Te explicamos quién fue Jorge Isaacs, cuáles fueron sus principales obras literarias y cuál fue su rol en la política colombiana del siglo XIX.
¿Quién fue Jorge Isaacs?
Jorge Isaacs fue un escritor, político y periodista colombiano del siglo XIX. Su única novela, titulada María, fue una de las obras más destacadas del romanticismo colombiano e hispanoamericano.
Autor también de poemas y algunos ensayos, Isaacs tuvo una obra breve pero significativa, interrumpida por su militancia política y su participación en la guerra civil colombiana. De hecho, dejó varias obras inconclusas, como un extenso poema titulado Saulo, del cual escribió tan solo el primer canto.
Isaacs fue amigo y aprendiz literario de José María Vergara y Vergara (1831-1872), en cuya revista literaria El Mosaico (1858-1872) publicó sus primeros poemas. Sus últimos años transcurrieron alejados de la vida política y cultural en Ibagué, en el centro-occidente colombiano, donde se dedicó a planificar una gran novela histórica que jamás llegó a escribir.
- Ver además: Romanticismo Literario
Nacimiento y primeros años de Jorge Isaacs
Jorge Ricardo Isaacs Ferrer nació el 1 de abril de 1837 en la ciudad de Santiago de Cali, perteneciente en ese entonces a la República de Nueva Granada (equivalente a la actual Colombia). Era hijo de George Henry Isaacs, un próspero comerciante inglés de origen judío sefardí, llegado a Colombia desde Jamaica en 1821, y su esposa colombiana Manuela Ferrer Scarpetta.
Nacido en un hogar pudiente, Jorge recibió una muy buena educación, primero en Cali y después en Popayán, y a los 11 años fue enviado a Bogotá para estudiar en el Colegio del Espíritu Santo, regentado por el catedrático y político Lorenzo María Lleras (1811-1868). Regresó a Cali en 1853, con intenciones de estudiar Medicina. Su familia tenía planes de enviarlo a estudiar a Londres, pero ese proyecto resultó ser financieramente imposible.
Cuando Jorge tenía 17 años, se produjo el golpe de Estado del general José María Melo (1800-1860) y el joven se alistó en el ejército contrario, donde alcanzó el grado de alférez. Tras los siete meses de rebelión, volvió a la vida civil e intentó infructuosamente comenzar un negocio en Cali.
Dos años después, en 1856, Jorge conoció a Felisa González Umaña y contrajo matrimonio con ella. Los dos tenían 19 años de edad. A lo largo de los años, engendraron siete hijos: Clementina, Daniel, David, Jorge, Julia, Lisímaco y María. Estuvieron juntos toda la vida.
La guerra civil y los primeros poemas
En 1860, Jorge Isaacs volvió al frente de batalla, esta vez para enfrentar el golpe de Estado del general Tomás Cipriano de Mosquera (1798-1878), quien se había aliado con el Partido Liberal. Enlistado en el bando conservador, el futuro escritor luchó en la batalla de Manizales y, a lo largo de la campaña militar, escribió sus primeros poemas, entre ellos el célebre “Río Moro”.
La guerra terminó en 1861. Ese mismo año, Isaacs regresó a Cali, para hacer frente a la muerte de su padre y heredar, según el testamento paterno, el control de la hacienda familiar. Su manejo precario de las finanzas y el estado de endeudamiento en que se hallaba la familia lo obligaron a poner varias de sus fincas en subasta. Finalmente, en 1863, prefirió marcharse a Bogotá y dejar el control del patrimonio familiar en manos de su hermano Alcibíades.
En la capital, sin embargo, Isaacs tuvo que hacer frente a sus acreedores en la justicia. Fue así que contrató a los prestigiosos abogados y escritores José María Vergara y Vergara (1831-1872) y Aníbal Galindo (1834-1901) para defenderse. A través de ellos, conoció el grupo literario El Mosaico y el periódico literario quincenal del mismo nombre, en el que publicaban sus textos.
Con el apoyo de El Mosaico, el joven Isaacs reunió sus poemas y se animó a publicar en 1864 un primer volumen: Poesías, cuyo costo fue asumido por el grupo literario. Este primer libro fue recibido con entusiasmo por la crítica local, y le ganó la amistad del poeta José Asunción Silva (1865-1896).
