Época colonial

Te explicamos qué fue la época colonial y a qué continentes afectó. Además, cuáles fueron sus características y consecuencias.

En Hispanoamérica, la época colonial duró mayormente hasta el siglo XIX.

¿Qué fue la época colonial?

La época colonial fue el período histórico en el que algunas naciones europeas, como España, Portugal, Francia, los Países Bajos e Inglaterra, exploraron, conquistaron y colonizaron territorios de los otros continentes. La dominación colonial no solo supuso la explotación económica y la subordinación política sino que abarcó cuestiones religiosas, sociales y culturales.

Esta forma de colonialismo moderno comenzó a fines del siglo XV con las exploraciones oceánicas de Portugal y España. Los viajes portugueses permitieron rodear África por el sur para llegar a Asia y promovieron el establecimiento de asentamientos en las costas. 

La expedición de Cristóbal Colón a través del Atlántico llevó a las costas de América y motivó el inicio de la conquista del continente americano. En el siglo XVII, los británicos, neerlandeses y franceses comenzaron la construcción de sus propios imperios coloniales.

Desde entonces, los imperios europeos se expandieron y colonizaron territorios en América, África, Asia y Oceanía. En la mayor parte del continente americano, la época colonial terminó entre fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX con las guerras de independencia.

 Sin embargo, otros territorios continuaron bajo el régimen colonial hasta el siglo XX, como los países de Asia y África que se independizaron mediante procesos de descolonización luego de la Segunda Guerra Mundial.

La época colonial dejó sus huellas en cada región de una manera distinta y dio origen a diversas formas de diversidad cultural, especialmente en el llamado Tercer mundo.

Época colonial en América

El Imperio español en América

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Españoles, ingleses y franceses explotaron mano de obra esclava en el Caribe.

Las principales colonias en América estuvieron bajo el dominio español, portugués y británico. El Imperio español fue el que controló un territorio mayor, tras la llegada de los primeros navegantes al continente a fines del siglo XV y la conquista emprendida en los años siguientes.

Las guerras de conquista —encabezadas por figuras como Hernán Cortés y Francisco Pizarro— y las enfermedades introducidas por los españoles diezmaron a las poblaciones indígenas. Los sobrevivientes fueron evangelizados y sometidos a diversas formas de explotación económica.

Entre los españoles se impusieron distintas formas de reparto de tierras y recursos y se crearon inicialmente dos virreinatos: el de Nueva España (en una amplia región con centro en el actual México) y el del Perú (centrado en el actual Perú y con una extensión que llegaba al norte hasta Colombia y al sur hasta Argentina). 

Posteriormente se fundaron los virreinatos de Nueva Granada y el Río de la Plata. Los virreinatos eran controlados por la Corona española y estaban sujetos a restricciones políticas y comerciales impuestas desde la metrópoli.

La sociedad colonial en Hispanoamérica se formó por la interacción entre la cultura española y las culturas indígenas. Si bien se difundieron la lengua y las costumbres españolas y se impuso la religión católica, también se dieron fenómenos como el sincretismo religioso (la combinación de símbolos cristianos e indígenas), la supervivencia de algunas tradiciones locales y la incorporación de palabras indígenas en el idioma español.

A esta combinación se sumó el aporte de las culturas africanas ya que muchos individuos fueron llevados desde África hasta América para ser usados como mano de obra esclava. 

En este contexto social, se dio también el fenómeno del mestizaje (la descendencia de la unión entre personas de distintos orígenes étnicos) y se conformó una estructura social que diferenciaba entre los españoles peninsulares, los españoles criollos, los indígenas, los afrodescendientes, los mestizos y otras categorías sociales.

Las colonias hispánicas se independizaron de España en su gran mayoría a principios del siglo XIX, en el contexto de las guerras de independencia hispanoamericanas. Las últimas posesiones americanas en separarse del Imperio español fueron Cuba y Puerto Rico en 1898.

