Nazismo

Te explicamos qué es el nazismo y cómo fue el contexto en el que se originó. Además, sus características generales, modelo político y más.

nazismo
El nazismo fue un movimiento político alemán liderado por Adolf Hitler.

¿Qué fue el nazismo?

El nazismo fue un movimiento político y social que surgió en Alemania durante la década de 1920 y se consolidó en la década de 1930. Se originó en torno al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (también conocido como Partido Nazi o NSDAP por sus siglas en alemán) y su principal líder fue Adolf Hitler. Se trató de un movimiento nacionalista, totalitario, fascista y racista, que postulaba la superioridad de la raza aria y discriminaba al resto de la población alemana. 

El Partido Nazi fue responsable del inicio de la Segunda Guerra Mundial y autor del mayor genocidio judío de la historia (llamado Holocausto). El nazismo sostenía que para atravesar la crisis política, económica y social que el país estaba atravesando, se debía tener un gobierno de partido único, presidido por un líder fuerte (llamado “Führer”). Consideraba que el malestar de la nación alemana había sido causado por la presencia de determinados grupos sociales (como judíos, comunistas o socialistas). 

El nazismo logró controlar el gobierno alemán en 1933 y, en los años siguientes, estableció un régimen totalitario. La oposición y algunos grupos sociales fueron reprimidos y enviados a campos de concentración. La población judía fue segregada (desde las Leyes de Nuremberg de 1935) y, finalmente, expulsada hacia campos de concentración. 

A su vez, Hitler inició una política internacional agresiva y expansionista que, en 1939, llevó al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Cuando, seis años más tarde, Alemania fue derrotada, Hitler se suicidó y el Partido Nazi se disolvió. 

Ver además: Antecedentes de la Segunda Guerra Mundial

Origen del término “nazi”

El término “nazi” proviene de la contracción de nationalsozialismus, nombre con el que los miembros del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) llamaban a su ideología:  nacionalsocialismo. Este término no era de uso común entre los miembros del partido, que en vez, se llamaban a sí mismos directamente como “nacionalsocialistas”. El uso de la palabra “nazi” se popularizó por las publicaciones de un periodista llamado Konrad Heiden, que siguió de cerca el ascenso del NSDAP.

Las ideas principales del nazismo

Los principios fundamentales del nazismo se resumen en su lema “un pueblo, una nación, un líder” (en alemán: “Ein Volk, Ein Reich, Ein Führer”). Esta frase integra las ideas básicas del nazismo: construir en Alemania una sociedad para la raza aria de homogeneidad política y cultural (racismo), a través de un Estado militar fuerte (fascismo) guiado por un único líder (autoritarismo). 

Hitler y el Partido Nazi sostenían que la República de Weimar (el gobierno alemán) estaba controlada por socialistas, judíos y los “criminales de noviembre” (así llamaban a los políticos que habían firmado la rendición del Imperio alemán al final de la Primera Guerra Mundial). 

Este era un discurso que se había extendido en algunos sectores de la población alemana y que sostenía que en realidad el ejército alemán estaba por ganar la guerra pero había sido “apuñalado por la espalda” por los políticos socialistas que declararon la derrota. Por lo tanto, para los nazis, el objetivo final del partido era derrotar a la República de Weimar e implementar un nuevo gobierno

Durante la década de 1920, el discurso nazi fue consolidando sus rasgos racistas. Los nazis sostenían que la raza aria era superior al resto de las razas y que las desgracias que estaba atravesando la población alemana se debían a la intromisión de la población no aria. A la vez que se iban adoptando diferentes símbolos de identidad aria, la noción racista fue cada vez más antisemita y se señalaron a los judíos como los principales culpables de las miserias de Alemania, además de los eslavos.

A lo largo de la década de 1930, las ideas racistas se radicalizaron aún más y la segregación comenzó a incluir a grupos políticos. El Partido Nazi predicaba que había que purgar a la nación alemana de judíos, eslavos, gitanos, comunistas y el resto de las minorías que impedían su crecimiento. 

Por otro lado, el nazismo consideraba que el poder de un país radicaba en su fuerza militar y en el orden civil. En este sentido, Hitler sostenía que para que Alemania alcanzara su “espacio vital” debía recuperar los territorios que históricamente le pertenecían (Austria y parte de los sudetes de Checoslovaquia) y expandirse hacia el este. 

