Te explicamos cómo fue la época colonial en México. Además, los eventos más importantes y sus características políticas, sociales, económicas y culturales.
¿Cómo fue la época colonial de México?
La época colonial de México fue el período histórico que comenzó en el siglo XVI, con la conquista española del Imperio azteca (o mexica) encabezada por Hernán Cortés, y terminó con la guerra de independencia entre 1810 y 1821, que llevó a la formación de un Estado mexicano independiente.
Durante el período colonial, México formó parte del Virreinato de Nueva España, fundado en 1535 y gobernado por un virrey que era nombrado por el rey de España. Junto al Virreinato del Perú y los virreinatos de Nueva Granada y el Río de la Plata conformaban el régimen territorial y político de la América colonizada por la monarquía española.
Como todos los territorios de América colonizados por España, México fue remodelado política, religiosa, cultural, económica y socialmente conforme a los valores e intereses de los españoles. Esto generó que se prohibieran, abandonaran o marginaran muchas tradiciones e instituciones de las poblaciones indígenas que sobrevivieron a la conquista.
La época colonial de México se caracterizó por una división social basada en estamentos, en la que los “blancos” (españoles peninsulares y criollos) tenían una posición privilegiada frente a los “indios” (poblaciones indígenas), “negros” (africanos o descendientes de africanos) y las distintas categorías de mestizos. Sin embargo, el intercambio cultural generó formas originales de sincretismo religioso, así como estilos artísticos específicamente coloniales.
Preguntas frecuentes
¿Cuándo empezó la época colonial en México?
La época colonial en México comenzó en 1521, tras la derrota del Imperio azteca (o mexica) frente a los conquistadores españoles encabezados por Hernán Cortés.
¿Cómo fue la época colonial en México?
Durante la época colonial, México fue el centro del Virreinato de Nueva España. El virrey gobernaba en nombre del rey de España y la sociedad estaba dividida en estamentos basados en el origen. La economía colonial consistía en la obtención de recursos de América para su envío a Europa.
¿Cuántos siglos duró la época colonial en México?
La época colonial en México abarcó un período de trescientos años, entre la conquista española en 1521 y la declaración de la independencia del Estado mexicano en septiembre de 1821.
¿Cómo terminó la época colonial en México?
En México se produjo una insurrección en 1810 que dio inicio a la guerra de independencia entre los insurgentes y los realistas. La guerra terminó en 1821 con la victoria de las fuerzas independentistas. El 28 de septiembre de 1821 se firmó el Acta de Independencia de México que dio por finalizada la época colonial.
Ver además: Colonización de América
Historia de la época colonial de México
La conquista de México
Luego de las expediciones del navegante Cristóbal Colón a las costas del Caribe a fines del siglo XV, diversos exploradores y militares españoles se lanzaron a la conquista de territorios en América en nombre de la Corona. Uno de ellos fue Hernán Cortés, quien había participado en la conquista de Cuba, y que en 1519 dirigió a un grupo de hombres rumbo al territorio del actual México.
En ese momento, la región estaba dominada por el Imperio azteca (o mexica), gobernado por el emperador Moctezuma. Su capital era Tenochtitlán, donde hoy se ubica la Ciudad de México. A pesar de la resistencia mexica, los españoles contaban con superioridad tecnológica (pólvora, caballos, armadura) y con las habilidades tácticas de Cortés, quien estableció alianzas con diversas poblaciones indígenas que estaban sometidas o enemistadas con el Imperio azteca, como los tlaxcaltecas.
Tenochtitlán fue tomada por los conquistadores españoles en 1521, lo que puso fin al Imperio azteca y a una guerra que causó enormes pérdidas humanas para los mexicas, agravadas posteriormente por las enfermedades introducidas por los españoles (como el sarampión). Cortés fue nombrado gobernador de Nueva España en 1522 y continuó sus expediciones de conquista en áreas que luego pasaron a formar parte del Virreinato de Nueva España.
Ver también: Conquista de México
La fundación del Virreinato de Nueva España
El Virreinato de Nueva España se fundó en 1535, catorce años después de la caída de Tenochtitlán, y fue edificado sobre las ruinas de la civilización azteca. Fue gobernado a lo largo de su historia por 62 virreyes, que cumplían la función de representantes del rey de España.
El primer virrey de Nueva España fue Antonio de Mendoza y Pacheco, quien asumió el cargo en 1535. La expansión del virreinato continuó durante muchos años, pues los españoles continuaron combatiendo a los pueblos del norte y a sus antiguos aliados. Como resultado de estas acciones, muchos conquistadores recibieron “encomiendas”, grupos de indígenas obligados a trabajar para el encomendero a cambio de que este se ocupara de satisfacer sus necesidades básicas y de inculcarles la fe católica.
