Te explicamos qué es una monarquía absoluta, cuáles son las características de esta forma de gobierno y algunos ejemplos.
¿Qué es la monarquía absoluta?
Una monarquía absoluta es un sistema político en el que el poder está concentrado en un rey que ejerce el gobierno sobre el Estado y los ciudadanos sin limitaciones. En los regímenes absolutistas, el monarca no está sujeto al control de otras instituciones como el parlamento o la constitución.
Este sistema político fue característico de los reinos europeos de la Edad Moderna. El poder monárquico era hereditario y vitalicio. En algunos casos, las dinastías (es decir, las familias reales) lograron controlar más de un reino a través del matrimonio de soberanos, la conquista de territorios y las alianzas políticas.
Entre las monarquías absolutas más reconocidas de esta época, se encuentran la de Francia bajo el reinado de Luis XIV (1643-1715), la de Prusia con Federico II (1740-1786), la de Rusia bajo el poder de la dinastía Romanov, y las de España y Austria, que estuvieron dominadas por la dinastía Habsburgo (siglos XVI y XVII).
Preguntas frecuentes
¿Cuándo y dónde hubo monarquías absolutas?
Las monarquías absolutas fueron comunes en los reinos europeos desde finales de la Edad Media y durante toda la Edad Moderna.
¿Cómo se diferencia la monarquía absoluta de otros sistemas monárquicos?
La monarquía absoluta se caracteriza por concentrar todo el poder del Estado en un rey soberano con una autoridad sin restricciones. En cambio, en las monarquías parlamentarias o constitucionales, el poder del rey está limitado por otras instituciones o dividido en diferentes órganos de gobierno.
¿Cuál era el rol del monarca absoluto?
En una monarquía absoluta, el rey tenía el control total del gobierno y actuaba como autoridad absoluta en todos los asuntos del Estado.
¿Hubo monarquías absolutas gobernadas por mujeres?
Sí, hubo diferentes reinos europeos donde, en algún momento de su historia, la monarquía estuvo en manos de una mujer. Entre las monarcas más destacadas se encuentran Isabel I de Castilla (1474-1504), María Teresa I de Austria (1740-1780) y Catalina II de Rusia (1762-1796).
Ver además: Monarquía parlamentaria
Características de la monarquía absoluta
Entre las principales características de las monarquías absolutas se cuentan:
- Concentración del poder. Los poderes ejecutivo, legislativo y judicial estaban centralizados en la figura del rey. Las personas o instituciones que se ocupaban de administrar o ejercer las diferentes funciones de gobierno eran designadas por el monarca y le debían obediencia.
- Autoridad sin restricciones. No había instituciones que controlaran el ejercicio de poder del monarca. El poder del rey era ilimitado y ejercía su autoridad sobre todas las personas, asuntos e instituciones del reino.
- Poder vitalicio y hereditario. La monarquía se transmitía de generación en generación dentro de una dinastía. Un rey gobernaba hasta su muerte y era sucedido por su hijo primogénito varón u otro heredero designado por él mismo.
- Soberanía divina. La mayoría de las monarquías europeas cristianas sostenían que su autoridad provenía de Dios. Según esta ideología, el rey tenía el derecho divino de gobernar sobre sus súbditos y era responsable ante Dios por su gobierno.
Origen de la monarquía absoluta
Durante la Edad Media, el sistema político dominante en Europa fue el feudalismo. Existían diferentes reinos, pero los reyes no tenían una soberanía absoluta sobre sus territorios, sino que dependían de los señores feudales. Los señores eran miembros de la nobleza guerrera que tenían un gran territorio sobre el que gobernaban, que se denominaba feudo. Eran vasallos del rey, le debían lealtad, apoyo militar y le pagaban tributo. Sin embargo, el rey los necesitaba para mantener su autoridad sobre el reino y no tenía potestad de gobierno dentro de los feudos.