Las relaciones entre la población y el Estado debían guiarse por la lealtad, el deber, la responsabilidad y la obediencia. Quienes no actuaran de esa manera, eran considerados enemigos del Estado. 

En resumen, los principales fundamentos de la ideología nazi fueron los siguientes:

  • Nacionalismo totalitario. Como todos los movimientos fascistas, el nazismo sostenía que el individuo se debía subordinar a la voluntad de la nación y el líder. El objetivo del nazismo era alcanzar una sociedad ideológicamente homogénea.
  • Racismo y segregacionismo. El nazismo sostenía que la raza aria era superior al resto de las razas y consideraba que la nación alemana estaba sufriendo por presencia de minorías raciales de menor nivel. Por eso, predicaba que era necesario purgar a la nación alemana de todos aquellos grupos sociales que amenazaran la pureza del hombre ideal ario, sea por origen racial (romaníes, eslavos, judíos), por ideología política (comunistas y socialistas) o por condición física (personas con discapacidades). 
  • Antisemitismo. Los nazis culparon especialmente a la población judía de los principales males que atravesaba la sociedad alemana. Consideraban que los judíos eran los culpables de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial y, especialmente, de la crisis económica de la Gran Depresión.

Ver también: Características del fascismo

Historia del nazismo

Contexto histórico del nazismo

Durante la “República de Weimar”, Alemania estuvo gobernada por diferentes partidos.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, el Imperio alemán fue derrotado y obligado a firmar el Tratado de Versalles (1919). Las potencias que ganaron la guerra establecieron que Alemania había sido la principal responsable del conflicto y le impusieron una serie de sanciones: pérdidas territoriales (casi el 15 % del territorio imperial y todas las colonias), limitación de la Armada y el Ejército, desmilitarización de determinadas zonas y la obligación de pagar reparaciones de guerra. 

Dentro de Alemania, se estableció un nuevo gobierno conocido como la “República de Weimar”, con una organización democrática y la creación de una Asamblea Nacional. Entre 1919 y 1923, el país atravesó una grave crisis, vinculada con la inestabilidad económica y la oposición de fuerzas políticas opuestas. Hubo tanto golpes de Estado de derecha como rebeliones socialistas.

Además de la crisis social y política, muchos alemanes consideraban que las condiciones impuestas en el Tratado de Versalles eran una humillación internacional y criticaban al gobierno de la República de Weimar por la aceptación de sanciones tan extremas. Además, comenzó a circular la idea de que esta nueva democracia permitía que algunos sectores políticos se mantuvieran en el poder mientras que el pueblo alemán sufría por la crisis económica. 

En este contexto, durante la década de 1920 la ideología de derecha comenzó a tener cada vez más adeptos. Se expandió la desconfianza en la democracia, la simpatía por el autoritarismo y la adhesión al fascismo. Esta tendencia se vivió en diferentes sociedades europeas, como en Italia (con el ascenso de Benito Mussolini). 

Puede servirte: Fascismo italiano

La creación del Partido Nazi

El Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (también conocido como Partido Nazi) se fundó en 1919 en la ciudad de Munich. Fue una de las decenas de agrupaciones políticas que se crearon en esos años, en medio de la crisis de poder que estaba atravesando el país. 

Adolf Hitler se afilió a la agrupación en septiembre de ese mismo año como espía para el ejército alemán. Sin embargo, Hitler estaba de acuerdo con la ideología nacionalista, autoritaria y antisemita y terminó renunciando a su trabajo en el ejército. Desde entonces, se dedicó a la militancia política y, gracias a su capacidad de oratoria, en poco tiempo fue escalando posiciones en la estructura del Partido Nazi.

A medida que fue aumentando su poder dentro de la agrupación, modificó algunas cuestiones claves de su organización. Bajo su liderazgo, el Partido Nazi dejó de tener una estructura de autoridad elegida, con toma colectiva de decisiones y se convirtió en una organización liderada por un Führer como único dirigente de las políticas y las estrategias partidarias. 

El crecimiento del Partido Nazi

El Partido Nazi creó su propia fuerza paramilitar llamada Sturmabteilung (conocida como la “SA”).