El territorio del Virreinato de Nueva España fue muy extenso. Llegó a abarcar lo que es actualmente México, junto con los actuales estados estadounidenses de California, Nevada, Colorado, Utah, Nuevo México, Arizona, Texas, Oregón, Washington, Florida, Luisiana, Wyoming, Kansas, Oklahoma, Montana y partes de Idaho. También incluyó el sudoeste de la Columbia Británica en el actual Canadá, toda América Central, las actuales Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Trinidad y Tobago y Guadalupe y, en Asia y Oceanía, Filipinas y las islas Carolinas y Marianas. Era el mayor y principal asentamiento colonial español de la época.
El fin de la época colonial
Con la llegada de los Borbones al trono de España en el siglo XVIII, la administración de las colonias en América experimentó algunos cambios. Las reformas borbónicas promovieron un control más directo de la Corona sobre el gobierno y las finanzas del virreinato, lo que incluyó la creación del régimen de intendencias y la expulsión e incautación de las propiedades de los jesuitas que estaban en la región evangelizando.
El aumento de los impuestos y la exclusión de los criollos de los cargos administrativos, que quedaron en manos de españoles peninsulares, alentaron el malestar de muchos criollos en estos años. En 1808, la invasión de España por el ejército francés de Napoleón Bonaparte y el apresamiento del rey Fernando VII, sustituido en el trono por el hermano de Napoleón, produjeron un vacío de poder que fue propicio para el alzamiento militar en las colonias, especialmente alentado por los criollos.
En el Virreinato de Nueva España, la insurrección se inició en 1810 con el Grito de Dolores. Esto condujo a una larga guerra de independencia que culminó en 1821 con el triunfo de las fuerzas independentistas y la firma del acta de independencia mexicana. Desde ese momento, terminó la época colonial en México. Sin embargo, España reconoció la independencia de México recién en 1836.
Puede servirte: Historia de México
Características de la época colonial en México
La organización política y territorial
El Virreinato de Nueva España era tan extenso que requería una división política en reinos y capitanías generales:
- Reinos: Reino de Nueva España o de México (comprendía el núcleo central del virreinato), Reino de Nueva Galicia, Reino de Nueva Vizcaya, Nuevo Reino de León, Reino de Nueva Extremadura, entre otros.
- Capitanías generales: Filipinas, Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo, Yucatán y Guatemala (también considerada un reino).
Estas divisiones territoriales y administrativas eran regidas por un gobernador o un capitán general que respondían directamente a la autoridad del virrey. A su vez, el virrey era el representante personal del rey de España en el virreinato.
De todos modos, en las áreas más alejadas del centro del virreinato, los gobernadores y las audiencias (instituciones encargadas de la administración de justicia) tenían más autoridad que el virrey, al igual que los corregidores y alcaldes mayores en los corregimientos o señoríos.
El régimen de intendencias instaurado por los Borbones en el siglo XVIII implicó un mayor control del monarca español sobre las finanzas del virreinato, que quedaron a cargo de un superintendente de Hacienda. Además, los reinos fueron en gran medida reemplazados por doce intendencias a cargo de funcionarios nombrados directamente por el rey.
Tras la invasión napoleónica de España a comienzos del siglo XIX, las Cortes de Cádiz, que desconocían la autoridad del rey impuesto por Napoleón, promulgaron la Constitución española de 1812 que identificó a los territorios de ultramar como “provincias”. En esta decisión influyeron algunos diputados americanos, como el mexicano Miguel Ramos Arizpe y el chileno Joaquín Fernández de Leiva.
Sin embargo, tras la restauración de Fernando VII en el trono español en 1814, el virreinato fue restablecido. Su definitiva disolución tuvo lugar cuando se formó un gobierno liberal en España en 1820, pero la estructura virreinal se mantuvo hasta que el ejército realista fue vencido en la guerra de independencia en 1821.
La sociedad colonial
La sociedad de la colonia estaba organizada en estamentos basados en una idea de división y mezcla de “razas”. Esto quiere decir que la posición política, económica y social de los individuos estaba condicionada por su origen o pertenencia a un determinado grupo étnico.
La estructura social colonial de Nueva España (y de la América hispana en general) consistía en los siguientes grupos o estamentos:
- “Blancos”. Eran los españoles, que estaban diferenciados en dos grupos:
- Peninsulares. Eran los españoles nacidos en Europa, dueños de las tierras colonizadas en Nueva España y pertenecientes a la más alta jerarquía política y religiosa.
- Criollos. Eran los españoles nacidos en América, pertenecientes a la clase privilegiada pero sin los mismos beneficios que los peninsulares, con un moderado acceso al poder político y generalmente dedicados al comercio, la burocracia o el clero.
- “Indios”. Eran las poblaciones indígenas de los territorios que quedaron bajo la autoridad del Virreinato de Nueva España (y de otros virreinatos). Eran descendientes de los pueblos precolombinos, que generalmente perdieron sus tierras y fueron sometidos a la explotación económica de los “blancos” (inicialmente mediante trabajos forzados y luego como asalariados), excepto los indígenas nobles que en general fueron tratados a semejanza de los “blancos”.
- “Negros”. Eran africanos y afrodescendientes que eran comprados y vendidos como esclavos y empleados en plantaciones, minas y otras actividades en territorios americanos.
