Te explicamos qué es el sufragio, cómo se clasifica y las técnicas de sufragio que se utilizan. Además, sus características y especulaciones.
¿Qué es el Sufragio?
El sufragio es el derecho social y político a participar en comicios electorales, es decir, el ejercicio constitucional de votar a los cargos públicos. En términos amplios, el término sufragio abarca tanto el derecho a ejercer el voto (activo), junto a los requisitos ciudadanos indispensables para hacerlo; como el derecho a postularse para una votación (pasivo), junto a las condiciones que determinan quiénes y cómo pueden ser elegidos.
En los modelos de gobierno democráticos, la fuente primordial de legitimidad de un ejercicio político es, justamente, el sufragio: la validación de un poder político o una autoridad proviene de la elección popular y no de la designación por otros poderes. Para ello, el voto debe contar con ciertas condiciones garantizadas:
- Universal. Todos deben poder votar.
- Secreto. Nadie debe poder saber por quién votó otro ciudadano.
- Directo. El voto debe ser por el candidato electo y no por representantes secundarios que luego votarían de nuevo para elegir al candidato.
Ver además: Partidos políticos.
Tipos de sufragio
Existen dos formas de sufragio reconocidas:
- Universal. Garantiza el derecho de participación electoral a todos los adultos (es decir, mayores de edad) de una nación, sin hacer distinción alguna por su raza, credo, género, orientación sexual, posición social, económica o política.
- Restringido. Conocido también como “censitario”, permite el derecho a voto a las personas que aparezcan en un censo específico, es decir, una lista elaborada en base a ciertos criterios que permiten el ejercicio político.
Técnicas de sufragio
De acuerdo al ordenamiento logístico y tecnológico del que se disponga para el ejercicio electoral, podremos hablar de:
- Voto manual. Se lleva a cabo mediante diversos sistemas de papeletas y medios impresos, en los cuales el elector debe marcar su elección, o de los cuales debe elegir la papeleta deseada e introducirla en un contenedor de algún tipo. Finalmente se abren los contenedores y se hace el recuento manual de los votos.
- Voto electrónico. Se efectúa empleando un computador especial o una máquina diseñada con fines electorales, capaz de almacenar el voto de numerosos ciudadanos y luego transmitirlo puntualmente al ente totalizador, dejando registro electrónico de la actividad votante sin vulnerar la secrecía del mismo.
¿Quiénes pueden votar?
Usualmente, el derecho a votar para elegir cargos públicos en un país (y para postularse a los mismos) se restringe a los ciudadanos de ese país, es decir, a quienes posean la nacionalidad pertinente. Esto varía según las leyes de cada nación, y puede restringir el voto a los residentes no nacionalizados, o permitírselo para ciertos cargos (usualmente no para los cargos de presidente y para congresista).
Edad mínima para votar
La edad mínima estipulada para ejercer el derecho al voto suele estar determinada por la mayoría de edad, que varía entre los 18 y los 21 años cumplidos (en algunos países se puede votar desde los 16). El conjunto de la juventud suele determinar una amplia porción de los votantes en las naciones (entre el 20 y el 50%), dependiendo de los rangos de edad elegidos.
¿Los presos pueden votar?
El caso de los ciudadanos penados judicialmente, es decir, presos, suele variar también entre los países. En muchas naciones se les permite votar libremente, a través de jornadas dispuestas especialmente, mientras que en otras, como los Estados Unidos, se les impide totalmente este derecho, como parte de las sanciones ciudadanas a las que se someten una vez sentenciados por un tribunal. Esta prohibición puede extenderse, en algunos lugares, incluso después de haber cumplido la sentencia.
Sufragio y discapacidades
La Organización de las Naciones Unidas contempla, en su carta de los derechos humanos, que no existe discapacidad alguna, ni siquiera psíquica o mental, que impida a un ciudadano ejercer su derecho al sufragio. Sin embargo, en muchos la discapacidad intelectual o psíquica (retardo mental, enfermedades neurológicas, psicosis, etc.) no pueden ejercer su voto libremente.
Sufragio femenino
La lucha por el voto femenino se ha constituido en emblema de los derechos ciudadanos y políticos negados de entrada a muchos colectivos humanos, cuya obtención costará años de presión social, lucha organizada y numerosas muertes.
El voto femenino se logró durante el siglo XIX, de manera muy desigual entre los países. Uno de los primeros en reconocerlo fue Australia del Sur en 1861. Y uno de los últimos en hacerlo fue España en 1931.
Sufragio militar
Un lugar común durante la historia del sufragio mundial fue la de privar a militares y policías de su derecho al voto, dado que estos organismos forman parte del monopolio de la violencia del Estado y debían por lo tanto mantenerse totalmente apolíticos. Esta distinción continúa, sobre todo en el caso de los militares, en numerosos países, si bien la tendencia es hacia la universalización del voto sin distinción.
Voto universal
El primer país del mundo en brindar a sus ciudadanos mayores de edad el derecho a voto universal e irrevocable fue Finlandia, y el segundo Nueva Zelanda en 1893. El primer país latinoamericano en hacerlo fue Uruguay en 1917.
Hoy en día se entiende el voto universal y directo como una de las conquistas irrevocables de la democracia como sistema de gobierno, y se presiona a los países cuyos regímenes dictatoriales o extremistas religiosos lo cercenan por distintos motivos culturales o políticos.
Especulaciones del sufragio
Mucho se especula en materia del futuro del sufragio, íntimamente ligado al de la democracia y el ejercicio político tal y como lo comprendemos hoy en día en la mayoría de los países.
El escritor de ciencia ficción Isaac Asimov, por ejemplo, en su relato “Sufragio universal” apunta al reemplazo de los electores por una supercomputadora llamada “Multivac”, en cuyas decisiones estarían contempladas las necesidades de la población humana toda.
En otras distopías políticas como “1984” de George Orwell, en cambio, el voto ni siquiera existe como movilizador político de las sociedades futuras, sentenciadas a diversas formas tecnológicas del totalitarismo.
Sigue con: Día Internacional de la Mujer
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