Te explicamos qué fue la crisis de la Restauración en España. Además, sus causas y hechos más importantes.
¿Qué fue la crisis de la Restauración en España?
La crisis de la Restauración en España fue el período de declive de la monarquía borbónica a comienzos del siglo XX. Marcó el final de la Restauración, la etapa de la historia de España que comenzó con el restablecimiento de la monarquía y el regreso de los Borbones al trono español en 1874.
En 1898, la monarquía española perdió sus últimos territorios coloniales en América y Asia, tras ser derrotada en la guerra hispano-estadounidense. Poco después, en 1902, ascendió al trono Alfonso XIII, en medio de un clima de crisis de conciencia nacional y de conflictividad social derivada de las desigualdades económicas, el crecimiento de la organización obrera y el impulso de los movimientos nacionalistas y regionalistas. A ello se sumaron las derrotas españolas en la guerra de Marruecos.
Durante el reinado de Alfonso XIII, la progresiva disolución del sistema de alternancia de partidos y los diversos conflictos sociales, políticos y militares marcaron la crisis de la Restauración. Algunos autores datan esta crisis entre 1902 y 1923, porque en 1923 un golpe de Estado militar suspendió la Constitución de 1876 e inauguró un nuevo período dominado por la dictadura de Miguel Primo de Rivera. Otros sitúan el fin de la crisis en 1931, cuando la proclamación de la Segunda República provocó el final de la monarquía borbónica.
Preguntas frecuentes
¿Qué fue la crisis de la Restauración en España?
La crisis de la Restauración en España fue un proceso de debilitamiento del régimen borbónico que tuvo lugar durante las primeras décadas del siglo XX bajo el reinado de Alfonso XIII.
¿Cuáles fueron los principales aspectos de la crisis de la Restauración en España?
La crisis de la Restauración en España tuvo aspectos políticos, sociales, económicos y militares. Entre sus hechos destacados se contaron:
- la crisis de la conciencia nacional luego de la pérdida de los últimos territorios coloniales en América y Asia (1898).
- la fragmentación de los dos partidos liberales hegemónicos que alteró el sistema de alternancia en el gobierno.
- la profundización de las luchas sociales y sindicales, con episodios como la Semana Trágica de 1909 y la huelga general de 1917.
- la extensión del anticlericalismo y el antimilitarismo en diversas capas de la sociedad, especialmente entre sectores republicanos, socialistas y anarquistas.
- el fortalecimiento de los partidos nacionalistas en Cataluña y el País Vasco.
- los fracasos militares en la guerra de Marruecos, que provocaron protestas sociales y denuncias de corrupción en el ejército.
- el desprestigio de la monarquía tras el apoyo de Alfonso XIII a la dictadura de Miguel Primo de Rivera entre 1923 y 1930.
¿Cuánto terminó la Restauración borbónica?
El período de la Restauración borbónica terminó en abril de 1931, cuando fue proclamada la Segunda República y el rey debió huir de España.
- Ver además: Restauración en España
El reinado de Alfonso XIII (1902-1931)
El reinado de Alfonso XIII se inició en 1902, cuando fue coronado rey a la edad de dieciséis años. Hasta 1923 reinó de acuerdo con la Constitución de 1876, pero en 1923 apoyó el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera y se mantuvo en el trono durante la dictadura.
Tras la dimisión de Primo de Rivera en 1930, Alfonso XIII intentó continuar su reinado con el restablecimiento de la Constitución de 1876, pero a los pocos meses, en abril de 1931, abandonó el país debido a la proclamación de la Segunda República.
Entre 1902 y 1923, España atravesó una permanente crisis política. Diversos factores explican esta situación:
- El intervencionismo político de Alfonso XIII, quien no desempeñaba el papel de árbitro sino que apoyaba a los sectores más conservadores del ejército. El rey terminó respaldando a la dictadura de Primo de Rivera, y este hecho fue clave en el desprestigio de la monarquía.
- La división de los partidos del sistema de turno (que anteriormente habían garantizado la alternancia bipartidista). Esto fue provocado por la muerte de los líderes históricos y las disensiones internas en los partidos.
- El debilitamiento del caciquismo. Este fenómeno fue paralelo al desarrollo urbano del país, pues el caciquismo funcionaba en el sector agrario.
- El desarrollo de la oposición política y social al régimen de la Restauración. Esto incluía a republicanos, nacionalistas, socialistas y anarquistas.
