Revolución francesa

Te explicamos qué fue la Revolución francesa, sus causas y consecuencias. Su organización social y los grupos revolucionarios.

Revolución Francesa
La Revolución francesa fue influida por las ideas de la Ilustración y el liberalismo.

¿Qué fue la Revolución francesa?

La Revolución francesa fue un proceso de transformaciones sociales y políticas que comenzó en 1789 y terminó aproximadamente en 1799. Inició como un levantamiento protagonizado por sectores burgueses, nobles y populares contra la monarquía absolutista y contra los privilegios de la nobleza en Francia. A lo largo de los años, se convirtió en un período de conflictos violentos no solo contra los partidarios del absolutismo, sino también entre distintas facciones dentro del bando revolucionario.

La Revolución francesa fue influida por las ideas de la Ilustración y el liberalismo, así como por circunstancias económicas y sociales, y tuvo tal impacto político e ideológico que influyó en episodios revolucionarios de otros países (como en Hispanoamérica) y se la suele considerar el inicio de la Edad Contemporánea.

Entre los hechos destacados de la Revolución francesa se cuentan la abolición del feudalismo, la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la redacción de una Constitución y la instauración de una república. También fueron importantes la formación de clubes políticos, la implementación de medidas contrarias a privilegios nobles y clericales, y la oleada de violencia que llevó a la decapitación del rey (Luis XVI) y la reina (María Antonieta).

Preguntas frecuentes

¿Qué fue la Revolución francesa?

Fue un proceso de transformaciones sociales y políticas impulsado por la burguesía francesa contra la monarquía absoluta y sus privilegios. Fue un periodo de conflictos violentos, que comenzó en 1789 y terminó en 1799, y cuyas ideas revolucionarias impactaron en muchos países durante la Edad Contemporánea.

¿Cuál era el lema de la Revolución francesa?

Libertad, igualdad, fraternidad. (En francés: liberté, égalité, fraternité)

¿Cuáles son las etapas de la Revolución francesa?

Las etapas de la Revolución francesa son:

  • La Asamblea Nacional Constituyente (1789-1791)
  • La Asamblea Legislativa y la monarquía constitucional (1791-1792)
  • La Convención (1792-1795)
  • El Directorio (1795-1799)
  • El Consulado (1799-1804)

La sociedad francesa antes de la revolución

Revolución Francesa
El primer y el segundo estado conformaban solo el 3 % de la población francesa.

Antes de que estallara la revolución, la sociedad francesa estaba compuesta por tres estamentos denominados estados:

  • Primer estado. Era integrado por el clero, tanto alto (de origen noble) como bajo (de origen plebeyo). No pagaba impuestos y recibía de los campesinos un diezmo o contribución, que consistía en un 10 % de sus cosechas. La enseñanza era impartida y controlada por la Iglesia, que también podía censurar publicaciones.
  • Segundo estado. Era conformado por la nobleza, propietaria de tierras y cuyos privilegios eran hereditarios. Tampoco pagaba impuestos y recibía, en cambio, tributos señoriales de los campesinos. También ocupaba cargos cortesanos y administrativos.
  • Tercer estado. También llamado “estado llano”, era integrado por la burguesía (comerciantes, banqueros, profesionales, intelectuales), el campesinado (pequeños propietarios, arrendatarios o jornaleros) y el artesanado urbano (en ocasiones agrupado en gremios). Pagaban impuestos y carecían de poder y derechos políticos.

El primer y el segundo estado conformaban una casta privilegiada que representaba aproximadamente el 3 % de la población. El tercer estado representaba alrededor del 97 % de la población, pero debía mantener con sus impuestos a los otros dos estados. Sin embargo, el tercer estado carecía de representación para decidir sobre la política impositiva, pues los Estados generales (asambleas convocadas por el rey para que los tres estados opinaran por separado sobre asuntos fiscales) no eran convocados desde 1614.

