Te explicamos quién fue Adam Smith, cuáles fueron sus principales aportes al pensamiento filosófico y por qué se lo conoce como el padre de la economía moderna.
¿Quién fue Adam Smith?
Adam Smith fue un filósofo, economista y catedrático universitario británico. Es considerado como el padre de la economía moderna por haber escrito Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776), el primer estudio sistemático de la economía en términos científicos modernos y el texto fundacional de la economía clásica.
Smith fue el iniciador de la teoría del valor-trabajo, de gran importancia para el trabajo posterior de pensadores como David Ricardo (1772-1823) y Karl Marx (1818-1883), y un filósofo moralista y estudioso de las emociones humanas. Además, fue un académico de trayectoria en la Universidad de Glasgow, de la cual fue rector honorífico durante dos años.
Se sabe mucho más del pensamiento de Adam Smith que de su vida personal. Buena parte de sus escritos se publicaron póstumamente, a pesar de que en su lecho de muerte ordenó la destrucción de sus manuscritos inéditos. Algunos de los conceptos clave de su obra se emplean hoy en día más o menos de manera corriente, como “ventaja absoluta”, “división del trabajo” y la “mano invisible del mercado”.
- Ver también: Filosofía moderna
Nacimiento y juventud de Adam Smith
Adam Smith nació el 5 de junio de 1723 en Kirkcaldy, Escocia, en el Reino Unido. Sus padres fueron Adam Smith, un oficial de aduanas, y su segunda esposa, Margaret Douglas. Adam fue su único hijo. No se sabe mucho con respecto a su infancia, a excepción de que a sus 4 años fue raptado por una banda de gitanos y un tío tuvo que rescatarlo.
Smith cursó su escolaridad temprana en su ciudad natal y a los 14 años ingresó a la Universidad de Glasgow, institución que era un importante centro de producción de saberes en la Escocia del momento. Allí fue alumno del célebre profesor irlandés de Filosofía Moral Francis Hutcheson (1694-1746), referente central en lo que se dio a conocer como la Ilustración escocesa.
La influencia de Hutcheson en la futura obra de Smith fue determinante. En sus clases, Smith exploró muchos de los conceptos clave para su Teoría de los sentimientos morales (1759), texto central sobre el cual se basa el resto de su obra filosófica.
¿Qué fue la Ilustración escocesa?
La Ilustración escocesa, también conocida como “Escuela escocesa”, fue un movimiento intelectual surgido en la Escocia del siglo XVIII, caracterizado por un auge en la producción intelectual, científica y cultural en el país. Su impacto fue tal que a Edimburgo se la conoció entonces como la “Atenas del Norte”. Entre sus figuras destacadas, estuvieron Francis Hutcheson, David Hume (1711-1776), James Mill (1773-1836) y el propio Adam Smith.
- Ver además: Ilustración
En 1740, Smith se graduó en la universidad y obtuvo la Snell Exhibition, una beca para estudios de posgrado en la Universidad de Oxford. El joven filósofo se trasladó a esa ciudad inglesa que, comparada con el estimulante entorno escocés de la época, percibió como un lugar intelectualmente decepcionante.
Durante los seis años de su posgrado, Smith se dedicó intensamente a la lectura autodidacta de filosofía clásica y contemporánea. En 1746, decidió regresar a Escocia, antes incluso de acabar su beca de estudios.
Los inicios de Adam Smith en la academia
Entre 1748 y 1751, Smith vivió en Edimburgo y trabajó como asistente académico en las cátedras universitarias de Retórica y Literatura. Gracias a ello, conoció al filósofo David Hume, con quien cultivó una estrecha amistad. En esa época, contó también con el patrocinio del jurista Lord Kames (Henry Home, 1696-1782), para quien trabajó como conferencista de Historia y Economía.
A los 27 años de edad, Smithrecibió una oferta profesoral en la Universidad de Glasgow como profesor de Lógica. Allí, un año después, fue transferido al Departamento de Filosofía Moral, mucho más cercano a sus intereses particulares, y comenzó a frecuentar a científicos, humanistas e incluso comerciantes internacionales. Esta fue la etapa más fecunda y socialmente activa de su carrera.
