Te explicamos qué es un gobierno aristocrático, sus características y algunos ejemplos. Además, su diferencia con la democracia y la monarquía.
¿Qué es un gobierno aristocrático?
Un gobierno aristocrático es aquel en el que el poder político y la conducción de la sociedad son ejercidos por una élite social o económica que se supone mejor dotada para desempeñar ese rol.
Esta élite constituye un grupo pequeño y privilegiado dentro de la sociedad y suele conocerse como “nobleza” o “aristocracia”. La pertenencia a ella suele ser hereditaria, y es característica de las sociedades de estamentos, como la sociedad feudal europea durante la Edad Media. En esa época, la aristocracia se componía de reyes, príncipes, condes y otros nobles que pertenecían a familias con abolengo, comúnmente ganado en guerras o gracias al matrimonio, y que ejercían su autoridad sobre un territorio y participaban en las decisiones políticas del reino.
La palabra aristocracia se compone de dos vocablos griegos: aristos (“sobresaliente”, “mejor”) y kratos (“poder”). Su significado exacto es “gobierno de los mejores”. Con este sentido fue empleado por los filósofos griegos de la Antigüedad Platón y Aristóteles, quienes defendieron la idea de un gobierno conducido por los ciudadanos más aptos por sus capacidades intelectuales y morales.
De este modo, se consideraba que la forma ideal de gobierno era la república aristocrática, en la que los “mejores” gobernaban por el interés general. Su forma corrompida era la o de pocos”), en la que la élite solo gobernaba en beneficio propio, es decir, a favor de los más ricos (lo que actualmente se conoce como plutocracia).
Aristocracia y nobleza
Como Aristóteles consideraba que los “mejores” pertenecían al estrato de los más ricos y de mayor estatus, el término aristocracia quedó asociado posteriormente a la nobleza hereditaria europea, independientemente de sus aptitudes morales o intelectuales. En la práctica, los gobiernos aristocráticos de la Edad Media, la Edad Moderna y comienzos de la Edad Contemporánea funcionaban como gobiernos oligárquicos. Actualmente, “aristocracia” se usa como sinónimo de “nobleza” o “estamento noble”.
Puntos clave
- Un gobierno aristocrático es aquel en el que el poder es ejercido por una élite social o económica.
- En su sentido original, defendido por Platón y Aristóteles, significa “gobierno de los mejores” (los más aptos para gobernar).
- Históricamente, el término quedó asociado al gobierno de un grupo privilegiado y hereditario en una sociedad estamental.
- Algunos ejemplos de gobierno aristocrático fueron el régimen de los espartiatas en Esparta, el arcontado en Atenas, el predominio patricio en Roma y la época feudal en Europa.
- Desde los siglos XVIII y XIX, el término aristocracia se comenzó a usar como sinónimo de nobleza.
- Ver además: Autocracia
Características de un gobierno aristocrático
Las principales características de un gobierno aristocrático son:
- Gobierno de una élite. El poder político se concentra en un grupo reducido de personas, que se consideran a sí mismas como las más aptas para gobernar y que se destacan por su linaje, su estatus o su riqueza.
- Control de las instituciones políticas. La aristocracia gobierna mediante el control político de consejos, asambleas y magistraturas. En estos órganos, los aristócratas se reúnen periódicamente para tomar decisiones y ejecutar acciones. Cuando conviven con la figura de un monarca o gobernante, los nobles integran los concilios o consejos de gobierno que los asesoran.
- Estratificación social. La estructura social de un gobierno aristocrático es de tipo estamental, es decir, dividida en estratos sociales que suelen depender de la herencia familiar y no dejan mucho lugar para la movilidad social. El linaje nobiliario se constituye en un valor social que distingue a los aristócratas del resto de los ciudadanos. Al controlar el Estado, los aristócratas tienden a favorecer sus propios intereses.
- Exclusión de la mayoría. Los aristócratas controlan todos los cargos políticos, o al menos los más importantes, y excluyen de ellos a otros sectores de la población, que ven limitada su participación política y su capacidad de defender sus propios intereses. De este modo, la aristocracia tiene privilegios que no están disponibles para el resto de la población.
- Justificación ideológica. Los privilegios políticos y sociales de la aristocracia gobernante se suelen justificar con argumentos que apuntan a su superioridad moral o intelectual y, especialmente, a su origen noble (por ejemplo, como descendientes de las familias fundadoras de un clan, una ciudad o un Estado). También se sostienen en motivos religiosos, como el hecho de controlar por generaciones el sacerdocio y considerarse los máximos conocedores del culto al dios o a los dioses.
