mar Negro. De este modo, un grupo de comunistas de la línea dura se puso al frente de un golpe de Estado militar. Pero la falta de unidad en el ejército y las acciones de protesta popular en Moscú hicieron fracasar el golpe.
Borís Yeltsin, que había sido elegido presidente de Rusia en junio (mientras Gorbachov seguía siendo secretario general del PCUS y presidente de la Unión Soviética), se puso al frente de las protestas contra el golpe en la capital del país, lo que incrementó su poder político.
El golpe militar frustrado fue la señal de alarma que precipitó la salida de la Unión Soviética de todas las repúblicas que la integraban. Mientras tanto, Gorbachov renunció a la secretaría general del PCUS el 24 de agosto (pero siguió ejerciendo como presidente de la Unión Soviética) y el PCUS, el partido político que había dirigido y aglutinado a la Unión Soviética durante toda su historia, fue suspendido y, en noviembre de 1991, prohibido.
El fin de la Unión Soviética (URSS)
El 1 de diciembre de 1991, el 90,3 % de los ucranianos votaron a favor de la independencia. El 8 de diciembre, en una solución improvisada, los líderes de Rusia (Boris Yeltsin), Ucrania (Leonid Kravchuk) y Bielorrusia (Stanislav Shushkévich) se encontraron cerca de Brest (antigua Brest-Litovsk) y acordaron la denominada Declaración de Belovezhskaya Pusha (también llamada Tratado de Belavezha): las tres repúblicas eslavas abandonaban la Unión Soviética y formaban una confederación llamada Comunidad de Estados Independientes (CEI).
El 21 de diciembre, en un encuentro celebrado en Almá-Atá (actual Almaty, en Kazajistán), ocho de las doce repúblicas restantes de la Unión Soviética siguieron el ejemplo de Rusia, Ucrania y Bielorrusia. Quedó así conformada la CEI. Por su parte, Estonia, Letonia, Lituania y Georgia, si bien se habían constituido como estados independientes, no aceptaron incorporarse a la confederación (aunque Georgia se unió en 1993).
Abandonado por casi todos, Gorbachov dimitió como presidente de la Unión Soviética el 25 de diciembre de 1991. La bandera roja soviética fue arriada en el Kremlin de Moscú y fue sustituida por la bandera rusa. Rusia tomaba el relevo de la URSS en la escena internacional: las embajadas, el puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y el control del armamento nuclear soviético. Sin embargo, el mundo bipolar de la Guerra Fría había terminado. La Unión Soviética dejó oficialmente de existir el 31 de diciembre de 1991.
Ver más en: Fin de la Guerra Fría
El Tratado de Belavezha
El 8 de diciembre de 1991, los líderes de tres de las repúblicas que constituían la Unión Soviética se reunieron para acordar su disolución y, en su lugar, crear una comunidad de Estados independientes. Stanislav Shushkevich y Vyacheslav Kebich, como representantes de Bielorrusia, Boris Yeltsin y Gennady Burbulis, como representantes de la Federación Rusa, Leonid y Vitold Fokin, como representantes de Ucrania, firmaron el Tratado de Belavezha.
A través del Tratado de Belavezha se acordó la disolución de la Unión Soviética y la creación, en su lugar, de Estados democráticos independientes y soberanos. Además, se reconoció el derecho de autodeterminación de los pueblos y el compromiso a garantizar los derechos humanos y libertades civiles. También se definió la creación de una comunidad internacional para la cooperación de las antiguas repúblicas soviéticas, llamada Comunidad de Estados Independientes.
Acuerdo para establecer la Comunidad de Estados Independientes
8 de diciembre de 1991
"Nosotros las Repúblicas de Bielorrusia, la Federación Rusa (RSFSR) y Ucrania como Estados fundadores de la URSS, firmantes del Tratado de la Unión de 1922, en lo sucesivo denominadas Altas Partes Contratantes, constatamos que la URSS, como sujeto de derecho internacional y realidad geopolítica, deja de existir.
Basándonos en la cercanía histórica de nuestros pueblos y en las relaciones que se han formado entre ellos, teniendo en cuenta los tratados bilaterales concluidos entre las Altas Partes Contratantes,
Deseando construir un Estado democrático y de derecho,
Aspirando a desarrollar sus relaciones mutuas sobre la base del reconocimiento y respeto mutuos de la soberanía estatal, el derecho inalienable a la autodeterminación, los principios de igualdad de derechos, no injerencia en los asuntos internos, la renuncia al uso de la fuerza y a las presiones económicas y de otro tipo, la solución de controversias por medios pacíficos y otros principios universalmente reconocidos de derecho internacional,
Teniendo en cuenta que el futuro desarrollo y fortalecimiento de relaciones de amistad, buena vecindad y cooperación mutuamente beneficiosa entre nuestros Estados responde a los más importantes intereses nacionales de sus pueblos y sirve a la causa de la paz y de la seguridad,
Reafirmando nuestro compromiso con los fines y principios de la Carta de Naciones Unidas, el Acta Final de Helsinki y otros documentos de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa,
Comprometiéndose a observar las normas internacionales universalmente aceptadas de derechos humanos y de los pueblos.
Hemos acordado lo siguiente:
Art. 1. Las Altas Partes Contratantes forman una Comunidad de Estados Independientes.