A fines del siglo XV y comienzos del siglo XVI, diferentes reyes europeos lograron consolidar su posición frente a los señores feudales y centralizar el poder del reino. Este proceso fue gradual y complejo, y estuvo vinculado con el desarrollo de diferentes conflictos políticos y militares propios de cada contexto local.
Por ejemplo, en el caso de España, la monarquía absoluta se desarrolló con la unión de los diferentes reinos cristianos y la conquista de los califatos (reinos musulmanes) que existían en la península ibérica. Los reyes Fernando de Aragón e Isabel de Castilla (llamados “los Reyes Católicos”) centralizaron el poder y unieron a España bajo una sola Corona.
En el caso de Francia, la centralización del poder en manos del rey estuvo ligada a la guerra de los Cien Años (1337-1453). A lo largo de este conflicto, los reyes aumentaron sus ejércitos y recursos, lo que les permitió mejorar su control sobre el territorio de sus reinos e imponerse sobre la nobleza feudal.
El poder del rey en la monarquía absoluta
El ejercicio del poder real en las monarquías absolutas dependía del contexto histórico, cultural, político y económico de cada uno de los reinos europeos. En todos los casos, el rey ejercía una autoridad suprema sobre cualquier asunto de gobierno y todos los ciudadanos le debían obediencia. Sus decisiones no debían ser aprobadas o legitimadas por ninguna otra institución.
El monarca absoluto ejercía su poder sobre todas las funciones de gobierno: políticas, económicas, religiosas, administrativas, militares, civiles y de asuntos exteriores. Asimismo, tenía potestad legislativa, es decir que podía crear nuevas leyes o derogar las antiguas. Para gobernar, contaba con la asistencia de una burocracia real. La burocracia estaba integrada por funcionarios que él mismo designaba y eran miembros de la nobleza.
Por otro lado, el rey era la autoridad suprema del ejército. Esto le permitía controlar la seguridad interna, la defensa del reino y declarar la guerra contra otros territorios. Además, la centralización del cobro de impuestos en la Corona posibilitaba contar con un sustento económico fundamental para la organización del reino.
La sociedad en la monarquía absoluta
Durante la Edad Moderna, las monarquías absolutas europeas estaban marcadas por una fuerte división jerárquica estamental y una distribución desigual de la riqueza. Este tipo de sociedad se conoce como “Antiguo Régimen”. En ella, los grupos sociales se diferenciaban por su origen:
- Nobleza. La nobleza pertenecía al estrato más alto de la sociedad. Eran aristócratas y terratenientes que tenían títulos de nobleza y privilegios especiales. Entre sus principales privilegios estaban la posesión de tierras (que eran trabajadas por campesinos y constituían su fuente de riqueza), la exención de impuestos y la herencia de derechos feudales (cobro de tributos y ejercicio de justicia sobre los campesinos de sus tierras). Además, tenían privilegios legales (como ser juzgados por tribunales especiales) y acceso a la educación y a la formación militar.
- Clero. La Iglesia católica tenía una gran influencia en las monarquías europeas. La alta jerarquía eclesiástica contaba con privilegios, al igual que la nobleza. En muchos casos, los obispos ocupaban espacios de poder en la administración real. El clero poseía tierras y derechos feudales, estaba exento del pago de impuestos, controlaba la educación y vigilaba la moral pública.
- Burguesía. Era una clase social compuesta por comerciantes, banqueros y otros profesionales. Se dedicaban especialmente a la inversión de dinero, a la producción de bienes manufacturados, al comercio de corta y larga distancia y a prestar servicios profesionales. Vivían en las ciudades y debían pagar impuestos reales. Aunque no tenían los privilegios de la nobleza, durante la Edad Moderna mejoraron su posición social debido a su crecimiento económico. Además, algunos burgueses se incorporaron a la nobleza a través de la compra de títulos o matrimonios con familias nobles.
- Campesinado. Era el grupo social más numeroso y con menos riquezas. Se trataba de los trabajadores rurales que, además de cosechar la tierra, producían diferentes bienes. No eran dueños de tierras, sino que residían dentro de un feudo y cultivaban tierras del señor feudal para su propia supervivencia. A cambio, le debían lealtad y servicios de forma vitalicia. Era una relación de sujeción y los campesinos no eran libres de terminarla. Debían pagar impuestos a los señores feudales, a la Iglesia y al rey.