Ejemplos de gobierno aristocrático
Algunos ejemplos históricos de gobiernos aristocráticos fueron:
- Esparta. En la Edad Antigua, la polis (ciudad-Estado) de Esparta se organizó como una diarquía, es decir, un régimen con dos reyes que se repartían las funciones militares, políticas y religiosas. Sin embargo, los reyes estaban limitados por el poder de la gerusía (un consejo de ancianos) y por la asamblea de los iguales, cuyos miembros pertenecían a la aristocracia espartana (llamados espartiatas) y constituían el sector más rico de la sociedad. Este sistema mantenía un equilibrio de poder entre las familias ricas y fue definido como un gobierno aristocrático (pues gobernaba la aristocracia espartana) y como un gobierno oligárquico (pues gobernaban unos pocos para su propio beneficio).
- Atenas. El gobierno aristocrático ateniense reemplazó a la monarquía cuando el monarca (basileus) fue sustituido por tres magistrados, llamados arcontes, que luego derivaron en el arcontado, es decir, el gobierno de nueve arcontes que ocupaban el cargo durante un año y que provenían de las familias aristocráticas o eupátridas. Los arcontes gobernaban junto al areópago, un consejo integrado por otros miembros de las familias nobles. Con las reformas de Solón de comienzos del siglo VI a. C., la participación política pasó a depender de los ingresos económicos y no del linaje. Esto dio lugar a un sistema oligárquico llamado “timocracia” (los que ocupaban los cargos políticos más importantes provenían de los estratos de mayores recursos). Este sistema fue finalmente sustituido por la democracia a finales del siglo VI a. C.
- República romana. Durante los primeros años de la República romana, la administración del Estado estaba a cargo de los patricios, que eran las familias aristocráticas de Roma por nacimiento. Los patricios integraban el Senado y elegían a los dos cónsules, que eran las máximas autoridades de la república. Luego de años de conflictos, los ciudadanos que no pertenecían al patriciado, conocidos como plebeyos, fueron conquistando derechos políticos e incluso llegaron a integrar el Senado y a ser elegidos cónsules. Sin embargo, quienes accedían a los cargos políticos más importantes eran los plebeyos ricos, que junto a los patricios pasaron a conformar una nueva aristocracia, conocida como nobilitas.
- Europa medieval. En la Edad Media, las máximas autoridades políticas de Europa eran los monarcas, pero el poder fáctico estuvo en gran medida en manos de los señores feudales, que integraban el estamento hereditario de los nobles. La alta nobleza medieval era una especie de aristocracia rural que gobernaba sobre sus tierras y brindaba asistencia a los monarcas, a quienes además influenciaba. Cuando los monarcas comenzaron a concentrar nuevamente el poder a finales de la Edad Media y durante la Edad Moderna, los nobles perdieron gran parte de su autonomía pero continuaron participando en las decisiones políticas de los reinos, hasta que algunos episodios de cambio, como la Revolución francesa de 1789, les quitaron sus privilegios.
Riesgos de un gobierno aristocrático
Según Aristóteles, la aristocracia es una forma ideal de gobierno cuando representa el “gobierno de los mejores”, es decir, cuando un grupo de notables conduce el Estado para el interés general. Sin embargo, la aristocracia puede volverse una oligarquía cuando degenera en el “gobierno de pocos” en beneficio propio. En general, los gobiernos aristocráticos de la historia tendieron precisamente a favorecer los intereses de la aristocracia, que se volvió un sector social hereditario y privilegiado.
Efectivamente, uno de los principales riesgos de un gobierno de aristócratas es que su concentración del poder beneficie solamente a la nobleza y perjudique o ignore los intereses y derechos de otros estamentos de la población, como los sectores de escasos recursos o las familias ricas que no pertenecen a un linaje noble.
Además, un gobierno aristocrático puede dar paso a una tiranía, cuando uno de sus miembros decide acumular más poder e impone su autoridad por la fuerza. Esto ocurrió muchas veces en la Antigua Grecia, debido a la inexistencia o el debilitamiento de los contrapesos de poder en la sociedad, algo que en Atenas se subsanó mediante la instauración de la democracia.
