Te explicamos quién fue María Montessori, en qué consiste el método educativo que lleva su nombre y cuáles fueron sus aportes a la lucha por la igualdad de las mujeres.
¿Quién fue María Montessori?
María Montessori fue una médica, psiquiatra, filósofa y educadora italiana. Es conocida por haber creado un modelo educativo que se distinguió del estándar pedagógico de la época, al otorgar al niño un rol protagónico en el proceso educativo y adaptar el entorno de aprendizaje a su nivel de desarrollo. Este modelo educativo se conoce hoy como el método Montessori y es muy utilizado en escuelas e institutos a lo largo del mundo.
Por otro lado, Montessori fue una importante activista feminista y sufragista, y una de las primeras mujeres en obtener un grado universitario en la Italia de finales del siglo XIX. Sus investigaciones psicológicas y psiquiátricas contribuyeron a la comprensión contemporánea del proceso de aprendizaje. También efectuó numerosas denuncias respecto al trabajo infantil y las malas condiciones educativas en la Italia rural y la India.
Montessori fue una disidente del régimen fascista italiano durante la Segunda Guerra Mundial, lo cual la llevó a exiliarse en la India hasta 1946. A pesar de ello, fue detenida junto a su hijo Mario por las autoridades británicas al final del conflicto y pasó el resto de sus días en Holanda.
- Ver también: Jean Piaget
Nacimiento y años formativos de María Montessori
María Montessori nació el 31 de agosto de 1870 en la población de Chiaravalle, en Italia, durante la época del llamado Risorgimento, el movimiento que impulsó el despertar de la conciencia nacional italiana. La familia de Montessori, perteneciente a la burguesía local y devota de la religión católica, estaba compuesta por sus padres Renilde Stoppani, descendiente de antiguos aristócratas, y Alessandro Montessori, un funcionario y exmilitar.
Cuando María tenía cinco años, su familia se mudó a Roma, donde su padre había sido contratado como contable. Su trabajo y su lealtad le merecieron la Orden de la Corona de Italia, en 1880. En la capital, María pudo iniciar su educación en la escuela pública en las mejores condiciones posibles, las cuales no eran muy alentadoras para la época: Italia era una de las naciones más pobres y atrasadas de Europa en materia educativa.
Si bien María no destacó particularmente en la escuela, fue desde siempre una ávida lectora. Era curiosa y tenía un particular interés en las matemáticas. A los trece años de edad convenció a sus padres para que la inscribieran en la Reggia Scuola Tecnica Michelangelo Buonarroti, por lo que, a diferencia de la mayoría de las jovencitas de su edad, pudo continuar con su educación formal.
María demostró ser hábil en historia, geografía, literatura y matemáticas, y se graduó en 1886 con estupendas calificaciones. La principal salida laboral para las jóvenes burguesas en la época era el magisterio, es decir, la formación como maestra infantil. María, sin embargo, tenía ambiciones distintas: se inscribió en el Reggio Istituto Leonardo da Vinci donde se formó en ciencias y lenguas modernas, con el fin de convertirse en ingeniera.
Sin embargo, los intereses de María fueron cambiando hacia la medicina y las ciencias biológicas. En ese entonces, no estaba permitido el ingreso de mujeres en la Facultad de Medicina de la Universidad de Roma, por lo que María ingresó a la universidad, en 1890, como estudiante de Físicas, Matemáticas y Ciencias Naturales.
Se conoce como Resurgimiento italiano (Risorgimento en italiano) o unificación italiana al proceso histórico que condujo a los distintos reinos, ducados y estados papales que conformaban hasta el siglo XIX la península itálica, a consolidarse en una sola nación bajo estándares relativamente liberales y modernos.
La primera médica de Italia
En 1892, las excelentes notas de Montessori en sus estudios le otorgaron el Diploma di Licenza que permitía ingresar a la Facultad de Medicina. Sin embargo, como era mujer, le estaba prohibido.
Empeñada en conseguir sus objetivos, María le pidió ayuda a su madre, cuyos contactos le permitieron llegar a las autoridades y al papa León XIII (1810-1903). Gracias a la intervención del sumo pontífice, quien en un comunicado oficial afirmó que la medicina “era el mejor campo de estudio para una mujer”, María pudo finalmente empezar sus estudios de medicina.
