Te explicamos qué son los partidos políticos, cómo se originaron y su clasificación. Además, cuáles son sus características, funciones y más.
¿Qué son los partidos políticos?
Los partidos políticos son entidades creadas para incentivar la participación democrática de la ciudadanía de un país y servir como representante y organizador de quienes comparten sus objetivos, intereses y valores políticos, así como su visión de la sociedad.
Su objetivo fundamental es proponer candidatos para los cargos públicos de elección popular, a quienes les ofrecen apoyo electoral.
Los partidos políticos han jugado un rol fundamental en el destino de las Repúblicas desde la caída del absolutismo. Intervinieron en la instalación de la democracia y la lucha por las reivindicaciones sociales en las etapas iniciales del capitalismo. Sin embargo, no siempre se han entendido de la misma manera.
En líneas generales, de un partido político se espera, para serlo, que posea un programa de gobierno de la sociedad en su conjunto, que compita en los mecanismos democráticos para ejercer el poder y que canalice los intereses de un sector político determinado.
Ver además: Radicalismo
¿Cómo se originaron los partidos políticos?
El primer partido político moderno surgió en el siglo XIX, en el seno del Parlamento de Gran Bretaña.
La monarquía no era el poder absoluto que había sido en siglos anteriores, y en este momento se fundan los partidos liberal (Whigs) y conservador (Tories).
Desde entonces, las sociedades del resto de Europa imitaron el ejemplo y se dividieron políticamente.
Los conservadores eran los partidos que buscaban preservar los privilegios de los sectores tradicionales de poder.
Por otro lado los liberales representaban a la burguesía pujante, plebeya, que aspiraba a mayor representación política y mayor poder de decisión.
Esta lucha se exportó luego a América, tras sus guerras independentistas.
Historia de los partidos políticos
Los antecedentes más tempranos de los partidos políticos provienen de las distintas facciones organizadas que pugnaban entre sí por controlar el poder y dirigir las sociedades.
Entre estos antecedentes se encuentran los optimates y populares del Senado Romano, los güelfos y gibelinos durante la Edad Media europea, o los jacobinos y girondinos durante la Revolución Francesa.
Pero la formación de partidos políticos propiamente dichos no fue posible hasta la abolición del llamado Antiguo Régimen, que confería a la aristocracia y la monarquía todos los poderes políticos.
El surgimiento de la burguesía como nueva clase social dominante condujo, de hecho, a la instauración de la República y a la democratización del ejercicio del poder, lo cual permitió la aparición de los primeros partidos políticos.
Sin embargo, una vez extinguido el Antiguo Régimen, una nueva lucha se dio en el seno de las sociedades occidentales: la pugna entre la burguesía dominante y el proletariado, fruto de las transformaciones sociales y culturales de la Revolución Industrial.
Así, los partidos políticos obreristas, anarquistas y sindicalistas permitieron a los trabajadores organizarse políticamente para aspirar a una cuota de la conducción de sus sociedades.
Clasificación de los partidos políticos
Solía distinguirse entre dos tendencias en los partidos políticos:
- Partidos de creación interna. Llamados “Partidos de cuadros”, nacen dentro del Parlamento como facciones que compiten por el poder.
- Partidos de creación externa. Llamados “Partidos de masas”, son fruto de la canalización de las luchas sociales hacia el ejercicio de la política organizada.
Sin embargo, el devenir político del siglo XIX y XX hizo obsoletas estas categorías, permitiendo que surgieran dos nuevas en su reemplazo:
- Partidos multicomprensivos. También llamados “Catch-all” (del inglés “atrapa-todo”), se dirigen a grupos sociales más amplios, es decir, son partidos inter-clasistas, cuyo mayor sector de proveniencia es la clase media, un segmento social de límites más bien difusos.
- Partidos “cartel”. Considerados partidos promotores de una “competencia imperfecta”, son aquellos que subsisten gracias a una clase política más o menos homogénea, que administra o intenta administrar los recursos del Estado a su conveniencia. Estos tienden al bipartidismo y a la reducción de la cantidad de partidos participantes.
¿Cómo funcionan los partidos políticos?
El funcionamiento interno de los partidos políticos depende en gran medida de las regulaciones legales y jurídicas que disponga la constitución de un país, en la que generalmente hay segmentos dedicados explícitamente a ello.
Al margen de esas especificaciones, se espera que organicen una forma de democracia interna, suerte de reflejo de la que aspiran a ver plasmada en la sociedad. Eso les permite elegir su cúpula dirigente así como sus candidatos a cargos públicos.
