Reyes Católicos

Te contamos quiénes fueron los Reyes Católicos y cuál fue su papel en la historia de la monarquía española. Además, las características de su reinado.

Los Reyes Católicos pusieron las bases de la monarquía centralizada en España.

¿Quiénes fueron los Reyes Católicos?

Los Reyes Católicos fueron Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. Contrajeron matrimonio en 1469 y, cuando Isabel heredó la corona de Castilla en 1474 y Fernando la corona de Aragón en 1479, se convirtieron en los primeros soberanos de una monarquía española centralizada.

A la unión dinástica de las coronas de Castilla y Aragón le siguió la unificación de la mayor parte de los territorios de la Península Ibérica, el establecimiento de alianzas matrimoniales con Portugal (que no llevaron a su incorporación) y una política expansionista. 

Se consiguió la conquista del reino nazarí de Granada (último Estado musulmán en la península), la recuperación de territorios que habían sido cedidos a Francia, la conquista de las islas Canarias, la incorporación de Navarra y Nápoles, la ocupación de áreas del norte de África y la expansión atlántica que llevó al descubrimiento europeo del “Nuevo Mundo” y la consiguiente conquista de territorios americanos.

La monarquía de los Reyes Católicos se sostuvo en medidas institucionales que concentraron el poder en los monarcas y consolidaron la unidad religiosa mediante la expulsión o conversión de judíos (1492) y musulmanes (1502) y la creación de la Inquisición española (1478).

A la muerte de Isabel I en 1504, Fernando II siguió reinando como rey de Aragón y como regente de Castilla hasta su muerte en 1516.

Puntos clave

  • Los Reyes Católicos fundaron la monarquía española a través de la unión dinástica de las coronas de Castilla y Aragón y la posterior incorporación de Granada, Navarra, Canarias y otras regiones. La política expansionista de los Reyes Católicos los llevó a patrocinar los viajes de Cristóbal Colón que llevaron al descubrimiento europeo de América.
  • Los Reyes Católicos pusieron las bases de una monarquía centralizada. Se la suele considerar el primer paso hacia la construcción de un Estado moderno en España, con un ejército de la Corona, un sistema impositivo centralizado, una burocracia administrativa y unos mecanismos de organización local en villas y ciudades.
  • Los Reyes Católicos provocaron la definitiva derrota de los musulmanes de la península en 1492, episodio final de la llamada “Reconquista”. La política de unificación religiosa llevó a la expulsión o conversión forzada de judíos y musulmanes, y a la creación de la Inquisición española.

Los Reyes Católicos y la unidad dinástica

La guerra de sucesión castellana

En 1469 tuvo lugar el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Ambos pertenecían a las familias reinantes en Castilla y Aragón, donde reinaban diferentes ramas de la dinastía Trastámara.

Tras la muerte de Enrique IV de Castilla en 1474, estalló una guerra civil por la sucesión en Castilla, que enfrentó a los partidarios de:

  • La hermana de Enrique IV, Isabel de Castilla, que contaba con el apoyo de la corona de Aragón.
  • La presunta hija de Enrique IV, Juana “la Beltraneja”, apoyada por el reino de Portugal.

El conflicto sucesorio culminó con la batalla de Toro en 1476 y la paz de Alcazovas con Portugal en 1479. Isabel I fue reconocida como reina de Castilla.

La unión dinástica

En 1479, el mismo año que Isabel I fue reconocida como reina de Castilla, Fernando II fue coronado rey de Aragón tras la muerte de su padre, Juan II. Dado que Isabel y Fernando ya habían contraído matrimonio, esta situación provocó la unión dinástica entre los dos reinos más poderosos de la península: Castilla y Aragón

A continuación, los nuevos reyes se propusieron unificar toda la Península Ibérica bajo su corona:

  • En enero de 1492 culminó la conquista del reino nazarí de Granada, última etapa de la llamada “Reconquista” que terminó con el último Estado musulmán en la península.
  • A partir de 1490, los Reyes Católicos usaron la política matrimonial para vincularse a la corona de Portugal, aunque la unión dinástica de Castilla y Portugal se realizó recién en 1580, bajo el reinado de Felipe II.
  • Tras la muerte de Isabel I en 1504, Fernando II conquistó Navarra en 1512 y, en 1515, se declaró la incorporación de Navarra a Castilla.
  • Anteriormente, con la firma del Tratado de Barcelona en 1493, Aragón había recuperado de Francia los territorios del Rosellón y la Cerdaña, y Castilla había concluido en 1496 la conquista de las islas Canarias.

