Arcaico

Te explicamos qué fue el eón arcaico, las etapas en las que se divide y sus características. Además, cómo fue el surgimiento de las primeras formas de vida y de los océanos.

Arcaico
Durante el eón arcaico se produjo la primera evolución de la corteza terrestre.

¿Qué fue el eón arcaico?

El Arcaico es el segundo período geológico que integra el llamado eón precámbrico. Se estima que comenzó hace 3800 millones de años, una vez que la Tierra estuvo formada en sus estadios geológicos y atmosféricos más primitivos. Finalizó hace unos 2500 millones de años, con el comienzo del eón proterozoico.

El nombre Arcaico proviene del griego arche, que significa “origen, principio”. Fue un período significativo en la formación temprana del planeta, puesto que surgió la vida primitiva y se produjo la primera evolución de la corteza terrestre.

Este período de tiempo de 1300 millones de años de duración se subdivide en tres eras: el Arcaico inicial, el Arcaico medio y el Arcaico tardío. Se trata, además, del eón en el que comienzan a formarse los primeros continentes, ya que la corteza empieza a enfriarse y solidificarse.

En algunas clasificaciones, el Arcaico es considerado como el primer período geológico dentro del eón precámbrico y se incluyen allí los eventos del eón hádico o azoico. Esto se debe a que las dificultades en el estudio de estas épocas tan remotas no permiten determinar con exactitud cuándo termina un período y comienza otro.

Características del eón arcaico

Las principales características del eón arcaico son:

  • Comenzó hace 3800 millones de años y finalizó hace 2500 millones.
  • Está dividido en tres eras: el Arcaico inicial, el Arcaico medio y el Arcaico tardío.
  • Comienza a solidificarse la corteza y empiezan a formarse continentes.
  • Se expanden las aguas del planeta y se extienden los océanos
  • Comienzan a aparecer las primeras formas de vida en la Tierra.
  • La atmósfera presenta muy baja concentración de oxígeno.

División del eón arcaico

El eón arcaico se divide en tres eras:

  • Arcaico inicial. Comenzó hace 3800 millones de años y terminó hace 3400 millones.
  • Arcaico medio. Comenzó hace 3400 millones de años y terminó hace 3000 millones.
  • Arcaico tardío. Comenzó hace 3000 millones de años y terminó hace 2500 millones.

Geología del eón arcaico

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Es posible que la actividad volcánica y tectónica haya destruido más de un continente.

La principal característica geológica del eón arcaico es que tiene lugar la formación de los primeros continentes. Aunque es un tema que aún está en debate, las hipótesis más aceptadas sostienen que existían continentes más pequeños que en la actualidad, y que se movían, agrandaban y destruían con el paso del tiempo geológico.

Esto último se debe a que el flujo de calor del planeta hacia su corteza era mucho mayor que el actual, lo que incrementaba los movimientos de la litósfera (la capa más sólida y superficial de la Tierra), y permitía la creación de placas pequeñas que cambiaban de forma y tamaño.

De este modo, no hubo grandes continentes en el planeta durante el Arcaico, sino protocontinentes que se separaban y chocaban constantemente.

Entre las rocas generadas durante este período, están las masas plutónicas de granito, dorita, anortosita y monzonita.

El supercontinente de Vaalbará

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Se cree que Vaalbará se formó a partir de dos cratones llamados Kaapvaal y Pilbara.

Vaalbará es un hipotético primer supercontinente que se habría formado durante la era del Arcaico inicial, entre 3800 y 3600 millones de años atrás. Se cree que se fragmentó hace 2800 millones de años.

La hipótesis más aceptada sostiene que Vaalbará se formó a partir de dos cratones arcaicos (zonas de la corteza formadas por las rocas más antiguas del planeta), llamados Kaapvaal (parte de la actual Sudáfrica) y Pilbara (parte de la actual Australia). Esto se deduce de las similitudes geológicas entre estas dos regiones, que actualmente son tan distantes.

