Te explicamos quiénes fueron los hermanos Grimm, cómo compilaron sus historias y cuál es su importancia en el surgimiento del estudio del folklore.
¿Quiénes fueron los hermanos Grimm?
Los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm fueron dos importantes filólogos y estudiosos alemanes del folklore, responsables de compilar y publicar durante el siglo XIX una de las más conocidas colecciones de cuentos orales tradicionales europeos: Cuentos de la infancia y del hogar (Kinder- und Hausmärchen), de la cual provienen la mayoría de los cuentos de hadas modernos.
Esta antología de alrededor de 200 cuentos reunidos por los hermanos Grimm y publicada por primera vez en dos tomos en 1812 y en 1815, ha sido inmensamente celebrada a lo largo de la historia. De hecho, fue traducida a más de 100 idiomas y adaptada numerosas veces al cine y la animación, especialmente por la popular empresa estadounidense de animación fundada por Walt Disney (1901-1966).
Sin embargo, este volumen no constituye el único aporte de los hermanos Grimm a la cultura occidental: también construyeron un método de recopilación y análisis de los relatos populares que fue clave para los estudios del área, y además publicaron una inmensa cantidad de estudios lingüísticos y literarios. Por ello se les considera los padres de la filología germánica.
- Ver además: Folklore
Nacimiento y formación de los hermanos Grimm
Los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm nacieron en Hanau, en la provincia de Hesse, el 4 de enero de 1785 y el 24 de febrero de 1786 respectivamente. Fueron los primeros de los cinco descendientes del abogado Phillip Grimm y su esposa Dorotea. La corta diferencia de edad entre Jacob y Wilhelm les permitió una relación muy estrecha y afectuosa que duró toda la vida.
Se criaron en el contexto de una familia burguesa, pero su infancia no estuvo exenta de dificultades. Su padre, funcionario en el pueblo de Hanau, fue trasladado a Steinau, otro pueblo de la región. Allí, en 1796, Phillip falleció y dejó a su familia en aprietos económicos.
Aun así, los hermanos Grimm demostraron tener talento y vocación académica. Sus estudios iniciaron en las escuelas de enseñanza media de la ciudad de Kassel, adonde se mudaron con su madre, y continuaron en la Universidad de Marburgo, donde ambos ingresaron con el propósito de seguir los pasos paternos y estudiar derecho.
En Marburgo no solo concluyeron sus estudios, sino que tuvieron contacto con el poeta y dramaturgo Clemens Brentano (1778-1842) y con el jurista e historiador Friedrich Karl von Savigny (1779-1861). De ambos aprendieron, respectivamente, la pasión romántica por la cultura popular y un método de investigación textual que resultaría clave en su posterior trabajo con el folklore. Aun así, más que románticos, los Grimm conservaron siempre una mentalidad realista adelantada a su época.
En 1805, antes de culminar sus estudios, Jacob tuvo la oportunidad de acudir a París junto a Savigny y dedicarse al estudio de diferentes manuscritos medievales. Gracias a ello pudo participar, junto a su hermano, en un primer encargo de búsqueda y recopilación de poesías populares, pedido por Brentano en 1806. Esta experiencia resultaría de gran valor profesional para ambos.
Ese mismo año, las tropas napoleónicas invadieron Alemania. Se impuso así un contexto de importantes cambios políticos y culturales, que coincidió con el fallecimiento en 1808 de la madre de los Grimm, Dorotea. Con apenas 23 años, el joven Jacob pasó a ser el guardián y proveedor de la familia.
La colaboración de los hermanos Grimm en el proyecto de Clemens Brentano y su colega Achim von Arnim (1781-1831) les permitió a estos últimos publicar entre 1806 y 1808 los tres tomos de El cuerno mágico de la juventud (Des Knaben Wunderhorn): una compilación de canciones y poemas populares alemanes. Esta antología inspiró mucho después a numerosos compositores clásicos alemanes (como Mendelsohn, Brahms, Schumann o Mahler) y fue una importante precursora de la obra de los hermanos Grimm.