En la Facultad de Medicina, María pronto destacó por su compromiso y su desempeño, a pesar del rechazo de sus compañeros de estudio, que veían con malos ojos su presencia en las aulas. En 1894 recibió el prestigioso Premio Rolli, que le otorgó una beca de estudios. Finalmente, en 1896, Montessori se convirtió en la primera mujer en obtener su título de medicina en la Universidad de Roma. Tenía veintiséis años de edad.
Tras su grado, Montessori ingresó como médico asistente al Hospital psiquiátrico de la universidad, donde tuvo sus primeros contactos con niños mentalmente discapacitados, un campo de estudio que de inmediato atrajo su atención. En esa época, además, asistió a los primeros cursos de psicología experimental en Italia, y propuso su propia clasificación de las enfermedades mentales.
Montessori estudió intensivamente a dos pioneros en el campo de la psiquiatría: Jean Itard (1774-1838) y Édouard Séguin (1812-1880), y se interesó también por la antropología y la filosofía, campos que cultivó más adelante para obtener su doctorado.
A partir de 1898, Montessori publicó sus primeros artículos respecto al tratamiento de la discapacidad mental infantil, en los que abogaba por la creación de espacios especiales para atender a los niños con dificultades. Fue una importante conferencista en la materia y en 1899 se unió a la Liga Nacional para la Protección de los Niños Retrasados.
Montessori tuvo en 1898 un amorío con su colega Giuseppe Montesano, fruto del cual concibió a su hijo Mario, a quien envió discretamente a criarse con unos familiares en el campo. A lo largo del tiempo, su relación con ese hijo fue ambivalente, dado que no era bien visto tener hijos por fuera del matrimonio. Por ese motivo, María presentó siempre a su hijo como un sobrino o como un ahijado.
Entre 1899 y 1901, Montessori ocupó el cargo de directora de la Escuela Ortofrénica Estatal de Roma, donde se formaba a profesores especializados para el manejo y la formación escolar de niños con desventajas mentales o psicológicas. Y de a poco empezó a ser reconocida como una voz de autoridad en la materia.
Asimismo, entre 1900 y 1907 dictó conferencias en pedagogía en la Universidad de Roma, donde a partir de 1904 ocupó también un asiento en la cátedra de Antropología. Durante esos años formó parte, además, del creciente movimiento feminista en Europa, y tomó parte en el Congreso Internacional de Mujeres en Londres y en su variante italiana celebrada en 1908.
La “Casa dei Bambini”
En 1907, Montessori decidió poner en práctica sus estudios y teorías sobre el aprendizaje infantil por primera vez. Lo hizo en un espacio que se conoció como la “Casa de los niños” (casa dei bambini, en italiano), en el que atendía a los niños de entre tres y siete años de edad del barrio pobre de San Lorenzo, en Roma.
Esta primera escuela de Montessori formó parte de un plan integral de renovación del barrio de San Lorenzo, por parte del Istituto Romano dei beni stabili, un organismo que aspiraba a construir edificios modernos y mejorar las malas condiciones de salubridad en que vivían los pobladores.
Por ese motivo, los niños permanecían en este lugar donde eran atendidos por una institutriz y recibían una educación básica. Sus padres podían visitarlos, siempre y cuando no interrumpieran las labores pedagógicas ni alteraran la paz. Así, Montessori no solo se propuso ensayar sus métodos educativos por primera vez, sino también solventar algunos de los mayores inconvenientes que estos niños tenían en el hogar.
La Casa dei bambini fue, dentro de los parámetros esperables, un éxito. Ese primer centro infantil fue el embrión de lo que, años después, sería la red de escuelas Montessori. La idea detrás del modelo montessoriano era romper con la tradición de pasividad y verticalidad que imperaba en las escuelas de la época, y proponer un modelo que incentivara el aprendizaje activo y creativo.
A partir de sus experiencias en esta casa infantil, Montessori descubrió que la simple presencia de elementos lúdicos orientados al aprendizaje, como contenedores con frijoles para aprender matemáticas o pequeños utensilios para entrenar la motricidad fina, podían acelerar el aprendizaje y maximizar los resultados obtenidos.
También se empleó el trabajo voluntario como un método de disciplina de los niños más rebeldes y se enfatizó un modelo de pensamiento individual y abordaje singular de los problemas, en lugar del esfuerzo cooperativo. Las labores grupales estaban en cambio relegadas a los asuntos del mantenimiento de la casa.
A raíz de estas experiencias, Montessori escribió sus primeros tratados de pedagogía, que dieron a conocer sus nuevas ideas: El método de la pedagogía científica (1909), El método Montessori (1912) y El método Montessori avanzado (1917).
