Te explicamos qué es la adultez y las etapas que comprende. Además, cuáles son sus características generales y la crisis experiencial.
¿Qué es la adultez?
La adultez es la etapa del desarrollo humano que sigue a la adolescencia y antecede a la vejez. En esta etapa el individuo se encuentra ya plenamente desarrollado física e intelectualmente. Suele enmarcarse entre los 20 y los 60 años, aunque esto depende de muchos factores, como los culturales y psicológicos.
Desde el punto de vista de la psicología, ser adulto significa haber desarrollado la propia personalidad, cierta madurez emocional y responsabilidad social. Desde el punto de vista jurídico, se considera que la persona es un miembro pleno de la sociedad, con todos los derechos y responsabilidades que esto implica.
Por otro lado, el cuerpo también ha completado su crecimiento. Suceden cambios en la fisionomía, como la aparición de canas o la disminución de la visión.
- Ver además: Vejez
Características de la adultez
Algunas características de la adultez son:
- Mayoría de edad. La mayoría de edad marca, a una edad variable dependiendo de cada país, la entrada en vigencia legal de la adultez. Suele rondar los 18 y 21 años de edad y determina el inicio de la vida adulta, que supone el momento en que se tiene plena capacidad de obrar.
- Independencia. La adultez supone desarrollarse en nuevos roles. Surgen nuevas necesidades en reacción al espacio físico y emocional, por ejemplo, la búsqueda de una vivienda propia o la autonomía económica. La independencia está relacionada con variables como el entorno económico, cultural y geográfico, y de las capacidades de cada individuo.
- Vínculos estables. Los vínculos sociales del adulto tienden a ser duraderos. Dependen de su estilo de vida y su personalidad. En general, dejan de ser tan frecuentes los grupos, y los vínculos se orientan hacia una pareja o hacia amistades que tengan un camino vital semejante: compañeros de trabajo, de universidad, etc.
- Estabilidad. En la adultez se ha logrado cierto autoconocimiento y el carácter está más definido. La toma de decisiones tiende a ser más cuidadosa y reflexiva, lo cual lleva a una mayor solidez. Por ejemplo, suele ser el momento en que algunas personas deciden conformar una familia.
- Responsabilidad moral. En la adultez se espera que el individuo sea moralmente responsable, es decir, que puede hacerse cargo de su accionar. La experiencia y el conocimiento adquiridos suponen la posibilidad de evaluar las situaciones desde una mirada responsable. Por ejemplo, cumplir con los compromisos laborales o cuidar a los hijos.
- Identidad sexual. El ejercicio de la sexualidad en la adultez en general supone mayores oportunidades para la libertad, la experimentación y la satisfacción. Se da de manera autónoma, ética y conciente. Por ejemplo, se tiene mayor conciencia de los riesgos de una enfermedad de transmisión sexual.
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Etapas de la adultez
Se pueden diferenciar dos grandes etapas en la adultez: la adultez temprana y la adultez media.
1. Adultez temprana
La adultez temprana sucede aproximadamente entre los 20 y los 40 años. En este momento, la madurez física está completa y en su punto de mayor plenitud en relación a la fuerza, la agilidad y la resistencia. Por esto se suele considerar, por ejemplo, que es el momento de mayor rendimiento para un deportista, o que es un momento adecuado para concebir un hijo.
Es la etapa de mayor desarrollo a nivel cognitivo (la capacidad de razonar y pensar). Además, es esperable que las personas adultas tengan mayor inteligencia emocional, lo que supone tener, por ejemplo, autoconocimiento, empatía y autocontrol.
Desde el punto de vista social, suele haber comienzos que marcan una etapa (hitos), como la elección de una profesión, o decisiones como dónde vivir o qué estilo de vida llevar. Esto depende siempre del contexto social, económico e histórico en que vive cada persona.
Progresivamente, comienza el proceso de envejecimiento. Esto implica cambios en el cuerpo, como la disminución de la audición o la pérdida del cabello.
2. Adultez media
La adultez media sucede entre los 40 y los 65 años, aproximadamente. En esta etapa se acentúa el proceso de envejecimiento. A nivel físico resulta más evidente el deterioro. Por ejemplo, los sentidos pierden agudeza y disminuyen la audición y la visión, hay mayor sequedad en la piel, puede darse un aumento de peso, etc.
A nivel cognitivo, también pueden disminuir algunas funciones, como la memoria y la capacidad de generar nuevos aprendizajes.
En este momento la identidad está consolidada. Las personas adultas pueden desarrollar su potencial y suele ser una etapa de autorrealización, madurez y estabilidad. También, los adultos suelen ser flexibles para adaptarse a diferentes situaciones y posibles cambios.
La crisis experiencial
La toma de conciencia del paso del tiempo puede provocar una crisis, caracterizada por el estrés. Consiste en un replanteamiento de las prioridades vitales, del ritmo y modelo de vida que se lleva. Por ejemplo, algunas personas pueden decidir cambiar su ocupación o comenzar a practicar un deporte.
La crisis experiencial es producto de la conciencia de que el futuro se acorta y de que el tiempo es finito. Es un cuestionamiento personal que puede producir cambios profundos en la forma de vida o en la percepción que se tiene del presente. Por ejemplo, aceptando la finitud de la vida y disfrutando de cada experiencia.
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Referencias
- Ciencias Cognitivas Corporizadas. (2022) Adultez. México: UNAM. https://www.cienciascognitivascorporizadas.com/
- Di Segni Obiols, S. (2002). Adultos en crisis. Jóvenes a la deriva. Buenos Aires: Novedades Educativas.
- Moffatt, A. (1982). Terapia de crisis. Buenos Aires: Búsqueda.
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