Te explicamos quién fue Ana Frank, cómo fue su trágico destino y en qué momento escribió su famoso diario.
¿Quién fue Ana Frank?
Ana Frank fue una joven judía de nacionalidad alemana que vivió en los Países Bajos durante la Segunda Guerra Mundial. Su fama se debe a la publicación del diario en el que relató los más de dos años que pasó escondida junto a su familia y a otras personas perseguidas por los nazis, antes de que fueran descubiertos y trasladados a un campo de concentración.
En su corta vida, Ana Frank demostró tener talento e interés en la escritura, razón por la cual su padre le obsequió, en su decimotercer cumpleaños, un diario para que registrara sus pensamientos. Este es el origen del célebre Diario de Ana Frank, escrito entre 1942 y 1944, y publicado póstumamente en 1947.
Los diarios de Ana Frank, escritos en tres cuadernos distintos, se conservan todavía y se han editado en numerosos idiomas. Son considerados a la vez una obra literaria y una pieza documental sobre los horrores del nazismo.
- Ver también: Holocausto
Nacimiento de Ana Frank
Annelies Marie Frank nació el 12 de junio de 1929 en la ciudad alemana de Fráncfort del Meno, en lo que entonces se conocía como la República de Weimar. Sus padres fueron Otto Heinrich Frank y Edith Hollander, judíos reformistas alemanes, y Ana fue la segunda y última hija del matrimonio.
Los Frank vivían en una comunidad sumamente diversa en materia de religiones y nacionalidades. A pesar de que conservaban algunas de las tradiciones del judaísmo, no eran ortodoxos. El padre, Otto, se ocupaba de la formación de Ana y su hermana Margot, y a menudo visitaban a su abuela Alice en Basilea.
La situación económica de los Frank era estable, a pesar de la desastrosa situación económica de la República de Weimar. Tanto Otto como Edith provenían de familias burguesas y empresariales, arruinadas en el contexto previo a la Gran Depresión (1929-1931).
El ascenso del nacionalsocialismo, sin embargo, no pasó inadvertido para los Frank. En 1933, poco antes de que Adolf Hitler (1889-1945) se adueñara del poder ejecutivo de la nación, el partido nazi obtuvo mayoría en las elecciones municipales en Frankfurt y se produjeron las primeras manifestaciones antisemitas en la ciudad. Otto Frank, entonces, decidió abandonar Alemania y establecerse en Ámsterdam, donde tenía contactos comerciales.
En 1934 la familia se reunió en el barrio holandés de Rivierenbuurt, en Ámsterdam, cuando Ana tenía apenas cinco años. De acuerdo a las leyes impulsadas por el nazismo, la familia perdió en ese instante su ciudadanía alemana.
- Ver también: Período entreguerras (segunda etapa)
El exilio de los Frank en Ámsterdam
Así como muchas otras familias judías que huyeron de Alemania, en Holanda los Frank encontraron la paz. Ana pronto aprendió el idioma y asistió a una escuela pública local, donde demostró sus aptitudes para el lenguaje y la escritura. Su hermana, por su parte, obtuvo excelentes calificaciones en matemáticas. Similarmente, Otto Frank tuvo éxito profesional y, después de unos años, inauguró un negocio propio dedicado al comercio de especias, junto a su socio y también emigrante judío Hermann van Pels.
Según relatan sus compañeras y amigas de la época, Ana era una muchacha talentosa, despierta y muy familiar, y que escribía a menudo en cuadernos secretos que no mostraba a casi nadie.
Entre 1937 y 1938, sin embargo, las preocupaciones volvieron a asediar a los Frank. Alemania se anexó primero Austria (en lo que se conoció como Anschluss) y después Checoslovaquia. El expansionismo alemán constituía una amenaza para todos los países vecinos, y en particular para los judíos que se habían refugiado en ellos.
En septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia y desató la Segunda Guerra Mundial. Los intentos de los Países Bajos por mantenerse neutrales, frente a un conflicto militar que crecía rápidamente, fueron infructuosos: el 10 de mayo de 1940 el ejército alemán penetró sus fronteras y una semana después las fuerzas holandesas se rindieron.
Convencido de que las leyes antisemitas alemanas se implementarían también en sus territorios ocupados, el padre de Ana intentó conseguirle a su familia un salvoconducto hacia Estados Unidos o hacia Cuba. Pero el contexto bélico y las restricciones impuestas por el propio gobierno alemán lo hicieron imposible.
