Emociones

Te explicamos qué son las emociones y cómo se desarrollan en cada etapa de vida. Además, cuáles son sus características y clasificación.

Emociones
Las emociones tienen lugar en una región de la mente y del cuerpo no tan conscientes.

¿Qué son las emociones?

Las emociones son fenómenos complejos, reacciones psicofisiológicas del ser humano provocadas por un estímulo que resulta significativo para la persona. El estímulo puede ser interno (por ejemplo, recordar algo) o externo (por ejemplo, recibir un comentario negativo).

Las emociones más comunes son el asco, el miedo, la sorpresa, el enfado, la alegría y la tristeza.

Las emociones son comunes a todos los seres humanos pero dependen de la personalidad y de los rasgos distintivos de cada individuo. Una emoción implica tres componentes:

  • Componente neurofisiológico. La persona desarrolla respuestas involuntarias, que no puede controlar, como taquicardia, sudoración, rubor.
  • Componente conductual. Se dan respuestas en el comportamiento, por ejemplo, se modifica el tono y el volumen de la voz, la gestualidad y las expresiones faciales. Si bien son involuntarias, es posible ejercer cierto control sobre estos aspectos, así como aprender técnicas para regularlos.
  • Componente cognitivo. El individuo procesa la información que le llega por medio de una emoción, la califica (agradable o desagradable) y puede nombrarla. Por ejemplo, una persona puede decir “me siento tensa” al experimentar nerviosismo y falta de paciencia.

En los animales y en el ser humano las emociones comunican intenciones y suelen ser reacciones apropiadas ante eventos del entorno. Por ejemplo, el miedo es una emoción que ayuda al individuo a protegerse, la rabia sirve para reaccionar en defensa propia.

En el caso del ser humano, las emociones nacen con las personas y crecen en complejidad y madurez según las distintas etapas evolutivas. Por ejemplo, un niño pequeño siente alegría al recibir un juguete nuevo, mientras que un adulto ante una situación novedosa puede sentir al mismo tiempo alegría, interés, miedo.

La palabra emoción proviene del vocablo latino emotio, que se traduce como “aquello que moviliza” o simplemente “impulso”.

¿Cuáles son las emociones más frecuentes?

Las emociones más frecuentes se vinculan con respuestas básicas a situaciones concretas. Son estrategias del organismo para adaptarse a ciertos estímulos que les impiden permanecer indiferentes.

  • La rabia. Aporta energía para enfrentar determinadas situaciones. Suele provocar tensión muscular, respiración agitada y sensación de calor. Por ejemplo, puede experimentarse durante una discusión o un contratiempo.
  • La tristeza. Produce la reducción del tono muscular y un estado de cansancio. Puede producir falta de apetito y disminución de la energía. Por ejemplo, es habitual sentir tristeza ante una pérdida o una decepción.
  • La alegría. Es agradable, provoca un aumento del ritmo cardíaco, así como de energía y entusiasmo. Suele producir pensamientos positivos. Se origina por un suceso placentero. Por  ejemplo, se experimenta ante una buena noticia o un encuentro esperado.
  • La sorpresa. Aumenta la frecuencia cardíaca, se dilatan las pupilas y puede acompañarse con mayor sudoración. Se relaciona con la curiosidad y la inocencia. Por ejemplo, se siente cuando sucede algo que se consideraba imposible o al encontrar un objeto valioso que estaba perdido.
  • El asco. Provoca rechazo o repulsión, es necesario para evitar elementos nocivos. Es parte del proceso de aprender a elegir. Por ejemplo, se experimenta ante un olor desagradable o ante una imagen de suciedad. 

Emociones y sentimientos

Las emociones se distinguen de los sentimientos, que son sensaciones conscientes y se dan a nivel cognitivo (es decir: se puede razonar sobre ellos). Por ejemplo, una persona puede explicar que siente felicidad porque logró mudarse a una casa que le gusta mucho. Las emociones, en cambio, describen estados corporales. Por ejemplo, reaccionar con sorpresa al escuchar un ruido fuerte.

Los sentimientos representan una experiencia más estable y duradera de la emoción. Son el resultado de lo que elabora cada individuo según su subjetividad y las emociones vividas.

Al estar centradas en el estímulo, las emociones desencadenan respuestas automáticas y a veces instintivas, por ejemplo, posturas, gestos faciales y otros movimientos involuntarios. También afectan la estructura conductual de la persona y pueden provocar reacciones inesperadas. Por ejemplo, sentir enojo y comenzar a gritar.

¿Para qué sirven las emociones?

Una emoción tiene tres funciones principales:

  • Función adaptativa. Impulsa conductas adecuadas a la situación. Por ejemplo, el miedo ante una situación peligrosa provoca la huida.
  • Función social. Comunica necesidades y deseos y permite que otras personas sepan cómo vamos a actuar. Por ejemplo, mostrar miedo durante una pelea puede generar que la otra persona disminuya su agresividad.
  • Función motivacional. Lleva a la acción. Por ejemplo, reconocer que se siente miedo de subir a una montaña rusa lleva a no subirse.