La organización política antes de la revolución

El orden social y político de Francia antes de la revolución fue llamado Antiguo Régimen. Además de estar dividido en tres estamentos o estados, el Antiguo Régimen estaba organizado en una monarquía absoluta cuyo rey, Luis XVI, concentraba el poder político y gobernaba “por derecho divino”, legitimado por el alto clero.

Los cargos de la corte y la administración eran generalmente ocupados por sectores de la alta nobleza. Luis XVI, junto con la reina consorte, María Antonieta, y los cortesanos, hacían muestras de opulencia desde su palacio en Versalles, mientras el estado llano debía mantener a la nobleza, el clero y la monarquía con sus impuestos.

La burguesía (que integraba el tercer estado) tenía en general instrucción intelectual, estaba influida por las ideas de la Ilustración  y el liberalismo, y detentaba poder económico. Por tal razón, aspiraba a ganar influencia política para decidir en materia fiscal y, finalmente, socavar los privilegios de la nobleza, reemplazar el absolutismo por formas democráticas de gobierno y fomentar sus actividades económicas en detrimento de las estructuras feudales del Antiguo Régimen. Los campesinos y la plebe urbana, sobre quienes recaía el mayor peso impositivo, también aspiraban a un cambio social.

Causas de la Revolución francesa

Las causas que desencadenaron la Revolución francesa fueron múltiples. Entre ellas, se destacan:

  • Los cambios en la estructura social. La sociedad del Antiguo Régimen seguía atada en buena medida al feudalismo, un sistema implementado desde la Edad Media en el que los nobles eran dueños de tierras trabajadas por jornaleros o usufructuarios. También existían derechos señoriales por los que los nobles podían recaudar tributos y peajes de campesinos y pequeños propietarios, y la Iglesia cobraba un diezmo.
    Pero la vida urbana y la expansión del comercio aceleraron el crecimiento de una nueva elite económica, conformada por comerciantes, banqueros y profesionales (la burguesía), que comenzó a aspirar a obtener derechos políticos. También se amplió la presencia de artesanos y sectores humildes en la ciudad, que en ocasiones pudieron recibir educación y participar políticamente mediante la lectura de periódicos o la asistencia a clubes. En el campo, las técnicas y tecnologías tradicionales del feudalismo impedían la adaptación a la creciente demanda de alimentos.
  • El aumento de la población. La sociedad francesa había alcanzado una mejor calidad de vida, incluso entre sectores plebeyos que, en algunos casos, tuvieron acceso a la educación. La reducción de la tasa de mortalidad y el aumento de la expectativa de vida generaron un importante aumento de la población, que en 1789 llegó a los 26 millones de habitantes, lo que hizo de Francia el país más poblado de Europa. La creciente demanda de alimentos se tornó difícil de satisfacer, sobre todo cuando una mala cosecha afectó al campo en 1789.
  • La difusión del pensamiento ilustrado. En aquellos años, cobró vigor un movimiento cultural e intelectual llamado Ilustración, que consideraba que el único camino para explicar el mundo era el uso de la razón, que permitía “iluminar” la verdad allí donde antes se imponía la oscuridad de la ortodoxia religiosa.
    Las ideas de la Ilustración (como las obras de Montesquieu, Voltaire o Rousseau) influyeron en sectores burgueses, e incluso nobles, que cuestionaron el “derecho divino” a gobernar que se arrogaban los monarcas absolutos (como Luis XVI). A cambio, propusieron mecanismos equilibrados de gobierno, basados en la división de poderes, la formulación legal de derechos y obligaciones, y el principio de la soberanía nacional.
  • La crisis económica. Entre 1788 y 1789 se agravó una crisis económica que fue el resultado de dos hechos: la deuda contraída por la corona francesa a raíz de su participación en la guerra de independencia de los Estados Unidos (1775-1783), que profundizó los problemas financieros que ya atravesaba el reino; y una sucesión de heladas y malas cosechas, especialmente en 1788 y 1789.Esto generó escasez de alimentos, aumento de precios de la harina y el pan, disminución de la actividad comercial, empobrecimiento, desempleo y malestar social. El rey intentó aumentar la carga impositiva pero se vio obligado a convocar a los Estados generales, con representación del clero, la nobleza y el tercer estado.