La formación de los océanos

Hacia el término del eón arcaico, las grandes acumulaciones de agua (que luego formaron los océanos) alcanzaban más o menos el 50 % de la superficie que ocupan actualmente. Su formación era continua, y a medida que la actividad volcánica expulsaba vapor de agua a la atmósfera, que luego se precipitaba en forma líquida, la superficie de los océanos fue aumentando.

El agua también brotaba de cuencas oceánicas profundas, en las que había abundante presencia de hierro que, al no poder oxidarse, se disolvía. Este elemento era muy abundante y se cree que jugó un rol fundamental en la aparición de la vida.

Clima del eón arcaico

Durante gran parte del eón arcaico, la atmósfera de la Tierra estuvo compuesta principalmente de gases como dióxido de carbono, metano y vapor de agua. Así, la concentración de oxígeno en la atmósfera era baja en comparación con los niveles actuales.

El dióxido de carbono y el metano, muy abundantes durante este período, son gases de efecto invernadero. Su elevada concentración en la atmósfera producía temperaturas superficiales significativamente más altas que las actuales.

A pesar de esto, hubo períodos ocasionales de enfriamiento debido a eventos volcánicos masivos que liberaron grandes cantidades de partículas, cenizas y aerosoles a la atmósfera. Se cree que esto pudo provocar que llegara menos energía solar a la superficie y se produjeran fluctuaciones climáticas significativas.

Las primeras formas de vida

Existe evidencia de la presencia de organismos procariotas conocidos como cianobacterias durante el eón arcaico. Estos organismos unicelulares capaces de fijar elementos químicos para obtener energía viven en el planeta hace al menos 3500 millones de años.

Los primeros fósiles son de origen bacteriano (arqueobacterias). Estas primeras formas de vida procariota realizaban una fotosíntesis anoxigénica, lo que significa que no liberaban oxígeno a la atmósfera.

Sin embargo, durante el eón arcaico, estos organismos evolucionaron y comenzaron a realizar el proceso de fotosíntesis. De ese modo, empezó a producirse oxígeno, lo que transformará sustancialmente la atmósfera e impactará en el desarrollo de otras formas de vida en la Tierra.

Estromatolitos

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Los estromatolitos son estructuras minerales de origen biológico.

Los estromatolitos son las primeras evidencias de origen biológico que existen en el planeta. Son estructuras minerales, de forma diversa, cuyo origen está en la captura y fijación de partículas carbonatadas por parte de las primeras y primitivas formas de vida.

Esto significa que las cianobacterias del eón arcaico realizaban una fotosíntesis que capturaba el carbono del CO2 abundante en la atmósfera. Con él, formaban carbonatos que se acumulaban y sedimentaban, y así se constituyeron pequeñas construcciones rocosas que perduran hasta el día de hoy.

Existen estromatolitos fósiles provenientes de casi todas las eras geológicas, y son el indicio más antiguo de vida en el planeta. Los provenientes del eón arcaico se encuentran en la región de Warrawoona, en Australia.

Referencias

  • Casals, C. (s.f.). Eón Arcaico. Meteorología en Red. https://www.meteorologiaenred.com/
  • El Cedazo. (2013). La biografía de la vida 06. Entramos en el eón Arcaico. https://eltamiz.com/elcedazo/
  • Tarbuck, E. y Lutgens, F. (2005). Ciencias de la Tierra. Una introducción a la geología física. Pearson Educación.

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¿Cómo citar?

"Arcaico". Autor: Gustavo Sposob. De: Argentina. Para: Enciclopedia Humanidades. Disponible en: https://humanidades.com/arcaico/. Última edición: 5 abril, 2024. Consultado: 26 abril, 2024.

Sobre el autor

Autor: Gustavo Sposob

Profesor de Enseñanza Media y Superior en Geografía (UBA).

Fecha de actualización: 5 abril, 2024
Fecha de publicación: 17 mayo, 2019

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