Te explicamos qué es la teoría de las Ideas de Platón y en qué consiste su fórmula. Además, las críticas según distintos pensadores y más.
¿Qué es la teoría de las Ideas de Platón?
La teoría de las Ideas, también denominada teoría de las formas, es una teoría filosófica atribuida a Platón (427-347 a. C.) que afirma que hay dos tipos de realidades:
- La realidad sensible, donde se encuentran las entidades sensibles, que son aquellas que se pueden percibir con los sentidos, como un árbol, las personas y todos los objetos inanimados.
- La realidad inteligible, donde habitan las entidades inteligibles llamadas “Ideas”, que son aquellas que no se pueden percibir a través de los sentidos, sino solo a través de la razón, como la piedad o el bien.
La realidad sensible y la realidad inteligible se relacionan como si una (la sensible) fuera la copia de la otra (la inteligible). Platón llamó a esta forma de relacionarse imitación: los entes sensibles imitan a las Ideas inteligibles, que son los modelos ideales y perfectos de todas las cosas. Otra forma en la que se vinculan es a través de la participación: las cosas sensibles participan de las Ideas, como si tomaran una parte de ellas y la reprodujeran.
Platón nunca expuso esta teoría de manera sistemática y acabada, pero sí la introdujo en sus diálogos para responder determinadas preguntas y así explicar otros fenómenos. Este recurso es característico de todos los diálogos de Platón. Los tres diálogos que mejor responden y explican la teoría de las Ideas son La República, Fedón y Fedro, que son sus obras de madurez.
La teoría de las Ideas es considerada el núcleo que articula todo el pensamiento platónico. Asimismo, la mayoría de los filósofos que siguieron a Platón se remitieron de una manera u otra a la teoría de las Ideas, para apoyarse en ella o criticarla duramente, como fue el caso de Aristóteles.
Puntos clave
- La teoría de las Ideas de Platón afirma que existen dos tipos de realidades según el tipo de entidad: la sensible y la inteligible.
- La realidad sensible se puede percibir a través de los sentidos, como es el caso de cualquier objeto.
- La realidad inteligible no se puede percibir con los sentidos, pero se puede comprender por medio de la razón, como las Ideas.
- Los entes sensibles imitan a las Ideas inteligibles, que son los modelos ideales y perfectos de todas las cosas. También participan de las Ideas, como si tomaran una parte de ellas y la reprodujeran.
Ver también: Platón
La versión inicial de la teoría
La primera versión de esta teoría tiene sus orígenes en los diálogos tempranos de Platón, como Laques, Eutifrón y Menón. Allí, se plantea que las Ideas son la respuesta verdadera a cada definición solicitada por los participantes del diálogo. Por lo general, estas definiciones las pide Sócrates al realizar la pregunta “¿Qué es X?”. Esto le permite a Platón desarrollar sus teorías.
En los diálogos, Platón caracteriza las Ideas como universales, pues son definiciones compartidas por todos los casos individuales, en oposición a las entidades sensibles, que son los casos concretos, que Platón denomina “los particulares”.
Así, las cosas designadas por el mismo nombre y caracterizadas por las mismas propiedades responden a una única Idea (eîdos o idéa, en griego). Por ejemplo: todos los actos piadosos responden a la Idea de piedad, mientras que las cosas son bellas porque imitan la Idea de belleza. Esto permite que el universal funcione como paradigma a partir del cual se puede caracterizar un particular.
Puede servirte: Belleza (en filosofía)
Características de las Ideas según Platón
En los diálogos de madurez (como Fedón, La República y Fedro), Platón sostiene que las Ideas son un conjunto de entidades inteligibles que se caracterizan por ser:
- Únicas. Las Ideas tienen sus propias características, no hay dos iguales. Por ejemplo, la belleza no es igual a ninguna otra Idea.
- Numéricamente unas. Cada Idea es una en sí misma. Por ejemplo, la Idea del bien es una sola, aunque muchas cosas sean buenas.
- Eternas. Las Ideas no tienen comienzo ni final, a diferencia de las cosas sensibles. Por ejemplo, la Idea de la piedad no se termina cuando desaparecen los actos piadosos.
- Autoidénticas. Las Ideas se mantienen siempre iguales a sí mismas. Por ejemplo, la Idea del valor no cambia con cada acto de valentía, siempre es igual.
- Puras. Las Ideas son “causa” o “modelo” de los particulares, que son copias sensibles y degradadas. Por ejemplo, la Idea de la justicia es modelo de todos los actos justos.