En 1913, por otro lado, abrió cuatro nuevas escuelas en Roma y una en Milán, y durante el período previo a la Primera Guerra Mundial (1914-1918), sus ideas la llevaron a dictar conferencias en Estados Unidos y las principales capitales de Europa.
El inicio del conflicto, sin embargo, no le impidió continuar con sus labores: fundó en Estados Unidos un colegio de maestros, tras reconciliarse con su hijo Mario, en ese entonces de 17 años. Madre e hijo se dedicaron, a partir de entonces, a expandir la red de escuelas montessorianas, para lo cual fundaron en 1929 la Asociación Montessori Internacional.
El régimen fascista y el exilio
Dado el éxito de su metodología educativa, a partir de 1922, Montessori fue nombrada Inspectora Gubernamental de Escuelas en Italia, un cargo que ejerció hasta 1934. Su relación con el régimen fascista de Benito Mussolini (1883-1945), quien asumió el poder de Italia en ese mismo momento, fue al principio armoniosa. En 1926 el “Duce” le propuso la fundación de la Real Escuela del Método Montessori y, bajo su promoción, las escuelas montessorianas se multiplicaron en Alemania.
Sin embargo, pronto quedó en evidencia que las intenciones de Mussolini eran contrarias al espíritu liberal que impulsaba el método Montessori, y que el dictador aspiraba a emplear las escuelas como un centro de adoctrinamiento nacionalista y militarista. Fue entonces cuando se produjo la ruptura entre Montessori y el régimen fascista. Sus escuelas fueron prohibidas y clausuradas en Italia y en Alemania, y ella y su hijo fueron obligados a exiliarse.
Montessori partió inicialmente a Barcelona, España, donde vivió hasta el inicio de la guerra civil española (1936-1939). Estando allí publicó un nuevo libro: El secreto de la infancia (1936). Luego partió a Ámsterdam, donde vivió hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Finalmente se refugió en la India, que se hallaba bajo el gobierno colonialista británico, y permaneció allí hasta 1949.
Inicialmente, su llegada a la India se produjo por una invitación de la Sociedad Teosófica, para un curso de tres meses. En vez de eso, Montessori permaneció en Madrás durante una década. Al comienzo María y su hijo tuvieron algunos problemas debido a su nacionalidad italiana, pero finalmente pudieron dedicarse a impartir conferencias sobre el método montessoriano y a formar maestros con una orientación liberal.
Durante su exilio en oriente, Montessori escribió sus últimos libros: Educar para un nuevo mundo (1946), La educación de las potencialidades humanas (1948) y La mente absorbente (1949). Cuatro años después de culminada la Segunda Guerra Mundial, María Montessori y su hijo Mario decidieron volver a Europa.
Muerte y legado de María Montessori
En 1950, Montessori y su hijo se hallaban nuevamente instalados en Europa, específicamente en los Países Bajos. A pesar de su avanzada edad, la educadora dictó numerosas conferencias internacionales durante sus últimos años de vida, y reflotó la idea de una nueva red internacional de escuelas montessorianas.
A los 82 años de edad, María Montessori falleció en Noordwijk Aan Zee, el 6 de mayo de 1952. Fue enterrada en el cementerio católico de la ciudad y su legado fue continuado por la fundación a su nombre, cuyo director fue su hijo Mario hasta el día de su muerte en 1982.
En la actualidad, el método Montessori de desarrollo integral continúa aplicándose en numerosas instituciones educativas, y además ha sido objeto de críticas, revisiones y estudios científicos para determinar su validez real. La fundación que administra su legado tiene sedes en distintos países y continúa fomentando un modelo educativo pensado para la liberación del potencial del alumno.
Referencias
- Fundación Argentina María Montessori. (2023). Dra. María Montessori (1870-1952). https://www.fundacionmontessori.org/
- Hernández Velasco, I. (2020). “Método Montessori: la paradójica vida de Maria Montessori, la creadora de un método educativo para niños desfavorecidos que terminó convertido en un sistema para ricos”. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/
- Kramer, R. (2020). Maria Montessori: Biografía de una innovadora de la pedagogía. Ediciones SM.
- Peñas, E. (2019). “María Montessori, la mujer que revolucionó la educación del siglo XX”. Ethic. https://ethic.es/
- The Encyclopaedia Britannica. (2023). Maria Montessori (Italian educator). https://www.britannica.com/
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