Art. 2. Las Altas Partes Contratantes garantizan a sus ciudadanos, independientemente de su nacionalidad u otras diferencias, los mismos derechos y libertades. Cada una de las Altas Partes Contratantes garantiza a los ciudadanos de las otras partes, así como a las personas sin ciudadanía que residan en su territorio, independientemente de su pertenencia nacional u otras diferencias, los derechos y libertades civiles, políticos, sociales, económicos y culturales, de acuerdo con las normas internacionales de derechos humanos universalmente reconocidos.
Art. 3. Las Altas Partes Contratantes, deseando asegurar la expresión, conservación y desarrollo de las tradiciones étnicas, culturales, lingüísticas y religiosas de las minoría étnicas que viven en sus territorios y de las regiones etnoculturales existentes, se comprometen a su protección.
Art. 4. Las Altas Partes Contratantes desarrollarán una cooperación mutua mente beneficiosa y en pie de igualdad en las esferas política, económica, cultural, educativa, sanitaria, de defensa del medio ambiente, científica, comercial, humanitaria y otras, así como actuarán conjuntamente en un amplio intercambio informativo y observarán de buena fe las obligaciones mutuas. Las Partes consideran indispensable concluir acuerdos de cooperación en los ámbitos mencionados.
Art. 5. Las Altas Partes Contratantes reconocen y respetan su integridad territorial y la inviolabilidad de las fronteras existentes en el marco de la Comunidad. Las Partes garantizan al carácter abierto de las fronteras, la libertad de circulación de los ciudadanos y el libre intercambio informativo en el marco de la Comunidad.
Art. 6. Los Estados miembros de la Comunidad colaborarán para asegurar la paz y la seguridad internacionales, y para tomar medidas eficaces para limitar los gastos militares y los arsenales bélicos. Se orientarán hacia la liquidación de todos los tipos de armamento nuclear y al logro de un desarme universal y total bajo estricto control internacional.
Las Partes respetarán las aspiraciones mutuas para adquirir el estatuto de zona libre de armamento nuclear y de estado neutral.
Los Estados miembros de la Comunidad conservarán y apoyarán un espacio militar y estratégico común, bajo un mando unido, incluido el control unificado del armamento nuclear. La realización del control mencionado se regulará por un convenio independiente.
Las Partes también garantizarán las condiciones necesarias para el despliegue, abastecimiento material y social de las fuerzas armadas estratégicas. Las partes se comprometerán a llevar a cabo una política acordada en las esferas de Seguridad Social y prestaciones por jubilación de los militares y sus familias.
Art. 7. Las Altas Partes Contratantes reconocen que la esfera de sus actividades conjuntas realizadas sobre la base de igualdad de derechos y a través de las instituciones de coordinación general de la comunidad incluye:
- Coordinación de la política exterior.
- Cooperación en la formación y desarrollo del espacio económico común, mercados europeo y euro-asiático, en la esfera de la política aduanera.
- Colaboración en el desarrollo de los sistemas de transporte y comunicación.
- Cooperación en la esfera de protección del medio ambiente, participación en la formación de un sistema único de seguridad ecológica internacional.
- Cuestiones de la política de migración.
- Lucha contra la delincuencia organizada
Art. 8. Las Partes tienen plena conciencia de que la catástrofe de Chernobyl afectó a todo el planeta y se comprometen a unir y coordinar sus esfuerzos para minimizar y liquidar las consecuencias de dicha catástrofe.
Art. 9. Todas las controversias respecto a la interpretación y aplicación de las normas del presente convenio se solucionarán por medio de negociaciones entre los organismos correspondientes y en caso de necesidad a nivel de gobiernos y Estados.
Art. 10. Cada una de las Altas Partes Contratantes conserva el derecho de sus pender la vigencia del presente convenio o de alguno de sus artículos, avisando a los demás participantes del convenio con una antelación mínima de un año. Las estipulaciones del presente convenio podrán ser complementadas o modificadas por acuerdo de las Altas Partes Contratantes.
Art. 11. A partir de la fecha de la firma del presente Convenio, no tendrán vigor, en los territorios de los Estados firmantes, las normas de terceros Estados, incluidas las de la ex-Unión Soviética.
Art. 12. Las Altas Partes Contratantes garantizaran el cumplimiento de las obligaciones internacionales que para ellas se deriven de los convenios y acuerdos de la antigua Unión Soviética.
Art. 13. El presente Convenio no afectará a las obligaciones de las Altas Partes Contratantes con terceros Estados. -
El presente Convenio está abierto a todos los Estados de la antigua Unión Soviética, así como a otros Estados que compartan los objetivos y los principios del presente convenio.
Art. 14. La sede oficial de los organismos de coordinación de la Comunidad se establecerá en la ciudad de Minsk.
Cesa la actividad de los organismos de la antigua Unión Soviética en los territorios de los Estados participantes en la Comunidad."
Por Bielorrusia: S. Shushkevich - V. Kebich
Por Rusia: B. Yeltsin - G. Burbulis
Por Ucrania: L. Kravchuk - Fokin
Sigue con:
Referencias
- Britannica, Encyclopaedia (2022). collapse of the Soviet Union. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Ray, M. (2018). Why Did the Soviet Union Collapse?. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Saborido, J. (2009). Historia de la Unión Soviética. Emecé.
- “Acuerdos para establecer la Comunidad de Estados Independientes”. European Commission for democracy through law. Minsk, 1991 (traducción propia). Disponible en: https://www.venice.coe.int/
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