El comienzo de la Revolución francesa

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El 14 de julio de 1789 el pueblo de París tomó por la fuerza la fortaleza de la Bastilla.

Cuando se reunieron los Estados generales en Versalles en mayo de 1789, representantes del tercer estado y de la nobleza reclamaron cambios en el sistema de votación, pero estos fueron rechazados. El 17 de junio, los representantes del tercer estado se proclamaron a sí mismos Asamblea Nacional, lo que significó un desafío institucional a la monarquía.

El rey mandó cerrar la sala donde se reunía la Asamblea Nacional, por lo que esta se mudó a un campo de juego de pelota y sus integrantes juraron proseguir unidos hasta proclamar una Constitución. A ellos se unieron algunos nobles y miembros del bajo clero. Poco después, conformaron una Asamblea Nacional Constituyente.

El rey movilizó tropas en París y Versalles, y decidió destituir a su ministro de finanzas, Jacques Necker, por considerarlo demasiado tolerante con el tercer estado. El 14 de julio de 1789, el pueblo de París reaccionó a estos hechos saliendo a las calles para respaldar a la Asamblea Nacional Constituyente. En un enfrentamiento que duró algunas horas, logró tomar la Bastilla, una fortaleza parisina que funcionaba como prisión y armería, y que era además un símbolo de la monarquía.

Este episodio se replicó con levantamientos leales a la Asamblea Nacional Constituyente en distintos puntos de Francia, quemas de títulos que consagraban derechos señoriales en áreas rurales, la abolición de los privilegios feudales (el 4 de agosto) y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (el 26 de agosto). Por esta razón, el 14 de julio se convirtió en la fecha simbólica del inicio de la Revolución francesa, y desde 1880 se lo conmemora como Fiesta Nacional de Francia.

Las etapas de la Revolución francesa

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Entre los principales grupos revolucionarios estaban los jacobinos y los girondinos.

El proceso revolucionario duró aproximadamente diez años y atravesó distintas etapas:

  • La Asamblea Nacional Constituyente (1789-1791). Durante esta etapa, se promulgó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, se estableció la constitución civil del clero (junto con otras medidas contrarias a los privilegios de la Iglesia), y comenzó la discusión para redactar una Constitución. En la asamblea se distinguieron dos tendencias, que se ubicaban en distintas áreas de la sala: a la derecha estaban los partidarios del Antiguo Régimen, mientras que a la izquierda se ubicaban los partidarios de reformas profundas.
    Además, se formaron clubes y grupos políticos que ejercían presión, como los jacobinos y los cordeleros (ambos de tendencia republicana). El rey quiso huir y fue hecho prisionero. Cuando se votó la Constitución en 1791, Luis XVI fue obligado a jurarla y se conformó una monarquía constitucional.
  • La Asamblea Legislativa y la monarquía constitucional (1791-1792). Una vez jurada la Constitución que establecía la división de poderes, la Asamblea Nacional Constituyente se disolvió y se conformó la Asamblea Legislativa. En esta etapa fueron importantes las discrepancias entre dos grupos:
    • Por un lado, los jacobinos (representados por profesionales y pequeños propietarios con influencia en sectores populares, que aspiraban a cambios radicales, como poner fin a la monarquía y fundar una república con sufragio universal masculino).
    • Por otro lado, los girondinos (portavoces de la alta burguesía, que aspiraban a cambios moderados, como limitar el poder real sin abolirlo, o el sufragio restringido). También se desató una guerra contra Austria y Prusia (a las que luego se aliaron otras naciones), que habían conspirado con Luis XVI para restablecer el absolutismo en Francia.
  • La Convención (1792-1795). El 10 de agosto de 1792 se produjo una insurrección en París que implicó el asalto al palacio de las Tullerías, donde se alojaba el rey. La encabezó Georges-Jacques Danton y llevó a la destitución del rey. El 20 de septiembre se formalizó la abolición de la monarquía y el establecimiento de la república, que gobernó mediante una Convención y un Comité de Salvación Pública, y adoptó oficialmente el lema “libertad, igualdad, fraternidad”. La integraron sectores identificados como Gironda (moderados), Llanura (centro) y Montaña (mayormente jacobinos).
    En 1793, Luis XVI y María Antonieta fueron ejecutados en la guillotina, acusados de conspirar contra la república. A continuación, bajo el gobierno del jacobino Maximilien Robespierre en el Comité de Salvación Pública, comenzó una etapa conocida como “el Terror” en el que fueron guillotinadas miles de personas acusadas de apoyar la contrarrevolución. En 1794, una revuelta de sectores moderados contra Robespierre acabó con la vida de este, también ejecutado en la guillotina.
  • El Directorio (1795-1799). La Convención aprobó una nueva Constitución en 1795 (año III de la república, pues el gobierno revolucionario había comenzado a contar los años a partir de la proclamación de la república), que reemplazó el sufragio universal masculino por el sufragio censitario, y formó un Directorio que reemplazó a la Convención.Durante sus años de gobierno, el Directorio se enfrentó tanto a los sectores realistas (que buscaban restaurar la monarquía) como a los sectores jacobinos (que buscaban medidas más radicalizadas). En materia militar, se destacó el general Napoleón Bonaparte, que resultó exitoso en diversas campañas al servicio de la república.
  • El Consulado (1799-1804). Cuando se sucedieron una serie de revueltas en Francia, Napoleón Bonaparte retornó al país y encabezó un golpe de Estado que estableció un Consulado y dictó una nueva Constitución que le permitió concentrar el poder político. En 1804, se coronó emperador.

