Te explicamos quién fue Octavio Paz, cuáles fueron sus principales aportes a la literatura mexicana y en qué contexto histórico desempeñó su carrera diplomática.
¿Quién fue Octavio Paz?
Octavio Paz fue un escritor y diplomático mexicano, considerado como uno de los más importantes autores latinoamericanos del siglo XX y una figura esencial de la literatura contemporánea en lengua española. Su trayectoria como poeta y ensayista le valió numerosos premios nacionales e internacionales, entre ellos el Premio Nobel de Literatura y el Premio Cervantes.
Junto con el chileno Pablo Neruda (1904-1973) y el peruano César Vallejo (1892-1938), Octavio Paz fue un referente central en la poesía hispanoamericana posterior al modernismo. Fue también un intelectual de renombre, con una importante labor de reflexión, traducción y crítica literaria, y un impulsor entusiasta de las letras mexicanas, involucrado en la creación de distintos grupos poéticos y revistas literarias.
A lo largo de su vida, Paz manifestó sus intereses cosmopolitas y su compromiso social, en particular durante su estadía en España, donde se involucró en la guerra civil española y formó parte de la militancia antifascista. En cuanto a su vida personal, tuvo dos matrimonios: el primero con la célebre escritora mexicana Elena Garro (1916-1998), con quien tuvo su única hija, y el segundo con la artista francesa Marie-José Tramini (1934-2018), con quien Paz convivió hasta su muerte en 1998.
Ver también: Generación del 27
Infancia y años formativos de Octavio Paz
Octavio Paz nació en Coyoacán, en la Ciudad de México, el 31 de marzo de 1914, en el seno de una familia de intelectuales. Eran los años de la Revolución mexicana y su padre, el abogado y periodista Octavio Paz Solórzano (1883-1935), integraba el bando de Emiliano Zapata, por lo que el resto de la familia pasaba temporadas enteras con el abuelo paterno, Irineo Paz (1836-1924), quien fue un intelectual y novelista. En su casa del barrio de Mixcoac, el joven Octavio Paz tuvo acceso a una gran biblioteca y realizó sus primeras lecturas literarias significativas.
En 1916, el padre de Octavio Paz debió asentarse en Los Ángeles, Estados Unidos, y su familia lo acompañó durante los años de exilio, que culminaron en 1919 tras la muerte de Emiliano Zapata. De vuelta en México, Paz inició sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria y posteriormente en la Universidad Nacional de México (hoy en día la UNAM), donde incursionó en el derecho, la filosofía y las letras.
En esos años de juventud, además, Paz se formó políticamente. Se identificó con el proyecto político de José Vasconcelos (1882-1959), antiguo rector de la UNAM y Secretario de Educación Pública, cuya candidatura presidencial estuvo apoyada por los grandes intelectuales de la época y los sectores universitarios. Conoció también al joven anarquista catalán José Bosch (1872-1936) y comenzó a militar con diversos movimientos estudiantiles obreristas.
Sus intereses literarios también fueron precoces. A los dieciséis años publicó su primer artículo, titulado “Ética del artista”, en el que reflexionaba sobre la moral del arte y la disyuntiva entre el compromiso social y el arte “puro”. En ese mismo año se sumó al grupo fundador de la revista Barandal (1931), junto a Rafael López Malo, Salvador Toscano y Arnulfo Martínez Lavalle, y dos años después publicó su primer poemario: Luna silvestre (1933).
En 1937, estando ya casado con Elena Garro, Paz partió hacia Mérida, Yucatán, donde formó parte de la construcción de una escuela para hijos de obreros, planificada por el gobierno del general Lázaro Cárdenas. Estando allí recibió una invitación de Rafael Alberti (1902-1999) y Pablo Neruda al II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, a celebrarse en la España de la Segunda República.