De este modo se produjo el proceso de unificación de España. La unidad era, sin embargo, una unión dinástica. Si bien los distintos reinos quedaron bajo la autoridad de los mismos monarcas, siguieron manteniendo diferentes leyes e instituciones.

La conquista de Canarias y la aproximación a Portugal

Las coronas de Castilla y Portugal eran rivales sobre los derechos de conquista de las islas Canarias. Finalmente, en 1479, Portugal renunció a las islas por el Tratado de Alcazovas. En 1478, los Reyes Católicos ordenaron la conquista de Gran Canaria. En 1493 fue anexionada la isla de La Palma y la unión a Castilla concluyó en 1496 con la conquista de Tenerife.

El proceso de conquista fue muy similar al que luego se aplicó en América. Fue llevado a cabo por particulares que firmaban contratos (llamados “capitulaciones”) con la corona de Castilla, que les concedía el permiso para explorar y conquistar tierras.

Los guanches, la población indígena de las islas Canarias, fueron diezmados. La violencia de los conquistadores y el contagio de enfermedades procedentes de Europa fueron la clave del desastre demográfico.

Los conquistadores, sobre todo andaluces y extremeños, esclavizaron a la decreciente población indígena, pese a las prohibiciones legales de los reyes y del Papa. Ante la disminución demográfica, comenzaron a llevar a las islas Canarias a esclavos obtenidos en la costa africana. El azúcar se convirtió en la principal fuente de riqueza en las islas.

La estructura administrativa se copió de la castellana, con un capitán general al frente del archipiélago y dos adelantados en Tenerife y Gran Canaria. Cristóbal Colón hizo escala en Gran Canaria, y luego zarpó de la isla de La Gomera en el viaje que lo llevó a América en 1492.

Con respecto a Portugal, los Reyes Católicos utilizaron la política matrimonial de forma sistemática como un instrumento de la política exterior:

  • En 1490, casaron a su hija Isabel con el príncipe Alfonso de Portugal, hijo primogénito del rey Juan II.
     
  • La muerte de Alfonso en 1491 y del rey Juan II en 1495 dejaron como heredero al hermano del monarca, Manuel I, llamado “el Afortunado”. En 1497, Manuel I se casó con Isabel.
     
  • Isabel murió en 1498, durante el parto de su hijo Miguel, y este murió dos años después. La diplomacia matrimonial llevó al matrimonio de la infanta María, hija también de los Reyes Católicos, con el rey Manuel I de Portugal.

Pese a que esta política matrimonial no llevó a la unión con la corona de Portugal durante el reinado de los Reyes Católicos, la compleja red de relaciones familiares permitió que, en 1580, Felipe II reclamara con éxito su derecho al trono de Portugal.

La organización del Estado bajo los Reyes Católicos

Los Reyes Católicos llevaron adelante una labor de fortalecimiento del poder de los monarcas. La tarea comenzó durante los años de la guerra civil en Castilla (1475-1479) y continuó a lo largo de todo su reinado. 