- “Mestizos” y otras castas. Eran descendientes de la unión de “blanco” con “india” (“mestizos”) o de otras uniones entre grupos distintos que recibían el nombre genérico de “castas”. De estos grupos, los “mestizos” eran los menos perjudicados, pues en muchos casos podían integrarse en la sociedad hispánica.
La economía colonial
La economía colonial en Nueva España estaba orientada a la extracción de recursos, enviados en gran medida a Europa a través del puerto de Veracruz. El puerto de Acapulco, en la costa del océano Pacífico, servía para obtener los productos provenientes de Filipinas (como las sedas), que también eran enviados posteriormente a la península.
La minería de oro y plata en sitios del norte de México, como San Luis Potosí o Zacatecas, requirió el empleo de abundante mano de obra y, en el caso de la plata, fue la principal exportación novohispana a la península. Esto a la vez impulsó las obras de infraestructura y la expansión agrícola en las zonas mineras.
La otra actividad principal fue la agricultura, tanto para el consumo interno como para la exportación a Europa (por ejemplo, el cacao y el azúcar). En general se formaron haciendas o estancias administradas por españoles y dedicadas a la cría de ganado y a cultivos como el trigo, además de ingenios azucareros y obrajes textiles. También se producían especies como el maíz, que formaban parte de la dieta de las poblaciones indígenas. Las importaciones desde Europa incluían el aceite, el vino, las telas y diversos muebles y herramientas.
El comercio ultramarino estaba en manos de mercaderes españoles y era monopolio de la Corona, lo que promovió prácticas de contrabando y piratería. Esto a la vez generó la necesidad de aplicar el sistema de flotas y galeones (la navegación conjunta de varios buques mercantes escoltados por navíos de guerra). Durante la época de las reformas borbónicas se implementaron algunas medidas de liberalización del comercio, pero el monopolio español del comercio con América continuó.
La evangelización y la Iglesia
Parte del proceso de conquista y colonización de Nueva España consistió en la evangelización de las poblaciones indígenas, cuyas tradiciones religiosas eran consideradas paganas e idólatras. La tarea de “salvar” las almas de los indígenas, como se entendía esta tarea, quedó a cargo de las órdenes mendicantes, principalmente los franciscanos, dominicos y agustinos. También los jesuitas se dedicaron a evangelizar, aunque fueron expulsados de América en 1767.
Generalmente, se construían conventos con colegios para la educación de los indígenas, al mismo tiempo que se destruían templos, imágenes y códices prehispánicos. A finales del siglo XVI, la mayoría de los indígenas habían sido convertidos al catolicismo. De todos modos, en esta época también se produjo el sincretismo religioso, es decir, la combinación de símbolos cristianos e indígenas, y además surgieron cultos mayoritariamente criollos, como la veneración de la Virgen de Guadalupe.
En la época colonial, la Iglesia novohispana estaba organizada en la arquidiócesis de México y las diócesis de Tlaxcala, Michoacán, Antequera, Chiapas, Yucatán y Nueva Galicia, independientes del virrey pero sometidas al rey de España y al papa. Sin embargo, las parroquias indígenas siguieron en gran medida controladas por las órdenes religiosas.
Con la Iglesia católica, también llegó a Nueva España el Santo Oficio de la Inquisición, que imponía castigos a personas condenadas por herejía (como se consideraba al judaísmo y el luteranismo) o por faltas doctrinarias menores. También censuró libros. Sin embargo, los indígenas quedaron excluidos de los juicios de la Inquisición.
La cultura, el arte y la expansión urbana
En el Virreinato de Nueva España, la integración a lo largo de trescientos años de historia de la cultura española con las culturas indígenas mesoamericanas (zapoteca, mixteca, maya, nahua) dio como resultado una sociedad con características particulares, que incorporó muchas palabras de origen náhuatl a la lengua española y contribuyó con manifestaciones artísticas novedosas.
La literatura novohispana tuvo figuras destacadas como sor Juana Inés de la Cruz y Juan Ruiz de Alarcón. En el ámbito de la arquitectura, la pintura y la escultura, se destacaron los estilos manierista y barroco novohispano.
En México se fundó en el siglo XVI la primera institución de formación superior de América, el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, orientado a jóvenes indígenas y donde enseñó el franciscano Bernardino de Sahagún. Además, en 1551 se creó la Real y Pontificia Universidad de México.
Durante la época colonial se asentaron muchas de las principales ciudades del actual país de México y de las otras regiones que formaron parte del Virreinato de Nueva España. Esto se llevó a cabo en muchos casos conforme a un criterio que planificaba las ciudades desde cero. No fue el caso de la Ciudad de México, construida sobre la antigua Tenochtitlán.
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Referencias
- Brading, D. A. (1991). Orbe indiano. De la monarquía católica a la república criolla. Fondo de Cultura Económica.
- Britannica, Encyclopaedia (2013). Viceroyalty of New Spain. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- León-Portilla, M. et al. (1990). América Latina en la época colonial. 1. España y América de 1492 a 1808. Crítica.von Wobeser, G. (2010). Historia de México. Fondo de Cultura Económica.
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