- Ver también: Expansión alemana antes de la Segunda Guerra Mundial
El diario de Ana Frank
Nuevas leyes antisemitas entraron en vigor en la Holanda ocupada por los nazis. Se exigió la elaboración de un listado de judíos y de sus propiedades y se les obligó a portar una estrella de David amarilla en la ropa.
Previendo futuras complicaciones, Otto Frank traspasó la propiedad de su empresa a dos socios arios, aunque continuó ejerciendo la dirección en persona. Ana, por su parte, tuvo que ser retirada de su colegio para ingresar a uno destinado a chicos judíos exclusivamente, lo cual significó perder contacto con casi todos sus amigos.
Como tantas otras familias judías, los Frank hicieron lo posible por adaptarse a las nuevas e injustas condiciones civiles durante dos largos años. Hasta que, a mediados de 1942, por consejo de algunos conocidos, Otto empezó a construir un refugio en la parte trasera del edificio de su empresa: un anexo secreto de alrededor de 50 metros cuadrados, cuyo ingreso podía ocultarse detrás de una voluminosa biblioteca.
Por otro lado, aunque era imposible escudar a sus hijas del contexto político en que vivían, los Frank no abandonaron los esfuerzos de su crianza. Así, conociendo su vocación por la escritura, Otto le obsequió a Ana, en su treceavo cumpleaños, un diario en blanco para que registrara sus pensamientos.
En ese cuaderno rosado de cubierta cuadriculada, Ana llevó registro de sus siguientes años de vida, de sus sentimientos y reflexiones, escribió varios cuentos cortos y comenzó una primera novela. Y cuando, más adelante, el gobierno neerlandés en el exilio pidió a sus ciudadanos guardar cualquier documento y registro de lo sucedido durante la ocupación, Ana se decidió a reescribir el contenido de su diario para convertirlo en una novela que titularía El anexo secreto.
Un mes después del cumpleaños de Ana, los Frank recibieron una notificación oficial, que exigía la presencia de su hija Margot para ser deportada a un campo de labores forzadas, por lo que la familia decidió refugiarse en el anexo secreto preparado por Otto.
La concentración de los ciudadanos perseguidos por los nazis (judíos, gitanos, homosexuales, personas discapacitadas, opositores políticos, prisioneros de guerra y otros considerados “indeseables”) en campos de trabajos forzados y, eventualmente, de exterminio, se produjo entre finales de 1941 y 1944, según lo acordado por los jerarcas nazis en la Conferencia de Wannsee de 1942. A lo largo de esos tres años, alrededor de 11 millones de personas fueron ejecutadas en estas instalaciones.
- Ver también: Campos nazis
La vida en el anexo secreto
Desde las primeras dos semanas de julio de 1942, los Frank vivieron escondidos en el anexo secreto en la calle Prinsengracht 263. Eran asistidos por una red de amigos y compañeros que, a su vez, expusieron sus vidas al llevarles ropa y comida de contrabando, pues las leyes del nazismo castigaban a cualquier persona que ayudara o se involucrara con un judío.
Al poco tiempo, otra familia judía se les sumó en el anexo: Hermann y Auguste van Pels, acompañados de su hijo adolescente Peter, y poco después lo hizo también el dentista judío Fritz Pfeffer. Durante dos años, estos ocho refugiados vivieron en la clandestinidad, ocultos durante el día mientras la empresa funcionaba, y saliendo de noche para tomar aire y oír las noticias en la radio.
El ambiente en el anexo era tenso, ya que los refugiados carecían de privacidad y debían ser extremadamente cuidadosos con sus acciones: cualquier evidencia podía atraer la atención indebida y revelar su presencia a las autoridades. Obligada a atravesar su adolescencia en semejantes condiciones, Ana halló en su diario un desahogo y, a la vez, un espacio para ejercitar su talento literario.
En su diario se combinan los sentimientos normales de una adolescente, con los que tenía al estar consciente del peligro que corrían o de, por ejemplo, las recompensas ofrecidas por el gobierno de ocupación a quienes entregaran a refugiados judíos como ellos. En el diario también puede leerse cómo Ana y Peter tuvieron un único acercamiento amoroso.