Isabel y Fernando pusieron fin al conflicto entre el poder nobiliario y el poder real que había caracterizado a la Baja Edad Media. Con los Reyes Católicos, la autoridad de los monarcas fue restaurada y se consolidaron las instituciones de gobierno y la hacienda pública:

  • Se reorganizó el sistema de Hacienda en las Cortes de Toledo de 1480, cuando se revisaron las mercedes (concesiones a los nobles) efectuadas durante el reinado de Enrique IV. Esta medida perjudicó principalmente a los nobles que habían apoyado a Juana ”la Beltraneja” en la guerra de sucesión castellana y permitió a los monarcas recuperar más de la mitad de sus rentas.
  • Se aprobó la constitución de la Santa Hermandad en 1476, en las Cortes reunidas en Madrigal de las Altas Torres. Se trataba de un organismo policial y judicial que ejercía también una importante labor en la recaudación de impuestos. La Santa Hermandad fue clave en la pacificación y restauración del orden en el reino.
  • Se reorganizó el Consejo Real en 1480, lo que dio un papel central a los letrados, salidos de las universidades con una sólida formación jurídica. Los nobles quedaron relegados a un papel puramente consultivo.
  • El poder real también se reforzó en el ámbito local con la extensión de los corregidores. Estos eran delegados del poder de los monarcas en villas y ciudades, presidían los ayuntamientos y tenían funciones judiciales y policiales.
  • Se estableció el control real de las órdenes militares (Santiago, Calatrava, Alcántara) y el fortalecimiento de la administración de la justicia, con dos reales chancillerías ubicadas en Valladolid y Granada.
  • En la corona de Aragón, el poder monárquico tuvo más dificultades que en Castilla para fortalecerse, debido a la tradición política “pactista” de Aragón (donde el rey debía pactar con la nobleza y las Cortes). No obstante, fue reforzado el poder de los lugartenientes generales, delegados temporales del rey que se volvieron importantes debido a las frecuentes ausencias de Fernando II del reino de Aragón.

La política religiosa de los Reyes Católicos

El primer inquisidor general de la Inquisición española fue Tomás de Torquemada.

Los “Reyes Católicos” recibieron este nombre por iniciativa del papa Alejandro VI en 1496. Se debió al reconocimiento de su defensa de la fe católica en toda la península, lo que incluyó la conquista del reino nazarí de Granada (1492), la expulsión o conversión al catolicismo de los judíos de la península (1492) y la creación de la Inquisición española (1478).

El Tribunal de la Inquisición en el reino de Castilla fue creado por el papa Sixto IV, por iniciativa de los Reyes Católicos, con el objetivo de investigar y castigar a las personas acusadas de herejía. La actividad de la Inquisición española en estos años se concentró principalmente en los judeoconversos que se creía que seguían profesando la fe judía en secreto.

A diferencia de la Inquisición pontificia, los inquisidores del Santo Oficio español eran nombrados por la Corona y dependían directamente de esta. El primer inquisidor general de España fue Tomás de Torquemada. El objetivo político de esta institución era conseguir la unificación religiosa de la Península Ibérica para consolidar el dominio de la monarquía centralizada.

La política exterior de los Reyes Católicos

La conquista del reino Nazarí de Granada y sus consecuencias

La conquista de Granada fue el momento culminante de la llamada “Reconquista”.

La guerra de Granada comenzó en 1482 y estuvo marcada por el poderío militar cristiano y por las divisiones internas en el reino musulmán. Sus principales momentos fueron las conquistas de Ronda (1485) y Málaga (1487).

El sitio final de la ciudad de Granada, entre abril de 1491 y enero de 1492, culminó con la rendición final de Boabdil, el último sultán del reino nazarí, el 2 de enero de 1492.

La guerra y la conquista de Granada fueron tan importantes para el reinado de los Reyes Católicos que los restos de ambos reposan en la capilla real de la catedral de Granada. Esta importancia puede identificarse en los siguientes aspectos:

  • La conquista de Granada sirvió para reforzar el prestigio de los monarcas. 
  • Para el reino de Castilla, esta conquista ratificó la victoria de Isabel y Fernando en el conflicto de sucesión y aseguró su posición frente a la nobleza, a la que hicieron participar de forma masiva en la guerra. 
  • Este enfrentamiento incentivó el desarrollo del sistema fiscal y la capacidad militar castellana. Se formó un ejército de la Corona, lo que significó un momento clave en la construcción del Estado moderno.
  • La guerra de Granada consolidó la unidad de castellanos y aragoneses, que participaron, (aunque de manera desigual) tanto de forma militar como financiera, en esta primera gran empresa común de la nueva monarquía.
  • En política internacional, esta conquista permitió fortalecer la defensa de la costa mediterránea, ante el avance del Imperio otomano.
  • La toma de Granada dejó a los Reyes Católicos las manos libres para concentrar sus fuerzas en los otros frentes de su política exterior, especialmente su rivalidad con Francia en el Rosellón, Italia y Navarra.