El Partido Nazi fue fundado en 1919 y para 1923 ya contaba con más de 20.000 afiliados. El crecimiento del partido se debió especialmente a los discursos de Hitler y su promoción de las ideas antisemitas que señalaban a la población judía como la culpable de las miserias de la población aria. En poco tiempo sus ideas se hicieron populares, y el Partido fue diseñando diferentes estrategias para incrementar sus adeptos. 

Todos los años se organizaba una manifestación multitudinaria en Nuremberg, con el objetivo de demostrar el apoyo popular y la fuerza del Partido. En estas manifestaciones el nazismo se mostraba como un movimiento homogéneo, moderno y disciplinado. La multitud desfilaba frente al líder y prestaba juramento de fidelidad al Führer.  

A su vez, para fortalecer su posición en las calles, el Partido Nazi creó una milicia paramilitar llamada Sturmabteilung (que en alemán significa “división de tormentas” y es mejor conocida como la “SA”). Sus integrantes eran voluntarios, estaban armados y eran conocidos como “los camisas pardas” por su uniforme. Su principal función era ejercer como una policía partidaria, ocupada especialmente de enfrentarse a los militantes comunistas.

El 7 de noviembre de 1923, el Partido Nazi intentó hacer un golpe de Estado. El evento se conoce como el “Putsch de Múnich” (putsch es la palabra alemana para “golpe”) y fracasó rápidamente. Los principales líderes del partido fueron arrestados y enviados a prisión. Hitler fue condenado a cinco años de prisión, pero cumplió una condena de nueve meses antes de ser liberado gracias a sus contactos políticos. En ese tiempo escribió su libro Mein Kampf (que en alemán significa “mi lucha”), una combinación de autobiografía y manifiesto político. 

Luego del golpe de Munich, el Partido Nazi decidió cambiar de estrategia política, abandonar la idea de tomar el poder por la fuerza y abocarse a alcanzar el gobierno de manera legal a través de las elecciones. En las elecciones de 1924 y 1928, el Partido Nazi no llegó a obtener más del 3 % de los votos. 

Sin embargo, a finales de la década de 1920, el movimiento comenzó a buscar nuevos aliados y fue obteniendo el apoyo de diferentes grupos sociales, como los pequeños comerciantes, la minoría de cristianos protestantes, los grupos estudiantiles de derecha y los pequeños propietarios rurales. 

Cuando se desató la Gran Depresión (una grave crisis económica internacional) en 1929, las condiciones extremas de inestabilidad económica y política en Alemania hicieron que cada vez más cantidad de gente radicalizara sus ideas y se volcara hacia el nazismo. En ese momento, el nazismo era la única agrupación política que mostraba unidad, fuerza y un plan específico de acción. Las agrupaciones de izquierda se encontraban divididas y no pudieron competir con la propaganda nazi. 

El ascenso al poder del Partido Nazi

En 1933, von Hindemburg nombró a Hitler canciller de Alemania.

En las elecciones de 1930, el Partido Nazi obtuvo el 18.3 % de los votos parlamentarios. Para las elecciones presidenciales de 1932, Hitler se postuló como candidato a presidente contra Paul von Hindenburg (quien era presidente desde 1925). En las semanas anteriores, el Partido Nazi desplegó diferentes estrategias de campaña. Por un lado, dedicó un alto nivel de recursos a la propaganda en la vía pública y en la radio

Por otro lado, la milicia de la SA aumentó sus ataques a las milicias de los partidos de izquierda. La policía no podía controlar la situación y la escalada de violencia generaba caos en las calles e inestabilidad civil. Hitler prometía restablecer la ley y el orden y señalaba la incapacidad de von Hindenburg para hacerlo, mientras que sus milicias instigaban la mayor parte de las violencias que se veían en las calles.  

En las elecciones presidenciales de 1932 ganó von Hindeburg con el 53 % de los votos. Sin embargo, en las elecciones parlamentarias de ese mismo año, el Partido Nazi obtuvo el 33 % de las bancas y se convirtió en el partido mayoritario en el Reichstag (el parlamento alemán), por lo que vin Hindemburg se vio obligado a establecer un compromiso con el nazismo para poder gobernar. Por esta razón, von Hindemburg nombró canciller a Hitler en 1933.

