Fernando Botero

Te explicamos quién fue Fernando Botero, cuáles fueron sus principales obras artísticas y en qué consiste el llamado “boterismo”.

Fernando Botero
Fernando Botero es el artista plástico colombiano de mayor reconocimiento en el mundo.

¿Quién fue Fernando Botero?

Fernando Botero fue un pintor y escultor colombiano, cuya obra es reconocida en el mundo entero por sus figuras redondeadas y voluminosas de animales y seres humanos. Se trata de uno de los artistas colombianos de mayor éxito internacional y uno de los más cotizados del siglo XX.

El estilo característico de Botero es tan reconocible, que se ha acuñado el término “boterismo” para describirlo: en él se mezclan las imágenes cotidianas con escenarios oníricos o fantásticos. Entre sus influencias más notorias figuran Diego Rivera (1886-1957) y el muralismo mexicano, así como el monumentalismo italiano y el primitivismo naif de Henri Rousseau (1844-1910). Sin embargo, su principal influencia proviene del arte popular colombiano.

La obra de Botero abarca alrededor de 300 piezas, entre las cuales hay al menos 177 pinturas y 23 importantes esculturas, además de numerosos dibujos, bocetos e ilustraciones. El propio artista realizó numerosas donaciones a las colecciones de arte de los grandes museos internacionales.

Nacimiento y juventud de Botero

Fernando Botero Angulo nació el 19 de abril de 1932 en la ciudad colombiana de Medellín, en la provincia de Antioquia. Fue el segundo de los tres hijos de David Botero, un vendedor a caballo, y la costurera Flora Angulo. Se crio en un hogar de clase media baja, especialmente tras la muerte de su padre en 1936, cuando Botero tenía cuatro años.

En Antioquia el futuro artista inició su formación escolar y descubrió a temprana edad su talento para la pintura. A los doce años, un tío lo inscribió en una escuela de tauromaquia en la Plaza de toros La Macarena y Botero hizo una ilustración en acuarela de un torero.

Botero fue un artista precoz. En 1948, con tan solo 16 años de edad, ofreció sus primeras piezas en la Exposición de Pintores Antioqueños en Medellín y, dos años después, tuvo en Bogotá su primera presentación en solitario.

En ese entonces colaboraba con el suplemento dominical del diario El Colombiano, en su ciudad natal. Allí publicó un conjunto de ilustraciones para un artículo sobre Pablo Picasso (1881-1973) que fueron consideradas obscenas, lo cual le acarreó la expulsión de su colegio. Por eso debió terminar sus estudios en el Liceo de la Universidad de Antioquia. 

En 1951, Botero se mudó a la capital tras finalizar el bachillerato. Con diecinueve años de edad, aspiraba a codearse con la intelectualidad colombiana y darle forma a su talento artístico. Allí tuvo dos exposiciones individuales y recibió un importante apoyo de la galería Leo Matiz.

Sin embargo, su reconocimiento formal como artista llegó en 1952, cuando ganó el segundo puesto en el IX salón nacional de artistas de Bogotá con el lienzo Frente al mar. Esta primera obra premiada fue muy distinta en técnica y estilo del resto de la obra que produjo a lo largo de su vida, pero marcó un antes y un después en su trayectoria de pintor.

Los años formativos de Botero

Fernando Botero
Botero debutó artísticamente en el Salón Nacional de Artistas de Bogotá.

Botero partió hacia Europa a finales de 1952, con el propósito de aprender de los grandes maestros clásicos de la pintura. Su primer destino fue España: primero Barcelona y finalmente Madrid, donde se inscribió en la Real Academia de Arte de San Fernando.

Durante esos años, Botero frecuentó el museo del Prado y se dedicó a copiar sus cuadros favoritos de los maestros españoles: Francisco de Goya (1746-1828) y Diego Velázquez (1599-1660), para venderlos a los turistas.

Al año siguiente, partió hacia París durante el verano y posteriormente a Florencia, donde se apuntó a la Academia de San Marcos. La pintura renacentista italiana tuvo un enorme influjo en Botero, especialmente las obras de Piero della Francesca (1415-1492), Paolo Uccello (1397-1475) y Tiziano Vecellio di Gregorio (c. 1488-1576), que visitó en la Galería Uffizi.  

En 1955, el joven pintor volvió a Bogotá y expuso el conjunto de obras que había desarrollado durante su estancia en Europa. La recepción del público, sin embargo, no fue la que esperaba: el arte colombiano seguía los pasos de la vanguardia francesa, y el estilo de Botero no supo ser apreciado en ese momento. De esta época son sus obras preliminares, como Caballos en la playa (1953), Paisaje de Fiesole (1954), La Italiana (1954) o En blanco, rosa y negro (1955).

