Te explicamos qué fue el apartheid y cómo se implementó el sistema de segregación racial en Sudáfrica. Además, cómo fue la resistencia contra este sistema.
¿Qué fue el apartheid?
Se conoce como apartheid al sistema de segregación racial que fue implementado en Sudáfrica durante la segunda mitad del siglo XX. El gobierno controlado por el Partido Nacional Afrikáner defendía los privilegios de la minoría de población blanca que vivía en Sudáfrica y estableció un sistema de discriminación jurídica, económica, social y política que limitaba los derechos de la población negra del país.
Desde su conformación como Estado independiente, Sudáfrica era un país multiracial, es decir, en él convivía población de diferentes orígenes, etnias, comunidades y razas. Cuando el Partido Nacional Afrikáner asumió el gobierno, separó a las diferentes razas de manera jurídica y estableció una jerarquía normativa que reservaba los privilegios para población blanca de origen europeo y avasallaba los derechos del resto de la población: negros, asiáticos, bantúes, mestizos o “coloured”.
Mediante el apartheid, la población no blanca discriminada fue obligada a vivir en determinados territorios (llamados “bantustanes”), perdió sus derechos de ciudadanía, padeció la persecución y la represión, se le negó la libre movilidad, y vio restringido su acceso a la educación, a la salud y al ejercicio profesional.
Nelson Mandela y otros líderes de la oposición lucharon contra el apartheid durante décadas. Todos ellos fueron arrestados, asesinados o debieron exiliarse para organizar la resistencia al gobierno racista desde el exterior. Recién hacia 1990, durante una grave crisis política y económica, la lucha de resistencia logró la abolición de las leyes discriminatorias. En ese contexto, Mandela y el resto de los líderes de la oposición fueron liberados o volvieron al país y comenzó el proceso de transición hacia un estado democrático y pluriracial.
- Ver además: Descolonización en África
Preguntas frecuentes
¿Qué fue el apartheid?
El apartheid fue un sistema de discriminación racial que se estableció en Sudáfrica entre 1948 y 1990. Durante el apartheid, la población blanca afrikáner (descendiente de colonos neerlandeses) monopolizó el gobierno a través del Partido Nacional y le quitó derechos esenciales al resto de la población sudafricana.
¿Qué establecían las leyes de segregación del apartheid?
Las leyes de segregación del apartheid dividían a la población sudafricana por su grupo racial y limitaban las libertades de la población negra, mestiza y asiática, y su acceso a los derechos, los servicios, la educación y la salud.
¿Cómo fue la resistencia contra el apartheid?
La lucha de resistencia contra el apartheid se guio hasta la década de 1960 bajo la militancia pacífica de “desobediencia civil” y, tras las masacres de la represión policial, se organizó en guerrillas clandestinas.
¿Qué pasó con los líderes de la oposición contra el apartheid?
Los líderes de la oposición al apartheid fueron perseguidos, encarcelados, exiliados o asesinados. Uno de los principales líderes de la oposición, Nelson Mandela, se convirtió en presidente de Sudáfrica cuando se logró derrotar al régimen segregacionista.
El contexto histórico del apartheid
Durante finales del siglo XIX, la región sudafricana había recibido una gran inmigración de diferentes partes de África y Asia para trabajar en las minas de oro que se habían descubierto en las sierras de Witwatersrand. Esta inmigración era promovida desde el gobierno, ya que permitía obtener una mano de obra económica y abaratar los costos de producción y extracción del oro.
De esta manera, la población de la región se fue volviendo cada vez más heterogénea. Por un lado, la población negra originaria de la región que se dedicaba especialmente al trabajo agrícola en pequeñas escala y la vida rural. Por otro lado, estaba la población blanca descendiente de los colonos de los Países Bajos y del Imperio Británico, que (bajo el sistema de dominación colonial) monopolizaban los cargos de poder y se enriquecían con la explotación de los recursos del país. Además, cada vez se multiplicaba más la nueva población inmigrante que provenía de diferentes partes de África y de Asia.