A diferencia del anterior sistema de alternancia entre el Partido Conservador y el Partido Liberal, desde 1917 se sucedieron los gobiernos de coalición, sujetos a alianzas y continuos cambios. Ni liberales ni conservadores consiguieron mayorías suficientes para conformar gabinetes sólidos.
En este contexto de inestabilidad política, el país experimentó importantes problemas sociales:
- La agudización de las luchas sociales. Las posiciones de patrones y trabajadores se fueron enfrentando cada vez más.
- La “cuestión religiosa”. Se incrementaron las protestas contra el poder de la Iglesia, especialmente en la enseñanza. El anticlericalismo se extendió por buena parte de la población urbana y las clases populares.
- La “cuestión militar”. El ejército, derrotado en la guerra hispano-estadounidense en 1898, recibía críticas crecientes de los sectores opositores (republicanos, socialistas y nacionalistas).
- La consolidación del movimiento nacionalista en Cataluña y el País Vasco. Los partidos de turno no abrieron ninguna negociación.
- El “problema de Marruecos”. En la Conferencia de Algeciras (1906) se acordó el reparto entre Francia y España del territorio marroquí. A España le correspondió la franja norte. Desde 1909 se inició un conflicto bélico (la guerra de Marruecos), que fue muy impopular en España y amplió la brecha entre el ejército y la opinión pública.
- Ver también: Monarquía española
La crisis de la Restauración en España
Los hechos del Cu-Cut y la Ley de Jurisdicciones (1905-1906)
En 1905 estalló una crisis en Cataluña. Los comentarios satíricos contra el ejército que aparecieron en el periódico barcelonés ¡Cu-Cut! llevaron a que trescientos oficiales asaltaran e incendiaran las imprentas.
La reacción del gobierno español fue ceder ante el ejército: en 1906 se aprobó la Ley de Jurisdicciones, que identificaba las críticas al ejército como ofensas contra la patria y disponía que debían ser juzgadas por la jurisdicción militar.
La reacción pública fue inmediata. Una nueva coalición de partidos catalanes, llamada Solidaritat Catalana, consiguió una victoria electoral en 1907 y redujo drásticamente la representación de los conservadores y liberales en Cataluña.
La Semana Trágica de Barcelona (1909)
A comienzos del siglo XX, Barcelona era el centro de la industrialización española. En esta época crecieron las movilizaciones obreras y se creó en 1907 Solidaridad Obrera, una organización sindical anarquista que nació como respuesta a la coalición burguesa y nacionalista Solidaritat Catalana.
También nació en Barcelona en 1908 el Partido Republicano Radical, fundado por Alejandro Lerroux, que tenía un programa republicano y anticlerical.
La Ley de Jurisdicciones de 1906, impulsada por el gobierno español, sometía a jurisdicción militar cualquier declaración que fuera interpretada como una ofensa contra la patria o el ejército. Esto provocó un incremento del antimilitarismo en la ciudad, exacerbado por la política autoritaria del gobierno de Antonio Maura (líder del Partido Conservador) entre 1907 y 1909.
Sin embargo, fue la guerra de Marruecos la que determinó el estallido de la Semana Trágica. Los ataques de los habitantes del Rif contra los trabajadores españoles de una compañía minera llevaron al gobierno a movilizar reservistas (hombres que habían concluido el servicio militar, llevaban una vida civil y eran el sostén económico de sus familias, principalmente provenientes de las clases trabajadoras). Pronto surgieron protestas obreras en Barcelona y Madrid contra la movilización.
El 26 de julio de 1909 comenzó la huelga general en Barcelona, convocada por Solidaridad Obrera y la Unión General de Trabajadores (UGT). Se iniciaron tres días de protestas, quemas de conventos y enfrentamientos con el ejército. La represión fue muy dura y culminó con el juicio sin garantías y la ejecución de Francisco Ferrer y Guardia, pedagogo anarquista. La Semana Trágica tuvo un coste humano de un centenar de muertos y una gran cantidad de heridos.
La Semana Trágica acentuó el descontento con el gobierno de Maura y su programa reformista (inspirado en el regeneracionismo de Joaquín Costa). Maura dimitió, mientras que el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) consiguió que su candidato Pablo Iglesias fuera elegido diputado en 1910.
El liberal José Canalejas pasó a presidir el Consejo de Ministros y llevó a cabo el último intento de reforma regeneracionista dentro del régimen de la Restauración. Sin embargo, fue asesinado por un anarquista en 1912, lo que acentuó la crisis.