Ese mismo año, Botero conoció a su primera esposa, la filósofa y coleccionista de arte Gloria Zea (1935-2019), con quien tuvo tres hijos: Fernando, Lina y Juan Carlos. La pareja contrajo matrimonio y se marchó a la Ciudad de México en 1956. Allí Botero se reencontró con el muralismo mexicano que tanto lo entusiasmó durante su infancia y conoció la obra de Rufino Tamayo (1899-1991).

A partir de entonces, la pintura de Botero inició una etapa de cambios. Inicialmente se dedicó a pintar naturalezas muertas y, de a poco, pasó a incorporar ciertos personajes. Su estilo característico daba entonces sus primeros pasos. En 1957 expuso por primera vez en Nueva York, y entendió que su futuro artístico estaba vinculado con esta ciudad.

La madurez creativa de Botero

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Botero desarrolló su estilo característico a partir de la década de 1960.

En 1958 Botero volvió a Bogotá y fue designado docente en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Colombia. Combinó su labor docente con la producción de su primera obra maestra, La Camera degli sposi (Homenaje a Mantegna), con la que ganó el primer premio del XI Salón de Artistas Colombianos.

La obra fue polémica por su diálogo con el cuadro clásico del renacentista italiano Andrea Mantegna (c. 1431-1506), pero en clave grotesca. Inicialmente fue descartada por el jurado del concurso, pero después fue revisada y premiada, y finalmente vendida a un coleccionista estadounidense.

En esa época, Botero se separó de su esposa, quien era directora del Museo de Arte Moderno de Bogotá, y en 1960 viajó a Nueva York con la intención de quedarse. Allí vivió una vida modesta y estableció contacto con las vanguardias estadounidenses, dedicadas mayormente al arte abstracto. La obra de pintores como Jackson Pollock (1912-1956) y Franz Kline (1910-1962) tuvieron un gran impacto en su propia producción.

A partir de entonces, las obras de Botero cobraron una mayor agresividad en sus pinceladas y comenzaron a tener grandes formatos. Alrededor de 1962, su interés por el arte abstracto le condujo al pop art, al collage y a un estilo de pinceladas mucho más controlado. Algunas obras de esta etapa neoyorquina de Botero fueron Lección de guitarra (1960), Naturaleza muerta con naranjas (1962), Zurbarán Pinta a Santa Dorotea (1963), Madame Rubens (1963), Obispos muertos (1965) o La familia presidencial (1965), entre otras.

En 1964, Botero volvió a casarse, esta vez con Cecilia Zambrano, con quien estuvo durante once años. Ese mismo año Botero ganó el Primer Salón Intercol de Artistas Jóvenes, organizado por el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Poco después, la pareja inició una vida nómada entre Nueva York, Bogotá y Europa, conforme la fama de Botero alcanzaba proporciones internacionales.

En Nueva York, en 1970, la pareja tuvo su único hijo, Pedro, quien falleció cuatro años después, como consecuencia de un accidente de tránsito que tuvieron en España. La muerte de su hijo causó un impacto profundo en la pintura de Botero, que adquirió un tono sombrío. El duelo, además, arrastró a la pareja hacia el divorcio poco después.

La vida en París y la incursión en la escultura

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Las esculturas de Botero pueden hallarse en distintas ciudades del mundo.

Alrededor de 1975, Botero estuvo instalado en París y se dedicó a explorar una nueva forma de expresión artística: la escultura. En sus obras tridimensionales se replicó el estilo que ya había perfeccionado en la pintura: figuras humanas y animales de gran volumen y formas redondeadas, caricaturescas, que permiten una relación satírica con la actualidad o con la tradición artística burguesa.

El trabajo escultórico de Botero se centró en el bronce y en las figuras de gran tamaño, muchas de las cuales fueron luego donadas a distintas ciudades dentro y fuera de Colombia. Entre ellas figuran Medellín, Bogotá, Nueva York, Buenos Aires, Madrid, Barcelona, Santiago de Chile, Londres o Lisboa, entre otras. 

Asimismo, algunas de las obras escultóricas más conocidas de Botero son La mano, El gato, Caballo, Jinete, Hombre vestido y la serie de versiones de Venus. El éxito de sus piezas fue tal, que en 1976 realizó la primera de sus numerosas donaciones a un museo, el Museo de Antioquia, en Colombia, donde se inauguró la sala Pedrito Botero en honor a su hijo fallecido.