La cultura en la monarquía absoluta
Las diferentes monarquías europeas influenciaron el desarrollo de la cultura durante la Edad Moderna. En esa época, era común que los reyes actuaran como mecenas de las artes, las letras y las ciencias. De este modo, patrocinaban a los estudiosos, artistas, músicos, escritores, filósofos y otros agentes culturales, y los integraban a sus cortes. Esta actividad era conocida como patrocinio real y fue un elemento clave en el desarrollo cultural moderno.
Por otro lado, los monarcas europeos encargaron la construcción de grandes palacios y obras arquitectónicas. Estas obras buscaban reflejar la grandeza y la riqueza de la monarquía, por lo que sus diseños eran suntuosos e imponentes. Poseían enormes salones con materiales lujosos, jardines gigantes, fachadas muy ornamentadas, y la decoración interior incluía piezas de arte decorativo como tapices, muebles, porcelanas y objetos de oro con piedras preciosas.
Los estilos artísticos también estaban influenciados por los deseos de los monarcas. En esta época se desarrollaron el barroco, el rococó y el neoclásico. El estilo barroco se caracterizaba por el énfasis en el movimiento y el drama, el uso de líneas curvas y la decoración exuberante y detallada. El rococó buscaba resaltar la delicadeza y la elegancia de las cortes reales, con gran uso de motivos florales. Por su parte, el neoclásico recuperó rasgos de la antigüedad clásica, con formas simples y geométricas en búsqueda de la grandeza atemporal.
Otro aspecto importante de la cultura en las diferentes monarquías fue el desarrollo de la ciencia, la literatura y la educación. Los reyes fomentaban la creación de academias, universidades y sociedades científicas. De esta forma, con el mecenazgo real, los eruditos pudieron explorar temas de estudio por fuera de los dogmas cristianos (aunque con limitaciones y control por parte de la Iglesia católica). En esta época, la astronomía, la biología, la física y la medicina tuvieron un gran impulso y sentaron las bases para el desarrollo posterior de la ciencia.
La ideología de la monarquía absoluta
Entre los siglos XVI y XVII, hubo diferentes teorías políticas que legitimaron el poder de las monarquías absolutas. Entre ellas, se destacan:
- Teoría del absolutismo. Hubo diferentes autores que argumentaron a favor del absolutismo. Entre ellos, se encuentra la obra del teórico francés Jean Bodin, que defendía la necesidad de un poder supremo y centralizado para mantener el orden y la estabilidad dentro del reino.
- Teoría del derecho divino. Diferentes filósofos religiosos fundamentaron que los reyes absolutos gobernaban por mandato divino. El inglés Robert Filmer sostenía que el poder político derivaba directamente de Dios y que los reyes tenían el derecho divino de gobernar. El obispo francés Jacques-Bénigne Bossuet unió este concepto a la responsabilidad real de gobernar según los preceptos de la fe católica.
- Teoría del contrato social. Esta teoría describía que el origen del poder político se encontraba en el consentimiento de los ciudadanos que acordaban someterse a un gobierno para poder proteger sus derechos elementales. El filósofo inglés Thomas Hobbes sostenía que la autoridad soberana debía ser única e ilimitada para poder mantener la paz social. Además, argumentaba que los ciudadanos debían prestarle obediencia total al soberano.
Ejemplos históricos de monarquía absoluta
A lo largo de la Edad Moderna, hubo diferentes reinos europeos que estuvieron gobernados por monarquías absolutas. Entre los más destacados, se encuentran:
- Francia. Es uno de los ejemplos más destacados del absolutismo monárquico. La dinastía de los Borbones gobernó el reino desde 1589 hasta 1792, con pocas interrupciones. El rey Luis XIV (1643-1715), también llamado “Rey Sol”, se convirtió en un ícono del poder absoluto. Es conocido por su frase “L'État, c'est moi" (“El Estado soy yo”). Logró consolidar la centralización del poder real, expandió el territorio de Francia y ordenó la construcción del Palacio de Versalles, desde donde promovió el desarrollo de las artes y cultura francesas.