- Ver también: Napoleón Bonaparte
El comienzo de una vocación
Los años del dominio napoleónico de Alemania trajeron cambios para la familia Grimm. Inicialmente, Jacob consiguió empleo en 1808 como bibliotecario privado de Jerónimo Bonaparte (1807-1813), rey de Westfalia y hermano del Emperador francés, y al año siguiente fue contratado como auditor del Consejo de Estado imperial, cargo que sostuvo hasta la derrota napoleónica en 1813.
Wilhelm, por su parte, al finalizar los estudios volvió a casa en 1808, víctima del asma y de un padecimiento cardíaco. Por causa de ello no logró tener un empleo estable hasta 1814. Además, en 1809 se sometió a una serie de tratamientos médicos para mejorar su condición, para lo cual tuvo que mudarse temporalmente a la ciudad alemana de Halle.
La batalla de Leipzig en 1813 marcó el inicio de la retirada de las fuerzas francesas de Alemania y el surgimiento de un nuevo orden nacional e internacional. Jacob consiguió empleo en la Secretaría de Legación, negociando el retorno de las obras de arte saqueadas de las provincias alemanas de Hesse y Prusia, y al año siguiente formó parte del Congreso de Viena (1814-1815). Wilhelm, mientras tanto, obtuvo empleo en la Biblioteca del Electorado de Hesse. Allí su hermano se le sumó en 1816.
El retorno a la normalidad les confirmó a los hermanos Grimm que su interés por el derecho era asunto del pasado. A partir de entonces sus labores se centraron exclusivamente en el mundo del libro y la cultura. Incentivados por sus amigos Brentano y von Arnim, emprendieron una compilación de relatos populares que, inicialmente, aspiraba a reunir cuentos provenientes no solo de Alemania, sino también de España, Escandinavia, Gran Bretaña, Finlandia, Holanda e incluso Serbia.
Para los hermanos Grimm, este tipo de cuentos representaban los verdaderos relatos humanos y universales, capaces de expresar los valores profundos de la cultura europea. Pero, a pesar de ello, la aproximación de los hermanos Grimm a estos cuentos se distanció de la mirada romántica embellecedora y asumió, en su lugar, el compromiso de darles forma definitiva sin alterar sus valores y su esencia popular. La suya era, visto así, una aspiración científica al folklore.
- Ver también: Romanticismo
Cuentos de infancia y del hogar
La primera edición de los Cuentos de la infancia y del hogar de los hermanos Grimm se publicó en 1812 y contenía 86 relatos, provenientes de la tradición alemana y europea. En 1815 publicaron el segundo tomo, que añadía 70 historias nuevas al proyecto, provenientes de diferentes narradores y cuentacuentos alemanes, especialmente de Dorothea Viehmann (1755-1816), una conocida narradora de relatos tradicionales, así como de ediciones previas de Charles Perrault (1628-1703), y de Johann Karl August Musäus (1735-1787) y Benedikte Naubert (1752-1819).
En 1816, los hermanos Grimm se dedicaron a un nuevo proyecto de relatos y leyendas estrictamente alemanes titulado Leyendas alemanas (Deutsche Sagen), que se culminó en 1818 pero no tuvo tanto éxito. Y, a partir de entonces, a una segunda (1818) y tercera (1822) edición de sus Cuentos de la infancia y del hogar (KHM, por sus siglas en alemán), en las que corrigieron y aumentaron el compendio para alcanzar así los 170 cuentos en total.
Más adelante hubo nuevas ediciones en 1837, 1840, 1843, 1850 y 1857, y a lo largo de este recorrido se añadieron y quitaron piezas, para alcanzar finalmente los 210 cuentos de hadas en total. Todas las ediciones fueron siempre ilustradas, inicialmente por Johann Philipp Groot y luego por Robert Leinweber.
La recepción de las primeras ediciones de KHM fue positiva, aunque no faltaron críticas y observaciones debido al talante violento de las historias (sobre todo en lo referente al castigo de los villanos) y también ciertas insinuaciones sexuales consideradas indebidas en la época para el público infantil.
