Te explicamos todo sobre el terremoto de México de 1985, sus principales causas, consecuencias y características generales.
¿Cómo fue el terremoto de México de 1985?
El terremoto de México de 1985 fue un movimiento sísmico acontecido el día jueves 19 de septiembre de 1985 a partir de las 7:17 (hora local) y cuyo epicentro estuvo localizado en la costa mexicana del océano Pacífico, en el estado de Michoacán.
El sismo alcanzó una magnitud de 8.1, y fue el más destructivo y mortífero de la historia de México. Afectó a numerosas ciudades del centro, sur y occidente del país, incluida la Ciudad de México, y superó al terremoto de 1957 que había sido hasta entonces el mayor sismo sufrido en la región.
Las consecuencias directas del terremoto de 1985 fueron catastróficas, en términos de víctimas fatales, heridos, infraestructura destruida y las posteriores dificultades de reconstrucción. Al día siguiente, una réplica de similar magnitud arrasó con estructuras ya debilitadas por el primer movimiento.
El terremoto fue particularmente dañino para la Ciudad de México, capital de la república, debido a las características del terreno sobre el que había sido construida.
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La magnitud del terremoto de México
El terremoto del 19 de septiembre de 1985 alcanzó una magnitud de 8.1 y tuvo una duración de casi cuatro minutos. Se produjo por el contacto entre las placas tectónicas de Cocos y de Norteamérica en una zona de subducción.
Inició a las 7:17 con epicentro cerca de la desembocadura del río Balsas, entre los estados de Michoacán y Guerrero, y a una profundidad de 15 km. Sacudió los estados de Michoacán, Jalisco, Guerrero y la Ciudad de México. En esta última se sintió a las 7:19.
Las réplicas del terremoto de México
El sismo tuvo varias réplicas. La más importante de todas ocurrió al día siguiente, es decir, el viernes 20 de septiembre, a las 19:37 y con una magnitud de 7.6, con epicentro en Zihuatanejo, en el estado de Guerrero. Además de agravar los daños del día anterior, este sismo produjo un maremoto en Ixtapa-Zihuatanejo.
Otra réplica se produjo el 30 de abril de 1986, con una magnitud de 7.0 y epicentro en el estado de Michoacán. Llamativamente, el 19 de septiembre de 2022 se produjo un importante sismo con una magnitud de 7.7 en Michoacán, que afectó a varias zonas (incluida la Ciudad de México) y coincidió con la fecha del primer terremoto de 1985. El mismo día pero del año 2017, un sismo en Puebla con una magnitud de 7.1 también llegó a afectar a la ciudad capital. Sin embargo, estos episodios no tuvieron relación geológica con el terremoto de 1985.
Víctimas y daños del terremoto de México
Se desconoce el número total de víctimas y heridos del terremoto de 1985. La cifra oficial de muertes fue inicialmente de 3692, pero luego las fuentes oficiales estimaron entre 6000 y 7000 personas fallecidas. Cálculos posteriores sugirieron que la cifra podría llegar a las 10.000 personas, y otras cifras no oficiales apuntan a números aun mayores. La destrucción de hospitales por efecto del sismo, especialmente en la Ciudad de México, impidió en muchos casos la atención de heridos.
Entre quienes sobrevivieron, se estima que hubo 30.000 heridos y 250.000 personas damnificadas que quedaron sin hogar, de las cuales decenas de miles debieron alojarse en campamentos y albergues temporales. Las labores de rescate se prolongaron durante más de un mes, y la remoción de escombros continuó hasta incluso diez años después del sismo.
Los daños materiales se estimaron en más de 4000 millones de dólares estadounidenses. La Ciudad de México fue especialmente afectada por los derrumbes, debido a que estaba construida en gran parte sobre un lago seco. Más de 400 edificios colapsaron y miles resultaron dañados. La ciudad quedó un tiempo incomunicada, sin electricidad ni sistema telefónico.
La ausencia de medidas gubernamentales inmediatas generó una sensación de desamparo entre la población, que debió organizarse por sí misma. Todo esto, sumado al inicial rechazo del presidente de la república, Miguel de la Madrid Hurtado, a recibir ayuda internacional, debilitó la imagen pública del gobierno.
El rescate de las víctimas
Las primeras tareas de rescate fueron realizadas por los propios habitantes de la ciudad, que se ocuparon de buscar y recuperar personas sepultadas bajo los escombros y de distribuir suministros. Quienes vivían en regiones menos afectadas se desplazaron a las zonas críticas para ofrecer su ayuda.
Posteriormente, se movilizaron unidades de bomberos, policía y fuerzas armadas, aunque el gobierno de la república fue acusado de actuar con lentitud. El presidente rechazó inicialmente el ofrecimiento de ayuda humanitaria de organismos internacionales, pero pronto debió retractarse y aceptarla.
Las labores de rescate se extendieron hasta semanas después del sismo inicial. Se pudieron extraer personas con vida de los escombros de las edificaciones destruidas hasta 10 días después del terremoto. El total de sobrevivientes rescatados fue de aproximadamente 4000 personas.
Los cuerpos sin vida encontrados fueron tantos, y las labores para recuperarlos se prolongaron durante tanto tiempo, que a partir del 22 de septiembre fueron destinados a fosas comunes en los cementerios locales.
Inicialmente habían sido trasladados a diversas delegaciones de la ciudad, pero estas se vieron colapsadas debido a la cantidad de víctimas, y se comenzó a utilizar un estadio de béisbol (en el actual Parque Delta), en donde se usaba formol, cal y hielo para retrasar la descomposición de los cuerpos que permanecían sin reconocer.