A finales de ese mismo año, Isaacs fue contratado para supervisar la construcción de la carretera entre Cali y Buenaventura, y para ello vivió durante un año en las selvas del litoral, donde contrajo el paludismo. Esta enfermedad, a la larga, le costaría la vida. Durante esos meses, Isaacs comenzó a escribir su famosa novela, María.
María, de Jorge Isaacs
Isaacs escribió los primeros capítulos de María en el campamento La Víbora, a orillas del río Dagua, en las selvas del Valle del Cauca. Estaba ya enfermo de paludismo y muchas de las ásperas condiciones de vida a su alrededor fueron incorporadas al relato, donde se aborda el amor desdichado de dos adolescentes colombianos: Efraín y María.
Esta historia de amor, típica del romanticismo literario y de la novela sentimental francesa, toma lugar en el ambiente bucólico colombiano del Cauca, específicamente en las inmediaciones de la hacienda El Paraíso, la primera de las que perdió la familia de Isaacs. A lo largo de 65 capítulos, el relato abarca también pequeñas historias de amor, micronarraciones locales y costumbristas.
La primera edición de María se publicó en 1867, luego de que Isaacs volviera a Cali y a Bogotá en 1865. El éxito de la novela se consolidó a lo largo del tiempo, incluso después de la muerte del autor. Fue traducida a más de treinta idiomas y contó con numerosas ediciones y versiones fílmicas, teatrales e ilustradas. Incluso, en 1903, se estrenó una ópera con música de Gonzalo Vidal Pacheco (1863-1946).
Entre las versiones fílmicas de María, que suman alrededor de una docena, destaca la película colombiana de 1922, dirigida por Máximo Calvo Olmedo (1886-1973) y considerada como el primer largometraje de la historia del cine colombiano.
La vida política de Jorge Isaacs
La vida política de Isaacs tuvo su comienzo en 1866, cuando fue elegido por el Partido Conservador como diputado ante el Congreso de la República de Colombia. En ese entonces, el escritor había abierto un almacén de artículos importados en Bogotá, y ese año le fue encargada la conducción del periódico conservador La República.
Sus encendidos discursos en el Congreso pronto le ganaron numerosos rivales políticos, especialmente cuando en 1868 pasó a ser secretario de la Cámara de Representantes. Al año siguiente, sin embargo, se produjo un cambio radical en sus perspectivas políticas y comenzó a militar en el ala del Partido Liberal.
Luego de 1870, Isaacs pasó a ser el cónsul colombiano en Chile, cargo que desempeñó durante dos años. Su estancia en Santiago no fue particularmente feliz ni productiva en términos literarios. Determinado a recuperar la fortuna familiar, emprendió una sociedad agroproductora con un socio chileno y regresó a Colombia en mayo de 1873. Adquirieron préstamos y compraron una propiedad en la localidad de Palmira, en el Valle del Cauca.
Tras año y medio, el proyecto resultó un rotundo fracaso. Cuando su socio regresó a Chile, Isaacs intentó vender la propiedad en Palmira y recuperar algo de dinero, pero acabó declarándose en bancarrota. Obtuvo un empleo de supervisor escolar en Cali y luego de superintendente de Instrucción Pública en Popayán, donde emprendió un plan de escuelas artesanales y nocturnas para adultos, y dictó clases en la Escuela Normal Superior.
Durante sus días en Popayán, dirigió también los diarios liberales El Escolar y El Programa Liberal, hasta que en 1876 estalló en Colombia la rebelión conservadora que condujo a una nueva guerra civil, conocida como la “Guerra de las Escuelas”. Durante casi un año, el Partido Liberal gobernante y el Partido Conservador opositor se enfrentaron por el control de la educación en el país.
Isaacs combatió en la batalla de Los Chancos y llegó a ser jefe del Estado Mayor de la Tercera División del Ejército del Sur. Tras el fin del conflicto, regresó a su cargo educativo, pero lo perdió al año siguiente, debido a sus reclamos por las miserables condiciones de vida de los pueblos indígenas de la región.
En 1879, Isaacs viajó al estado de Antioquia, donde al año siguiente un golpe militar dispuso a las autoridades regionales y proclamó al general Ricardo Gaitán Obeso (1851-1886) como autoridad máxima del Estado. Isaacs, entonces, se declaró en rebeldía y, a la cabeza de un ejército de seguidores, tomó la ciudad de Medellín y usurpó la presidencia del Estado.
