Intuición

Te explicamos qué es la intuición y cuáles son sus características principales. Además, su importancia y cómo desarrollarla.

¿Qué es la intuición?

La intuición es la capacidad del ser humano de entender situaciones, cosas, pensamientos o sentimientos y poder tomar decisiones al instante sin la intervención de la mente o la lógica. Es llamada popularmente como “presentimiento”, “corazonada” o “voz interna”.

El ser humano percibe mucho más que aquello que hace consciente, toda esa información se almacena y forma parte de la intuición. La intuición se caracteriza por dar respuestas rápidas y automáticas porque usa el contenido del inconsciente para evaluar y reaccionar frente a un estímulo o situación sin esperar la reacción racional o consciente. La intuición asocia experiencias pasadas del individuo y actúa en base a creencias y valores y se diferencia de la razón que usa la lógica y el análisis de variables para relacionarse con el mundo interno y externo.

La intuición utiliza un lenguaje no verbal, se basa en la percepción y se la vincula con las sensaciones. El tipo de pensamiento que predomina en una persona con intuición es el pensamiento lateral, que es creativo y flexible, y en la mayoría de los casos el sujeto no puede comprender ni explicar de dónde surgen los conocimientos.

Este tipo de conocimiento se complementa con la inteligencia racional y favorece las relaciones interpersonales, ayuda a la persona a desenvolverse en la vida cotidiana y permite el reconocimiento de sentimientos, sensaciones o gestos.

Ver además: Inteligencia emocional

Características de la intuición

Algunas de las principales características de la intuición son:

• Es irracional. El conocimiento intuitivo suele albergarse en el inconsciente y no puede comprenderse desde el intelecto o la lógica.
• Se hace presente de manera repentina e inmediata. La intuición actúa de forma instantánea y sin que medie el razonamiento de la persona. Se manifiesta a través de una reacción que ocurre en el individuo frente a un determinado estímulo o situación.
• Toma caminos alternativos. Se basa en sensaciones, percepciones, experiencias personales, sentimientos y no en la forma convencional de adquirir y desarrollar conocimientos. Sin embargo, no necesariamente llega a resultados correctos.
• Es anterior al lenguaje. Se manifiesta a través del cuerpo, con emociones o sentimientos, mucho antes de que el individuo pueda describir lo que sucede en palabras.
• Es práctica. Está relacionada con la toma de decisiones y la resolución de problemas.
• No es lineal. No responde a un patrón lógico o racional, por el contrario, se presenta en forma desordenada y solo se puede acceder a su comprensión con tiempo y la llegada del pensamiento racional, que ordena las ideas.
• Ayuda a las personas a comprender el mundo que las rodea. Lo hace desde una postura diferente a la lógica porque observa el lenguaje corporal, las sensaciones y lo implícito en cada interacción.
• Se presenta de forma automática. El individuo no controla sus percepciones o sensaciones, sino que suceden independientemente de las condiciones externas. Esto implica que la intuición requiere menos esfuerzo que el razonamiento.
• Tiene diferentes formas de manifestarse. Lo hace a través de imágenes, palabras, sueños o impulsos.
• Puede ser desarrollada. Gracias a la neuroplasticidad cerebral, es posible el aprendizaje de la intuición a través de técnicas como la meditación y la relajación.

La intuición en la filosofía

Se cree que el ser humano primitivo fue el primero en hacer uso de la intuición al utilizar este conocimiento para tomar decisiones que permitieran su supervivencia.

Con el correr de los años, la idea de intuición fue estudiada por filósofos, que la definieron en base a diferentes criterios, pero siempre teniendo en cuenta su carácter inmediato y automático. Platón fue el primero en determinar la existencia de diferentes formas de conocimiento, entre las que se destacó la noesis.

En el siglo XVII el racionalismo del filósofo francés René Descartes definió a la intuición como aquello que es alumbrado por la luz de la razón, por lo que se dejó de lado toda noción que involucre la presencia de los sentidos. Ya en el siglo XVIII, el filósofo alemán Immanuel Kant desechó la idea de que no se conoce por los sentidos, pero admitió que el conocimiento intelectual no puede ser totalmente afectado por el empírico, por lo que no todo puede ser conocido por los sentidos.

Los filósofos del siglo XIX también dieron su propia definición sobre la intuición. Max Scheler, filósofo alemán, destacó la presencia de los valores en los individuos que se le presentan de forma automática y directa. A su vez, Henri Bergson definió a la intuición como: “La simpatía intelectual mediante la que el ser se transporta al interior del objeto para coincidir en lo que tiene de único y, en consecuencia, de inexpresable”.

Función e importancia del pensamiento intuitivo

La intuición es una forma de conocimiento presente en todos los seres humanos, que ayuda al individuo a relacionarse con el mundo en base a valores o experiencias pasadas y a la información almacenada en el inconsciente.

Este tipo de conocimiento involucra sensaciones y emociones, y lo que comúnmente se conoce como “presentimientos”. Es una capacidad que permite tomar decisiones rápidas y automáticas y resolver problemas en base a las características propias del individuo y en miras al desarrollo personal y a la búsqueda del bienestar.

Al ser una fuente irracional, en muchos casos, se desconfía de la intuición, no es tomada en cuenta o queda relegada frente al conocimiento intelectual que suele ser concebido como más confiable o correcto. La intuición sirve como guía para la toma de decisiones e implica tener confianza y autoestima para confiar y creer en ella y siempre equilibrarla con la información que proviene de otras fuentes.

¿Cómo desarrollar la intuición?

Todos los seres humanos tienen la capacidad intuitiva y, según el caso, pueden desarrollarla o tenerla en cuenta. La intuición suele usarse a la hora de emprender ciertas acciones, resolver problemas o tomar decisiones. Para muchas personas es difícil reconocerla y luego confiar en ella.

Para desarrollar la intuición, el individuo debe hacer espacio para que se manifieste y así poder reconocerla. Para eso es importante recurrir a prácticas que generen climas y entornos de calma y tranquilidad para que la persona pueda entrar en contacto con su interioridad y escuchar las voces de su intuición.

Luego es importante saber diferenciar aquello que proviene de la intuición de aquello que tiene otras fuentes, como pueden ser el miedo o los prejuicios. Para reconocerla se debe saber que la intuición es aquella voz interna que delimita o marca un camino que genera bienestar. Es la decisión que deja al individuo en un estado de calma y conformidad.

El siguiente paso para desarrollar la intuición es creer en ella y confiar en su capacidad, aunque no pueda ser del todo comprendida por el raciocinio. Al ser un tipo de conocimiento rápido y automático, la persona suele desconfiar de ella y estar atada al conocimiento empírico y comprobable que suele inspirar confianza frente a aquello que no se puede explicar.

Es importante mencionar que la intuición es una capacidad más del individuo y, por tanto, es necesario que se equilibre con otros tipos de conocimientos como el conocimiento sensitivo o racional.

Sigue con: Método deductivo

Referencias:

• “What is intuition and how do we use it?” en Psychology Today.
• “Intuition” en Cambridge English Dictionary.
• “Intuición” en RAE.
• “Rescatar la intuición” en RTVE.