Es por eso que, en las sucesivas reediciones y versiones, los cuentos compilados por los hermanos Grimm se han ido alterando y suavizando, para hacerlos más afines a las sensibilidades contemporáneas. Así, por ejemplo, en 1825 apareció Pequeña edición (Kleine ausgabe), un tercer compendio de 50 cuentos de hadas de los hermanos Grimm adaptados a un público infantil. Este tercer volumen fue tan exitoso que entre el año de su aparición y 1858 existieron diez ediciones sucesivas.
Los siete de Göttingen
Cuando las oportunidades para los hermanos Grimm llegaron a su fin en Kassel, decidieron mudarse a la ciudad de Göttingen, perteneciente al reino alemán de Hannover, donde hallaron empleo como bibliotecarios y posteriormente como catedráticos. Muchos de sus mayores aportes a la cultura y la lengua germanas provienen de este período.
Tal es el caso del Diccionario de la lengua alemana (Deutsches wörterbuch) en el que comenzaron a trabajar en 1838 y publicaron su primer tomo en 1854. Este es el primer y más importante diccionario del idioma alemán, cuyos treinta y dos tomos se completaron recién en 1961, más de un siglo después de que los hermanos Grimm iniciaran el proyecto.
Jacob, además, hizo grandes aportes al mundo de la filología germánica, como su Gramática germana (Deutsche Grammatik), el primer estudio conocido del desarrollo histórico de las lenguas germanas. Elaborado entre 1819 y 1837, este ensayo formuló las leyes del cambio sonoro en distintos idiomas (tanto para vocales como para consonantes), y sentó las bases para una etimología científica y para lo que más adelante se conoció como la Ley de Grimm.
Estas publicaciones fueron de gran importancia para el estudio lingüístico de las lenguas germánicas, latinas y eslavas. Se complementaron con traducciones de la gramática serbia de Vuk Stefanović Karadžić (1787-1864), estudioso y amigo de Jacob, y posteriormente con un estudio sobre las antiguas prácticas, leyes y creencias del pueblo germánico que Jacob publicó en 1828 con el título de Antigüedades del derecho germánico (Deutsche Rechtsaltertümer).
En lingüística germánica, se conoce como la “Ley de Grimm” (o Primera mutación consonántica del germánico) a un fenómeno de transformación lingüística que tuvo lugar en la historia de las lenguas germana y armenia, alrededor del siglo I a. C. Este fenómeno consistió en la transformación de ciertos sonidos heredados de la lengua indoeuropea (fonemas oclusivos sordos y sonoros), de modo tal que se siguieron articulando en el mismo punto de la boca, pero de un modo enteramente distinto.
Wilhelm, por su parte, se dedicó al estudio de la tradición literaria europea durante sus años en Göttingen. Publicó libros sobre los cantares de gesta daneses y las leyendas heroicas alemanas, y en 1835 destacó su Mitología germana (Deutsche Mythologie), un profundo e influyente estudio sobre el tema.
Por otro lado, en 1825, Wilhelm contrajo matrimonio con Henrietta Dorothea Wild, una joven nativa de Kassel, con la que tuvo cuatro hijos: Jacob (nacido y fallecido en 1826), Herman (1828-1901), Rudolf (1830-1889) y Auguste (1832-1919). Jacob, en cambio, permaneció soltero, dedicado a sus viajes y trabajos de campo a lo largo de Francia, Holanda, Bélgica, Suiza, Austria, Italia, Dinamarca y Suecia.
En 1837, sin embargo, sus días en Göttingen llegaron a su fin, cuando el nuevo rey de Hannover, Ernesto Augusto I (1771-1851), intentó abolir o reformar la constitución liberal existente. Esto desató las protestas del sector ilustrado de la sociedad, en especial de los profesores de la universidad. Convocados por el historiador y político Friedrich Christoph Dahlmann (1785-1860), los hermanos Grimm se sumaron a otros cuatro catedráticos y firmaron una carta de protesta dirigida al rey, a quien se negaron además a prestar juramento de fidelidad.
Las consecuencias no se hicieron esperar: los firmantes fueron dados de baja de la universidad y tres de ellos, entre los que estaba Jacob, fueron expulsados del reino de Hannover. Por estas acciones, a este grupo de docentes universitarios se les conoce como Los siete de Göttingen.
