Buena Escuela

Te explicamos cómo es una buena escuela y qué cualidades debe tener un docente. Además, sus características generales y obligaciones.

Buena escuela
La escuela constituye los modelos de ciudadanía y los valores éticos, morales y patrios.

¿Qué es una Escuela?

La palabra escuela proviene del vocablo griego antiguo skholé y del latín schola, cuyo significado original aludía a la tranquilidad y al tiempo libre. Posteriormente adquiriría su sentido de lugar de estudio, al iniciarse las escuelas filosóficas durante el período helenístico. Actualmente el término refiere a los distintos centros de formación académica, física y moral a la que los ciudadanos de una nación dedican sus primeros años de vida.

La importancia de la escuela en la constitución de las sociedades ha sido clave y ampliamente reconocida por los estudiosos del área, ya que a través de ella se constituyen los modelos de ciudadanía y los valores éticos, morales y patrios indispensables para la perpetuación del sistema social.

De allí, también, que haya sido uno de los principales territorios en disputa por las ideologías revolucionarias del siglo XX y que teóricos como Louis Althusser la denominara como uno de los “aparatos ideológicos” de los que dispone el Estado para instaurar la hegemonía cultural.

Al mismo tiempo, la tendencia en las ciencias educativas actuales es a problematizar el modelo tradicional de educación escolar como una forma de atacar en su raíz los distintos males que aquejan las sociedades modernas.

Ver además: Buen profesor.

Características de una buena escuela:

  1. Formación integral

Un centro educativo ideal, según las tendencias contemporáneas, emprende la formación del alumnado desde muchas más perspectivas que la meramente académica; entendiendo así el espacio escolar como mucho más que un sitio al que se asiste solamente a recibir un conjunto de técnicas y conocimientos.

Una buena escuela, en ese sentido, persigue la constitución académica, moral, ética, física y espiritual de sus alumnos, a través de diversos espacios y estrategias propicios para el estímulo de dichos aprendizajes.

  1. Docentes comprometidos

Buena escuela
Una buena escuela requiere de un personal docente comprometido con sus labores.

Al mismo tiempo, una buena escuela debe apostar por una enseñanza académica de calidad, para lo cual requiere de un personal docente comprometido con sus labores, con el propio crecimiento y la actualización del saber que manejan.

Ello implica también la formación en áreas pedagógicas extracurriculares, de manera de disponer de herramientas variadas para la enseñanza que atajen a tiempo las dificultades puntuales y variadas que pueda presentar el alumnado.

  1. La atención de las necesidades especiales

Dado que no todo el alumnado presentará facilidades de aprendizaje semejantes, ni provendrá de hogares homogéneamente constituidos, ni ofrecerá las mismas inquietudes de índole social y emocional, una buena escuela tendría que contemplar a sus estudiantes a partir de la pluralidad, la tolerancia y la asistencia especializada que pudiera requerirse, en áreas como la psicológica, la espiritual y la nutricional, entre otras posibles.

  1. La colaboración entre familia e institución

Buena escuela
La familia y la escuela son los ámbitos de mayor aprendizaje en la vida temprana.

Uno de los puntos más álgidos de la escolaridad contemporánea suele estribar en el rol de los padres durante la formación de los alumnos. Una buena escuela ha de fomentar el diálogo y la cooperación entre el entorno familiar y el académico, pues son los dos ámbitos de mayor aprendizaje en la vida temprana y se verán necesariamente reflejados el uno en el otro.

  1. La educación tecnológica

Si bien ciertas tecnologías contemporáneas pueden interferir de manera disruptiva en el entorno de clases (teléfonos móviles, por ejemplo), la escuela ideal no puede mantenerse de espaldas a la creciente carrera tecnológica iniciada a principios de siglo XXI.

Las nuevas tecnologías y el Internet deben ocupar su lugar en el contexto escolar, precisamente porque es la mejor oportunidad posible para aprender a lidiar de un modo positivo con ellas y a emplearlas como coadyuvante en la labor de crecimiento académico.

  1. La formación social y deportiva

Buena escuela
Una buena escuela debe fomentar el intercambio social y los intereses recreacionales.

Una buena escuela debería contar con los espacios necesarios fuera del aula para el ejercicio y el deporte, indispensables durante las etapas tempranas de la vida del individuo, así como de áreas que fomenten libremente el intercambio social, la persecución de los intereses artísticos (musicales, literarios, etc.) y de los intereses meramente recreacionales.

  1. El clima propicio de aprendizaje

Una buena escuela satisface los requisitos en materia de infraestructura, recursos humanos y clima operacional que garanticen la feliz permanencia del alumnado en sus instalaciones y que el proceso de aprendizaje se lleve a cabo sin carencias y con la menor cantidad de tropiezos posible. Es imposible aprender felizmente en una escuela en ruinas, sin profesores suficientes o en condiciones de hacinamiento.

  1. El proyecto escolar es conocido y compartido

Puesto que existen formas diversas de enseñanza, la emprendida en una buena escuela debería ser pública y notoria, es decir, de conocimiento para toda la comunidad. De esa manera, el enfoque específico de la educación emprendido en la escuela contará con la convalidación y participación de los interesados.

Algo particularmente valioso en metodologías de enseñanza de aula abierta, de abordajes holísticos o alternativos a la materia educativa o incluso de escuelas para alumnos con necesidades especiales.

  1. Los métodos de selección y estímulo al alumnado

Buena escuela
Ningún alumno debe sentirse excluido por su condición social, racial, sexual o económica.

La escuela ideal no puede tener lugar de espaldas a la comunidad y sus necesidades, así que ha de pensar un método de admisión que resulte cónsono con sus necesidades operativas pero a la par sea lo menos discriminatorio posible.

Ningún alumno tendría que sentirse segregado en la escuela por su condición racial, cultural, sexual o económica, y la escuela tendría que combatir arduamente semejantes prejuicios en su comunidad.

Además, tendría que contar con programas de becas o estímulos al estudiantado que hagan de la superación, el compromiso y el esfuerzo las directrices vitales de los estudiantes.

  1. La administración de la disciplina

Pocas cosas son tan importantes en una buena escuela como la gestión justa y equitativa de la disciplina, para no fomentar la impunidad y el resentimiento entre el alumnado. Límites y reglas claras, así como sanciones justas y ejemplarizantes, acorde siempre a la falta cometida, resultan indispensables para ello.

¿Cómo citar?

"Buena Escuela". Autor: Equipo editorial, Etecé. De: Argentina. Para: Enciclopedia Humanidades. Disponible en: https://humanidades.com/buena-escuela/. Última edición: 23 enero, 2023. Consultado: 27 marzo, 2024.

Sobre el autor

Fecha de actualización: 23 enero, 2023
Fecha de publicación: 9 marzo, 2017

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