El Imperio portugués en América

El Tratado de Tordesillas firmado entre las coronas de España y Portugal en 1494 estableció un reparto de las áreas que estaban siendo descubiertas por los europeos. Esto decidió que el Imperio portugués, que ya estaba instalado en áreas de África occidental, iniciara la conquista del este de Brasil a partir del año 1500.

En 1533, el territorio de Brasil fue dividido en capitanías, concedidas a nobles portugueses llamados “donatarios” para su colonización y gobierno. Desde 1549 se nombró un gobernador general designado por el rey y entre 1580 y 1640, cuando se produjo la unión entre las coronas española y portuguesa, todos los territorios del Imperio portugués quedaron bajo la autoridad del rey de España.

La época colonial en Brasil estuvo marcada por la explotación de recursos como la madera y el oro, y el trabajo agrícola en latifundios o plantaciones de cañas de azúcar, generalmente con mano de obra esclava. 

Los “bandeirantes” (integrantes de bandas armadas orientadas a la exploración) solían atacar indígenas para esclavizarlos, pero también se empleaba mano de obra esclava traída de África. Al igual que en Hispanoamérica, la época colonial en Brasil concluyó a comienzos del siglo XIX.

El Imperio británico en América

Época colonial
Algunos colonos puritanos en Norteamérica escapaban de la persecución religiosa.

Los primeros intentos de establecer asentamientos ingleses en América tuvieron lugar a fines del siglo XVI. Sin embargo, el primer asentamiento permanente inglés fue la colonia de Jamestown, fundada en el actual estado de Virginia (Estados Unidos) a comienzos del siglo XVII. A partir de entonces, los ingleses colonizaron la mayor parte del este de Norteamérica y algunas islas del Caribe.

A medida que se fundaban nuevas colonias y se expandían las fronteras, los colonos se enfrentaron con las poblaciones indígenas, con las que también comerciaban y en ocasiones las esclavizaban para emplear en las granjas o en las plantaciones de azúcar. Al mismo tiempo, se consolidó la cultura inglesa y la religión protestante en las colonias.

En 1776, las trece colonias que habían sido fundadas en la costa este del actual Estados Unidos declararon su independencia respecto al Imperio británico y dieron inicio a la guerra de independencia. Esta terminó en 1783 con el reconocimiento británico de la independencia de Estados Unidos. Otros territorios americanos continuaron sometidos al dominio colonial británico hasta los siglos XIX y XX.

Época colonial en África

Antes del siglo XIX, los imperios europeos solo habían instalado unos pocos asentamientos y establecimientos comerciales en las costas de África, aunque la venta de personas capturadas y esclavizadas por comerciantes africanos formó parte del comercio colonial tanto europeo como árabe.

La colonización propiamente dicha en África se produjo durante el siglo XIX. En plena fase de crecimiento económico debido a la Revolución Industrial, las potencias europeas necesitaban materia prima. Dado que habían perdido sus colonias americanas, apuntaron hacia África, que era para los europeos un territorio casi desconocido.

Alemania, Francia, Bélgica, los Países Bajos, Italia, España y el Reino Unido procedieron a lo que se llamó el “reparto de África”: trazaron límites entre colonias con base en los paralelos y sin molestarse en conocer la naturaleza de los territorios o de sus poblaciones indígenas.

La colonización en África fue en general muy violenta y sometió a las poblaciones locales a trabajos en condiciones muy duras, especialmente en las minas y en los campos. Un caso especial fue el del Estado Libre del Congo, una posesión personal del rey belga Leopoldo II entre 1885 y 1908, que en poco más de veinte años vio reducida su población en aproximadamente la mitad debido a las condiciones de trabajo y la violencia aplicada.

Algunos de estos territorios superaron el colonialismo a través de guerras y rebeliones (como en Argelia). En otros casos, los territorios fueron descolonizados por medios pacíficos debido al escaso interés de las potencias en afrontar los costos de su administración (como en la mayor parte del África subsahariana). La mayoría de estos procesos de descolonización tuvieron lugar a mediados del siglo XX.