Posteriormente, la Primera Guerra Mundial (1914-1918) dividió al país entre aliadófilos (liberales y sectores de izquierda) y germanófilos (sectores de la derecha conservadora), pero también llevó a un período de prosperidad económica, pues España se mantuvo neutral y fue abastecedora de muchos productos para los países enfrentados.
- Puede servirte: Consecuencias de la Primera Guerra Mundial
La crisis española de 1917
El boom económico posibilitado por las exportaciones españolas durante la Primera Guerra Mundial generó un reparto desigual de los beneficios. A esto se sumó la creciente inflación que llevó a una profunda crisis en 1917.
La crisis se dio en diversos aspectos:
- Crisis militar. El descontento entre los oficiales de la península ante los rápidos ascensos de los oficiales “africanistas” (los que participaban en las actividades del norte de África) culminó con la creación de las Juntas de Defensa, que aspiraban a una mayor intervención del ejército en la política. El gabinete conservador de Eduardo Dato aceptó y legalizó las juntas.
- Crisis parlamentaria. Setenta diputados y senadores, tanto de la Lliga Regionalista (un partido catalanista) como republicanos, socialistas e incluso algún miembro del Partido Liberal, constituyeron en Barcelona una Asamblea de Parlamentarios que demandó un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes Constituyentes para, entre otras cosas, reformar la Constitución.
- Crisis social. En agosto de 1917 tuvo lugar una huelga general en España convocada por la UGT (organización sindical socialista) y la CNT (organización sindical anarquista). Tuvo impacto en muchas ciudades y provocó enfrentamientos con el ejército y la policía que dejaron un saldo de un centenar de muertos y miles de detenidos.
La huelga general tuvo inmediatas consecuencias. Ante la amenaza de una revolución obrera, las Juntas de Defensa abandonaron sus peticiones al gobierno y apoyaron la represión contra los huelguistas.
Por otro lado, los hechos de la huelga y el conflicto social motivaron la dimisión de Eduardo Dato y la formación de un gobierno de coalición con la participación de la Lliga Regionalista, lo que supuso la inmediata disolución de la Asamblea de Parlamentarios.
La lucha de clases en Barcelona (1919-1921)
El fin de la Primera Guerra Mundial provocó una crisis económica que desencadenó una gran conflictividad social en Barcelona entre 1919 y 1921.
Las huelgas y protestas promovidas por los anarquistas fueron duramente reprimidas por el gobierno español, que contaba con el apoyo de la burguesía catalana.
Para contrarrestar la “acción directa” de los anarquistas, el sector más duro del empresariado creó el denominado Sindicato Libre, una organización que contaba con un grupo de pistoleros dedicados a atentar contra dirigentes sindicales y que actuó con el apoyo policial. El conflicto aumentó con la aplicación de la “Ley de Fugas”, un mecanismo para facilitar la ejecución sin juicio de los detenidos.
La respuesta anarquista llegó en 1921 con el asesinato de Eduardo Dato, presidente del gobierno. Dos años después, el dirigente anarquista Salvador Seguí murió también asesinado.
La conflictividad social en el país y los fracasos en la guerra de Marruecos marcaron el camino a la intervención militar, que se concretó en 1923 con el golpe de Estado del capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera.
La guerra de Marruecos
En 1906, las grandes potencias del mundo se reunieron en la Conferencia de Algeciras para resolver un conflicto sobre el reparto colonial de Marruecos, en el norte de África. Allí se acordó que Francia se quedaría con la mayor parte del territorio de Marruecos, mientras que a España le correspondería la franja montañosa del norte, conocida como Rif.
Muy pronto aparecieron los conflictos con las poblaciones indígenas. Las cabilas (tribus) del Rif se agruparon bajo el liderazgo de Abd el-Krim. El ejército español, mal equipado y dirigido, sufrió importantes derrotas desde un principio. Un ejemplo fue el “desastre del Barranco del Lobo”, cerca de Melilla, en 1909.
En el verano de 1921, las tropas españolas se embarcaron en una acción mal planificada, dirigida por el general Manuel Fernández Silvestre. Este episodio, conocido como el Desastre de Annual, les costó la vida a más de trece mil combatientes, entre ellos el general Fernández Silvestre.
El Desastre de Annual provocó en la opinión pública española una impresión contraria a la guerra. Hubo grandes protestas en España y los republicanos y socialistas reclamaron el abandono de Marruecos.