Origen de la relación entre aristocracia y nobleza
El término aristocracia surgió en la Antigua Grecia para hacer referencia a una forma ideal de gobierno en la que los asuntos del Estado eran conducidos por los “mejores”. Sin embargo, dado que las personas consideradas más virtuosas y educadas pertenecían a los estratos sociales más elevados y a las familias con un linaje reconocido, el término quedó cada vez más asociado al gobierno de una clase social privilegiada, enriquecida y hereditaria.
En la Antigua Roma, el estamento aristocrático recibía el nombre de patriciado y, cuando se formó una nueva aristocracia formada por patricios y plebeyos ricos, estos recibieron el nombre de nobilitas. En la Edad Media europea, el término nobleza comenzó a emplearse para referirse al orden que comprendía a los poseedores de tierras, rentas o títulos, ya fuera por herencia familiar o por el favor del rey.
En las monarquías europeas de los siglos XVIII y XIX, en un contexto de agitación revolucionaria e ideas republicanas, el término aristocracia se convirtió en sinónimo de nobleza, es decir, de pertenencia a una casta familiar y social de privilegiados, descendientes de los grandes terratenientes del Medioevo o de familias que obtuvieron un título nobiliario por alguna gesta militar, por matrimonio o por haber comprado el título. En este caso, se solía llamar aristócrata a todo aquel que defendiera los privilegios de la nobleza hereditaria y se opusiera a las transformaciones sociales y políticas promovidas por los revolucionarios, y se definía a la monarquía del Antiguo Régimen como un gobierno aristocrático que aseguraba estos privilegios.
La Revolución francesa
La Revolución francesa de 1789 se levantó contra la monarquía absoluta de Luis XVI de Francia y, antes de derrocar al monarca, abolió primero la servidumbre y los derechos feudales de la nobleza y el clero. Este episodio inició un proceso que tuvo marchas y contramarchas y se replicó en otros países.
Sin embargo, en muchos casos la nobleza conservó un rol político y económico importante hasta comienzos del siglo XX. Por ejemplo, en Rusia hasta 1917 y en Alemania hasta 1919. En la actualidad, los títulos nobiliarios tienen generalmente un carácter más honorífico que político o económico.
- Más en: Revolución francesa
Diferencias entre aristocracia, democracia y monarquía
La democracia se distingue de la aristocracia en que es el pueblo el que elige a sus representantes políticos a través de elecciones, mientras que un gobierno aristocrático se conforma por miembros de la nobleza que no son elegidos por el voto popular. Los nobles acceden a los cargos de gobierno por derecho hereditario o por nombramientos realizados dentro de la propia nobleza, y pueden integrar órganos colectivos como el consejo nobiliario.
Por otro lado, la monarquía y el gobierno aristocrático tienen puntos en común pero no son lo mismo. Los reyes suelen provenir de una familia noble o aristocrática y muchas veces defienden los intereses de este sector social. Sin embargo, en términos políticos, una monarquía es el gobierno de un monarca, que concentra el poder del Estado, y puede darse el caso de que beneficie a otros sectores sociales que no sean nobles. Por ejemplo, algunas monarquías absolutas de la Edad Moderna se apoyaron en sectores de la burguesía para reforzar su poder, en detrimento de la nobleza tradicional. En cambio, un gobierno aristocrático está formado por un grupo de nobles que gobierna colectivamente, ya sea de forma autónoma o en simultáneo con un rey.
Usos contemporáneos del término “aristocracia”
En la actualidad, el término aristocracia se emplea como sinónimo de nobleza. En este sentido, se aplica principalmente a los estamentos nobles del pasado en diversas regiones del mundo. Sin embargo, también se usa para caracterizar a las familias nobles que persisten en algunos países y a los herederos de antiguos linajes que conservan sus títulos nobiliarios de forma honorífica (es decir, sin obtener ningún privilegio).
Otros usos del término enfatizan el carácter sobresaliente o privilegiado de algunos grupos de personas en ámbitos específicos de la sociedad contemporánea. Así, se habla de “aristocracia financiera” (el sector de la alta burguesía que debe su riqueza a las finanzas), “aristocracia del saber” (ciertos tecnócratas o académicos que se destacan en su campo o que cumplen un rol social activo) y “aristocracia obrera” (el sector más privilegiado dentro de la clase obrera organizada).
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Referencias
- Bobbio, N., Matteucci, N. y Pasquino, G. (Dirs.). (2015). Diccionario de política. Siglo XXI.
- Heslop, D. A. (2023). Political system. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Sartori, G. (1992). Elementos de teoría política. Alianza.
- The Editors of Encyclopaedia Britannica (2024). Aristocracy. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
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