Distribución de las bancas por partido en los parlamentos alemanes (1920-1933)
PartidoJunio 1920Mayo 1924Dic. 1924Mayo 1928Sept. 1930Julio 1932Nov. 1932Marzo 1933Nov. 1933
Partido Nazi00012107230196288661
Socialdemócrata1021001311531431331211200
Comunista46245547789100810
Centro (católicos)64656962687570740
Popular654551453071120
Popular-nacionalista719510373413751520
Económico4101731232100
Grupúsculos55126205391270
Popular bávaro21161918192220180
Democrático39283225204250
Independientes8400000000

La concentración del poder en Hitler

Al poco tiempo de que Hitler fuera nombrado canciller, el edificio del Reichstag fue incendiado y los nazis culparon a los revolucionarios comunistas de llevar a cabo un atentado contra el gobierno alemán. Hitler aprovechó esta situación para consolidar su posición y concentrar el poder en sus manos. 

Primero, logró que von Hindenburg emitiera el Decreto del incendio del Reichstag, mediante el cual se anularon algunas libertades civiles y la policía obtuvo el poder para arrestar a personas sospechosas. Este instrumento se convirtió en la base legal para la represión nazi de la oposición en los años siguientes. 

En marzo de 1933, el parlamento aprobó la Ley para el remedio de las necesidades del Pueblo y del Reich (mejor conocida como “Ley habilitante de 1933”) a través de la cual se concentraron las funciones legislativas y se anuló la división republicana de los poderes. Hitler utilizó sus nuevos poderes para obtener el control total sobre el gobierno, la policía y las comunicaciones. 

En agosto de 1934, von Hindemburg murió y Hitler concentró todo el poder en sus manos: asumió las funciones de canciller y de presidente, y se autoproclamó Führer del llamado Tercer Reich de Alemania. Entre 1934 y 1939, el aparato de Estado alemán se convirtió en un instrumento de gobierno del Partido Nazi. Se fueron eliminando las posturas divergentes, se reprimió a la oposición y la ideología nazi se convirtió en una norma de conducta obligatoria. 

El gobierno de Hitler y el Partido Nazi

Hitler estableció un régimen totalitario en Alemania entre 1933 y 1945.

Desde 1934, Hitler impuso un gobierno totalitario. Se disolvieron los partidos políticos y los sindicatos de la oposición, y se volvió obligatoria la afiliación de todos los ciudadanos al Partido Nazi. A su vez, todos los cargos políticos y administrativos del Estado fueron ocupados por miembros del partido.

Las instituciones de gobierno de nivel local quedaron supeditadas al control centralizado del gobierno nacional. Se crearon juzgados especiales para la persecución política e ideológica. La policía fue sustituida primero por las SA y luego por la Gestapo, una policía secreta destinada a reprimir a la oposición y controlar a los ciudadanos

En el aspecto social, el Partido Nazi se ocupó de imponer su ideología en todos los aspectos de la vida cotidiana y en todos los sectores de la sociedad alemana. El objetivo era lograr una unidad ideológica absoluta, a partir del control del pensamiento y las ideas de la población. Para eso, se diseñó una estrategia de propaganda masiva que logró imponer los valores nazis: racismo, antisemitismo, anticomunismo y nacionalismo. 

En el aspecto económico, el nazismo buscó reorientar la economía alemana para posicionarla entre las grandes potencias europeas y preparar al país para la guerra. Para eso, promovió el desarrollo de las industrias siderúrgica, química, minera y armamentística

Además, en 1936 inició su “Plan Cuatrienal” que tenía el objetivo de lograr la autonomía económica alemana a través del autoabastecimiento. Estableció la fijación de precios y salarios e incrementó el gasto estatal para la construcción de obras públicas. Durante los primeros años del gobierno de Hitler, bajó el desempleo, se detuvo la inflación y se elevó la calidad de vida de los ciudadanos. 

En principio, el uso de la propaganda y la efectividad de gobierno llevaron a que gran parte de la población alemana apoyara los cambios impuestos por el Partido Nazi. Pero a la vez, la oposición era perseguida, los sindicatos controlados y las huelgas estaban prohibidas. En 1933, se habían fundado los primeros dos campos de concentración en Dachau y Buchenwald. Allí se encerraba y torturaba a los opositores al régimen, especialmente comunistas y socialistas. 

A su vez, Hitler identificó que la SA estaba adquiriendo demasiado poder dentro de la estructura del nuevo gobierno. En 1934, decidió disolver a las fuerzas y sustituir sus funciones con otras organizaciones. Además, ordenó el asesinato del lider, Ernst Röhm y casi 300 jefes de las SA. De esta manera, para finales de año, Hitler había terminado de consolidar su poder absoluto dentro del Partido Nazi. 