El gobierno regional de Isaacs no duró demasiado: no logró legitimar su autoridad frente al entonces presidente Rafael Núñez (1825-1894) y tuvo que deponer las armas después de un mes de resistencia. Isaacs fue entonces expulsado del Congreso y escribió un nuevo ensayo para tratar de defender su postura: La revolución radical en Antioquia: 1880.
En 1881, Isaacs decidió retirarse de la política para siempre y se marchó con su familia a Ibagué.
Los años errantes de Jorge Isaacs
En 1881, retirado ya de la política, Isaacs publicó el primer canto de un largo poema titulado Saulo. El poema, dedicado al general argentino Julio Argentino Roca (1843-1914), fue impreso en Buenos Aires con materiales de lujo. Sin embargo, jamás escribió el resto de la obra ni ninguna otra pieza literaria de importancia. Por eso, José Asunción Silva, amigo de Isaacs, lamentó abiertamente que teniendo semejante talento, abandonase también la literatura.
Alrededor de 1883, Isaacs fue encomendado a una misión científica de exploración de los territorios de la Guajira y de la Sierra Nevada de Santa Marta, a la cual se dedicó durante once meses. Esta experiencia alimentó su ensayo Las tribus indígenas del estado de Magdalena, escrito en 1884 y publicado tres años después.
Entre 1884 y 1885, se produjo en Colombia una nueva guerra civil, en la que el Partido Liberal se alzó contra el gobierno del moderado Rafael Núñez. Isaacs apoyó abiertamente a los insurrectos y, tras la victoria del gobierno, se exilió en Fusagasugá, en Cundinamarca, temiendo represalias políticas. Allí se dedicó a la exploración de las montañas del Sumapaz, parte de la Cordillera Oriental de los Andes colombianos, donde creyó haber descubierto fósiles y eslabones perdidos de la humanidad.
Isaacs regresó a Ibagué en 1886. Ese año el gobierno le otorgó el permiso para explotar los yacimientos carboníferos descubiertos durante su misión exploratoria de 1883, así que los años siguientes el poeta los dedicó a buscar inversores extranjeros y tratar de iniciar las labores de extracción de carbón y hulla. La suerte, sin embargo, no estuvo nunca de su lado.
Aunque recibió una extensión del permiso del gobierno, la salud Isaacs comenzó a dar señales de rápido deterioro. Las fiebres del paludismo se cobraron su precio luego de casi veintidós años.
Muerte y legado de Jorge Isaacs
Los últimos años de Isaacs transcurrieron en Ibagué, en compañía de su numerosa familia. El poeta dedicó sus energías restantes a sostener correspondencia con sus amistades lejanas y a proyectar una supuesta novela histórica que jamás escribió.
Los síntomas del paludismo empeoraron durante esos años. Finalmente, a sus 58 años, el 17 de abril de 1895, Jorge Isaacs falleció. Según su último deseo, su cuerpo fue trasladado desde el Valle del Cauca hasta Medellín, en una comitiva que demoró diez años en llevarlo al lugar de su descanso final. Fue enterrado en el Cementerio de San Pedro en 1905.
La obra de Isaacs, si bien breve, ha sido enormemente apreciada por los lectores y especialistas de Hispanoamérica y el mundo. Su única novela, María, constituye su mayor legado artístico.
Las principales obras literarias de Jorge Isaacs son:
- Poesías (1864)
- María (1867)
- La revolución radical en Antioquia: 1880 (1880)
- Saulo (inconclusa, 1881)
- Las tribus indígenas del estado de Magdalena (1887)
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Referencias
- Martínez, F. (2017). La búsqueda del paraíso. Una biografía de Jorge Isaacs. Siglo del Hombre.
- Rodríguez Morales, R. (2022). Jorge Isaacs (1837-1895). Banrepcultural, La red cultural del Banco de la República de Colombia. https://www.banrepcultural.org/
- Sanín Cano, B. (2015). Jorge Isaacs. Vida, estilo y época. Universidad Externado de Colombia.
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. (2023). Jorge Isaacs. Colombian writer. The Encyclopaedia Britannica. https://www.britannica.com/
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