En 1759, las lecturas e investigaciones de Smith cristalizaron en su primer libro, Teoría de los sentimientos morales. Esta obra sentó las bases psicológicas para futuros ensayos y para comprender mejor la “naturaleza humana”, que en ese entonces se pensaba constante y universal.
En su análisis, Smith explica cómo los seres humanos se encuentran sometidos a sus pasiones y a la vez a la autorregulación consciente, y cómo este conflicto permite la creación de instituciones para la búsqueda del bienestar común, siempre y cuando exista un “espectador imparcial”, es decir, la razón. Desde este punto de vista, Smith abordó en su obra elementos sociales, económicos y morales de la sociedad.
La publicación de su Teoría de los sentimientos morales le trajo a Smith un importante reconocimiento académico, y lo aproximó a pensadores políticos y económicos. Entre ellos, Smith conoció al aristócrata Charles Townshend (1725-1767), quien lo contrató como tutor de su hijastro a cambio de una generosa pensión vitalicia.
Los primeros viajes de Adam Smith
En compañía del joven Henry Scott (1746-1812), III Duque de Buccleuch, de quien era tutor y consejero, Smith abandonó Escocia y también su puesto en la academia. Durante el año siguiente, viajó por Europa y conoció a importantes pensadores y personalidades extranjeras.
La primera parada en su itinerario fue Toulouse, desde donde Smith recorrió el sur de Francia y saltó luego a Ginebra, ciudad suiza donde conoció al filósofo y escritor francés Voltaire (1694-1778). A continuación, viajó a París, donde le presentaron a Benjamin Franklin (1706-790) y a François Quesnay (1694-1774). Con este último, descubrió y discutió las ideas económicas de la fisiocracia, las cuales fueron de sumo interés para su futura obra.
Su recorrido parisino terminó tras conocer también a Diderot (1713-1784) y a Jean le Rond d’Alembert (1717-1783), entre otros integrantes del movimiento de la Ilustración francesa. En 1766, falleció el hermano menor de su protegido y tanto el joven duque como Smith regresaron de inmediato a Gran Bretaña.
Smith estuvo hasta 1767 en Londres, trabajando con Lord Townshend. Durante ese año, fue aceptado en la Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural (conocida como Royal Society), y frecuentó a Edmund Burke (1729-1797), Samuel Johnson (1709-1784) y Edward Gibbon (1737-1794).
Finalmente, Smith regresó a Kirkcaldy, donde pasó los siguientes seis años dedicado a la composición de su obra más conocida: Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones.
La riqueza de las naciones
Con el título Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones apareció en 1776 la obra cumbre del pensamiento de Smith, conocida popularmente como La riqueza de las naciones. Iniciada en 1764, la composición de este ensayo le tomó casi diez años, a pesar de contar con el estímulo constante de su amigo y colega David Hume.
Con esta obra, Smith inauguró el campo de la economía moderna, por ser uno de los primeros que propuso un enfoque científico para determinar por qué unos países eran pobres y otros ricos, es decir, sin acudir a argumentos religiosos. Partiendo de los casos de Gran Bretaña y Países Bajos, Smith realizó en su ensayo una síntesis moderna de las principales ideas económicas de la época y procuró demostrarlas con datos empíricos.
El ensayo de Smith tiene los siguientes puntos centrales:
- La división del trabajo. Explica a través del ejemplo de una fábrica de alfileres cómo la especialización de las labores se traduce en un incremento en la producción, y que esto, además, es un factor esencial en la industria.
- La teoría del valor. Propone una explicación respecto al valor que sirve de base para el intercambio económico, para lo cual distingue entre dos formas de valor: el valor de uso (la utilidad del bien en sí mismo) y el valor de cambio (la utilidad del bien para obtener otro bien deseado).
- La “mano invisible” del mercado. Propone la existencia de una fuerza capaz de autorregular los elementos económicos y asignar los recursos, que se encuentra dentro del mismo mercado. Bautizada como la “mano invisible”, esta fuerza es fruto de la interacción armónica entre el egoísmo individual y el bienestar colectivo.