La política expansionista del nazismo

En 1939, el nazismo alemán comenzó una política de expansionismo destinada a ocupar determinados territorios. Hitler proponía alcanzar lo que llamaba “el espacio vital”, es decir, el territorio necesario para el buen desarrollo de la nación alemana. El objetivo era anexionar territorios ricos en recursos necesarios para la industria nacional. 

La política internacional agresiva había comenzado cuando, en 1933, Hitler definió que Alemania abandonara la Sociedad de las Naciones. En 1936, el ejército alemán ocupó la zona de Renania, que había sido desmilitarizada como consecuencia del Tratado de Versalles. Además, firmó un pacto con Benito Mussolini (el líder de Italia) conocido como el “Eje Roma-Berlín” (este pacto fue la base para las alianzas en la Segunda Guerra Mundial).

En 1938, Hitler ordenó la invasión de Austria y reclamó la región de los Sudetes checoslovacos, bajo el argumento de que eran territorios que históricamente habían formado parte del Imperio alemán. Las principales potencias europeas acordaron otorgarle a Alemania los Sudetes bajo la condición de que terminara con su política expansionista.

Sin embargo, en marzo de 1939 Hitler ordenó la invasión de Checoslovaquia y al mes siguiente, logró que Hungría y Rumania se unieran al pacto del Eje. A su vez, Hitler negoció con Stalin (el líder de la Unión Soviética) un pacto de no agresión con una serie de cláusulas secretas que establecían la invasión y división de Polonia entre las dos países. 

Cuando, en septiembre de 1939, el ejército alemán invadió Polonia, Gran Bretaña y Francia le declararon la guerra y estalló la Segunda Guerra Mundial.

Ver además: Antecedentes de la Segunda Guerra Mundial

El racismo en el gobierno nazi

El nazismo buscaba lograr la “pureza racial” de Alemania para consolidar la “superioridad aria”. En este sentido, se llevaron a cabo diferentes políticas con el objetivo de “purgar a la sociedad” de todos los elementos que se consideraba que afectaban el bien común o debilitaban a la sociedad.

  • Se confinó a las personas con discapacidades mentales y motrices en instituciones estatales.
  • Se implementaron campañas estatales de esterilización de los alemanes que portaran enfermedades hereditarias.
  • Se persiguió a las minorías étnicas (eslavos y gitanos), sexuales (homosexuales) y religiosas (especialmente a los judíos). 
  • Se persiguió a la oposición política y a quienes defendían ideas diferentes a las promovidas por los nazis: comunistas y socialistas.

El antisemitismo en el gobierno nazi

En 1938, la policía nazi atacó las casas, los comercios y las sinagogas de los judíos.

El gobierno nazi fue especialmente violento con la población judía. Para los nazis, la condición de judío era biológica y hereditaria, es decir, era una cuestión racial y no de observancia religiosa. No importaba si los judíos vivían desde hacia siglos en Alemania o si se habían convertido al cristianismo. 

El discurso nazi culpaba a los judíos de todos los males sufridos en Alemania, como la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, la crisis de la Gran Depresión o la amenaza de la revolución comunista. Esta acusación era infundada y respondía completamente a su visión racista e ideológica

En 1935, el gobierno nazi emitió las “Leyes de Nuremberg”. A través de esta legislación, los nazis atacaron a la población judía de manera directa: se les quitaron derechos políticos, económicos y civiles elementales

Se les prohibió el matrimonio y la unión con personas no judías. En los años siguientes, el gobierno continuó emitiendo diferentes legislaciones con el objetivo de consolidar la segregación, lograr la expulsión de la sociedad judía del país o su reclusión en barrios separados (llamados “guetos”). 

Hubo parte de la población alemana que contribuyó con la política de hostigamiento y segregación hacia los judíos. Por ejemplo, algunos comerciantes les impedían su acceso a las tiendas. 