La ayuda humanitaria durante el terremoto de México
La colaboración de diversos países para hacer frente al desastre fue numerosa: hasta mediados de octubre de 1985 habían viajado a México 220 vuelos provenientes de 37 países distintos con alimentos, enseres, carpas de rescate, ropa, material de primeros auxilios y personal voluntario. El material de rescate recibido sumó entre el 20 de septiembre y el 9 de octubre unas 1336 toneladas.
La administración de la ayuda humanitaria por parte del gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado fue motivo de sospecha y críticas, debido a acusaciones de distribución irregular y mala administración.
Por tal razón, el 3 de octubre se creó el Comité Supervisor de los Donativos Destinados a la Atención de los Damnificados y Reconstrucción de las Zonas Afectadas, con el objetivo de velar por la correcta distribución de los donativos.
Consecuencias económicas y sociales del terremoto de México
El sismo dejó un saldo de 250.000 damnificados. Entre ellos, más de 30.000 fueron reubicados en campamentos. Estos campamentos fueron tan numerosos que en 2015 aún podían encontrarse algunos. Los empleos perdidos se calculan entre 150.000 y 200.000, y el número de edificios destruidos en la ciudad fue de aproximadamente 400 (incluyendo hospitales y escuelas). Esto supuso alrededor de 30.000 viviendas destruidas y casi 70.000 parcialmente dañadas.
El gobierno mexicano venía arrastrando una deuda externa y una situación económica crítica que se agravaron con esta catástrofe. Las pérdidas materiales se estimaron en más de 4000 millones de dólares (con un costo para la economía de más de 8000 millones de dólares). A finales de 1985, cayó el precio internacional del petróleo, una de las principales exportaciones de México, por lo que escasearon los recursos para reconstruir la capital y generar empleo. Todavía en la década de 1990 había algunos edificios en ruinas en la Ciudad de México.
Además de los costos materiales, se reportaron numerosas situaciones de depresión, psicosis colectiva, trastornos del sueño, estrés postraumático y reacciones de culpa o agresividad que requirieron la intervención de más de mil capacitadores de la Coordinación de Psiquiatría y Salud Mental del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Consecuencias políticas del terremoto de México
El clima de desorganización que caracterizó a las primeras horas de las labores de rescate y el lento y deficiente manejo gubernamental de la situación, produjeron mucho rechazo a la gestión del partido gobernante (Partido Revolucionario Institucional, PRI).
Ante la inacción inicial del gobierno de Miguel de la Madrid, los ciudadanos (especialmente en la Ciudad de México) se organizaron en un movimiento de acciones voluntarias de rescate que tejió redes de solidaridad colectiva y fortalecimiento de lazos comunitarios.
Poco después del sismo, se produjeron los primeros movimientos de protesta que exigían mejores condiciones de atención, viviendas y espacios de servicios básicos.
Se creó la Coordinadora Única de Damnificados (CUD), organismo que nucleó las demandas de numerosos grupos de vecinos afectados y que, de manera paulatina, constituyó un conjunto de movimientos populares de protesta y de organización ciudadana que adquirió importancia política y social.
Por la presión de estos grupos, el gobierno se vio obligado a expropiar algunas de las propiedades destruidas y construir allí nuevas viviendas para los damnificados, para lo que contó con el apoyo económico del Banco Mundial.
Ante el clima de descontento social y las críticas al partido gobernante, en 1986 se promovió una reforma electoral que modernizó el sistema de sufragio y facilitó la participación de partidos políticos opositores minoritarios en las elecciones presidenciales de 1988.
Consecuencias jurídicas del terremoto de México
Los análisis posteriores al sismo permitieron determinar que la mayoría de los edificios colapsados eran de fabricación reciente (30 años), mientras que las principales estructuras de siglos anteriores soportaron el embate.
Muchas de las edificaciones que se derrumbaron mostraban estructuras inadecuadas para erigirse sobre un terreno arcilloso como el que caracterizaba al suelo de las zonas más afectadas de la Ciudad de México.
Este hecho expuso la ausencia de reglamentos específicos que tomaran en cuenta la condición del suelo para la construcción de edificios, y también la existencia de numerosas irregularidades que apuntaban a una planificación deficiente y al aval de autoridades locales para el incumplimiento de reglamentos por parte de los constructores.
Sin embargo, no hubo juicios contra los constructores, ni siquiera contra la compañía estatal que había sido responsable de la construcción de escuelas.
A partir del terremoto, se endurecieron las leyes para la construcción de edificios según normativas para resistir movimiento telúricos. Además, se crearon instituciones para prevenir y mitigar los efectos de los sismos, se estableció una red de sensores de ondas sísmicas y se implementaron protocolos que incluyen la realización de simulacros.
Sitios conmemorativos
En la actualidad se conmemora a las víctimas del terremoto de 1985 en tres sitios de la Ciudad de México: la Plaza de la Solidaridad, ubicada en un predio cuyos edificios se vinieron abajo durante el sismo; el Parque del Sol, construido en el lugar donde estuvo el Edificio Nuevo León, en Tlatelolco; y el Monumento a la Costurera, contiguo al local de la Asociación de Costureras y Costureros 19 de septiembre, que recuerda a las más de seiscientas trabajadoras que murieron sepultadas en los talleres de la zona.
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Referencias
- "Mexico City earthquake of 1985" en Encyclopedia Britannica.
- "Terremoto de 1985: el devastador sismo que cambió para siempre el rostro de Ciudad de México" en BBC News Mundo.
- "Sismos grandes" en Servicio Sismológico Nacional. Universidad Nacional Autónoma de México.
- "Historia de México" von Wobeser, G. (coord.) (2014). Fondo de Cultura Económica.
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