Te explicamos quién fue Rafael Pombo, cuáles fueron sus principales obras literarias y por qué es considerado como uno de los poetas más grandes de Colombia.
¿Quién fue Rafael Pombo?
Rafael Pombo fue un poeta, escritor, periodista, traductor y diplomático colombiano. Es considerado, junto a José Asunción Silva (1865-1896), como uno de los poetas románticos más destacados de su país, y al mismo tiempo como uno de los pioneros de la literatura infantil en las letras hispanas.
Fue uno de los intelectuales colombianos más importantes del siglo XIX, además de un aficionado a la música y las artes plásticas, periodista y fundador de diferentes periódicos de la época. Pombo fue muy reconocido en su momento: en 1905 se le consagró como poeta nacional de Colombia, en 1912 se le nombró “Gloria de las Letras Nacionales” y además fue miembro hasta su muerte de la Academia Colombiana de las Letras.
De la obra de Pombo, sumamente diversa, lo que más se recuerda en el presente son sus fábulas infantiles, entre las que destacan: “Michí Juan Chunguero”, “Pastorcita”, “La pobre viejecita”, “Simón el bobito”, “El gato bandido” y “El renacuajo paseador”. Su poesía, por otro lado, fue descubierta y publicada póstumamente.
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Nacimiento y primeros años de Rafael Pombo
Rafael Pombo nació el 7 de noviembre de 1833 en la ciudad de Bogotá, capital en ese entonces de la República de la Nueva Granada, nombre con el que se conoció el territorio de la actual República de Colombia entre 1830 y 1858.
Descendiente de una familia aristocrática, sus padres fueron Ana María Rebolledo Tejada y el ingeniero, militar y político Lino de Pombo O'Donnell (1797-1862), quien ocupaba en 1833 el cargo de ministro de Relaciones Interiores y canciller del gobierno de Francisco de Paula Santander (1792-1840).
Desde una edad temprana, Pombo estuvo en contacto con las letras y la cultura, pues en su hogar se daban cita importantes personalidades nacionales. A los once años, ingresó a un seminario en la ciudad capital, donde inició sus estudios de latín y sus lecturas de los clásicos.
El talento con las letras de Pombo se hizo evidente por primera vez con sus traducciones juveniles de Virgilio (70-19 a. C.) y Horacio (65-8 a. C.), que le ganaron elogios del filólogo Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912). También hubo otras de William Shakespeare (1564-1616) y Alphonse de Lamartine (1790-1869), así como transcripciones de poemas que anotaba en un cuaderno que bautizó como “panteón literario”.
En 1846 Pombo ingresó al Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y luego al recién fundado Colegio Militar de Bogotá, de donde egresó en 1848 con el título de ingeniero, profesión que no ejerció demasiado. En cambio, sus primeros poemas aparecieron alrededor de esa época en el periódico de la Sociedad filotémica de Bogotá, de la cual era miembro, bajo el seudónimo “Firatelio”.
Poco después, a los veinte años, Pombo emprendió un viaje a la ciudad de Popayán, donde conoció a dos de sus amores de juventud: Manuelita Arroyo y Manuelita Lindo. A ambas les compuso algunos de sus poemas de amor más famosos: “Mi amor” y “La copa de vino”, pero los firmó con otro seudónimo, esta vez femenino: “Edda”.
Así, Pombo construyó un personaje a partir de sus poemas: una joven bogotana de enorme sensibilidad, temperamento aguerrido y espíritu rebelde, que cantaba sus amores imposibles. Esta travesura literaria fue descubierta años después, luego de que distintos literatos y periodistas culturales celebraran la aparición de esta nueva y misteriosa poetisa que cantaba sus amores en abierto desafío de las convenciones sociales de la época.
Alrededor de 1852, Pombo fundó junto a otros escritores románticos colombianos La siesta, una revista literaria en la que aparecieron muchos de sus poemas, esta vez firmados con su nombre y apellido.
La guerra civil y el servicio diplomático
A comienzos de 1853 Pombo regresó a Bogotá, a tiempo de presenciar el inicio de la Revolución de 1854, tras el golpe de Estado del general José María Melo (1800-1860). El joven escritor se sumó al bando militar Constitucionalista y allí conoció al general Pedro Alcántara Herrán (1800-1872), con quien luego del conflicto comenzó su carrera diplomática.