Época colonial en Asia y Oceanía

Los imperios europeos en Oceanía

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En Australia, el Imperio Británico construyó prisiones como Port Arthur.

La ocupación y colonización de Oceanía se inició con la llegada de españoles, portugueses y neerlandeses a algunas de sus islas en los siglos XVI y XVII. Sin embargo, la exploración más importante la realizaron navegantes ingleses y franceses durante el siglo XVIII y comienzos del siglo XIX.

En Australia, el gobierno británico instaló una colonia penitenciaria a fines del siglo XVIII, que luego se convirtió en una serie de asentamientos agrícolas, ganaderos y mineros. 

En Nueva Zelanda, los colonos llegaron a fines del siglo XVIII y se ampliaron tras el hallazgo de yacimientos de oro en el siglo XIX. En ambos casos, los enfrentamientos con las poblaciones aborígenes provocaron encarnizadas guerras.

A comienzos del siglo XX, Australia se convirtió en mancomunidad y Nueva Zelanda en dominio, lo que quería decir que adquirieron un estatus de autogobierno pero permanecieron unidas a la Corona británica.

La época colonial en India

Los navegantes europeos, como el portugués Vasco da Gama, llegaron a la India a finales del siglo XV, en búsqueda de recursos y nuevas rutas de comercio. Ciudades como Goa fueron controladas por el Imperio portugués (y por el Imperio español en los años de la unión ibérica) durante cuatro siglos.

Por otro lado, sus rivales europeos fundaron compañías de comercio, como la Compañía Británica de las Indias Orientales o la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales. Cada una de estas compañías defendía los intereses de su respectiva nación sobre la India y otras regiones de Asia.

A fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII, los británicos se establecieron en Calcuta con el consentimiento del emperador mogol que gobernaba en la India, aunque unos años después debieron hacer frente a algunos ataques indios. Durante el siglo XIX, los británicos se enfrentaron con los franceses y con habitantes indios, y extendieron su control. Para esto contaron con los cipayos, soldados indios entrenados en Europa para proteger los intereses coloniales en la región.

Con la caída del Imperio mogol en 1858, se creó el Raj británico, el régimen colonial del subcontinente indio que existió hasta que se alcanzó la independencia respecto del Reino Unido en 1947.

La época colonial en el resto de Asia

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El comercio enfrentó al Imperio Británico con China en las guerras del Opio.

Las colonias europeas en Asia abarcaron áreas culturales muy diferentes entre sí. La región de Indochina fue colonizada por los franceses durante el siglo XIX. Luego de la independencia y partición alcanzada en 1954, fue el escenario de la guerra de Vietnam (en la que intervinieron otras potencias, como Estados Unidos, la Unión Soviética y la República Popular China).

El Imperio neerlandés tuvo una importante presencia colonial en Asia. Por ejemplo, en el siglo XVII ocupó gran parte de Indonesia y expulsó a los portugueses de Ceilán (actual Sri Lanka). Por otro lado, China atravesó diversas etapas de control comercial y ocupación de territorios por parte de potencias extranjeras (occidentales y Japón) en el siglo XIX y comienzos del siglo XX.

Las guerras del opio del siglo XIX estallaron debido al contrabando de opio en China promovido por el Imperio británico, que obtenía a cambio té, sedas y porcelana. Ciudades portuarias y regiones de importancia como Hong Kong o Shandong fueron colonias europeas hasta el siglo XX.

Características de la época colonial

Las sociedades coloniales

Las sociedades coloniales eran muy diversas entre sí, pero tenían en común el hecho de que las poblaciones indígenas quedaban sometidas al predominio político y económico de una élite extranjera o de sectores locales que actuaban como aliados o funcionarios de la potencia colonial.

Algunas élites e instituciones religiosas promovieron la penetración cultural en las colonias. Sin embargo, se mantuvieron relaciones de subordinación vinculadas con las diferencias étnicas, en ocasiones interpretadas en términos raciales. Esto se vio, por ejemplo, en la sociedad estamental en Hispanoamérica o en el racismo característico del colonialismo en África.