El racismo que sufrían los judíos era cotidiano y venía tanto del Estado como de diferentes sectores de la población alemana. Por esta razón, muchos judíos aceptaron su deportación en los primeros años del gobierno nazi. Se calcula que entre 1933 y 1939, casi trescientos mil judíos fueron deportados desde Alemania hacia otros países

Entre las principales leyes antisemitas del nazismo, se encuentran: 

  • Ley de ciudadanía del Reich (1935). Se estableció que solo las personas de “sangre alemana” podían acceder al derecho de ciudadanía. Se excluyó a la población judía y a las minorías étnicas de los derechos políticos.  
  • Ley para la protección de la sangre y el honor de los alemanes (1935). Se prohibió el matrimonio y las relaciones extraconjugales entre judíos y ciudadanos alemanes.
  • Ley sobre la modificación de nombres y apellidos (1938). Se ordenó la utilización de determinados nombres para las personas judías. Se prohibió el uso de nombres por fuera de una lista aprobada por el gobierno. 
  • Decreto sobre los pasaportes de judíos (1938). Se anuló la validez de todos los pasaportes de la población judía y se estableció que para recuperar su validez, cada persona debía presentarse en la oficina de gobierno para que su pasaporte sea marcado con la letra “J”. 
  • Reglamento de la policía sobre la identificación de judíos (1941). Se estableció que todas las personas judías debían llevar una insignia visible en la ropa, con la forma de la estrella de David y la palabra “jude” (judío en alemán) para ser fácilmente identificados. 

En 1938, la policía nazi comenzó con los ataques violentos directos contra la población judía. El ataque más conocido fue “la noche de los cristales rotos” entre el 9 y el 10 de noviembre. Se trató de un ataque generalizado en diferentes locaciones que provocó en la muerte de cientos de personas y la destrucción de comercios, casas y sinagogas. Terminó con la deportación de casi 30.000 judíos por primera vez a un campo de concentración. 

El Holocausto judío

Se conoce como Holocausto judío a la persecución y el exterminio sistemático de las personas judías por parte del Estado alemán bajo el gobierno del Partido Nazi. El Holocausto fue el desenlace radical de las políticas racistas antisemitas iniciadas con las leyes de Nuremberg en 1935. Se estima que en total el Partido Nazi es responsable por la muerte de alrededor de seis millones de judíos.

Cuando Alemania invadió Europa oriental y comenzó la Segunda Guerra Mundial en 1939, las políticas de persecución de la población judía se radicalizaron. En algunas ciudades, como Varsovia (Polonia) y Budapest (Hungría), los judíos fueron encerrados en barrios delimitados y controlados por el ejército alemán. 

Pero, en la mayoría de las ocasiones, la población judía fue deportada a campos de concentración. Los campos de concentración estaban destinados a encerrar a la población prisionera y organizar su actividad en trabajos forzados. 

En 1942 los altos funcionarios del Partido Nazi reunidos en la Conferencia de Wansee proclamaron “la solución final del problema judío”. Esta iniciativa llevó a casi toda la población judía hacia Europa del este, para que construyeran rutas de abastecimiento que el ejército alemán necesitaba en la guerra. Las condiciones de construcción eran tan duras que muchos de los prisioneros morían en plena labor. 

En los años siguientes, los nazis determinaron directamente el exterminio de la población judía de los campos de concentración. Los campos habían sido construidos de tal manera que pudieran asesinar la mayor cantidad de personas en la menor cantidad de tiempo posible. Por eso, se los conoce también como “fábricas de la muerte”. 

Los métodos de exterminio incluyeron desde pelotones de fusilamiento hasta la creación de cámaras de gas, en las que en un solo día, se podían asesinar por asfixia entre 5 mil y 10 mil personas. 

Ver más en: Campos nazis

Caída del nazismo

En los juicios de Nuremberg, se juzgó a los principales criminales nazis que sobrevivieron a la guerra.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el Estado alemán fue completamente controlado por el Partido Nazi. A su vez, el nazismo se había convertido en una práctica de lealtad absoluta a Hitler. 

Ante la inminencia de la derrota en la Segunda Guerra Mundial, el 30 de abril de 1945, Hitler y su esposa Eva Brown se suicidaron. La mayoría de los mandos superiores del Partido Nazi y personas allegadas a Adolf Hitler también se suicidaron en los últimos días de la guerra o huyeron al extranjero.  