La vida en Prusia y sus últimos días
En 1837 los Grimm volvieron a Kassel y vivieron allí tres años, durante los cuales recibieron numerosas invitaciones a sumarse a las universidades alemanas de Hamburgo, Marburgo, Weimar y Rostock, e incluso a otras instituciones extranjeras en Francia, Bélgica y Suiza. Sus acciones en Göttingen les habían ganado respeto y reconocimiento en la comunidad académica.
Finalmente, en 1840, el rey de Prusia, Federico Guillermo IV (1795-1861), los invitó a la Academia Real de las Ciencias en Berlín. Allí pudieron dedicarse de lleno a su ambicioso proyecto de diccionario, en el que se incluirían todas las palabras del idioma alemán desde los tiempos de Martín Lutero, junto con sus variantes históricas y explicaciones etimológicas. Pronto tuvieron, además, un puesto en la Universidad Humboldt.
Durante 20 años los Grimm vivieron en el reino alemán de Prusia. Allí desarrollaron otros importantes proyectos como Historia de la lengua alemana (Geschichte der deutschen Sprache), publicado por Jacob en 1848, y muchas otras publicaciones académicas singulares (reunidas bajo el título de Kleinere schriften, “Escritos menores”). Su renombre en el mundo académico europeo era enorme y muchas universidades se enorgullecían de tenerlos como colaboradores.
En esa misma ciudad presenciaron las Revoluciones de 1848 y Jacob fue miembro del parlamento de Frankfurt. En 1859, Wilhelm falleció el 16 de diciembre y fue sepultado en el Antiguo Cementerio de San Mateo, en Berlín. Su hermano Jacob, por su parte, murió el 20 de septiembre de 1863. Tras sus muertes recibieron diversos honores y reconocimientos del pueblo alemán.
El legado de los hermanos Grimm
La vasta obra de los hermanos Grimm constituye uno de los pilares académicos del estudio de la lengua y la cultura germana, así como de los estudios científicos del folklore. Su método de recopilación y análisis de relatos tradicionales ha sido imitado por otros académicos en otras geografías, y su trabajo en el diccionario de la lengua alemana inspiró proyectos similares en Inglaterra y en Francia. Por ello se les considera entre los principales catedráticos de su tiempo.
Su obra más reconocida en el mundo es su compendio de cuentos tradicionales (KHM), muchos de los cuales sobreviven hasta el presente en versiones más o menos fieles a la original, traducidos a más de 100 idiomas. Han sido, además, adaptados a varios formatos artísticos y mediáticos, y constituyen un importante acervo del imaginario infantil occidental contemporáneo, gracias a populares reelaboraciones como las de Walt Disney Pictures.
Algunos de los cuentos tradicionales más conocidos de los compilados por los hermanos Grimm son:
- La bella durmiente (Dornröschen)
- Blancanieves (Schneewittchen)
- Caperucita Roja (Rotkäppchen)
- Cenicienta (Aschenputtel)
- El ganso de oro (Die goldene Gans)
- Hansel y Gretel (Hansel und Gretel)
- El lobo y los siete cabritos (Der Wolf und die sieben jungen Geißlein)
- El príncipe rana (Der Froschkönig)
- Pulgarcito (Daumesdick)
- Rapunzel (Rapunzel)
- Rumpelstiltskin (Rumpelstilzchen)
- El sastrecillo valiente (Das tapfere Schneiderlein)
Referencias
- Esteban, A. (2007). “Los hermanos Grimm: sus investigaciones en las bibliotecas alemanas”. Mi biblioteca, año 3, n° 9, pp. 116-119.
- Denecke, L. (2023). “Grimm Brothers”. The Encyclopaedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Hernández, I. (2023). “Hermanos Grimm, los coleccionistas de cuentos”. National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/
- Selfa Sastre, M. y Azevedo, F. (2015), “Siete cuentos inéditos traducidos al español de los Hermanos Grimm: ejemplo de relatos poco moralizantes”. G. Bazzocchi, P. Capanaga, R. Tonin (eds.), Perspectivas multifacéticas en el universo de la literatura infantil y juvenil. MediAzioni.
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