- El crecimiento económico. Ancla el crecimiento económico en la acumulación inicial de capitales (stock, en la jerga de Smith), que se traduce en mayor demanda de trabajadores y, por ende, en mayor producción.
La riqueza de las naciones puede entenderse como un argumento en contra del mercantilismo imperante en la Europa de la época. A través del control estatal, el mercantilismo favorecía monopolios industriales o comerciales nacionales, en favor de una “libertad natural” que permitiría al sistema económico crecer de manera armónica.
Sin embargo, la obra de Smith no estuvo enteramente comprometida con la doctrina del laissez faire (en francés: “dejar hacer”), o sea, con la plena libertad económica. También advirtió sobre la alienación y la degradación del trabajador cuando su rol económico era excesivamente especializado, defendió la educación pública y criticó la vida miserable de los obreros.
El éxito de La riqueza de las naciones fue prácticamente inmediato. La primera edición se agotó en pocos meses y salieron otras nuevas ediciones en los cinco años siguientes. En unos años más, ya se había traducido a los principales idiomas de Europa y era objeto de estudio de numerosos filósofos y economistas posteriores, como David Ricardo y Karl Marx.
Los últimos años de Adam Smith
Tras la publicación de La riqueza de las naciones, Smith permaneció en Londres durante algunos años, en medio de un clima de celebración intelectual. Sin embargo, en 1776, falleció su gran amigo David Hume y, a modo de obituario, Smith publicó una carta (Carta a William Strahan). Allí repasaba el pensamiento y la obra del filósofo, incluidas ciertas críticas a la religión que, al no recibir condena de parte de Smith, resultaron en un escándalo en su contra.
Retirado de la vida pública, Smith regresó a Escocia en 1778 para optar por un trabajo aduanero en Edimburgo vinculado con la explotación de la sal. Desempeñó ese cargo durante el resto de sus días, que los pasó en compañía de su madre y su prima Janet Douglas.
Su prestigiosa labor intelectual, sin embargo, lo hizo merecedor de nuevos reconocimientos. En 1783, fue aceptado en la Sociedad Real de Edimburgo y, en 1787, fue nombrado rector honorífico de la Universidad de Glasgow. Hacia 1789, no obstante, contrajo una enfermedad desconocida y se vio obligado a abandonar la vida universitaria.
Finalmente, el 17 de julio de 1790, Adam Smith falleció a la edad de 67 años. Fue sepultado con honores en el cementerio de Canongate Kirkyard, en Edimburgo, donde aún reposan sus restos.
El legado de Adam Smith
Aunque sea relativamente poco lo que se sabe de la vida de Adam Smith, su nombre perdura hasta nuestros días como uno de los fundadores de la economía moderna. También es recordado como autor de numerosos conceptos empleados en importantes doctrinas económicas y filosóficas posteriores, y como miembro insigne de la Ilustración escocesa.
Antes de morir, Smith dejó la orden de destruir sus escritos inéditos, tal y como era costumbre en la época. Sin embargo, en 1795, comenzó la publicación de nuevos ensayos de su autoría, sobre temas tan diversos como la religión, la astronomía, la jurisprudencia y la retórica. Otros materiales permanecen perdidos, solo se sabe de ellos por apuntes recuperados a comienzos del siglo XX.
Las obras de Smith son fundamentales para la historia de Occidente, aunque se suelen ver envueltas en muchos debates políticos contemporáneos, acusadas de ser un aval para las doctrinas liberales posteriores. En todo caso, su espíritu idealista, optimista, práctico y empírico resulta propio del carácter de la Europa de la Ilustración en la que le tocó vivir.
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Referencias
- Burdon Haldane, R. (1887). Life of Adam Smith. Wolter Scott.
- Del Hierro Carrillo, P. (2017). La invisible “mano invisible” de Adam Smith. Revista de Economía Institucional, 21 (40), pp. 143-161.
- Heilbroner, R. (2023). Adam Smith. Scottish philosopher. The Encyclopaedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Speth, C. (2016). Adam Smith. El padre de la ciencia económica moderna. 50Minutos.es.
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