En 1978, Botero conoció a su tercera y última esposa, la artista griega Sophia Vari (1940-2023) con quien vivió hasta el día de su muerte. Al año siguiente se hizo la primera retrospectiva de su obra pictórica, en el Museo Hirshhorn de Washington, Estados Unidos. En ese entonces, su nombre figuraba ya entre los grandes artistas plásticos latinoamericanos del siglo XX.

Botero en las décadas de 1980 y 1990

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Entre las décadas de 1980 y 1990, Botero produjo algunas de sus obras más famosas.

Durante las décadas de 1980 y 1990, Botero continuó pintando y esculpiendo, pero temáticamente sus obras comenzaron a inspirarse en episodios de la vida cotidiana y de la historia reciente, además de en la tradición pictórica clásica. También emprendió una famosa serie de retratos de pintores como Eugène Delacroix (1798-1863), Pablo Picasso y Alberto Giacometti (1901-1966).

En 1990 hizo La paloma de la paz, una estatuaubicada en la Plaza San Antonio de Medellín, que fue destruida por un atentado terrorista en 1995. Botero volvió a esculpirla y dejó al lado la obra dañada, rebautizada como Pájaro herido. Similarmente, pintó en 1999 La muerte de Pablo Escobar, un retrato del asesinato del famoso narcotraficante colombiano. 

Durante los 80, además, Botero emprendió una importante gira artística mundial, que abarcó las grandes ciudades internacionales. Asimismo, emprendió una serie de donaciones al Banco de la República Colombiana y a diferentes museos internacionales, así como un conjunto de emplazamientos de esculturas en las calles de las principales ciudades europeas y americanas.

A comienzos de la década de 2000, el arte de Botero se hizo aún más político en sus temas. Resultó particularmente polémica su serie sobre las torturas de la prisión de Abu Ghraib durante la invasión de Irak por los Estados Unidos.

La muerte y el legado de Botero

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Fernando Botero murió en 2023 y fue despedido con honores.

Durante sus últimos años, Botero residió con su esposa en el Principado de Mónaco, en donde tenían propiedades. Ambos se hallaban más o menos retirados de la vida pública.

En mayo de 2023, Vari falleció, víctima del cáncer, a los 83 años de edad, y su ausencia dejó a Botero devastado. Apenas unos meses después de enviudar, Botero enfermó de una neumonía y falleció el 15 de septiembre de 2023 a los 91 años de edad.

Su muerte fue recibida entre homenajes en el mundo entero, y especialmente en la escena artística colombiana. En su pueblo natal de Medellín se decretaron siete días de luto, mientras su cuerpo fue sepultado en el cementerio de Pietrasanta, en la región italiana de la Toscana.

La obra artística de Botero es una de las más conocidas y destacadas de la tradición latinoamericana contemporánea, y se encuentra además entre las más cotizadas del mundo. Algunos de sus cuadros han sido subastados por cifras millonarias y su estilo único, rupturista y universalista lo convirtió en uno de los principales exponentes del arte contemporáneo en Occidente.

Algunas de las obras más conocidas de Botero son:

Pintura:

  • Mona Lisa a los 12 años (1958)
  • Obispos muertos (1965)
  • La familia presidencial (1967)
  • Guerrilla de Eliseo Velásquez (1988)
  • La muerte de Pablo Escobar (1999)
  • Dancers at the Bar (2001)

Escultura:

  • El gato (1987)
  • El caballo (1992)
  • Jinete (1992)
  • La paloma de la paz (2016)

Referencias

  • Botero, J. C. (2016). El arte de Fernando Botero. Planeta Colombia.
  • Erill Soto, B. (2023). “Fernando Botero: grandes obras de una larga vida artística”. National Geographic en español. https://historia.nationalgeographic.com.es/
  • Pardo, D. (2023). “Muere Fernando Botero, el famoso pintor y escultor colombiano reconocido por sus grandes volúmenes más allá del mundo del arte”. BBC News Mundo. https://www.bbc.com/
  • The Encyclopaedia Britannica. (2023). Fernando Botero (Colombian artist). https://www.britannica.com/biography/

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Farías, Gilberto (31 de enero de 2024). Fernando Botero. Enciclopedia Humanidades. Recuperado el 4 de octubre de 2024 de https://humanidades.com/fernando-botero/.

Sobre el autor

Autor: Gilberto Farías

Licenciado en Letras (Universidad Central de Venezuela)

Fecha de actualización: 31 de enero de 2024
Fecha de publicación: 31 de enero de 2024

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