En 1910, Colonia del Cabo, Transvaal, Natal y el Estado Libre de Orange (diferentes países que se encontraban en el sur de África) firmaron la Ley de Unión y se unificaron bajo un solo país con el nombre “Unión Sudafricana”. Este nuevo país quedó administrado por el Imperio Británico, pero una parte de la población, los afrikáners neerlandeses (la población descendiente de los colonos provenientes de los Países Bajos), logró definir algunas cuestiones fundamentales sobre los principios de gobierno y los derechos de la población.
Gracias a su control sobre el nuevo gobierno, los afrikáners neerlandeses impidieron que la población negra obtuviera tres derechos civiles elementales: derecho a votar, a trabajar en la administración pública y a postularse como representante en el Parlamento. Estos hechos se constituyen como el primer antecedente del apartheid y responden a una ideología racista común entre la población blanca de la época.
La ideología detrás del apartheid
La población blanca descendiente de los colonos de los Países Bajos era conocida como los afrikáners (por su nombre en neerlandés). Entre este grupo era popular la idea de que la raza blanca era la única capaz de guiar al resto de la población para poder vivir de manera civilizada.
Esta idea se sustentaba en las teorías racistas de mediados del siglo XIX, según las cuales dentro de la especie humana, las razas negra y amarilla (en referencia a las personas de origen africano y de origen asiático oriental) pertenecen a un estado evolutivo inferior que la raza blanca.
Algunos de los exponentes más importantes de las ideas racistas del siglo XIX fueron Joseph Gobineau en su Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas (1855), quien estableció la diferenciación biológica entre las personas por su color de piel y Karl Vogt en Lecturas del hombre (1864), que vinculó a las personas de piel negra con los simios.
Por otro lado, Ernst Haeckel escribió diferentes obras en las que sostenía que la raza blanca debía supervisar las acciones de las razas no blancas, porque estas se encontraban en un estadío infantil de evolución (una idea común de la corriente de pensamiento evolucionista, que asimilaba la evolución de la especie humana a los estadíos de vida de un individuo).
Los afrikáners de origen neerlandés, que vivían en una situación privilegiada respecto del resto de la población, encontraron en la ideología racista un fundamento para mantener su posición de poder. El movimiento político que aglutinó la defensa de los intereses de este sector de la población es conocido como “nacionalismo afrikáner”.
El nacionalismo afrikáner sostenía que la evolución y el desarrollo de Sudáfrica dependía de que las razas se mantuvieran separadas. Así, podría asegurarse que los grupos raciales se ocuparan de diferentes sectores de producción económica. A su vez, esta ideología sostenía que para lograr eso era necesario establecer un orden con acceso diferencial a los recursos naturales, los bienes y los derechos. Y para ellos, la raza blanca debía ser quien se ocupara de la gestión, la organización, la administración y la toma de todo tipo de decisiones sobre el país y el resto de la sociedad sudafricana.
La implementación del apartheid
Cuando se creó la Unión Sudafricana, los afrikáners de origen neerlandés lograron imponer su visión racista y establecieron la supremacía de la población blanca por sobre el resto de las razas, al negarles el derecho a votar, a trabajar en la administración pública y a ser elegidos como representantes en el Parlamento. En ese momento, los blancos integraban el 21 % del total de la población, mientras que la raza negra alcanzaba casi el 69 %, los mestizos el 8,5 % y los asiáticos el 1,5 %.
Para mantener la separación de las razas y evitar el mestizaje, en la primera mitad del siglo XX el gobierno sudafricano impuso dos normas jurídicas que fueron los componentes esenciales del apartheid posterior. A este primer periodo se lo conoce como “mini-apartheid” y buscaba controlar los movimientos de la población no blanca y limitar su acceso a los recursos que se consideraban esenciales.
Primera mitad del siglo XX: el mini-apartheid
Se conoce como mini-apartheid a las primeras medidas que se llevaron a cabo en Sudáfrica para controlar a la población no blanca y gestionar su acceso a los recursos. Se trata específicamente de dos normativas que se aprobaron en 1913 y 1923.
La Ley de Tierras forzó a los habitantes de raza negra a vivir en reservas territoriales. La población negra alcanzaba el 70 % de habitantes del país y las tierras que les fueron adjudicadas representaban menos del 9 % del territorio sudafricano.