- Incompuestas. Las Ideas no están compuestas por distintos elementos. Por ejemplo, la Idea de la bondad no está compuesta por cada acto bondadoso.
- Homogéneas. Las Ideas son homogéneas para los entes sensibles. Por ejemplo, la Idea de belleza presente en todas las cosas bellas es la misma, aun cuando las cosas bellas sean distintas entre sí.
- No afectadas por la generación y corrupción de las cosas sensibles. Las Ideas están en un ámbito autónomo y separado del ámbito sensible, en el que se encuentran los particulares.
- Entidades en sí y por sí. Las Ideas no dependen de otras entidades, son autónomas. Por ejemplo, la Idea de lo justo no tiene a los actos justos como causa, es independiente de estos.
Ver además: Epistemología
El argumento del tercer hombre
El argumento del tercer hombre ha sido muy discutido por todos los especialistas en la obra platónica. Incluso los propios discípulos de Platón terminaron por cuestionarlo, ya que presentaba una serie de problemas de difícil resolución.
Todas las críticas se han centrado en cómo, a partir de la separación entre los entes sensibles y las Ideas, que se vinculan por repetición e imitación, se desprende una regresión infinita de Ideas. Esto significa que, por el modo en que se relacionan los entes sensibles con las Ideas, se puede pensar que hay siempre una Idea detrás de cada Idea, haciendo imposible llegar a la Idea original.
Aristóteles, por ejemplo, sostuvo que la Idea de “hombre” se aplicaba a los hombres como particulares sensibles a partir de ciertas propiedades. Si la Idea misma poseía estas propiedades, explicarla implicaría apelar a una nueva Idea. En consecuencia, la Idea de “hombre”, mientras estuviera separada de aquello a lo que refería, era un “tercer hombre”.
El problema estaba no solo en esta segunda duplicación, sino en que de este tercer hombre predicado de los dos primeros podía volver a predicarse un cuarto hombre, por lo que se generaba una regresión al infinito. Así, al entender que las Ideas, como cualidades de las cosas, podían existir en un plano separado, ello daba como resultado una repetición innecesaria e infinita de entidades.
La crítica de Aristóteles
Aristóteles (384-322 a. C.), uno de los filósofos más importantes no solo del mundo griego sino de todos los tiempos, fue discípulo de Platón. Sin embargo, criticó la obra de su maestro y se ubicó en una posición que para algunos se considera como contraria al pensamiento platónico.
Aristóteles compartía la concepción de la Idea o forma como causa del ser y del conocimiento de las cosas, pero criticaba la noción de “separación” como uno de los ejes problemáticos de la obra platónica.
El comentario de Aristóteles se puede resumir en cuatro puntos principales, que se centran en la función causal que las Ideas pueden ejercer sobre las cosas sensibles:
- La crítica a la duplicación. Platón introdujo las Ideas como entidades distintas a las cosas materiales. Esto dio como resultado una duplicación que, según Aristóteles, en lugar de simplificar la realidad, la complejizó.
- La crítica a los argumentos. Aristóteles sostenía que los argumentos a favor de las Ideas eran frágiles, no probaban su existencia, sino que solo demostraban la existencia de los universales socráticos, que eran definiciones generales dadas en el ámbito de la gramática.
- La crítica a la insuficiencia. Para Aristóteles, las Ideas no podían explicar satisfactoriamente la realidad sensible.
- La inconsistencia en los modos de relación. Para Aristóteles, ninguno de los modos de relación que Platón estableció entre el mundo sensible y el mundo inteligible (el de las Ideas), es decir, la participación o la imitación, resultó suficiente o consistente para explicar el vínculo entre uno y otro.
Sigue con:
Referencias
- Guthrie, W. (1988). Historia de la filosofía griega, vol. IV. Platón, el hombre y sus diálogos: primera época. Gredos.
- Guthrie, W. (1988). Historia de la filosofía griega, vol. V. Platón, segunda época y la Academia. Gredos.
- Guthrie, W. (1953). Los filósofos griegos. De Tales a Aristóteles. FCE.
- Ross, W. D. (1993). Teoría de las Ideas de Platón. Cátedra.
- Cordero, N. (2008). La invención de la filosofía. Una introducción a la filosofía antigua. Editorial Biblos.
- Aristóteles, & Yebra, V. G. (1970). Metafísica. Gredos.
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