El descubrimiento del anexo secreto
Ana Frank escribió en su diario durante los dos años en que su familia tardó en ser descubierta, el 4 de agosto de 1944. Su anotación final tuvo lugar el 1 de agosto. Tres días después, el anexo secreto fue penetrado por la Ordnungspolizei (“policía del orden”, en alemán), la policía municipal, y todos sus habitantes apresados.
Existen distintas hipótesis respecto al hallazgo de su escondite: hay quienes sostienen que se debió a una delación a la Gestapo, la policía secreta del régimen, mientras que otras investigaciones apuntan a un hallazgo casual durante una inspección de las SS (Schutzstaffel, el escuadrón de protección hitleriano encargado del tema judío).
Los refugiados fueron conducidos en tren a Westerbork, en el noroeste de los Países Bajos, un campo de concentración donde permanecieron durante un mes. Dos de sus amigos y benefactores neerlandeses en Ámsterdam, Miep Gies y Bep Voskuijl, entre tanto, recuperaron algunas de sus cosas. El diario de Ana estuvo entre ellas.
El 3 de septiembre de 1944, la familia Frank fue deportada hacia el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, ubicado en la Polonia ocupada. Allí fueron separados y nunca volvieron a verse.
Auschwitz fue el mayor campo de concentración y exterminio de prisioneros creado por el régimen nazi en 1940. Se estima que alrededor de un millón trescientas mil personas ingresaron a sus instalaciones, donde fueron asesinadas cerca de un millón cien mil. El campo fue liberado por el ejército soviético en 1945 y transformado en 1947 en el Museo estatal Auschwitz-Birkenau.
La deportación a Bergen-Belsen
Ana y su hermana Margot resistieron las inhumanas condiciones de trabajo en el campo de concentración de Auschwitz hasta noviembre de 1944. Ese mes fueron trasladadas a Bergen-Belsen, otro campo de labores forzadas en el norte de Alemania, donde se contagiaron de tifus y fallecieron, a la edad de 15 y 19 años respectivamente, en algún momento entre febrero y marzo de 1945. Apenas un mes después, las tropas británicas liberaron el campo en su avance hacia la capital alemana.
Edith Frank, por su parte, falleció en Auschwitz a inicios de 1945, mientras que Otto, su esposo, soportó los horrores del campo hasta su liberación ese mismo año. Fue el único sobreviviente de la familia Frank y de los ocho refugiados del anexo secreto.
Una vez finalizada la guerra, Otto volvió a Ámsterdam y recibió el diario escrito por Ana, y dedicó los siguientes años a transcribirlo y mecanografiarlo, eliminando secciones que consideró demasiado íntimas o sin interés. En 1947 apareció su primera edición en neerlandés y en 1952 su primera traducción al inglés.
Años después, se creó la Fundación Ana Frank, en Ámsterdam, con el propósito de preservar el edificio donde la familia se guareció durante la guerra.
El legado de Ana Frank
Si bien su trágico destino le impidió a Ana Frank convertirse en la escritora que soñaba ser, su famoso diario ha sido editado en el mundo entero y traducido a numerosas lenguas, y versionado en teatro, cine y televisión. Se estima que ha vendido más de 30 millones de ejemplares en el mundo entero. Su novela Querida Kitty, contenida en el diario, fue también publicada póstumamente.
Sin embargo, el Diario de Ana Frank fue centro de controversias casi desde el instante de su publicación, debido a las acusaciones realizadas por actores de extrema derecha, negacionistas del Holocausto y agrupaciones neonazis, según las cuales su contenido sería falso. Durante décadas, Otto Frank se enfrentó a estos fanáticos y luchó por el justo reconocimiento del legado de su hija asesinada.
La figura de Ana Frank es recordada hoy en día como un símbolo de los horrores del nazismo y del fanatismo político en general, pero también de la esperanza y la belleza en contextos de desesperanza. Hay estatuas que le rinden homenaje en Ámsterdam, Utrecht, Barcelona y Buenos Aires, entre otras muchas ciudades.
Referencias
- Anne Frank’s House. (s. f.). Who was Anne Frank? https://www.annefrank.org/
- Berenbaum, M. (2023). Anne Frank (german diarist). The Encyclopaedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Müller, M. (2014). Ana Frank: la biografía. Trad. Rosa Pilar Blanco. Planeta.
- United States Holocaust Memorial Museum. (2021). Biografía de Ana Frank. ¿Quién fue Ana Frank? Enciclopedia del holocausto. https://encyclopedia.ushmm.org/
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