Esta ley tuvo profundas consecuencias sobre la estructura socioeconómica de la población. Por un lado, implicó la movilización forzada de poblaciones enteras, con el consecuente desarraigo y separación de comunidades que eran la fuente de identidad fundamental de las personas.
Por otro lado, la Ley de Tierras estableció la prohibición a la población negra de rentar tierras agrícolas, lo que les impidió trabajar como agricultores, aparceros o granjeros, actividades que hasta entonces se constituían como el principal medio de vida de la población negra.
De esta manera los blancos obtuvieron la totalidad de las tierras fértiles de manera legal y una enorme masa de mano de obra desempleada quedó privada de su principal medio de vida y, por lo tanto, se encontraba obligada a trabajar bajo la dirección de la raza blanca.
Una segunda normativa conocida como Ley de Nativos/Áreas urbanas fue aprobada en 1923. Esta ley sentó las bases para la segregación geográfica y habitacional de la población sudafricana. Tanto la ciudad capital del país como todas las ciudades importantes fueron reorganizadas para separar los barrios residenciales por razas.
Esto se llevó a cabo mediante desplazamientos forzosos, desalojos, apropiación de propiedades y la represión de la resistencia. Desde entonces, se comenzaron a construir localidades separadas para blancos, negros y mestizos.
Segunda mitad del siglo XX: la institucionalización del apartheid
En 1948, el Partido Nacional asumió el gobierno de la Unión Sudafricana con Daniel François Malan como Primer Ministro. Malan era el máximo exponente del nacionalismo afrikáner. La plataforma política que Malan defendió durante su campaña se basaba directamente en la segregación racial para el desarrollo económico de Sudáfrica. Durante su gobierno, se aprobaron una cantidad de leyes que en conjunto institucionalizaron el sistema del apartheid.
Entre 1949 y 1960, de manera gradual, las libertades y los derechos de la población no blanca se fueron limitando y los privilegios de la población blanca fueron creciendo. Esto se logró mediante diferentes leyes de segregación civil, geográfica, laboral, política, económica, social y educativa.
- Ley de prohibición de matrimonios (1949), Ley de Inmoralidad (1950) y Ley de Registro de Población (1950). Estas leyes de segregación civil clasificaron de manera legal a las personas según el color de piel y el origen étnico, y prohibieron las relaciones sexuales y matrimoniales entre personas de diferente raza.
- Ley de agrupación por áreas (1950), Ley de nativos (1952 y 1956), Ley de servicios públicos separados (1953) y Ley de reubicación de nativos (1954). Estas normativas delimitaron dónde podía residir cada grupo, por dónde podía transitar y a qué servicios públicos podía acceder. Las zonas urbanas quedaron reservadas para la población blanca, y las personas no blancas debían portar un “pase” que los habilitara a transitar por las ciudades. Además, se definió la no obligatoriedad de equidad en la calidad de instalaciones o servicios para cada grupo. De esta manera se consolidó la segregación geográfica y residencial de los sudafricanos.
- Ley de nativos (1953) y Ley modificatoria del trabajo negro (1954). Estas medidas establecieron la segregación laboral al prohibir la participación de trabajadores negros en determinados oficios. Además, se les privó del derecho a huelga y manifestaciones, y se estableció un protocolo de regulación para el empleo de trabajadores negros y la resolución de conflictos laborales.
- Ley de Supresión del Comunismo (1951) y Ley Antiterrorista (1967). Mediante estas leyes se organizó la persecución política a la resistencia en contra del apartheid. Por un lado, se prohibió la existencia de partidos y manifestaciones comunistas. Por otro lado, se utilizó la lucha contra el comunismo como una excusa para la represión de cualquier tipo de manifestación en contra del régimen del Partido Nacional. Además, se le otorgó al gobierno afrikáner el derecho a arrestar a cualquier persona que considerara peligrosa.
- Ley de Promoción de Autogobierno Bantú (1959) y Ley de Alcaldías Urbanas Bantú (1960). Estas leyes definieron la segregación política de la población negra. Se crearon diez “bantustanes” como naciones nuevas del país y toda persona no blanca fue asignada a una de ellas. Las personas fueron obligadas a instalarse residencialmente en la nación adjudicada, sin importar el origen, el desarraigo y las posibilidades de vida implicadas. Estas leyes daban por sentado que la población no blanca no tenía derechos de ciudadanía ni representación.