El matrimonio con Elena Garro
El matrimonio entre Octavio Paz y Elena Garro duró trece años, durante los cuales tuvieron a su única hija: Laura Helena Paz Garro. Tras el divorcio en 1950, la obra de Garro se vio ensombrecida por la aclamación de la obra de Paz. Hoy en día, sin embargo, se le reconoce su enorme importancia en la narrativa y dramaturgia mexicana, y se la considera la segunda escritora más importante de México, superada tan solo por Sor Juana Inés de la Cruz.
El viaje a España fue muy importante en la vida de Octavio Paz. Allí conoció a Pablo Neruda, César Vallejo, Vicente Huidobro (1893-1948), Nicolás Guillén (1902-1989) y a otros destacados intelectuales de la generación del 98 y la revista Hora de España. Además, visitó el frente de la guerra civil y se solidarizó abiertamente con la causa republicana, aunque su vínculo político con la izquierda internacional fue siempre conflictivo, a raíz de la represión del Partido Obrero de Unificación Marxista en Cataluña y luego de los crímenes cometidos en la Unión Soviética por Iósif Stalin (1878-1953).
Ver además: Unión Soviética
Carrera diplomática de Octavio Paz
Octavio Paz regresó a México en 1938, tras la trágica muerte de su padre, quien fue arrollado por un tren. Allí formó parte esencial de las revistas literarias Taller (1938), Tierra nuestra (1940) y El hijo pródigo (1943), todas de importancia en la historia literaria mexicana. Durante este período escribió su obra literaria de mayor importancia. En 1943 ganó una Beca Guggenheim para retomar sus estudios en Berkeley, Estados Unidos.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, a Paz le ofrecieron un cargo en la diplomacia mexicana. Hasta 1951 formó parte de la delegación consular de su país en Francia, y en París tuvo contacto con el naciente movimiento surrealista. También colaboró con la famosa revista Esprit, fundada por Emmanuel Mounier en 1932, y trabó relaciones con Jean-Paul Sartre (1905-1980), Albert Camus (1913-1960) y André Breton (1896-1966).
Sus labores en la diplomacia mexicana lo condujeron en 1952 a India y después a Japón, como encargado de negocios, lo cual permitió a las dos naciones retomar sus relaciones diplomáticas, suspendidas durante la Segunda Guerra Mundial. En estas naciones, Paz tuvo contacto con las religiones asiáticas y el misticismo oriental, asuntos de importancia dentro de su obra literaria.
Entre 1953 y 1959, Paz volvió a México y dirigió la oficina de Organismos Internacionales de la cancillería mexicana. Tuvo también una destacada participación en la Revista Mexicana de Literatura, que impulsaba la idea de una tercera vía, intermedia entre la izquierda y la derecha, y participó en el grupo poético-teatral “Poesía en voz alta” y en la revista El corno emplumado.
En 1959 fue enviado de vuelta a Europa, y en París conoció a su segunda esposa, Marie-José Tramini. Tres años más tarde fue designado como embajador mexicano en la India, cargo que desempeñó hasta 1968. Ese año se produjo la masacre de Tlatelolco y Paz, a modo de protesta, fue el único embajador mexicano que renunció formalmente a su cargo. A partir de entonces, vivió dictando distintas cátedras universitarias en los Estados Unidos.
Últimos años de Octavio Paz
Durante las décadas de 1970 y 1980, Octavio Paz continuó siendo una voz importante dentro de la intelectualidad mexicana. Fundó y dirigió las revistas Plural (1971) y Vuelta (1976), en las que abrazó la experimentación literaria y se mostró crítico con las violaciones de los derechos humanos de los regímenes tanto derechistas como comunistas del momento.
De hecho, en una entrevista realizada por el diario El País de España en 1984, Paz afirmó: “Cuando yo comparé a Castro con Pinochet, lo hice porque ambos son dictadores. Si uno critica a una dictadura, también tiene que criticar a todas las dictaduras”. Esto le enemistó con buena parte de la intelectualidad mexicana y latinoamericana.