La guerra civil terminó a finales de 1854 y Pombo estuvo en el ejército que tomó la capital. Al año siguiente, partió hacia Estados Unidos como secretario de la delegación colombiana, en la ciudad de Nueva York. En este país residió durante los siguientes diecisiete años.
En Estados Unidos, Pombo trabó una importante amistad con el también poeta colombiano Mariano G. Manrique, con quien recorría a menudo Nueva York y compartía lecturas clásicas y de autores latinoamericanos fundamentales como Andrés Bello (1781-1865), José María Heredia (1803-1839) y José Mármol (1817-1871). También estuvo en contacto con autores locales como William Cullen Bryant (1794-1878) y Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882).
Esta época, por otro lado, fue fértil para la escritura de Pombo. En 1855 escribió un largo poema de sesenta y una décimas, titulado “La hora de las tinieblas”, y poco después “Noche de diciembre”, ambos con un espíritu escéptico y desesperanzado.
Sin embargo, a partir de 1862 un cambio en las autoridades diplomáticas colombianas lo dejó sin empleo. Por suerte, fue contratado por la D. Appleton & Company para traducir una serie de canciones infantiles de la tradición anglosajona, un encargo que resultó decisivo en la trayectoria literaria de Pombo.
La literatura infantil de Pombo
Lo que inicialmente debía ser un conjunto de traducciones de relatos infantiles por parte de Pombo, acabaron convirtiéndose en reversiones y finalmente en creaciones literarias originales. Estos cuentos infantiles se publicaron en dos volúmenes distintos: Cuentos pintados para niños (1867) y Cuentos morales para niños formales (1869).
El humor y la musicalidad de las composiciones infantiles de Pombo les garantizaron un tremendo éxito en el público lector hispanoamericano. Entre sus personajes más populares destacan el renacuajo paseador, la pobre viejecita, Mirringa Mirronga, Simón el bobito y el gato bandido, entre muchos otros.
A pesar de su importancia para el romanticismo colombiano, es por su obra infantil por lo que más se conoce a Pombo en el mundo literario actual. Los relatos y las fábulas contenidos en sus dos libros han sido leídos, ilustrados y versionados a lo largo de las décadas, y resultan populares todavía en el presente.
La obra infantil de Pombo, a diferencia de su poesía, presenta un mundo de magia y situaciones maravillosas, muy alejado de sus meditaciones románticas sombrías. En ese sentido, constituye un paréntesis en su recorrido poético, centrado en el amor no correspondido y el misticismo religioso, temas centrales dentro del imaginario del Romanticismo.
- Ver también: Romanticismo literario
El regreso a Bogotá y los últimos años de Pombo
En 1872, Pombo emprendió el retorno a Colombia y se asentó nuevamente en Bogotá. Allí se dedicó a fundar varios periódicos locales, como El cartucho y El centro, e incursionó en la dramaturgia, como libretista de las óperas Ester (1874) y Florinda o La Eva del Reino Godo español (1880), musicalizadas por José María Ponce de León (1845-1882).
En 1905 fue coronado poeta nacional de Colombia en un acto público en el Teatro Colón de Bogotá, y en 1912, poco antes de su muerte, ingresó a la Academia Colombiana de la Lengua, en reemplazo del abogado y educador Manuel María Mallarino (1808-1872).
Durante sus últimos años de vida, Pombo organizó sus escritos y manuscritos dispersos, ya que jamás publicó su poesía en un volumen reunido, sino únicamente en revistas y publicaciones a solicitud de sus amistades. En parte a ello se debe que su obra poética haya sido mucho menos conocida y difundida que sus relatos infantiles.
Pombo enfermó y estuvo en cama hasta el día de su muerte, el 5 de mayo de 1912. Su cuerpo fue sepultado en el Cementerio Central de Bogotá. A los seis meses, se promulgó la ley que lo declaraba “gloria de las letras nacionales” y, casi cuatro años después, se abrió su habitación, que permanecía cerrada, y se recuperaron sus originales, para la primera edición de sus obras completas, aparecida en 1916.
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Referencias
- Carrascosa, P. y Domínguez de Paz, E. (1988). “Rafael Pombo y la Literatura Popular en el Romanticismo Colombiano”. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. https://www.cervantesvirtual.com/
- Contreras Hernández, M. (2018). Un poeta no es como lo pintan: Vida de Rafael Pombo. Editorial Tiempo de Leer.
- Orjuela, H. (2017). Biografía de Rafael Pombo: El Poeta de los niños. Ediciones LAVP.
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