- Ley de Educación Bantú (1953) y Ley de Extensión de Educación Universitaria (1959). A través de estas normativas se legalizó la segregación educativa. Se crearon programas educativos especiales orientados a “las necesidades de la población negra”, con el objetivo de lograr la subordinación social y preparar a las personas para ejercer los oficios determinados por el apartheid. Se prohibió el ingreso de personas negras a las instituciones educativas destinadas a la población blanca.
La lucha de resistencia contra el apartheid
La era de la desobediencia civil (1912-1960)
La resistencia contra la ideología de segregación racial comenzó desde que se implementaron las primeras medidas raciales a comienzos del siglo XX. Cuando se fundó la Unión Sudafricana y los grupos afrikáners lograron negar los derechos políticos de la población negra, hubo movimientos generales de protesta y comenzaron a organizarse los primeros grupos de defensa de la igualdad de derechos.
En 1912, John Langalibalele Dube fundó el Congreso Nacional Nativo de Sudáfrica con el objetivo de organizar la lucha contra las medidas de discriminación racial y lograr el reconocimiento del derecho a voto de las africanos negros y mestizos. En 1923, la organización tomó la forma de un partido político con el nombre de Congreso Nacional Africano (CNA).
En estos años, la resistencia fue pacífica y estuvo orientada a luchar contra medidas específicas, como la Ley de Tierras (1913) que comenzó la segregación geográfica de la población y la Ley de Nativos/Áreas Urbanas (1923). En este periodo, entre los principales líderes del CNA se encontraban Pixley Seme y Josaiah Gumede. Durante la década de 1930, las diferencias internas llevaron a que el CNA se debilitara.
Sin embargo, en 1944, Walter Sisulu, Oliver Tambo y Nelson Mandela crearon un ala más radical dentro del CNA, que se convirtió en la plataforma para la renovación del partido. En 1948, Mandela fue nombrado vicepresidente del CNA.
Cuando el Partido Nacional llegó al poder con la campaña segregacionista de Malan, el CNA buscó promover de manera masiva la manifestación en contra de los ataques a los derechos de los sudafricanos negros. Sus líderes convocaron a la población a realizar diferentes boicots y huelgas en contra del gobierno, bajo lo que se conoció como una campaña de desobediencia civil.
Sin embargo, el gobierno afrikáner reprimió las manifestaciones y promulgó nuevas leyes de contención política (como la Ley de Supresión del Comunismo) mediante las cuales buscó prohibir las diferentes actividades de resistencia. En 1955, la CNA se alió con diferentes organizaciones políticas de la oposición y firmaron una Carta de Libertad, que promovía la creación de un Estado plurirracial que eliminara totalmente la segregación. El gobierno denunció esta actividad como “comunista” y arrestó a los líderes de la oposición.
La masacre de Sharpeville (1960)
En 1960, un grupo de resistencia organizó una manifestación en Sharpeville para protestar en contra de la obligación de portar “pases” que habilitaran el tránsito de las personas negras. La manifestación terminó en una masacre a manos de la represión policial: murieron 69 personas y más de 180 resultaron heridas. Todas las víctimas eran personas negras. Luego, de manera inmediata el CNA y otras organizaciones que luchaban por los derechos de la población negra fueron ilegalizadas.
La masacre de Sharpeville llevó a que los grupos de resistencia cambiaran de estrategia y abandonaran la lucha pacífica. Se inició una era de lucha armada directa contra las fuerzas gubernamentales. El llamado a la desobediencia civil se convirtió en un llamado a la violencia contra el gobierno.
La organización de la resistencia armada contra el apartheid
Luego de la masacre de Sharpeville, los diferentes grupos de la oposición comenzaron a ver la violencia como el único medio de enfrentarse a la opresión del gobierno y, en ese contexto, se crearon distintas organizaciones guerrilleras. Entre las más reconocidas, se encuentra la “Lanza de la Nación”, creada por Nelson Mandela (vicepresidente del CNA). Sin embargo, el alcance de estos grupos guerrilleros fue muy limitado ya que carecían de recursos, armamento y técnicas suficientes para enfrentarse a la policía estatal.