Su obra, sin embargo, continuó siendo reconocida. En 1981 recibió el Premio Cervantes, máxima distinción literaria de la lengua española, y en 1990 el Premio Nobel de Literatura.
En 1996 su departamento fue destruido por un incendio y con él buena parte de su biblioteca, por lo que Paz fue trasladado por el gobierno mexicano a la histórica Casa de Alvarado, en Coyoacán, donde vivió hasta el día de su muerte, a los 84 años de edad, el 19 de abril de 1998.
La poesía de Octavio Paz
La obra poética de Octavio Paz es difícil de clasificar, dado que refleja la vastedad y profundidad de sus intereses. En ella tienen cabida las grandes tendencias poéticas del siglo XX, como el Romanticismo, el modernismo, el simbolismo y el vanguardismo, y a la vez temas tan variados como el erotismo, el cambio social, el esoterismo, el misticismo oriental, y en especial la soledad y la incomunicación del individuo.
Por otro lado, su poesía oscila entre la búsqueda de la perfección formal, a través de la métrica y los formatos tradicionales, y la experimentación propia del surrealismo y los movimientos de vanguardia. De hecho, Paz es el creador de los topoemas (de topos, “lugar” en griego, y poema), una forma intelectual de poesía, en la que se emplean signos visuales distintos a los de la escritura tradicional.
Este panorama tan complejo ha llevado a distintos críticos a catalogar la poesía de Paz como existencialista, neomodernista, surrealista y metafísica, todo a la vez. Se trata de una poesía cosmopolita que, según el escritor y diplomático chileno Jorge Edwards (1931-2023), “acompaña al pensamiento, lo provoca, lo prolonga y a la vez lo resume”.
Entre las obras poéticas más destacadas de Octavio Paz figuran:
- ¡No pasarán! (1936)
- Entre la piedra y la flor (1941)
- Piedra de sol (1956)
- Libertad bajo palabra. Obra poética (1935-1957) (1960)
- Salamandra (1962)
- Blanco (1967)
- Topoemas (1971)
La obra ensayística de Octavio Paz
La obra ensayística de Octavio Paz es tanto o más conocida y celebrada que su obra poética. En sus ensayos, Paz aborda distintos temas de interés sociológico, antropológico, político, histórico y literario, lo que condujo a sus biógrafos a bautizarlo como un “hombre de su siglo”, es decir, un individuo en sintonía con las preocupaciones de su época, cuyos intereses trascendieron lo estrictamente nacional.
Por otro lado, para muchos su obra ensayística reafirmó, en un contexto de cambios profundos en la cultura Occidental como fue el siglo XX, la vigencia y el valor del ensayo como género literario, es decir, como una forma de arte y no solo como un medio científico y objetivo.
Entre las obras ensayísticas más destacadas de Octavio Paz figuran:
- El laberinto de la soledad (1950)
- El arco y la lira (1956)
- Los hijos del limo. Del romanticismo a la vanguardia (1974)
- Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe (1982)
- La llama doble (1993)
Sigue con:
Referencias
- Edwards, J. (s. f.). En la mirada de Jorge Edwards. Zona Paz. https://zonaoctaviopaz.com/
- Forgues, R. (1992). Octavio Paz: el espejo roto. EDITUM.
- Ministerio de Cultura de Argentina. (2021). “Octavio Paz: ‘Mi destino, pensé desde niño, era el destino de las palabras”. https://www.cultura.gob.ar/
- Mueller, E. (1984). “Octavio Paz: nunca he elogiado ninguna dictadura”. El País, Cultura, 19 de agosto de 1984. https://elpais.com/diario/
- Sánchez Zamorano, J. A. (1999). “Historia y poesía en Octavio Paz”. Anales de literatura hispanoamericana, n. 28. pp. 1205-1221.
- The Encyclopaedia Britannica. (2023). “Octavio Paz (mexican writer and diplomat)”. https://www.britannica.com/
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