Las economías coloniales

Las economías coloniales se construyeron con el objetivo de satisfacer los intereses de la metrópoli por sobre los de las colonias, aunque las élites que residían en las colonias (por ejemplo, los criollos de América) también obtenían ganancias de la explotación económica y el comercio colonial.

La práctica económica básica de las colonias era la extracción de recursos, generalmente mediante el uso de mano de obra indígena o de fuerza de trabajo esclava (como la correspondiente a los africanos que eran esclavizados y enviados a las plantaciones de algunas regiones de América). 

Se explotaban los recursos locales y se enviaban a Europa para luego intercambiar los productos elaborados por la materia prima de las colonias.

El comercio colonial era un intercambio desigual, sostenido por la fuerza de las autoridades coloniales para garantizar la satisfacción de sus intereses. Por ejemplo, las colonias españolas en América tenían prohibido comerciar entre sí y con otras naciones, pues la monarquía española estableció un monopolio por el que los recursos coloniales solo podían ser enviados a España. Además, las instituciones coloniales aplicaban impuestos y diezmos.

La vestimenta colonial

Época colonial
Las poblaciones indígenas podían conservar sus vestimentas tradicionales.

La vestimenta en las colonias generalmente reflejó las distinciones de clase y etnia que organizaban a la sociedad colonial. Las vestimentas de Europa formaban parte del atuendo que conservaban los europeos en las colonias. En la América hispana, los criollos adaptaron la moda europea a las necesidades locales.

Por su parte, los indígenas generalmente podían conservar sus vestimentas tradicionales siempre y cuando no incumplieran los preceptos morales impuestos por la cultura colonial. Los sectores bajos y los esclavos usaban prendas simples confeccionadas con textiles rústicos que los diferenciaban de los estratos privilegiados.

La inmigración colonial

Los colonias eran un destino habitual para los europeos que veían en ellas la oportunidad de hacerse ricos y regresar a su patria, o bien empezar desde cero una nueva vida. Por ejemplo, muchos españoles viajaban a las colonias hispanoamericanas para enriquecerse o para adquirir un título de nobleza y regresar luego a España.

Entre los migrantes anglosajones, algunos veían una oportunidad de fundar una comunidad o nación con leyes propias, como los colonos puritanos que escapaban de la persecución religiosa en Inglaterra.

La existencia de europeos que se instalaban en las colonias y tenían descendencia dio origen a categorías sociales como la de los criollos en Hispanoamérica, así como a diversas formas de mestizaje

Los imperios coloniales

Los cuatro grandes imperios coloniales de la historia fueron:

  • El Imperio británico, desde el siglo XVI hasta 1949.
  • El Imperio español, desde el siglo XVI hasta 1898.
  • El Imperio colonial francés, desde el siglo XVII hasta 1958.
  • El Imperio portugués, desde el siglo XV hasta 1975.

Otros importantes imperios coloniales europeos fueron:

  • El Imperio neerlandés, desde el siglo XVII hasta el siglo XX.
  • El Imperio alemán, desde el siglo XIX hasta el siglo XX.
  • El Imperio colonial danés, desde el siglo XIII hasta el siglo XX.
  • El Imperio ruso, desde el siglo XVIII hasta el siglo XX.

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Referencias

  • Elliott, J. H. (2006). Imperios del mundo atlántico. España y Gran Bretaña en América (1492-1830). Taurus.
  • Hunt, L., Martin, T. R., Rosenwein, B. H. & Smith, B. G. (2016). The Making of the West: Peoples and Cultures. 5a edición. Bedford/St. Martin’s.
  • León-Portilla, M. et al. (1990). América Latina en la época colonial. 1. España y América de 1492 a 1808. Crítica.Nowell, C. E. et al. (2023). Western colonialism. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/

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Gayubas, Augusto (24 de octubre de 2024). Época colonial. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 17 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/epoca-colonial/.

Sobre el autor

Autor: Augusto Gayubas

Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 24 de octubre de 2024
Fecha de publicación: 17 de mayo de 2019

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