En 1963, el gobierno proclamó el “estado de emergencia” y habilitó el arresto de personas sin orden judicial. En julio, la ola se generalizó y la policía encarceló a 18.000 manifestantes. Los líderes de la resistencia fueron llevados a prisión, entre ellos se encontraba Mandela. Al año siguiente, Mandela y otros siete líderes políticos fueron condenados a prisión perpetua.
Durante la década de 1970, las manifestaciones de resistencia en contra del apartheid se intensificaron. Uno de los principales líderes de este periodo fue Steve Biko, que dirigía la organización Movimiento de Conciencia Negro.
La masacre de Soweto (1974)
En 1974, el gobierno del Partido Nacional aprobó una ley que establecía la obligación de que en todas las escuelas se hablara el idioma afrikáans, que era la lengua de la opresión blanca. Dos años más tarde, las escuelas de Soweto se declararon en huelga en contra de la implementación de la lengua blanca.
La marcha organizada por los estudiantes terminó en violencia. Mientras los estudiantes negros tiraban piedras a la policía, la policía disparaba con armas de fuego. La masacre de Soweto, en la que murieron más de 500 negros menores de edad, generó una ola de violencia por toda Sudáfrica.
La radicalización de la violencia (1974-1990)
La consecuencia de la masacre de Soweto fue una radicalización general de la lucha violenta en contra del gobierno del apartheid. Por un lado, muchos militantes se exiliaron con el objetivo de conseguir entrenamiento táctico y militar. Por otro lado, los grupos guerrilleros comenzaron a actuar de manera autónoma generando ataques terroristas en edificios de gobierno e instalaciones públicas.
En 1977, Steve Beko fue detenido, arrestado y torturado hasta la muerte. Se convirtió en un martir y símbolo de la lucha armada que una nueva generación de jóvenes negros comenzó bajo el lema “liberación antes que educación”. Durante la década de 1980, la resistencia contra el apartheid se mantuvo a través de ataques de los grupos guerrilleros.
Con la lucha de estos años, se demostró que si bien los grupos guerrilleros no podían derrotar al gobierno, las autoridades tampoco tenían el poder de reprimir la rebelión ni eliminar las protestas de los sudafricanos. En ese contexto, el gobierno decidió abolir una serie de leyes segregacionistas como la prohibición de matrimonios interraciales. Sin embargo, estas medidas eran insuficientes ya que no atacaban la desigualdad real que generaba el sistema.
La condena internacional al apartheid
El establecimiento del apartheid en Sudáfrica se dio en el contexto internacional de la Guerra Fría. Durante las décadas de 1950 y 1960, las potencias occidentales (específicamente Estados Unidos y el Reino Unido) criticaron el sistema segregacionista del apartheid pero apoyaron con asistencia en armamentos y recursos al gobierno del Partido Nacional porque promulgaba la lucha contra el comunismo.
Además, Sudáfrica era uno de los países con mejor desarrollo económico y tecnológico de la región, por lo que muchos países africanos mantuvieron sus relaciones bilaterales aunque criticaban abiertamente las políticas segregacionistas. Otro de los principales aliados del gobierno sudafricano fue el Estado de Israel, creado en 1948 en Palestina. De esta manera, el gobierno del Partido Nacional mantuvo el apoyo internacional necesario para consolidar su poder a nivel nacional y mantenerse dentro de la comunidad internacional.
Durante la década de 1970, a las potencias occidentales se les hizo cada vez más difícil justificar su apoyo al gobierno del Partido Nacional frente a la opinión pública, incluso aunque se presentara a Sudáfrica como bastión de lucha contra el comunismo. Esto llevó a que el país comience a estar cada vez más aislado de la comunidad internacional.
En 1984, Desmond Tutu (un clérigo pacifista sudafricano) fue premiado con el Nobel de la Paz por su lucha contra el apartheid. En ese contexto, la opinión popular de las sociedades occidentales comenzó a condenar de manera explícita el segregacionismo sudafricano. Los gobiernos de Estados Unidos y del Reino Unido se ven obligados a limitar sus relaciones con Sudáfrica y censurar de manera pública las políticas discriminatorias.