La presión de la opinión pública llevó a la formación de una comisión militar que debía investigar las responsabilidades en la derrota española. El informe resultante, conocido como Expediente Picasso, puso en evidencia irregularidades, corrupción e ineficacia en el ejército español.
Sin embargo, antes de que se pudiera emitir un dictamen, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado en septiembre de 1923 y estableció una dictadura militar.
La economía durante el reinado de Alfonso XIII (1902-1931)
El desarrollo industrial
En 1900, España seguía siendo un país mayoritariamente agrario. Esta situación no cambió demasiado a lo largo de las primeras décadas del siglo.
Sin embargo, hubo algunos cambios significativos en el sector industrial: creció la producción minera y siderúrgica, especialmente en el País Vasco, y se desarrollaron nuevos sectores, como el eléctrico y el químico.
Diversos factores dificultaron un mayor crecimiento industrial: la excesiva concentración geográfica de la industria en Cataluña y el País Vasco, la dependencia de tecnología extranjera y la debilidad del mercado interior.
La Hacienda y el sector bancario
En los primeros años del siglo XX, los gobiernos de la Restauración llevaron a cabo una política de saneamiento de las finanzas públicas. La reducción de los intereses de la deuda, el control de los gastos del Estado y el aumento de los impuestos propiciaron un ciclo de nueve años de superávit (1900-1909).
Una ley de 1899 transformó al Banco de España (el banco estatal), que pasó a controlar la emisión de billetes. Esto permitió limitar la inflación y conseguir la estabilización de la peseta, condición básica para favorecer el comercio exterior.
En estos años también se fundaron otros bancos, como el de Bilbao, el de Vizcaya, el Mercantil de Santander, el Hispanoamericano (fundado con capitales repatriados de Cuba) o el Español de Crédito.
Consecuencias económicas de la Primera Guerra Mundial
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) ocasionó un boom económico en España. La neutralidad española permitió un crecimiento considerable de la producción y de las exportaciones de materias primas, carbón y manufacturas. La desaparición de la competencia extranjera de los países beligerantes y la enorme demanda de estos países para su abastecimiento explican el auge económico de España.
Sin embargo, el fin de la guerra y de la demanda desencadenó una crisis. El mercado interno no fue capaz de sustituir a las exportaciones. Muchas empresas tuvieron que cerrar. Las clases trabajadoras, que habían sufrido un importante proceso inflacionario durante la guerra, fueron las más perjudicadas por la nueva situación.
No todos los sectores económicos se vieron igualmente afectados por la Primera Guerra Mundial: el siderúrgico y el químico se modernizaron, los ferrocarriles y la minería pasaron a manos nacionales (al retirarse el capital extranjero), y sectores como el textil o la agricultura pasaron por dificultades debido a que no fueron modernizados.
- Ver además: Consecuencias de la Primera Guerra Mundial
De la crisis a la euforia de los años veinte
Las dificultades económicas europeas provocaron que la crisis se prolongara hasta 1924. El golpe de Estado de Primo de Rivera se realizó en un contexto de dificultades económicas. Sin embargo, al igual que en el resto de Europa, la segunda mitad de los años veinte fue un período de crecimiento económico.
La recuperación económica permitió que la dictadura de Primo de Rivera llevara a cabo una política de inversiones en infraestructuras. En esos años se crearon las Cuencas Hidrográficas para el desarrollo del regadío, se invirtió en la red ferroviaria a través de la nacionalización de las líneas y se estableció el monopolio estatal de la industria petrolera (CAMPSA) y de la Compañía Telefónica.
La contrapartida de esta política de inversiones fue un nuevo endeudamiento del Estado español. Esta circunstancia tuvo un impacto negativo cuando la Segunda República debió enfrentarse a las repercusiones de la crisis de 1929.
Sigue con:
- Felices años veinte
- Crisis del Imperio español
- España en el siglo XVI
- España en el siglo XVII
- España en el siglo XVIII
Referencias
- Carr, R. et al. (2022). Spain. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Casanova, J. & Gil, C. (2012). Breve historia de España en el siglo XX. Ariel.
- Moreno Luzón, J. (ed.) (2003). Alfonso XIII. Un político en el trono. Marcial Pons.
- Suárez Cortina, M. (2006). La España liberal (1868-1917). Política y sociedad. Síntesis.
¿Te fue útil esta información?
Sí No¡Genial! Muchas gracias por visitarnos :)