Cuando Hitler murió en 1945, los estragos de la guerra, la derrota inminente y la debilidad interna llevaron a la caída y disolución del Partido Nazi en su conjunto. Con la rendición alemana, los ejércitos aliados ocuparon Alemania y se dividieron el país. Las fuerzas de ocupación se encargaron de eliminar cualquier rasgo de nazismo

A su vez, llevaron a juicio a quienes se consideraron responsables por los crímenes del Holocausto. Este proceso es conocido como “los juicios de Nuremberg”, se llevaron a cabo entre 1945 y 1946 y juzgaron a jueces de las potencias aliadas que ganaron la guerra: el Reino Unido, Francia, la Unión Soviética y Estados Unidos. 

Las audiencias fueron públicas y acusaron a veintidós personas que se consideraban los máximos criminales de la organización nazi que todavía se encontraban presentes. Doce de ellos fueron sentenciados a muerte. La mayoría admitieron haber cometido los crímenes de los que se los acusaba bajo el pretexto de seguir las órdenes de su autoridad superior al mando. 

Las leyes de Nuremberg

En 1935, el gobierno nazi emitió dos leyes para la segregación racial: la Ley de ciudadanía del Reich y la Ley para la protección de la sangre y el honor de los alemanes. Esta legislación se conoce como “las leyes de Nuremberg” porque se anunciaron en una concentración que hizo el Partido Nazi en la ciudad de Nuremberg. 

Con la Ley de ciudadanía del Reich se estableció que solo “los alemanes racialmente puros” eran ciudadanos alemanes. Los judíos y otas minorías étnicas fueron excluidos de esta definición y, por lo tanto, no podían ser ciudadanos de Alemania y se les quitaron sus derechos políticos. 

Por otro lado, con la Ley para la protección de la sangre y el honor de los alemanes se prohibió el matrimonio y la unión de personas judías con personas “de sangre alemana”. Además, se prohibió que los judíos vistieran los colores de Alemania o usaran símbolos de la identidad nacional. 

Ver además: Juicios de Núremberg

Ley para la protección de la sangre y el honor de los alemanes

15 de septiembre de 1935

"Profundamente convencido de que la preservación de la sangre alemana es la condición primera de la supervivencia del pueblo alemán y animado de la irreductible voluntad de asegurar definitivamente el porvenir de la nación alemana, el Reichstag ha adoptado por unanimidad y promulga la siguiente ley:

Artículo 1°:

1. Quedan prohibidos los matrimonios entre judíos y súbditos de sangre alemana o asimilada. Los matrimonios concertados a pesar de esta prohibición son nulos de todo derecho, incluso si, para burlar la ley, hubiesen sido contraídos en el extranjero.
2. Solo el Procurador puede invocar una causa de nulidad.

Artículo 2°:

Quedan asimismo prohibidas las relaciones extraconyugales entre judíos y súbditos de sangre alemana o asimilada.

Artículo 3°:

Queda prohibido que los judíos contraten como empleadas de hogar a mujeres de sangre alemana o asimilada, de menos de 45 años.

Artículo 4°:

1. Queda prohibido que los judíos enarbolen o engalanen con los colores nacionales.
2. En cambio, pueden engalanar con los colores de judíos. El ejercicio de este derecho queda garantizado por el Estado.

Artículo 5°:

1. Quien contravenga las disposiciones del artículo 1, puede ser sometido a reclusión.
2. El hombre que contravenga las disposiciones del artículo 2, puede ser sometido a prisión o reclusión.3. Quien contravenga las disposiciones de los artículos 3 y 4 puede ser sometido a multa o a una pena de prisión de hasta 1 año."

Sigue con:

Referencias

  • Ackerman, M., Schroeder, M. J., Terry, J. (Eds.) (2008). “Nazi Party”. Encyclopedia of World History. Crisis and achievement. Vol. 5. Facts on File. 
  • Britannica, The Editors of Encyclopaedia (2023). "Nazi Party". Encyclopedia Britannica.
    https://www.britannica.com/  
  • Sheldon, G. W. (2001). “National Socialism”. Encyclopedia of political thought. Infobase Publishing.
  • United States Holocaust Memorial Museum (2020). “Documenting numbers of victims of the Holocaust and Nazi Persecution”. Holocaust Encyclopedia. https://encyclopedia.ushmm.org/ 

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Kiss, Teresa (12 de noviembre de 2024). Nazismo. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 12 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/nazismo/.

Sobre el autor

Autor: Teresa Kiss

Profesorado de Enseñanza Media y Superior en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 12 de noviembre de 2024
Fecha de publicación: 2 de mayo de 2017

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