- España. La monarquía absoluta en España estuvo bajo el poder de la dinastía de los Habsburgo (hasta el 1700) y luego de los Borbones. Los reyes españoles construyeron uno de los imperios más grandes del mundo, con territorios en Europa, América, Asia y África. Su imperio se caracterizó por tener un fuerte vínculo con la Iglesia católica. Entre sus principales monarcas se destacan Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598).
- Rusia. Los reyes de la dinastía Romanov lograron centralizar el poder en Rusia y consolidar el poder absoluto de la monarquía entre 1613 y 1917. Entre sus monarcas más destacados se encuentran Pedro I (1682-1725), que expandió los territorios del reino e impulsó la modernización, y Catalina I (1762-1796), que promovió el desarrollo cultural ruso y llevó a cabo grandes reformas estatales.
- Austria. El poder monárquico austríaco estuvo en manos de la dinastía Habsburgo desde 1278 hasta 1918. Durante la Edad Moderna, Austria fue uno de los reinos más poderosos de Europa. El rey Carlos V (1500-1558) fue uno de los principales defensores del catolicismo durante la Reforma Protestante. Además, la reina María Teresa de Austria (1717-1780) mejoró las condiciones económicas del reino y tuvo un papel fundamental en la política europea de la época.
¿Existen monarquías absolutas en la actualidad?
En la actualidad, existen algunos países que están gobernados por monarquías en las que el rey tiene un gran poder sobre su población. En todos los casos se trata de sistemas de gobierno que reconocen alguna forma de limitación, aunque en la práctica esas limitaciones no ejerzan una influencia significativa en las decisiones de la monarquía.
Entre ellas, se pueden identificar:
- Arabia Saudita. El sistema de gobierno de este país es una monarquía islámica. Eso significa que el rey es jefe de Estado y tiene un gran poder en todos los asuntos de la sociedad, pero gobierna bajo la ley de la sharia (cuerpo legal islámico). Arabia Saudita considera al Corán (uno de los libros sagrados del islam) como su constitución y tiene un Consejo de Ministros que se ocupa de las diferentes áreas de gobierno. Sin embargo, el rey puede tomar decisiones de Estado sin consultar a ninguna otra institución y por eso se considera una monarquía absoluta.
- Omán. El Sultanato de Omán está regido por un sultán que ejerce además como primer ministro, jefe de Estado y jefe de Gobierno. Aunque el sultán tiene autoridad definitiva en todas las áreas de gobierno, también existe un parlamento bicameral electivo. Sus leyes se basan en un sistema legal mixto que integra elementos provenientes de la sharia, de la legislación civil y del derecho consuetudinario.
- Esuatini. Este reino africano era considerado hasta hace poco una monarquía absoluta. En las últimas décadas desarrolló una serie de instituciones que limitan el poder del rey. El monarca actúa como jefe de Gobierno y ocupa el Poder Ejecutivo. Existe un Poder Legislativo independiente, que tiene una estructura bicameral compuesta por una Asamblea y un Senado, pero el rey tiene la posibilidad de vetar algunas leyes, por lo que sigue ejerciendo autoridad legislativa.
- Brunéi. En este sultanato el monarca mantiene una gran autoridad por sobre todos los asuntos de gobierno. Tiene un control total sobre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Aunque existe un parlamento unicameral, está compuesto por funcionarios adeptos a la monarquía y sus decisiones se encuentran limitadas por el sultán.
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Referencias
- Ackermann, M. E. (2008). Absolutism, European. Encyclopedia of World History, vol. III: The First Global Age: 1450 to 1750. Facts on File.
- Sheldon, G. W. (2001). Absolutism; Divine right of kings; Filmer, Sir Robert. Encyclopedia of Political Thought. Facts on File.
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. (2024). Absolutism. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
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