Un partido debe operar de manera democrática y respetuosa respecto al deseo de sus bases (votantes), pues de otro modo se arriesga a decepcionarlas y, eventualmente, perderlas.
Del mismo modo, se aspira a determinados estándares de transparencia en asuntos de financiación y de manejo de sus fondos. Estos generalmente provienen de donaciones, colectas voluntarias entre sus afiliados o eventos de recaudación, todo dentro del marco de lo lícito.
Incluso se espera que posean cargos disciplinarios, organismos de vigilancia interna y que respeten las reglas de juego democráticas y republicanas.
¿Cuáles son sus funciones?
Los partidos políticos no solamente sirven para impulsar un candidato determinado a un cargo de elección popular, mediante campañas electorales y movilizaciones civiles.
También permiten la formación de élites políticas, la canalización de peticiones populares hacia el poder, y juegan un rol clave en la orientación de la opinión pública.
En muchos casos funcionan como aliados políticos de las causas populares, como protestas, huelgas o manifestaciones.
Organización interna
Los partidos políticos suelen tener una estructura que comprende:
- Dirigencia. El centro de la organización, que toma las decisiones principales. Suele estar encabezado por un presidente, director o jefe político de elección interna.
- Candidatos. Los postulantes a cargos de elección pública, según hayan sido escogidos por la estructura del partido.
- Cuerpo administrativo. Los burócratas encargados de la gestión interna del partido.
- Técnicos e intelectuales. Sirven de asesores al partido o lo representan espiritualmente en otras lides, como las humanísticas.
- Militantes. Todos aquellos afiliados al partido que participan además de manera activa en sus eventos políticos.
- Afiliados. Todos aquellos que concuerdan con el partido, están inscritos en él, pero sólo participan de él mediante su voto.
- Simpatizantes. Aquellos votantes que sin estar afiliados ni inscritos, sienten afinidad por el partido y a menudo votan por sus candidatos.
¿Por qué son importantes los partidos políticos?
Los partidos políticos demostraron durante el siglo XX su importancia como mecanismo de organización política de las masas. En especial, se articularon en defensa y fortalecimiento de la democracia.
Los grandes regímenes autoritarios del siglo XX, responsables de las grandes masacres de la historia fueron siempre unipartidistas.
Por el contrario, las democracias más robustas fueron aquellas cuyos partidos políticos se obligaron a la alternancia en el poder, a respetar las reglas de juego y a formar parte de un sistema respetuoso del deseo de las mayorías.
La Crisis de la representatividad
Se llama así a un período contemporáneo de cambio y desconfianza hacia los partidos políticos tradicionales. Ocurre principalmente en las democracias del llamado tercer mundo, aunque no de manera exclusiva.
Dicha crisis consistió en la pérdida de fe en los partidos e incluso en el ejercicio democrático y se desarrolló desde finales del siglo XX e inicios del XXI.
Esto obligó a dichas instituciones a reinventarse o a ceder paso a la antipolítica, un ejercicio peligroso de surgimiento de liderazgos alternativos, generalmente de tipo carismático y mesiánico, que en muchos casos dieron origen a nuevos totalitarismos.
Regímenes unipartidistas
Se llama así a los modelos de gobierno que permiten la existencia de un único partido, dueño indiscutible del poder y que controla el total de las instituciones públicas. Este modelo político es mayormente dictatorial o totalitario, impidiendo el surgimiento de competidores políticos y muchas veces ni siquiera validándose mediante comicios de ningún tipo.
Actualmente los únicos regímenes unipartidistas del mundo son los de Corea del Norte, China, Cuba, Vietnam, Laos, Eritrea y la República Árabe Saharaui Democrática.
Democracia sin partidos
Existe también la posibilidad de una democracia sin partidos. En ella, todos los postulantes a los cargos públicos son independientes, o bien miembros de gremios, sindicatos, federaciones y otros tipos de organización social y laboral.
En este caso, todo depende de la capacidad personal del candidato de convencer al electorado, así como del sector social del que provenga.
Referencias:
- “Partido político” en Wikipedia.
- “Partidos políticos y sistema de partidos” en Gestiópolis.
- “Partidos políticos y democracia” por Jaime Cárdenas Gracia en Instituto Federal Electoral.
- “Partidos políticos” en Diccionario Enciclopédico de Comunicación Política.
- “Political Party” en The Enciclopaedia Britannica.
- “Importancia de los partidos políticos en una democracia” por Hugo Pérez en Gran Valparaíso.
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