La expansión en Italia

Mientras Castilla se lanzaba a la expansión atlántica y a la progresiva conquista de tierras americanas, los Reyes Católicos se enfrentaron con Francia por el predominio en la península italiana.

Cerdeña y Sicilia estaban integradas en la corona de Aragón, y en Nápoles reinaba una rama bastarda de Alfonso V de Aragón. En un primer momento, Fernando el Católico y el monarca francés, Carlos VIII, buscaron una solución pactada. Fruto de esta actitud fue el Tratado de Barcelona (1493) por el que Aragón recuperó el Rosellón y la Cerdaña.

Sin embargo, el pacto se rompió cuando Carlos VIII conquistó Nápoles en 1495. La reacción española fue inmediata: se enviaron tropas comandadas por un noble castellano, Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido como el Gran Capitán. Tras una larga campaña militar, las tropas españolas incorporaron a la monarquía hispánica el reino de Nápoles en 1504. España se convirtió así en una gran potencia europea.

La expansión en el norte de África y América

Luego de la conquista de Granada, los Reyes Católicos favorecieron los viajes de Cristóbal Colón.

Luego de la conquista de Granada, los castellanos siguieron una política expansionista en el norte de África que buscaba neutralizar a los piratas berberiscos apoyados por la gran potencia del Mediterráneo oriental, el Imperio otomano.

La conquista de Melilla (1497) y de Orán (1509), así como el establecimiento de protectorados en Bujía, Trípoli y Argel, parecían anticipar la conquista española del Magreb. Sin embargo, la derrota en las islas de Gelves frustró el proyecto expansionista. La monarquía hispánica mantuvo algunos puntos fortificados en el norte de África pero no consiguió acabar con la piratería berberisca.

Durante el reinado de los Reyes Católicos también se produjo la llegada de navíos españoles a las costas de América en 1492, empresa a cargo de Cristóbal Colón. La llegada a América desencadenó un proceso de exploración, evangelización y conquista que continuó durante la época de los Austrias.

La incorporación del reino de Navarra

Durante la Baja Edad Media, el reino de Navarra había oscilado entre la influencia francesa (predominante) y las ambiciones de las coronas aragonesa y castellana. A partir de 1451, la guerra civil entre dos facciones nobiliarias, los agramonteses y los beamonteses, agravó la debilidad del reino, que ya había sido golpeado por la crisis económica y las epidemias.

Fernando el Católico intensificó su intervención en Navarra, apoyado en el bando beamontés, pese a que este bando había sido derrotado en la guerra civil navarra (1451-1464). Los agramonteses buscaron el apoyo de Francia y esto fue considerado por Fernando el Católico como un acto hostil.

La invasión de Navarra tuvo lugar en 1512. Pese a la resistencia de la facción navarra aliada de Francia, la anexión se consolidó. En 1513, las Cortes de Navarra, convocadas en Pamplona y con la asistencia exclusiva de beamonteses, nombraron a Fernando el Católico rey de Navarra. 

El 7 de julio de 1515 las Cortes de Castilla en Burgos anexionaron el reino de Navarra al de Castilla. El nuevo rey se comprometió a respetar los fueros del reino y, en adelante, Navarra conservó su propio ordenamiento jurídico, sus instituciones y su autonomía.

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Gayubas, Augusto (24 de octubre de 2024). Reyes Católicos. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 17 de noviembre de 2024 de https://humanidades.com/reyes-catolicos/.

Sobre el autor

Autor: Augusto Gayubas

Doctor en Historia (Universidad de Buenos Aires)

Fecha de actualización: 24 de octubre de 2024
Fecha de publicación: 28 de septiembre de 2023

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