Consecuencias de la Revolución francesa

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La Revolución francesa abolió el feudalismo y declaró los derechos del hombre y del ciudadano.

Entre las principales consecuencias de la Revolución francesa se destacan:

  • La supresión de los privilegios feudales y de la servidumbre personal, que tuvo efectos duraderos en Francia luego de su promulgación en 1789 y que permitió la modernización política y económica de la nación, a pesar de las reacciones absolutistas que la sucedieron.
  • La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), cuyos principios incidieron en las constituciones que se redactaron en Francia y en otras naciones a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, y que es el documento precursor de las políticas de derechos humanos. Entre otros enunciados, estableció que todos los hombres nacen libres e iguales (no se menciona a las mujeres), que tienen derecho natural a la libertad, la propiedad y la seguridad, que la soberanía reside en la nación, entre otros. Este documento estuvo inspirado, a su vez, en la Ilustración, el liberalismo y la Constitución estadounidense (redactada en 1787).
  • Algunos símbolos de la revolución y la república, como la escarapela tricolor y el himno “La Marsellesa”, que se convirtieron en símbolos de la nación francesa hasta la actualidad.
  • El Código Napoleónico, que fue el primer código civil moderno y, si bien fue creado en 1804, codificó buena parte de la legislación que había sido elaborada durante los años de la revolución (incluida la abolición del feudalismo y los derechos de propiedad) y tuvo efectos duraderos en Europa.
  • La inspiración de las revoluciones de 1830 y 1848, así como de otras experiencias revolucionarias y republicanas en Francia y el mundo, a pesar de que las transformaciones políticas de la Revolución francesa habían sido frustradas tras la coronación de Napoleón como emperador (1804) y la restauración absolutista (1815).

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Referencias

  • Bergeron, L., Furet, F. & Koselleck, R. (2011). La época de las revoluciones europeas 1780-1848. Siglo XXI.
  • Britannica, Encyclopaedia (2022). French Revolution. Encyclopedia Britannica. Britannica
  • Davies, P. (2014). La Revolución francesa. Una breve introducción. Alianza.
  • Vovelle, M. (2000). Introducción a la historia de la Revolución francesa. Crítica.

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Gayubas, Augusto (24 de octubre de 2024). Revolución francesa. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 17 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/revolucion-francesa/.

Sobre el autor

Autor: Augusto Gayubas

Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 24 de octubre de 2024
Fecha de publicación: 18 de abril de 2017

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