En síntesis, el sistema del apartheid fue criticado por la comunidad internacional y Sudáfrica fue recibiendo cada vez mayores censuras, especialmente desde la década de 1970. Entre las principales acciones de las organizaciones internacionales se encuentran:
- 1961: Sudáfrica fue expulsada de la Commonwealth (la organización internacional de países vinculados al Reino Unido).
- 1964: la Comisión Olímpica Internacional prohibió a Sudáfrica participar de los Juegos Olímpicos (la prohibición se mantiene hasta la caída del sistema del apartheid).
- 1973: la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) denunció el apartheid.
- 1977: el Consejo de Seguridad de la ONU impuso el embargo obligatorio a la exportación de armas hacia Sudáfrica.
- 1985: Estados Unidos y el Reino Unido impusieron sanciones económicas a Sudáfrica.
La caída del apartheid
A finales de la década de 1980, Sudáfrica entró en una profunda crisis económica y el gobierno del Partido Nacional se vio gravemente debilitado. Los disturbios constantes de la lucha de resistencia generaban un constante estado de violencia en las calles y el gobierno había demostrado que no pudo detenerlos, aún luego de décadas de represión.
El sistema económico de Sudáfrica entró en crisis. El principal ingreso del país era la exportación de oro, platino y diamantes. Sin embargo, durante la década de 1980 el precio de los minerales descendió y la exportación se paralizó, lo que causó una grave recesión económica.
Por otro lado, la mayoría de la población sudafricana era negra y el sistema productivo segregacionista la condenaba a mantenerse como mano de obra barata, por lo que Sudáfrica no tenía un mercado interno nacional que pudiera mantener a flote la circulación económica.
En medio de esta crisis, en 1988 el presidente de Sudáfrica, Pieter W. Botha sufrió un ataque cerebral y fue reemplazado en 1989 por el ministro Frederik de Klerk. De Klerk era un político conservador del Partido Nacional, pero creía que la situación que estaba atravesando Sudáfrica solo podía revertirse con la abolición del apartheid, pues ya no contaba con el apoyo internacional de Estados Unidos y la situación de violencia interna estaba incontrolable.
Por lo tanto, cuando asumió el gobierno, de Klerk comenzó el proceso de abolición del apartheid: anunció la eliminación de las leyes discriminatorias, derogó la prohibición del CNA, proclamó la liberación de Nelson Mandela, que, aunque estaba en prisión desde 1963, seguía siendo uno de los principales líderes de la resistencia. Esta situación levantó el estado de emergencia.
El 11 de febrero de 1990, Mandela y otros once líderes del CNA fueron liberados. Entre 1990 y 1991, se fueron eliminando todas las leyes segregacionistas y, en su lugar, se reorganizó el sistema para la participación política de la población negra.
Ante las críticas de algunos sectores conservadores, de Klerk llamó a un referéndum en 1992 para que la población blanca rectificara su apoyo al gobierno en el desmantelamiento del apartheid. Este fue el último evento en el que votó solo la población blanca, y casi el 70 % lo hizo a favor de terminar con la discriminación.
Por otro lado, el gobierno estableció mesas de negociación con el CNA y otros grupos de resistencia, con el objetivo de determinar el camino hacia la creación del Estado democrático plurirracial. Hacia 1993, las partes lograron llegar a un acuerdo y sentaron las bases para la nueva constitución nacional.
En abril de 1994 se llevaron a cabo elecciones libres, con plena participación de toda la población sudafricana. Fue la primera vez en la historia del país que la población negra pudo ejercer su derecho a votar representantes. El CNA ganó las elecciones y Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente negro del país.
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Referencias
- Barraza, H. V. (2014). “La cultura de la violencia en la última fase del apartheid: Sudáfrica, C. 1984-1994”. Estudios de Asia y África, 255-300. https://estudiosdeasiayafrica.colmex.mx/
- Britannica, The Editors of Encyclopaedia (2023). "Apartheid". Encyclopedia Britannica https://www.britannica.com/
- Denegri, G. A. (2015). Sudáfrica: su difícil camino hacia la libertad. Relaciones Internacionales.
- Lefort, R. (1986). Sudáfrica: historia de una crisis (Vol. 73). Siglo XXI.
- Réserve, R. (2004). Sudáfrica: diez años después del Apartheid. Realidad: Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, (98), 243-252.
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