Te contamos qué es un argumento inductivo, sus características y ejemplos. Además, la diferencia con un argumento deductivo.
¿Qué es un argumento inductivo?
Un argumento o razonamiento inductivo es un razonamiento lógico que va de lo particular a lo general. Es decir, parte de un conocimiento de los fenómenos particulares para obtener una verdad o principio general que los explique.
Los argumentos inductivos fueron popularizados por Francis Bacon (1561-1626), filósofo inglés, con la publicación de su obra Novum Organum en el siglo XVI.
En el caso de la ciencia, se llama inducción al procedimiento que utilizan los científicos para obtener conocimiento a partir de la experiencia. La inducción, a través de la observación de la repetición de un fenómeno, permite descubrir sus propiedades.
El primer paso de los argumentos inductivos supone observar una semejanza, a partir de la que se hace una generalización o conjetura. Esta generalización se da como resultado de la evidencia obtenida de distintos casos particulares.
La escritura lógica de un argumento inductivo es la siguiente:
- Se observa que cada vez que se da X, se da Y.
- Se induce que siempre que se da X, se da Y.
Puntos clave
- Los argumentos inductivos van de lo particular a lo general.
- Operan al revés que los argumentos deductivos, que van de lo general a lo particular.
- Francis Bacon popularizó el uso de los argumentos inductivos en el siglo XVI.
- Ver además: Argumento deductivo
Aspectos lógicos de la inducción
Los argumentos que permiten descubrir una verdad no conocida de manera directa se llaman inferencias.
- Las inferencias inductivas son aquellas en las que se llega a la verdad de manera probable.
- Las inferencias deductivas son aquellas en las que se llega a la verdad de manera necesaria.
Las inducciones nos permiten encontrar verdades no anticipadas, que es la fuente de su valor. En las actividades científicas, los descubrimientos realizados a través de inferencias suelen ser aquellos que terminan por cambiar los paradigmas científicos o, a su manera, alteran el orden de lo previsto hasta el momento.
Ejemplos de argumentos inductivos
- Premisa 1: Mi ciudad tiene puentes.
- Premisa 2: La ciudad vecina tiene puentes.
- Premisa 3. Las ciudades que están cerca de la mía tienen puentes.
- Conclusión: Todas las ciudades tienen puentes.
- Premisa 1: El hierro es un buen conductor de la corriente eléctrica.
- Premisa 2: El cobre es un buen conductor de la corriente eléctrica.
- Conclusión: Los metales son buenos conductores de la corriente eléctrica.
- Premisa 1: Cuando meto un dedo en el agua, se moja.
- Premisa 2: Cuando meto una manzana en el agua, se moja.
- Premisa 3: Cuando meto un tenedor en el agua, se moja.
- Conclusión: Todos los objetos que se meten al agua se mojan.
El problema de la inducción
El problema de la inducción fue popularizado por el filósofo escocés David Hume (1711-1776) en el siglo XVIII. Hume argumentó que no hay una justificación lógica concluyente para la inferencia inductiva, ya que no se puede estar seguro de que las regularidades observadas en el pasado se mantendrán en el futuro. En otras palabras, aunque se haya observado ciertos patrones repetidos en el pasado, no hay garantía de que estos patrones persistan en el futuro.
Además, realizando una inducción no se puede saber si, de sus resultados, se puede producir conocimiento, ya que no puede justificar el valor de verdad de su conclusión. Hume explicó este problema distinguiendo entre relaciones de ideas y cuestiones de hecho. Las relaciones de ideas son relaciones lógicas, mientras que las cuestiones de hecho, por tener su origen en la experiencia, son contingentes.
Este problema planteado por Hume pone en tela de juicio la validez de la inferencia inductiva y lleva a preguntas sobre cómo justificar racionalmente creencias generales basadas en observaciones pasadas. A lo largo de los años, los filósofos han debatido sobre cómo lidiar con este problema y han propuesto diferentes enfoques, como el uso de la probabilidad, la abducción (inferencia hacia la mejor explicación) y la confianza pragmática en la inducción debido a su utilidad práctica a pesar de su falta de fundamento absoluto.
Argumento deductivo
Un argumento deductivo es un argumento en el que la conclusión está implícita en las premisas.
Una forma de argumento deductivo es el silogismo. Los silogismos tienen dos premisas, una general y una específica, que anuncian una conclusión válida y certera.
Por ejemplo:
- Premisa 1. Todos los perros ladran.
- Premisa 2. El labrador es un perro.
- Conclusión. Todos los labradores ladran.
Referencias
- Gamut, L. T. F., & Durán, C. (2002). Introducción a la lógica. Buenos Aires, Argentina: Eudeba.
- Obiols, G. (1997). Nuevo curso de Lógica y Filosofía. Kapelusz.
- Díez, J. A. (2002). Iniciación a la Lógica. Ariel.
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