Las emociones en las distintas etapas de la vida

Las emociones humanas atraviesan distintas etapas a lo largo de nuestro desarrollo:

  • Primera infancia. Los niños muy pequeños son capaces de percibir y manifestar emociones, por ejemplo, sienten enojo y lo expresan a través del llanto.
  • Niñez. Hacia los cuatro años de edad, los niños pueden reconocer y comprender las emociones más básicas, como el miedo, la alegría y el enojo. Empiezan a entender que una misma situación puede generar distintas respuestas. Más adelante, comienzan a relacionar los hechos con las emociones que generan y experimentan la ambivalencia: dos emociones opuestas ante la misma situación. Por ejemplo, ante el comienzo de clases luego de un receso pueden sentir alegría por reencontrarse con sus compañeros y tristeza al perder tiempo de ocio.
  • Adolescencia. Hacia los quince años, se producen cambios en relación a las emociones: cambia la concepción de uno mismo con el entorno y cambian las relaciones interpersonales. Los adolescentes pueden reconocer las emociones propias y de otras personas en un mismo momento. Adquieren reglas sociales de expresión emocional. Por ejemplo, pueden sentir mucho enojo ante la desaprobación de un examen y no reaccionar agresivamente. 
  • Adultez. Las personas adultas tienden a poder regular y comprender las emociones de manera más consciente. Por ejemplo, pueden sentir estrés y buscar formas de identificar qué lo causa y cómo disminuirlo.

Tipos de emociones humanas

Según su nivel de complejidad, las emociones pueden ser:

  • Emociones primarias o básicas. Son las emociones más elementales y están vinculadas con respuestas inmediatas a un estímulo. Por ejemplo, la tristeza, la alegría, la sorpresa, el asco, el miedo y la ira.
  • Emociones secundarias. Son las emociones más elaboradas y surgen a partir de las emociones básicas. Por ejemplo, la felicidad y la satisfacción, emociones más cercanas a sentimientos en la medida en que requieren mayor trabajo psíquico.

Según cómo afectan el comportamiento, pueden ser:

  • Emociones positivas. Son agradables, proporcionan disfrute y bienestar. Son indicadores de bienestar psicológico. Por ejemplo, la alegría o la serenidad.
  • Emociones negativas. Son desagradables, se experimentan ante una amenaza y requieren estrategias para afrontarlas. Su función se relaciona con la supervivencia y la adaptación a la realidad. Por ejemplo, la ira o la soledad.
  • Emociones ambiguas. Pueden ser positivas o negativas según las circunstancias. Por ejemplo, una sorpresa, que puede ser positiva o negativa.

Salud emocional e inteligencia emocional

La inteligencia emocional es la capacidad de identificar las emociones, propias y de otras personas. Esta habilidad permite, por ejemplo, una mejor comunicación, mayor confianza para expresarse y un mejor autocontrol.

La inteligencia emocional ha sido estudiada y promovida en diversas áreas como la psicología, el psicoanálisis y las neurociencias. Existen actualmente diversos proyectos escolares que incluyen la educación emocional como parte de sus programas, ya que es una habilidad que se puede enseñar y aprender a lo largo de la vida. La educación emocional pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento del cognitivo, por lo que apunta a un desarrollo más integral.

El término “salud emocional” está relacionado con el lugar que se les otorga a las emociones en determinado marco cultural, social e histórico.

En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define el bienestar emocional como aquel se da cuando alguien tiene la capacidad de reconocer sus propias emociones, expresarlas y adaptarse a los desafíos. Permite transitar la vida cotidiana de forma activa. Por lo tanto, fomentar la inteligencia emocional es clave para el bienestar integral de las personas en la sociedad actual.

La somatización. Las emociones no expresadas o reprimidas pueden transformarse en padecimientos físicos. Se generan, entonces, síntomas que no tienen una causa física y que interfieren en el desarrollo de las actividades cotidianas. Por ejemplo, la rabia puede devenir en dolores de cabeza, la tristeza en falta de apetito, etc.

¿Se pueden autorregular las emociones?

La autorregulación emocional es la capacidad de identificar las emociones que pueden generar un desequilibrio, y manejarlas de forma adecuada. Tener mayor conciencia de los sentimientos, y distinguir entre las emociones positivas y las negativas permite un mayor bienestar.

Mediante la autorregulación, las personas pueden controlar los efectos de sus emociones sobre sí mismas y su impacto sobre los demás.  

La autorregulación es un proceso cognitivo que se desarrolla desde la infancia. Con el tiempo, las personas logran mayor conciencia y control sobre sus emociones. Algunas formas de potenciar este proceso son: 

  • Expresar activamente las emociones, evitando reprimirlas. Por ejemplo, conversar, bailar, dibujar.
  • Revisar los pensamientos, procurando controlarlos. Por ejemplo, reflexionar sobre las ideas negativas y reformularlas positivamente.
  • Identificar y aceptar los sentimientos, tomando conciencia de lo que sucede. Por ejemplo, generar espacios de meditación y reflexión.
  • Reflexionar sobre las experiencias, registrando hechos y sensaciones. Por ejemplo, llevar un diario donde plasmar por escrito sucesos y sentimientos.

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Referencias

  • Bisquerra, R. (2010). Educación Emocional y bienestar. Madrid: Wolters Kluwer.
  • Plutchik, R. (1970). Emotions, evolution, and adaptive processes. En M.B. Arnold (Ed.). Feelings and emotions. Nueva York: Academic Press.

¿Cómo citar?

"Emociones". Autor: María Inés Gómez. De: Argentina. Para: Enciclopedia Humanidades. Disponible en: https://humanidades.com/emociones/. Última edición: 10 abril, 2024. Consultado: 19 abril, 2024.

Sobre el autor

Autor: María Inés Gómez

Psicopedagoga (IES Alicia Moreau de Justo). Arteterapeuta (SEUBE-UBA y UCAECE).

Fecha de actualización: 10 abril, 2024
Fecha de publicación: 1 agosto, 2018

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